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Críticas ordenadas por utilidad
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Serie

7,5
199
6
21 de enero de 2024
21 de enero de 2024
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una cosa que venero de la producción surcoreana es su valentía y su huida de lo convencional en los géneros, impuesto por el mercado norteamericano, tanto en la trama (deconstruyen para, con la esencia, crear algo cojonudo, por eso para mí son la mejor industria de cine y de series del mundo desde hace muchos años) como en esos clichés bochornosos de la “buena moral” del protagonista. Pues bien, en esta serie se olvidan de todo. Por poner un ejemplo: los disparitos al final de cada capítulo para que nos creamos una cosa (que, por supuesto, alimentaría la complejidad del personaje y el dilema, es decir, la trama) pero que a la segunda vez ya sabemos que nos la quieren colar. Otro: en cualquier situación imposible sabes que van a salir con vida de la forma más poco convincente, pero, eso sí, muy heroica y hollywoodiense porque son superhéroes del bonito arte de dar hostias.
Si a todo esto le unimos un rollo sentimentaloide, ahora sí “made in Corea”, que vendrá bien para sus romances (no me he visto ni uno ni pienso, gracias) pero que aquí te pega unos bajonazos de aúpa (un comentario aparte merecería la utilización de la música). Porque una cosa es la idea, la premisa (la mujer del infiltrado estuvo enamorada del jefe de los gánsteres y encima se vuelve a involucrar en esta infiltración y luego más tarde al marido se le aparece un pibona china, lío catapino) y otra muy distinta el cómo se lleva a cabo (ejemplo: ella muestra su amor por su marido constantemente –es un decir, parecen hermanos, un rollo Disney raro sin tocarse- no hay duda en ningún momento, así que no sabemos por qué el otro está tan jodido a no ser que tenga un problema psiquiátrico y se les haya olvidado decírnoslo). Todo me da un tufo malo que no puedo evitar olerlo. Y me hace que le busque las cosquillas a lo malo que tiene constantemente, lo admito.
Si le pongo un 6 es porque la premisa como ya he dicho es buena y eso hace que mantengamos el interés aunque el guion tenga todas estas cosas (otro ejemplo: a partir del meridiano, del capítulo 5, hace un amago de mejorar un poco la credibilidad del jefe en el infiltrado con las traiciones de los suyos de rigor y tal, porque antes no se la creía nadie, pero dura muy poco, un amago). La realización no está tampoco mal, es fluida y nos mete en la historia. Hay buenos personajes y conseguidas relaciones entre ellos (pero siempre de forma poco creíble debido a las actuaciones del marido y mujer, poniendo caras todo el rato: los otros deben de ser autistas, ya que al mirarles lo ven tan normal todo). Esa es otra, normalmente son muy buenas las actuaciones surcoreanas. Al protagonista no le conocía y me llevo apuntado su nombre. Tampoco es que haga un papel genial: tiende a remarcar demasiado su estado emocional y el conflicto, con las miradas excesivas para decirnos lo que ya sabemos y no es necesario subrayar porque entonces queda forzado, debería ser más contenido y quizás el director habérselo dicho más también, pero dentro de la serie es quien lleva el peso y lo sostiene más o menos.
En el final del 7 empieza a subir –de hecho la escena del ascensor con el de los cuchillos sin cuchillos es lo mejor de toda la serie, brutal, sin concesiones, lo que yo he amado y amo tanto: de los surcoreanos y de los buenos thrillers-, pero la serie hasta aquí se nos ha hecho larguísima, repetitiva y sin llevar un camino concreto (lo de la droga solo cobra importancia real en los capítulos finales, lo de la relación del infiltrado con el jefe nunca despega y los romances no convencen nada). Es decir, lo de empezar el conflicto (el verdadero peligro del infiltrado) tan tarde no tiene sentido, ha sido un estiramiento del chicle durante demasiados capítulos en los que tampoco los guiones han sabido bien a donde llevarnos (¿se fía de él como de un hermano?, ¿ha sido esa la progresión?, pues tampoco, ha dudado de él todo el rato en realidad y no es que se quieran mucho). Continúa también el rollo “buenazo” del protagonista que no hay ya quien se lo coma (y eso que digo que me apunto su nombre, pero del actor he terminado bastante cansado con esa constante afectación en cada palabra que dice o gesto que hace). Sus acciones más duras son sin que él lo pretenda, no vaya a ser que nos preguntemos por la moralidad del poli (lo contrario a lo del ascensor)... hasta llegar al 8 y, de repente, todo lo que se debería haber ido cociendo poco a poco lo meten con calzador. Pum... Ah, pero que no, casi, pero fue otro amago. Del poli gracioso, sin comentarios (en mezclar géneros son maestros, pero aquí... amago). Los últimos cuatro (pensaban que eran dos más, que largo y pesado todo): parecía que por fin y no, amago y encima un montón de cosas medio Disney medio ilógicas.
Y en eso, amigos, se resume la serie: en copiar clichés en un quiero, pero no puedo y en un amago constante. Para una película o una serie: EL PEOR DE LOS MALES.
Posdata 1: Me alucina que esta serie tenga de media ¡¡un 7.7!! (la otra crítica –mini crítica- que me encuentro aquí le pone ¡¡un 10!!) y que la última maravilla surcoreana que vi, justo antes que esta, también del 2023, “Mask Girl”, una joya de tragedia griega grotesca, tenga un 6.4, cuando esa sí que es de 10 en (casi) todo. Quiero creer es porque a aquella –mucho más famosa y yo que me alegro- la han votado más de 500 personas y a esta 80.
Posdata 2: Que curioso que los surcoreanos vean a los japoneses y, sobre todo, a los chinos (vaya comienzo grotesco y cómico el del capítulo 8) como los norteamericanos ven a los españoles: como esos mexicanos de sus películas pero toreando y ellas vestidas de sevillanas bailando por las calles. Pues lo mismo.
