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Críticas ordenadas por utilidad
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8
5 de julio de 2015
5 de julio de 2015
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos mujeres. Una, la poderosa, dominante, la que da órdenes y humilla a su inferior. La otra, obediente, sumisa, que acata las órdenes sin decir nada. A primera vista los roles están más que claros. Pero así como en el sadomasoquismo es una ilusión que quien actúe de dominante sea realmente quién controle la situación (siempre es el sumiso el qué decide qué, cómo y hasta dónde), acá a los pocos minutos esto se hace aún más evidente.
El problema principal que va a haber entre estas dos mujeres seductoras y cautivantes es que una no termina nunca de entregar lo que la otra quiere. Una es una mala ama porque no termina de comprometerse en su papel, y la otra falla como sumisa porque se ve obligada a dar indicaciones para conseguir el tipo de humillación que busca. Pero que se aman, a su manera, es innegable: “mientras sea tuya, me sentiré viva”.
En The Duke of Burgundy no aparecen hombres. Las mujeres son inteligentes, seductoras, poderosas y se miran desafiándose, es como si el mundo fuera sólo de ellas. Estudiosas de los insectos, éstos se convierten en metáfora fácilmente de la metamorfosis interior de los personajes y aquello de a poco va saliendo a la luz y de lo cual seremos testigos gradualmente.
De manera elegante y con algunos toques de humor, Strickland se introduce en la seducción femenina a través de planos detalles de lencería y botas de cuero que alimentan algunos de los más comunes fetiches.
Perversa y entretenida, con algunas escenas hipnóticas no sólo a través de sus personajes femeninos sino con imágenes de las mariposas y del bosque, y actuada de manera magistral.
El problema principal que va a haber entre estas dos mujeres seductoras y cautivantes es que una no termina nunca de entregar lo que la otra quiere. Una es una mala ama porque no termina de comprometerse en su papel, y la otra falla como sumisa porque se ve obligada a dar indicaciones para conseguir el tipo de humillación que busca. Pero que se aman, a su manera, es innegable: “mientras sea tuya, me sentiré viva”.
En The Duke of Burgundy no aparecen hombres. Las mujeres son inteligentes, seductoras, poderosas y se miran desafiándose, es como si el mundo fuera sólo de ellas. Estudiosas de los insectos, éstos se convierten en metáfora fácilmente de la metamorfosis interior de los personajes y aquello de a poco va saliendo a la luz y de lo cual seremos testigos gradualmente.
De manera elegante y con algunos toques de humor, Strickland se introduce en la seducción femenina a través de planos detalles de lencería y botas de cuero que alimentan algunos de los más comunes fetiches.
Perversa y entretenida, con algunas escenas hipnóticas no sólo a través de sus personajes femeninos sino con imágenes de las mariposas y del bosque, y actuada de manera magistral.

6,5
14.245
10
27 de febrero de 2015
27 de febrero de 2015
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Era un mundo en el que nunca había estado pero siempre supe que ahí estaba, una vez que me sumergí en el dolor, la confusión, el miedo y la esperanza. Un mundo que me haría la mujer que supe que me convertiría y me volvería a la chica que una vez fui. Un mundo que medía dos pies de ancho y 2.663 millas de largo. Un mundo llamado el Pacific Crest Trail”.
Jean-Marc Vallée se sumerge, con la ayuda de Nick Hornby como guionista (alguien que sabe retratar a personajes perdidos), en la adaptación de la novela autobiográfica de Cheryl Strayed. Allí cuenta cómo tras quedar totalmente devastada por la muerte de su madre, Cheryl cae en la heroína y la necesidad compulsiva de tener sexo con cualquier hombre, engañando a su marido múltiples veces hasta llegar al divorcio.
Pero cuando está por tocar fondo, una foto en un libro de una farmacia le pone un nuevo objetivo en la vida. Si puede cruzar a pie el Pacific Crest Trail, quizás pueda convertirse en esa mujer que su madre siempre quiso que fuera: alguien capaz de ser cada día la mejor persona que pueda y mantenerse así.