Posdata 3: Y otra curiosidad, fumar fuman un poco solo. No paran de fumar en cada plano. Desde “Peaky Blinders” no veía una serie o película donde se fumara más. Espero por el bien de los actores que, como en aquella, les dieran cigarros sin nicotina. Si no... la serie les va a costar más que a mí haberla visto entera.
Si a todo esto le unimos un rollo sentimentaloide, ahora sí “made in Corea”, que vendrá bien para sus romances (no me he visto ni uno ni pienso, gracias) pero que aquí te pega unos bajonazos de aúpa (un comentario aparte merecería la utilización de la música). Porque una cosa es la idea, la premisa (la mujer del infiltrado estuvo enamorada del jefe de los gánsteres y encima se vuelve a involucrar en esta infiltración y luego más tarde al marido se le aparece un pibona china, lío catapino) y otra muy distinta el cómo se lleva a cabo (ejemplo: ella muestra su amor por su marido constantemente –es un decir, parecen hermanos, un rollo Disney raro sin tocarse- no hay duda en ningún momento, así que no sabemos por qué el otro está tan jodido a no ser que tenga un problema psiquiátrico y se les haya olvidado decírnoslo). Todo me da un tufo malo que no puedo evitar olerlo. Y me hace que le busque las cosquillas a lo malo que tiene constantemente, lo admito.
Si le pongo un 6 es porque la premisa como ya he dicho es buena y eso hace que mantengamos el interés aunque el guion tenga todas estas cosas (otro ejemplo: a partir del meridiano, del capítulo 5, hace un amago de mejorar un poco la credibilidad del jefe en el infiltrado con las traiciones de los suyos de rigor y tal, porque antes no se la creía nadie, pero dura muy poco, un amago). La realización no está tampoco mal, es fluida y nos mete en la historia. Hay buenos personajes y conseguidas relaciones entre ellos (pero siempre de forma poco creíble debido a las actuaciones del marido y mujer, poniendo caras todo el rato: los otros deben de ser autistas, ya que al mirarles lo ven tan normal todo). Esa es otra, normalmente son muy buenas las actuaciones surcoreanas. Al protagonista no le conocía y me llevo apuntado su nombre. Tampoco es que haga un papel genial: tiende a remarcar demasiado su estado emocional y el conflicto, con las miradas excesivas para decirnos lo que ya sabemos y no es necesario subrayar porque entonces queda forzado, debería ser más contenido y quizás el director habérselo dicho más también, pero dentro de la serie es quien lleva el peso y lo sostiene más o menos.
En el final del 7 empieza a subir –de hecho la escena del ascensor con el de los cuchillos sin cuchillos es lo mejor de toda la serie, brutal, sin concesiones, lo que yo he amado y amo tanto: de los surcoreanos y de los buenos thrillers-, pero la serie hasta aquí se nos ha hecho larguísima, repetitiva y sin llevar un camino concreto (lo de la droga solo cobra importancia real en los capítulos finales, lo de la relación del infiltrado con el jefe nunca despega y los romances no convencen nada). Es decir, lo de empezar el conflicto (el verdadero peligro del infiltrado) tan tarde no tiene sentido, ha sido un estiramiento del chicle durante demasiados capítulos en los que tampoco los guiones han sabido bien a donde llevarnos (¿se fía de él como de un hermano?, ¿ha sido esa la progresión?, pues tampoco, ha dudado de él todo el rato en realidad y no es que se quieran mucho). Continúa también el rollo “buenazo” del protagonista que no hay ya quien se lo coma (y eso que digo que me apunto su nombre, pero del actor he terminado bastante cansado con esa constante afectación en cada palabra que dice o gesto que hace). Sus acciones más duras son sin que él lo pretenda, no vaya a ser que nos preguntemos por la moralidad del poli (lo contrario a lo del ascensor)... hasta llegar al 8 y, de repente, todo lo que se debería haber ido cociendo poco a poco lo meten con calzador. Pum... Ah, pero que no, casi, pero fue otro amago. Del poli gracioso, sin comentarios (en mezclar géneros son maestros, pero aquí... amago). Los últimos cuatro (pensaban que eran dos más, que largo y pesado todo): parecía que por fin y no, amago y encima un montón de cosas medio Disney medio ilógicas.
Y en eso, amigos, se resume la serie: en copiar clichés en un quiero, pero no puedo y en un amago constante. Para una película o una serie: EL PEOR DE LOS MALES.
Posdata 1: Me alucina que esta serie tenga de media ¡¡un 7.7!! (la otra crítica –mini crítica- que me encuentro aquí le pone ¡¡un 10!!) y que la última maravilla surcoreana que vi, justo antes que esta, también del 2023, “Mask Girl”, una joya de tragedia griega grotesca, tenga un 6.4, cuando esa sí que es de 10 en (casi) todo. Quiero creer es porque a aquella –mucho más famosa y yo que me alegro- la han votado más de 500 personas y a esta 80.
Posdata 2: Que curioso que los surcoreanos vean a los japoneses y, sobre todo, a los chinos (vaya comienzo grotesco y cómico el del capítulo 8) como los norteamericanos ven a los españoles: como esos mexicanos de sus películas pero toreando y ellas vestidas de sevillanas bailando por las calles. Pues lo mismo.
Posdata 3: Y otra curiosidad, fumar fuman un poco solo. No paran de fumar en cada plano. Desde “Peaky Blinders” no veía una serie o película donde se fumara más. Espero por el bien de los actores que, como en aquella, les dieran cigarros sin nicotina. Si no... la serie les va a costar más que a mí haberla visto entera.
7
2 de marzo de 2023
2 de marzo de 2023
31 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crítica al ver el primer capítulo (mal hecho) se titulaba REDENCIÓN, ACEPTACIÓN, REVELACIÓN. Lo mantengo porque al final la revelación sí llegó y es que no estaba viendo la tercera temporada de "The Mandalorian" sino la primera de "Bo-Katan", que no está mal pero no es lo mismo.
Era esta crítica (que ahora ya terminada la temporada te puedes saltar e ir al final):
-------------------------------------------------------------------------------------------
De eso va la tercera temporada y las dos primeras ya las he vivido, estoy a la espera de la tercera y todo tiene pinta de que sucederá.
-REDENCIÓN: La busco porque dudé. Dudé de esta tercera temporada. Al ver el tráiler dudé. Pero dudé antes. No veía sentido a continuar el viaje del Mandaloriano por la galaxia de nuevo con Grogu con él. Ya había cumplido su misión, me parecía estirar el chicle y ahora sin tener claro un destino. Dudé y busco mi redención. Porque el Mandaloriano ha vuelto junto a Grogu y la serie es la misma maravilla que me deslumbró en su primera y segunda temporada. Porque le han dado una vuelta maestra para comenzar de nuevo casi con los mismos personajes en otra misión tan importante y grande, quizás más grande, la de redimirse por haberse quitado el casco y poder volver a ser un Mandaloriano. Y para ello siguen el mismo esquema que tan bien les funcionó y que yo, como un idiota hereje, pensé que estaba agotado: ir de misión pequeña a misión pequeña hasta completar la gran misión. Y en ellas encontrar lo que encontramos entonces: la maravilla, la sorpresa, la acción, la aventura, la amistad, el amor, el miedo, la belleza, el misterio, la galaxia y todos los seres que nos esperan al lado de un Grogu cada vez más enternecedor (debe ser que ahora tengo un cachorro de perro que hasta se le parece) y un Mando que es el de siempre: valiente, sereno, honorable, sufriente, héroe, padre, amigo.
-ACEPTACIÓN: Va a ser una de las críticas más cortas que haga porque hasta las críticas creo que sobran para hablar de la serie que ha cambiado para siempre la aventura y la ópera espacial como en su día lo hizo la trilogía de películas de Star Wars, la serie que ha salvado además a la franquicia. Cuando la ha salvado a base de talento y amor. Con guiones, personajes, directores y actores maravillosos, con respeto y valentía a la hora de hacer el producto Star Wars definitivo. No hay gracias ni dinero en el mundo para agradecérselo. No hay crítica suficiente. Solo termina cada capítulo con tu cuerpo en un estado de felicidad al escuchar la sinfonía del final y da las gracias por lo que acabas de ver (y seguramente volverás a ver más veces). Porque esto es la felicidad. Porque le pondría un 10 rotundo desde la cabeza pero tendría más nota en realidad, ya que solo puedo hablar desde el corazón.
POSDATA: Mi pregunta es ¿si no os gusta "Star Wars", o lo que es igual: vas de guay por la vida diciendo que "Andor", la película y la serie son lo mejor de la franquicia -las menos "Star Wars" de todas las series y películas "Star Wars", con dos momentos contados buenos- y esto es basura, para qué ves una serie que es puro "Star Wars" de cuando "Star Wars" era maravilla pura?
-------------------------------------------------------------------------------------------------
-REVELACIÓN: Esta es la primera temporada de "Bo-Katan"
Terminada la serie solo puedo decir con todo el dolor de alguien que ha amado las otras dos temporadas con todo el corazón y que tiene un agradecimiento sin límites a la mera existencia de "The Mandalorian" por rescatar a toda la franquicia de "Star Wars" de hundirse en el olvido tras la infame última trilogía, sin olvidar el respeto infinito a ese par de genios llamados Dave Filoni (que también contribuyó a sostenerlo todo con su "The Clone Wars") y John Favreau, con todo eso a cuestas, que tengo que ponerle una nota mucho más baja de lo que esperaba, porque la revelación llegó pero no de la forma que yo esperaba (me niego a ponerle un 6 cmo otros por aquí, como serie independiente está muy bien): En realidad he esperado la tercera temporada de "The Mandalorian" y ésta no ha sido. Todo lo que comentaba al comienzo desapareció tras los primeros capítulos, la esencia que hizo de las dos temporadas pasadas un milagro de aventura, misterio, sorpresa y maravilla se evaporó para dar lugar a lo que preveía en el tráiler, que nos hemos desviado para contar la historia de Bo-Katan y el resto de mandalorianos, y la verdad es que todo ha sido más mecánico, más visto, más aburrido. Y aquí viene la pregunta: ¿No hubiera sido mejor cambiarle el nombre a la serie por "Bo-Katan" dejando al mandaloriano con lo que hace aquí, como hicieron con "El libro de Bobba Fett"? Creo que la tercera temporada de nuestro Mando y Grogu es la que ellos llamarán cuarta. Espero Favreau que esta vez Filoni no solo produzca sino también escriba, por el bien de todos. Gracias por una nueva serie de "Star Wars", esta primera temporada de "Bo-Katan".
Era esta crítica (que ahora ya terminada la temporada te puedes saltar e ir al final):
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De eso va la tercera temporada y las dos primeras ya las he vivido, estoy a la espera de la tercera y todo tiene pinta de que sucederá.