La actriz que se pone al hombro una mochila más grande que ella misma (como todo el bagaje que su personaje lleva a cuestas) es Reese Whiterspoon, quien interpreta a un personaje varios años más joven que ella pero de una manera convincente. Una mujer imperfecta y atormentada por los fantasmas del pasado.
Dos elementos que podrían jugar en contra en cualquier película como lo son el abuso de los flashbacks y de la voz en off, en Alma Salvaje funcionan para contar de manera fragmentada la historia no sólo de esta travesía sino de las cosas por las que su personaje fue pasando hasta tener que llegar ahí. Sin juzgarla pero sin idolatrarla, el retrato de Cheryl Strayed es el de una joven perdida que quiere dejar de estarlo y no encuentra otra manera más que la insólita idea de caminar y caminar. Y es que quizás allí en el bosque pueda encontrarse, encontrar eso que perdió cuando su madre se fue.
Jean-Marc Vallée se sumerge, con la ayuda de Nick Hornby como guionista (alguien que sabe retratar a personajes perdidos), en la adaptación de la novela autobiográfica de Cheryl Strayed. Allí cuenta cómo tras quedar totalmente devastada por la muerte de su madre, Cheryl cae en la heroína y la necesidad compulsiva de tener sexo con cualquier hombre, engañando a su marido múltiples veces hasta llegar al divorcio.
Pero cuando está por tocar fondo, una foto en un libro de una farmacia le pone un nuevo objetivo en la vida. Si puede cruzar a pie el Pacific Crest Trail, quizás pueda convertirse en esa mujer que su madre siempre quiso que fuera: alguien capaz de ser cada día la mejor persona que pueda y mantenerse así.
La actriz que se pone al hombro una mochila más grande que ella misma (como todo el bagaje que su personaje lleva a cuestas) es Reese Whiterspoon, quien interpreta a un personaje varios años más joven que ella pero de una manera convincente. Una mujer imperfecta y atormentada por los fantasmas del pasado.
Dos elementos que podrían jugar en contra en cualquier película como lo son el abuso de los flashbacks y de la voz en off, en Alma Salvaje funcionan para contar de manera fragmentada la historia no sólo de esta travesía sino de las cosas por las que su personaje fue pasando hasta tener que llegar ahí. Sin juzgarla pero sin idolatrarla, el retrato de Cheryl Strayed es el de una joven perdida que quiere dejar de estarlo y no encuentra otra manera más que la insólita idea de caminar y caminar. Y es que quizás allí en el bosque pueda encontrarse, encontrar eso que perdió cuando su madre se fue.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Laura Dern se introduce en estos flashbacks como la mujer y la ausencia que marca la vida de Cheryl. Su optimismo, sus ganas de superarse de a poco, su amor incondicional y la sonrisa que nunca abandona. Una mujer que nunca se rindió hasta que no pude hacer nada con el cáncer. Ambas actrices lograron cada una su merecida nominación al Oscar por sus interpretaciones, llenas de matices pero con sutilezas.
La fotografía, el montaje audiovisual (se juega mucho con las conexiones de imágenes o sonidos que a simple vista nada tienen que ver pero están conectadas ya sea por un recuerdo o una sensación de las que Cheryl vive estando sola, “llegué a cada rincón de mi mente pero por algún motivo hay un par a los que todavía no puedo acceder”), y la música, especialmente ese final con Simon&Garfunkel, hacen de Alma Salvaje una experiencia necesaria.
Más entretenida de lo que uno podría suponer al saber que la película es sobre una travesía a pie, bella pero sin abusar de imágenes por el simple hecho de fotografiarlas, y con una historia atractiva que deja muchas cosas trabajando en la cabeza del espectador, Alma Salvaje es una película intimista sobre lo difícil y doloroso que es a veces poder volver a encontrarse con uno mismo.