-REDENCIÓN: La busco porque dudé. Dudé de esta tercera temporada. Al ver el tráiler dudé. Pero dudé antes. No veía sentido a continuar el viaje del Mandaloriano por la galaxia de nuevo con Grogu con él. Ya había cumplido su misión, me parecía estirar el chicle y ahora sin tener claro un destino. Dudé y busco mi redención. Porque el Mandaloriano ha vuelto junto a Grogu y la serie es la misma maravilla que me deslumbró en su primera y segunda temporada. Porque le han dado una vuelta maestra para comenzar de nuevo casi con los mismos personajes en otra misión tan importante y grande, quizás más grande, la de redimirse por haberse quitado el casco y poder volver a ser un Mandaloriano. Y para ello siguen el mismo esquema que tan bien les funcionó y que yo, como un idiota hereje, pensé que estaba agotado: ir de misión pequeña a misión pequeña hasta completar la gran misión. Y en ellas encontrar lo que encontramos entonces: la maravilla, la sorpresa, la acción, la aventura, la amistad, el amor, el miedo, la belleza, el misterio, la galaxia y todos los seres que nos esperan al lado de un Grogu cada vez más enternecedor (debe ser que ahora tengo un cachorro de perro que hasta se le parece) y un Mando que es el de siempre: valiente, sereno, honorable, sufriente, héroe, padre, amigo.
-ACEPTACIÓN: Va a ser una de las críticas más cortas que haga porque hasta las críticas creo que sobran para hablar de la serie que ha cambiado para siempre la aventura y la ópera espacial como en su día lo hizo la trilogía de películas de Star Wars, la serie que ha salvado además a la franquicia. Cuando la ha salvado a base de talento y amor. Con guiones, personajes, directores y actores maravillosos, con respeto y valentía a la hora de hacer el producto Star Wars definitivo. No hay gracias ni dinero en el mundo para agradecérselo. No hay crítica suficiente. Solo termina cada capítulo con tu cuerpo en un estado de felicidad al escuchar la sinfonía del final y da las gracias por lo que acabas de ver (y seguramente volverás a ver más veces). Porque esto es la felicidad. Porque le pondría un 10 rotundo desde la cabeza pero tendría más nota en realidad, ya que solo puedo hablar desde el corazón.
POSDATA: Mi pregunta es ¿si no os gusta "Star Wars", o lo que es igual: vas de guay por la vida diciendo que "Andor", la película y la serie son lo mejor de la franquicia -las menos "Star Wars" de todas las series y películas "Star Wars", con dos momentos contados buenos- y esto es basura, para qué ves una serie que es puro "Star Wars" de cuando "Star Wars" era maravilla pura?
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-REVELACIÓN: Esta es la primera temporada de "Bo-Katan"
Terminada la serie solo puedo decir con todo el dolor de alguien que ha amado las otras dos temporadas con todo el corazón y que tiene un agradecimiento sin límites a la mera existencia de "The Mandalorian" por rescatar a toda la franquicia de "Star Wars" de hundirse en el olvido tras la infame última trilogía, sin olvidar el respeto infinito a ese par de genios llamados Dave Filoni (que también contribuyó a sostenerlo todo con su "The Clone Wars") y John Favreau, con todo eso a cuestas, que tengo que ponerle una nota mucho más baja de lo que esperaba, porque la revelación llegó pero no de la forma que yo esperaba (me niego a ponerle un 6 cmo otros por aquí, como serie independiente está muy bien): En realidad he esperado la tercera temporada de "The Mandalorian" y ésta no ha sido. Todo lo que comentaba al comienzo desapareció tras los primeros capítulos, la esencia que hizo de las dos temporadas pasadas un milagro de aventura, misterio, sorpresa y maravilla se evaporó para dar lugar a lo que preveía en el tráiler, que nos hemos desviado para contar la historia de Bo-Katan y el resto de mandalorianos, y la verdad es que todo ha sido más mecánico, más visto, más aburrido. Y aquí viene la pregunta: ¿No hubiera sido mejor cambiarle el nombre a la serie por "Bo-Katan" dejando al mandaloriano con lo que hace aquí, como hicieron con "El libro de Bobba Fett"? Creo que la tercera temporada de nuestro Mando y Grogu es la que ellos llamarán cuarta. Espero Favreau que esta vez Filoni no solo produzca sino también escriba, por el bien de todos. Gracias por una nueva serie de "Star Wars", esta primera temporada de "Bo-Katan".

4,7
3.000
1
22 de julio de 2023
22 de julio de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
-"Big Bad Wolves" es una película única.
-La mezcla de humor con asesino en serie es desconcertante pero brutal.
-La mezcla de asesino en serie con ajuste de cuentas es tremenda, sin vergüenza.
-Los actores están increíblemente bien, pasando de una línea a otra de forma fresca.
-El final es lo mejor de la película, una maravilla escalofriante en ese último plano.
-"Lobo Feroz" es una copia más española.
-La mezcla de ¿humor? con lo que sea es desconcertante pero previsible.
-La mezcla de lo que sea con ajuste de cuentas es de tremenda sinvergüenza.
-Los actores están increíblemente mal, pasando de una línea a otra de forma bochornosa.
-El final es lo peor de la película, una payasada que da escalofríos de lo plana que es.
Cada día las producciones españolas se superan así mismas en no tener vergüenza.
-La mezcla de humor con asesino en serie es desconcertante pero brutal.
-La mezcla de asesino en serie con ajuste de cuentas es tremenda, sin vergüenza.
-Los actores están increíblemente bien, pasando de una línea a otra de forma fresca.
-El final es lo mejor de la película, una maravilla escalofriante en ese último plano.
-"Lobo Feroz" es una copia más española.
-La mezcla de ¿humor? con lo que sea es desconcertante pero previsible.
-La mezcla de lo que sea con ajuste de cuentas es de tremenda sinvergüenza.
-Los actores están increíblemente mal, pasando de una línea a otra de forma bochornosa.
-El final es lo peor de la película, una payasada que da escalofríos de lo plana que es.
Cada día las producciones españolas se superan así mismas en no tener vergüenza.
Miniserie

6,3
667
10
13 de enero de 2024
13 de enero de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema:
“El sueño de la razón produce monstruos” decía Goya en uno de sus grotescos grabados. En esta grotesca obra de arte la belleza externa produce éxito (también en el amor y el sexo) y canallas. La fealdad externa (revocable) e interna produce fracaso y envidia (sobre todo en el amor y en el sexo) y monstruos. “Mi sueño es convertirme en alguien amada por todos”. Esto desencadena una tragedia que se nutre a través del tiempo y la sangre. Son monstruos amigos o enemigos. Monstruos más enfermos que feos. Más humanos que el resto de humanos, con sus debilidades y fortalezas, sus cosas malas y buenas. Monstruos valientes y rebeldes y, por lo tanto, trágicos. Y que viva la cirugía estética que ponga máscaras como soluciones inútiles a toda la rabia, la venganza, la tristeza y el dolor que llevamos por dentro y que suelen estar en las circunstancias más que en la genética. Y eso que los hijos y los padres, esa sangre que digo, aquí importan mucho. Pero el tiempo pasa y la vida dura marca y lo que importa es lo que siempre había importado aunque no le dieras valor. Pero ellas (esto es una serie de ellas) siguen contra todo y contra todos en un constante huida hacia delante, porque otros y otras les han jodido y les siguen jodiendo bien (se retroalimentan), porque ellas, sin nada que perder y aunque crean haber encontrado la paz a su eterna infelicidad (Dios da paz o venganza según convenga) deben devolver de nuevo los golpes (“Tú sembraste esta semilla”) en un círculo… ¿sin final?
Los personajes:
La chica fea que enferma de dolor y se convierte en una confundida y torturada psicópata por cosas del azar, el seguidor feo que enferma de dolor y se convierte en un confundido y torturado psicópata por cosas del azar, la madre fea que enferma de dolor y se convierte en una confundida y torturada psicópata por cosas del azar, la seguidora, la hija,...
Las actuaciones:
Portentosas, esa actriz de 31 años en su primer y difícil papel a cara (fea) descubierta (nunca mejor dicho), esa gran actriz que hace de madre y cambia de registro (aquí abnegada, rota y vengativa) como si fuera lo más fácil del mundo, y todos (y sobre todo todas) los (las) demás en encarnaciones que dan ganas de reír a veces, por no llorar otras o asustarte para luego partirte el corazón o volarte la cabeza casi siempre.
El estilo:
Una combinación perfecta entre la comedia más negra, la tragedia griega y el horror. La realidad más sucia y descarnada, contada a través de la realización más virtuosa, nuca gratuita y siempre al servicio dramático: llena de recuerdos pasados, de sueños, de pensamientos, de deseos, de mentiras e invenciones, de cosas que parecen tan artificiosas que solo pueden ser verdad. Una “masterclass” de la variedad en la utilización del plano y su encuadre, del movimiento de cámara, del montaje, de la música, hasta del color. Una clase de cine.
El guion:
Medido como un reloj, como deben de ser las buenas tragedias, con tramas que descolocan al principio, te dejan sin saber a dónde te llevan, pero te llevan, te arrastran sin poder parar. Luego siguen un patrón aparentemente simple en toda su complejidad, solapándose, complementándose, revirtiéndose y siguiendo inexorable hacia adelante en el tiempo. Un acontecimiento provocando el siguiente sin poder dar marcha atrás. Aunque a veces vuelva a descolocarte, el destino (el elemento clave de la tragedia) te lleva hasta el desenlace, sin máscaras, en lucha desde dentro y por el fruto que no tiene la culpa de nada. Con una estructura río, de personaje por capítulo, perfecta para deambular en la difícil psique de cada uno de sus protagonistas y su peripecia dramática. Con comienzos y finales que impactan. Una serie que puede ir a cualquier sitio (en espacio y tiempo) y va y de cualquier manera (juntando comedia con tragedia, acción con drama, horror con belleza) y te lleva con ella. Con un arco cada dos capítulos y un final-círculo que se cierra (si bien es el único "pero" que le podría poner-en spoiler-).
El conjunto:
Lo redondo en guion, actuación, producción y dirección. Lo que llamo una serie perfecta. Lo que toca y como lo toca, la vida actual, pero llevada al paroxismo, que si lo que toca te toca es una de las series de tu vida, de la mía. Lo que no te puedes perder, un tremebundo carrusel de sorpresas y emociones y percances, un circo tenebroso de sonrisas y lágrimas y venganzas, un portento de puro entretenimiento y puro cine y puro arte.
Corea del Sur:
Que la producción de Corea del Sur y su constante parto de nuevos genios no decaiga nunca. Os admiro profundamente: por vuestro valor, vuestra frescura, vuestra huida de complejos y ese lanzarse al vacío con propuestas casi imposibles, vuestro conocimiento maestro del medio en todas sus facetas, vuestra reformulación y mezcla de géneros, por tocar temas tan extremos y convertirlos en verdades tan creíbles en pantalla. Porque el cine (y las series) tienen ese poder y vosotros le rendís pleitesía a ese poder, lo respetáis, el sublimar la realidad, llenarla de matices y capas, alimentarla de posibilidades y hallazgos, jugar con ella, llevarla al extremo. Porque lo que hacéis es arte y entretenimiento entendido como una de las bellas artes e incluso, a veces, hasta un arte necesario. “Mask Girl” es oro puro. Es algo que no has visto antes (aunque siempre lo digo) y quizás no vuelvas a ver (y lo vuelven a hacer) pero te aseguro que no olvidarás. No se le pude pedir más al arte de contar historias en una pantalla (en el cine, en televisión o en el ordenador) y solo se puede estar agradecido por reconciliarse a lo grande con todo ello. Bravo una y mil veces.
Mi nota:
Porque no sé ahora mismo si es la mejor serie surcoreana que he visto respecto a la sociedad del hoy o sobre la venganza en clave femenino (recuerdo al momento esa otra maravilla llamada “My Name”) o directamente la mejor serie en general que he visto sobre ese tema o el otro o cualquiera (lo cual es imposible). Solo por la duda.