Escrita para visiondelcine.com
La fotografía, el montaje audiovisual (se juega mucho con las conexiones de imágenes o sonidos que a simple vista nada tienen que ver pero están conectadas ya sea por un recuerdo o una sensación de las que Cheryl vive estando sola, “llegué a cada rincón de mi mente pero por algún motivo hay un par a los que todavía no puedo acceder”), y la música, especialmente ese final con Simon&Garfunkel, hacen de Alma Salvaje una experiencia necesaria.
Más entretenida de lo que uno podría suponer al saber que la película es sobre una travesía a pie, bella pero sin abusar de imágenes por el simple hecho de fotografiarlas, y con una historia atractiva que deja muchas cosas trabajando en la cabeza del espectador, Alma Salvaje es una película intimista sobre lo difícil y doloroso que es a veces poder volver a encontrarse con uno mismo.
Escrita para visiondelcine.com

4,5
6.270
3
15 de mayo de 2014
15 de mayo de 2014
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nick Cassavetes es el hijo del Cassavetes más reconocido y admirado del cine, pero su cine poco tiene que ver con el de su padre, John.
Con películas en su haber como The Notebook y My Sister’s Keeper, ahora regresa con una comedia que pone en el centro a tres diferentes tipos de mujeres.
Cameron Diaz es Carly, una mujer muy exitosa pero soltera, que en el fondo quiere conocer al hombre de su vida pero mientras tanto la pasa bien, y es así como conoce a Mark.
Leslie Mann es Kate, una mujer dedicada a ser esposa, sin hijos, sin muchos amigos y de una personalidad por momentos aniñada. Su marido, Mark, es su vida y su sostén.
Y Kate Upton es Amber, el mayor cliché de una película llena de clichés y con un punto de vista muy notoriamente machista: rubia, de pocas neuronas, con unos buenos pechos, pero las mejores de las intenciones. Y claro, otra de las conquistas de Mark.
“Mujeres al ataque” (título con el que se estrenó en Argentina) pone en foco a tres mujeres que se unen para un solo propósito: arruinarle la vida al hombre que les arruinó las suyas.
Tres mujeres que nunca hubiesen sido amigas si no fuera por este hombre y sus ganas de vengarse. Se le intenta poner glamour a la película, y la vestuarista Patricia Field es responsable de que en muchas escenas así suceda, pero a la vez, ésta cae en chistes fáciles y muchas veces escatológicos, y no siempre tan graciosos.
El trío es desparejo, además. Mientras Leslie Mann, como una mujer sumisa y ciegamente enamorada al comienzo y luego como una especie de insoportable compañera que se va tornando querible, es sin duda quien sale mejor parada, sabiendo pasar por diferentes estados y emociones de manera más que eficiente.
La actuación de Cameron Diaz es, por momentos, exagerada y la de Kate Upton, casi inexistente. El hombre que se termina convirtiendo en el centro de las vidas (vacías, por lo visto) de estas tres mujeres está interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, que no llega a ser el hombre seductor que nos quieren hacer creer, aquel por el que las mujeres suspiran y se rinden no más al verlo venir.
La participación de Don Johnson como el padre de Carly es un agradable detalle sin embargo. La de Nicki Minaj, casi prescindible.
A la larga, Mujeres al ataque (título horrible pero esperable) es un film que poco aporta al género y que falla principalmente en la construcción de personajes dignos femeninos. El poder femenino no se retrata así, de una manera tan machista.
Tampoco lo que a simple vista es el tema principal, el de la infidelidad, está bien tratado, más bien de un modo superficial, nunca se ahonda en por qué este hombre necesita todo el tiempo estar conquistando mujeres, si es una cuestión de inseguridad, si siempre fue así o se convirtió en eso tras los años de matrimonio, o si es su forma de sentirse poderoso, o vaya uno a saber cuántas posibilidades más hay.
Sí, hay algunas escenas graciosas, pero también otras que dan casi vergüencita ajena, además de un montaje por momentos desprolijo, sin mucha coherencia entre escena y escena. Y el final termina siendo tan previsible como uno podría suponer.
http://elespectadoravezado.com.ar/index.php/criticas/2-hemos-visto/1408-qthe-other-womanq-mujeres-al-ataque-esa-rubia-debilidad
Con películas en su haber como The Notebook y My Sister’s Keeper, ahora regresa con una comedia que pone en el centro a tres diferentes tipos de mujeres.
Cameron Diaz es Carly, una mujer muy exitosa pero soltera, que en el fondo quiere conocer al hombre de su vida pero mientras tanto la pasa bien, y es así como conoce a Mark.
Leslie Mann es Kate, una mujer dedicada a ser esposa, sin hijos, sin muchos amigos y de una personalidad por momentos aniñada. Su marido, Mark, es su vida y su sostén.
Y Kate Upton es Amber, el mayor cliché de una película llena de clichés y con un punto de vista muy notoriamente machista: rubia, de pocas neuronas, con unos buenos pechos, pero las mejores de las intenciones. Y claro, otra de las conquistas de Mark.
“Mujeres al ataque” (título con el que se estrenó en Argentina) pone en foco a tres mujeres que se unen para un solo propósito: arruinarle la vida al hombre que les arruinó las suyas.
Tres mujeres que nunca hubiesen sido amigas si no fuera por este hombre y sus ganas de vengarse. Se le intenta poner glamour a la película, y la vestuarista Patricia Field es responsable de que en muchas escenas así suceda, pero a la vez, ésta cae en chistes fáciles y muchas veces escatológicos, y no siempre tan graciosos.
El trío es desparejo, además. Mientras Leslie Mann, como una mujer sumisa y ciegamente enamorada al comienzo y luego como una especie de insoportable compañera que se va tornando querible, es sin duda quien sale mejor parada, sabiendo pasar por diferentes estados y emociones de manera más que eficiente.
La actuación de Cameron Diaz es, por momentos, exagerada y la de Kate Upton, casi inexistente. El hombre que se termina convirtiendo en el centro de las vidas (vacías, por lo visto) de estas tres mujeres está interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, que no llega a ser el hombre seductor que nos quieren hacer creer, aquel por el que las mujeres suspiran y se rinden no más al verlo venir.
La participación de Don Johnson como el padre de Carly es un agradable detalle sin embargo. La de Nicki Minaj, casi prescindible.
A la larga, Mujeres al ataque (título horrible pero esperable) es un film que poco aporta al género y que falla principalmente en la construcción de personajes dignos femeninos. El poder femenino no se retrata así, de una manera tan machista.
Tampoco lo que a simple vista es el tema principal, el de la infidelidad, está bien tratado, más bien de un modo superficial, nunca se ahonda en por qué este hombre necesita todo el tiempo estar conquistando mujeres, si es una cuestión de inseguridad, si siempre fue así o se convirtió en eso tras los años de matrimonio, o si es su forma de sentirse poderoso, o vaya uno a saber cuántas posibilidades más hay.
Sí, hay algunas escenas graciosas, pero también otras que dan casi vergüencita ajena, además de un montaje por momentos desprolijo, sin mucha coherencia entre escena y escena. Y el final termina siendo tan previsible como uno podría suponer.
http://elespectadoravezado.com.ar/index.php/criticas/2-hemos-visto/1408-qthe-other-womanq-mujeres-al-ataque-esa-rubia-debilidad
30 de octubre de 2014
30 de octubre de 2014
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así en la tierra como en el infierno se vale del famoso y muy de moda found footage para contar la historia de Scarlett, una joven culta y curiosa que necesitar encontrar lo que su padre tanto buscó, aunque esa búsqueda lo haya llevado a la locura. Tras los pasos de Nicholas Flamel y especialmente de su piedra filosofal, es que llega con unos amigos y otras personas del lugar expertas en meterse en lugares que no deben, a las famosas catacumbas de París.