“El sueño de la razón produce monstruos” decía Goya en uno de sus grotescos grabados. En esta grotesca obra de arte la belleza externa produce éxito (también en el amor y el sexo) y canallas. La fealdad externa (revocable) e interna produce fracaso y envidia (sobre todo en el amor y en el sexo) y monstruos. “Mi sueño es convertirme en alguien amada por todos”. Esto desencadena una tragedia que se nutre a través del tiempo y la sangre. Son monstruos amigos o enemigos. Monstruos más enfermos que feos. Más humanos que el resto de humanos, con sus debilidades y fortalezas, sus cosas malas y buenas. Monstruos valientes y rebeldes y, por lo tanto, trágicos. Y que viva la cirugía estética que ponga máscaras como soluciones inútiles a toda la rabia, la venganza, la tristeza y el dolor que llevamos por dentro y que suelen estar en las circunstancias más que en la genética. Y eso que los hijos y los padres, esa sangre que digo, aquí importan mucho. Pero el tiempo pasa y la vida dura marca y lo que importa es lo que siempre había importado aunque no le dieras valor. Pero ellas (esto es una serie de ellas) siguen contra todo y contra todos en un constante huida hacia delante, porque otros y otras les han jodido y les siguen jodiendo bien (se retroalimentan), porque ellas, sin nada que perder y aunque crean haber encontrado la paz a su eterna infelicidad (Dios da paz o venganza según convenga) deben devolver de nuevo los golpes (“Tú sembraste esta semilla”) en un círculo… ¿sin final?
Los personajes:
La chica fea que enferma de dolor y se convierte en una confundida y torturada psicópata por cosas del azar, el seguidor feo que enferma de dolor y se convierte en un confundido y torturado psicópata por cosas del azar, la madre fea que enferma de dolor y se convierte en una confundida y torturada psicópata por cosas del azar, la seguidora, la hija,...
Las actuaciones:
Portentosas, esa actriz de 31 años en su primer y difícil papel a cara (fea) descubierta (nunca mejor dicho), esa gran actriz que hace de madre y cambia de registro (aquí abnegada, rota y vengativa) como si fuera lo más fácil del mundo, y todos (y sobre todo todas) los (las) demás en encarnaciones que dan ganas de reír a veces, por no llorar otras o asustarte para luego partirte el corazón o volarte la cabeza casi siempre.
El estilo:
Una combinación perfecta entre la comedia más negra, la tragedia griega y el horror. La realidad más sucia y descarnada, contada a través de la realización más virtuosa, nuca gratuita y siempre al servicio dramático: llena de recuerdos pasados, de sueños, de pensamientos, de deseos, de mentiras e invenciones, de cosas que parecen tan artificiosas que solo pueden ser verdad. Una “masterclass” de la variedad en la utilización del plano y su encuadre, del movimiento de cámara, del montaje, de la música, hasta del color. Una clase de cine.
El guion:
Medido como un reloj, como deben de ser las buenas tragedias, con tramas que descolocan al principio, te dejan sin saber a dónde te llevan, pero te llevan, te arrastran sin poder parar. Luego siguen un patrón aparentemente simple en toda su complejidad, solapándose, complementándose, revirtiéndose y siguiendo inexorable hacia adelante en el tiempo. Un acontecimiento provocando el siguiente sin poder dar marcha atrás. Aunque a veces vuelva a descolocarte, el destino (el elemento clave de la tragedia) te lleva hasta el desenlace, sin máscaras, en lucha desde dentro y por el fruto que no tiene la culpa de nada. Con una estructura río, de personaje por capítulo, perfecta para deambular en la difícil psique de cada uno de sus protagonistas y su peripecia dramática. Con comienzos y finales que impactan. Una serie que puede ir a cualquier sitio (en espacio y tiempo) y va y de cualquier manera (juntando comedia con tragedia, acción con drama, horror con belleza) y te lleva con ella. Con un arco cada dos capítulos y un final-círculo que se cierra (si bien es el único "pero" que le podría poner-en spoiler-).
El conjunto:
Lo redondo en guion, actuación, producción y dirección. Lo que llamo una serie perfecta. Lo que toca y como lo toca, la vida actual, pero llevada al paroxismo, que si lo que toca te toca es una de las series de tu vida, de la mía. Lo que no te puedes perder, un tremebundo carrusel de sorpresas y emociones y percances, un circo tenebroso de sonrisas y lágrimas y venganzas, un portento de puro entretenimiento y puro cine y puro arte.
Corea del Sur:
Que la producción de Corea del Sur y su constante parto de nuevos genios no decaiga nunca. Os admiro profundamente: por vuestro valor, vuestra frescura, vuestra huida de complejos y ese lanzarse al vacío con propuestas casi imposibles, vuestro conocimiento maestro del medio en todas sus facetas, vuestra reformulación y mezcla de géneros, por tocar temas tan extremos y convertirlos en verdades tan creíbles en pantalla. Porque el cine (y las series) tienen ese poder y vosotros le rendís pleitesía a ese poder, lo respetáis, el sublimar la realidad, llenarla de matices y capas, alimentarla de posibilidades y hallazgos, jugar con ella, llevarla al extremo. Porque lo que hacéis es arte y entretenimiento entendido como una de las bellas artes e incluso, a veces, hasta un arte necesario. “Mask Girl” es oro puro. Es algo que no has visto antes (aunque siempre lo digo) y quizás no vuelvas a ver (y lo vuelven a hacer) pero te aseguro que no olvidarás. No se le pude pedir más al arte de contar historias en una pantalla (en el cine, en televisión o en el ordenador) y solo se puede estar agradecido por reconciliarse a lo grande con todo ello. Bravo una y mil veces.