No apta para claustrofóbicos, en esta película los protagonistas se van introduciendo cada vez más en las profundidades de este lugar desconocido, al punto de encontrarse con situaciones sobrenaturales y verse obligados a enfrentar sus más ocultos temores.
Filmada en locaciones reales, Así en la tierra como en el infierno empieza de manera muy atractiva pero esto se va diluyendo a medida que avanza, llegando a algunas decisiones poco convincentes, y un final extraño que no está a la altura de su interesante premisa. Además de que, como sucede muchas veces con el foundfootage, se torna exasperante y frustrante.
Publicada en visiondelcine.com.ar
No apta para claustrofóbicos, en esta película los protagonistas se van introduciendo cada vez más en las profundidades de este lugar desconocido, al punto de encontrarse con situaciones sobrenaturales y verse obligados a enfrentar sus más ocultos temores.
Filmada en locaciones reales, Así en la tierra como en el infierno empieza de manera muy atractiva pero esto se va diluyendo a medida que avanza, llegando a algunas decisiones poco convincentes, y un final extraño que no está a la altura de su interesante premisa. Además de que, como sucede muchas veces con el foundfootage, se torna exasperante y frustrante.
Publicada en visiondelcine.com.ar

7,6
90.778
10
26 de julio de 2013
26 de julio de 2013
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francis Ford Coppola y Gary Oldman son los dos principales culpables de que hoy en día me encuentre obsesionada con los vampiros, con Drácula. Y es que si bien la novela epistolar de Bram Stoker ha sido llevada al cine muchísimas veces, si me preguntan por mi adaptación preferida, no lo dudo.
Coppola construye a su Drácula más humano, lo convierte en un ser atormentado por la pérdida de la mujer que amó, y es ese amor perdido, esa tragedia, lo que lo lleva a hacer un pacto con el Diablo. Así, Drácula pasa a vagar eternamente por las noches en busca de su amor, un amor que lo lleva a cruzar océanos del tiempo. Y lo encuentra, lo encuentra encarnado en Mina, una joven aristócrata a punto de casarse con Jonathan Harker.
Ese fantástico prólogo que nos presenta Coppola no aparece en el libro. Por más que desde el título el director nos diga que estamos ante una versión fiel de la novela, lo cierto es que se permite tomar muchas licencias poéticas. Y lo hace de una manera brillante, en pos de construir una historia que no es una película de terror, es una tragedia romántica teñida de roja, un melodrama. Sobre dos seres que se amaron y no pudieron estar juntos, y nunca van a poder estar juntos. “Te amo demasiado para condenarte” le dice él imposibilitado de morderla, porque no puede condenarla a una eternidad sin aliento y sin sol. Pero ella no se siente viva, quizás producto del hechizo en que cae, le pide, “Llévame lejos de toda esta muerte”.
Gary Oldman y Winona Ryder conforman una de las parejas más hermosas y sensuales y fascinantes de la historia del cine. La sensualidad no sólo radica en el contacto que tienen en la cama, cuando la hace beber de él (no sé si hay escena más erótica para quien les escribe). Sino en momentos tan pequeños como una mirada en medio de la calle, o las caricias conjuntas a un lobo. Además, el histriónico Gary Oldman, puede provocar tantos sentimientos incluso debajo de capas de maquillaje. Drácula es un monstruo, pero un monstruo que fue humano, y todavía algo queda de ese humano, porque ama.
El gran Anthony Hopkins es Van Helsing (y dos personajes más), el hombre que conjuga la ciencia y la magia, sabe que ambos pueden coexistir. Tom Waits interpreta a Renfield, que no está loco, es un hombre sano luchando por su alma, como él mismo se define. Sadie Frost interpreta a la amiga de Mina, es una pelirroja hermosa que contrasta con la pureza de Mina, pues tiene tres hombres rendidos ante ella y es la primera en sucumbir ante la bestia. Por último, y quizás el más deslucido, Keanu Reeves como Jonathan Harker, no obstante no hay que olvidarse que mucho del modo en que tiene Keanu de interpretar a cualquier personaje se encuentra en la construcción de Harker: es un personaje pasivo durante más de la mitad de la película, es un observador que se asusta pero que no puede hacer nada, es víctima incluso de sus propias fantasías, en aquel cuarto con las novias del vampiro.
Su impecable fotografía, la construcción barroca de este mundo, sus cielos rojizos, el magnífico vestuario, la música, terminan de construir una de las películas más emblemáticas, una rareza.
La sangre es vida, pero ¿qué vida es vida sin amor? Sin duda esta película está en mi top 3 de historias más románticas que nos ha dado el cine. Al fin y al cabo es una historia sobre el amor eterno.
elespectadoravezado.com.ar
Coppola construye a su Drácula más humano, lo convierte en un ser atormentado por la pérdida de la mujer que amó, y es ese amor perdido, esa tragedia, lo que lo lleva a hacer un pacto con el Diablo. Así, Drácula pasa a vagar eternamente por las noches en busca de su amor, un amor que lo lleva a cruzar océanos del tiempo. Y lo encuentra, lo encuentra encarnado en Mina, una joven aristócrata a punto de casarse con Jonathan Harker.
Ese fantástico prólogo que nos presenta Coppola no aparece en el libro. Por más que desde el título el director nos diga que estamos ante una versión fiel de la novela, lo cierto es que se permite tomar muchas licencias poéticas. Y lo hace de una manera brillante, en pos de construir una historia que no es una película de terror, es una tragedia romántica teñida de roja, un melodrama. Sobre dos seres que se amaron y no pudieron estar juntos, y nunca van a poder estar juntos. “Te amo demasiado para condenarte” le dice él imposibilitado de morderla, porque no puede condenarla a una eternidad sin aliento y sin sol. Pero ella no se siente viva, quizás producto del hechizo en que cae, le pide, “Llévame lejos de toda esta muerte”.
Gary Oldman y Winona Ryder conforman una de las parejas más hermosas y sensuales y fascinantes de la historia del cine. La sensualidad no sólo radica en el contacto que tienen en la cama, cuando la hace beber de él (no sé si hay escena más erótica para quien les escribe). Sino en momentos tan pequeños como una mirada en medio de la calle, o las caricias conjuntas a un lobo. Además, el histriónico Gary Oldman, puede provocar tantos sentimientos incluso debajo de capas de maquillaje. Drácula es un monstruo, pero un monstruo que fue humano, y todavía algo queda de ese humano, porque ama.
El gran Anthony Hopkins es Van Helsing (y dos personajes más), el hombre que conjuga la ciencia y la magia, sabe que ambos pueden coexistir. Tom Waits interpreta a Renfield, que no está loco, es un hombre sano luchando por su alma, como él mismo se define. Sadie Frost interpreta a la amiga de Mina, es una pelirroja hermosa que contrasta con la pureza de Mina, pues tiene tres hombres rendidos ante ella y es la primera en sucumbir ante la bestia. Por último, y quizás el más deslucido, Keanu Reeves como Jonathan Harker, no obstante no hay que olvidarse que mucho del modo en que tiene Keanu de interpretar a cualquier personaje se encuentra en la construcción de Harker: es un personaje pasivo durante más de la mitad de la película, es un observador que se asusta pero que no puede hacer nada, es víctima incluso de sus propias fantasías, en aquel cuarto con las novias del vampiro.
Su impecable fotografía, la construcción barroca de este mundo, sus cielos rojizos, el magnífico vestuario, la música, terminan de construir una de las películas más emblemáticas, una rareza.
La sangre es vida, pero ¿qué vida es vida sin amor? Sin duda esta película está en mi top 3 de historias más románticas que nos ha dado el cine. Al fin y al cabo es una historia sobre el amor eterno.
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