Mi nota:
Porque no sé ahora mismo si es la mejor serie surcoreana que he visto respecto a la sociedad del hoy o sobre la venganza en clave femenino (recuerdo al momento esa otra maravilla llamada “My Name”) o directamente la mejor serie en general que he visto sobre ese tema o el otro o cualquiera (lo cual es imposible). Solo por la duda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El "pero" del final:
Es evidente que el final, el círculo tiene que cerrarse de otra forma, la única posible para que la tragedia griega sea perfecta: La que tenía que haber muerto es la niña y Mask Girl tendría que haber revelado que se quedó embarazada del hijo que mató. La madre acababa de matar a su suegra y a su nieta. Una nieta que era lo único que le quedaba de su hijo, ese algo que era lo único que ya no tenía y por lo que clama venganza. Es decir que la niña que la llama abuela era cierto que lo era. Ese es el único final posible y me extraña mucho que el director y guionista no lo tuviera en cuenta, ya que el resto del guion roza la perfección. ¿Imposición de los siempre metomentodo productores? Quién sabe. Una pena, pero me niego a bajarle del 10 que merece.
Es evidente que el final, el círculo tiene que cerrarse de otra forma, la única posible para que la tragedia griega sea perfecta: La que tenía que haber muerto es la niña y Mask Girl tendría que haber revelado que se quedó embarazada del hijo que mató. La madre acababa de matar a su suegra y a su nieta. Una nieta que era lo único que le quedaba de su hijo, ese algo que era lo único que ya no tenía y por lo que clama venganza. Es decir que la niña que la llama abuela era cierto que lo era. Ese es el único final posible y me extraña mucho que el director y guionista no lo tuviera en cuenta, ya que el resto del guion roza la perfección. ¿Imposición de los siempre metomentodo productores? Quién sabe. Una pena, pero me niego a bajarle del 10 que merece.
Miniserie

6,6
71
9
22 de diciembre de 2023
22 de diciembre de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Los dos primeros puntos, sobre Corea del sur y sobre el realismo en el género de superhéroes, los he dejado abajo, en "Zona Spoiler", no contiene spoilers)
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3. El “Vigilante”…
…da un paso más. La serie no inventa un personaje rompedor, pero da un paso más. Se apropia del realismo y de lo cotidiano hasta un nivel que no he visto antes (si excluimos quizás el “Súper” de, sí, otra vez, James Gunn y el “Kick-Ass” de Matthew Vaughn, aunque esta última con muchos peros pues, aunque realista, mantiene demasiadas cosas que la emparejan con los enmascarados de tono “marveliano”, pertenezcan o no a esa editorial). Así nos encontramos con un estudiante de una academia de policía en Seúl que, traumatizado cuando sus padres son asesinados por un tarado –sí, es un eco de Batman, una y otra vez Batman- y que al crecer se convierte en un justiciero, en un vigilante. Hasta aquí todo bien. Lo que le da un salto con respecto a todo el realismo anterior son dos cosas: una, que tiene que ver con su fondo, con lo que nos cuenta y es que la pena que imparte este vigilante es la muerte. No es un superhéroe, por lo tanto, que tenga una moral rígida, contenga sus emociones y actúe siempre sin cruzar una línea roja. No, es un psicópata de pleno derecho (de hecho es un asesino en serie) que actúa de forma impulsiva, sentimental y brutal contra los otros psicópatas que se han librado de la justicia por los huecos y recovecos, por lo imperfecto, de las leyes de los hombres. ¿Quién mejor conoce estos huecos que un policía, quién mejor para dar con los delincuentes que él que tiene acceso directo a sus datos? Lo segundo que la convierte en algo nuevo es su propia realización, es decir, su forma. Mantiene en guion su adhesión al cine negro, al thriller (el último “The Batman” también lo es), pero no es premeditadamente barroca en su oscuridad, ni es épica, no es trágica, no es cómica, no es excesivamente dramática. Es, simple y llanamente, como la vida misma. Y como en la vida hay todo lo anterior, pero no es un realismo sucio elevado al paroxismo, es naturalismo. Lo que nos impresiona y fascina es que parecemos estar asistiendo a la historia de alguien que podría existir perfectamente en nuestro mundo. Este sí. El típico aviso al comienzo de cada capítulo: “las personas y los hechos son totalmente ficticios” cobra aquí una importancia especial. De hecho, nos sorprende que este vigilante no exista. Quizás ande por ahí.
4. La serie…
…está muy bien escrita, muy bien dirigida y muy bien interpretada. Todo funciona en ella:
4.1 El protagonista, que está perfectamente escogido: un actor muy grande (mide 1.88 m) y joven, con un rostro inocente que se transforma en una máscara vengativa seria e imponente (bajo una simple capucha y al descubierto) cuando ejecuta a sus víctimas. Porque lo son, los malos, aquí son las víctimas del bueno. Además, actúa muy bien, como todo el resto de actores y actrices que salen en la serie.
4.2 El guion, que asume esa idea como su base y desarrolla la persecución mediática (que lo alimenta presentándole a los delincuentes que tiene que ajusticiar –una crítica a lo que el público quiere ver-) y policial (sus propios compañeros) para encontrarle, para encontrar a un asesino que es idolatrado por la gente (y que incluso le imitan –ecos de “El Caballero Oscuro”-). Los momentos más ligeros (su vida entre semana, pues solo ejecuta los fines de semana, cuando está libre de la academia –aquí hay ecos de Spider-Man-) se mezclan perfectamente con los momentos más sanguinarios. Queremos que los mate, estamos de su parte y eso quizás a alguien le hará sentirse un poco incómodo (a mí, ni un poco).
Es verdad que en los capítulos finales la idea se va desinflando un poco para hincharse de algo menos naturalista, pero el final es maravilloso. No tiene un 10 por eso.
4.3 El villano doble, por un lado, un jefe de policía encargado de darle caza y que es alguien con unos métodos igual que los suyos (y un actor igual de grande), alguien del que dudamos todo el rato y por otra, los que no dudamos de que lo sean: todo el entramado de poder que campa a sus anchas y que incluyen mafiosos, jefes de policía, sicarios, la iglesia...
4.4 El aliado, el contrapunto del héroe, mi personaje favorito, un tipo rico que le ayuda, siempre entusiasta, riéndose de la muerte. Genial.
4.5 La dirección, que no pretende crear estilo y se vuelve casi documental, invisible, favoreciendo y supeditándose también a ese naturalismo. Todo es tan sencillo y a la vez tan inevitable como la vida misma.
5. La conclusión…
…es que es una serie distinta, fresca y fascinante dentro de su sencillez sobre un tema sobreexplotado hasta el aburrimiento. Que es una serie tan bien hecha y tan coherente que se pasa como un suspiro, entretiene y te deja con ganas de más. Que es una serie que te hace creer en la existencia posible de un justiciero, que te hace querer que exista y a la vez te parece que moralmente sería malo que existiera (como comenté a mí ni un poco, siempre he creído en el ojo por ojos, diente por diente). Que te hace pensar que si existiera sería tal y como aquí nos lo representan. Para mí, una casi obra maestra.
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3. El “Vigilante”…
…da un paso más. La serie no inventa un personaje rompedor, pero da un paso más. Se apropia del realismo y de lo cotidiano hasta un nivel que no he visto antes (si excluimos quizás el “Súper” de, sí, otra vez, James Gunn y el “Kick-Ass” de Matthew Vaughn, aunque esta última con muchos peros pues, aunque realista, mantiene demasiadas cosas que la emparejan con los enmascarados de tono “marveliano”, pertenezcan o no a esa editorial). Así nos encontramos con un estudiante de una academia de policía en Seúl que, traumatizado cuando sus padres son asesinados por un tarado –sí, es un eco de Batman, una y otra vez Batman- y que al crecer se convierte en un justiciero, en un vigilante. Hasta aquí todo bien. Lo que le da un salto con respecto a todo el realismo anterior son dos cosas: una, que tiene que ver con su fondo, con lo que nos cuenta y es que la pena que imparte este vigilante es la muerte. No es un superhéroe, por lo tanto, que tenga una moral rígida, contenga sus emociones y actúe siempre sin cruzar una línea roja. No, es un psicópata de pleno derecho (de hecho es un asesino en serie) que actúa de forma impulsiva, sentimental y brutal contra los otros psicópatas que se han librado de la justicia por los huecos y recovecos, por lo imperfecto, de las leyes de los hombres. ¿Quién mejor conoce estos huecos que un policía, quién mejor para dar con los delincuentes que él que tiene acceso directo a sus datos? Lo segundo que la convierte en algo nuevo es su propia realización, es decir, su forma. Mantiene en guion su adhesión al cine negro, al thriller (el último “The Batman” también lo es), pero no es premeditadamente barroca en su oscuridad, ni es épica, no es trágica, no es cómica, no es excesivamente dramática. Es, simple y llanamente, como la vida misma. Y como en la vida hay todo lo anterior, pero no es un realismo sucio elevado al paroxismo, es naturalismo. Lo que nos impresiona y fascina es que parecemos estar asistiendo a la historia de alguien que podría existir perfectamente en nuestro mundo. Este sí. El típico aviso al comienzo de cada capítulo: “las personas y los hechos son totalmente ficticios” cobra aquí una importancia especial. De hecho, nos sorprende que este vigilante no exista. Quizás ande por ahí.
4. La serie…
…está muy bien escrita, muy bien dirigida y muy bien interpretada. Todo funciona en ella:
4.1 El protagonista, que está perfectamente escogido: un actor muy grande (mide 1.88 m) y joven, con un rostro inocente que se transforma en una máscara vengativa seria e imponente (bajo una simple capucha y al descubierto) cuando ejecuta a sus víctimas. Porque lo son, los malos, aquí son las víctimas del bueno. Además, actúa muy bien, como todo el resto de actores y actrices que salen en la serie.
4.2 El guion, que asume esa idea como su base y desarrolla la persecución mediática (que lo alimenta presentándole a los delincuentes que tiene que ajusticiar –una crítica a lo que el público quiere ver-) y policial (sus propios compañeros) para encontrarle, para encontrar a un asesino que es idolatrado por la gente (y que incluso le imitan –ecos de “El Caballero Oscuro”-). Los momentos más ligeros (su vida entre semana, pues solo ejecuta los fines de semana, cuando está libre de la academia –aquí hay ecos de Spider-Man-) se mezclan perfectamente con los momentos más sanguinarios. Queremos que los mate, estamos de su parte y eso quizás a alguien le hará sentirse un poco incómodo (a mí, ni un poco).
Es verdad que en los capítulos finales la idea se va desinflando un poco para hincharse de algo menos naturalista, pero el final es maravilloso. No tiene un 10 por eso.
4.3 El villano doble, por un lado, un jefe de policía encargado de darle caza y que es alguien con unos métodos igual que los suyos (y un actor igual de grande), alguien del que dudamos todo el rato y por otra, los que no dudamos de que lo sean: todo el entramado de poder que campa a sus anchas y que incluyen mafiosos, jefes de policía, sicarios, la iglesia...
4.4 El aliado, el contrapunto del héroe, mi personaje favorito, un tipo rico que le ayuda, siempre entusiasta, riéndose de la muerte. Genial.
4.5 La dirección, que no pretende crear estilo y se vuelve casi documental, invisible, favoreciendo y supeditándose también a ese naturalismo. Todo es tan sencillo y a la vez tan inevitable como la vida misma.
5. La conclusión…
…es que es una serie distinta, fresca y fascinante dentro de su sencillez sobre un tema sobreexplotado hasta el aburrimiento. Que es una serie tan bien hecha y tan coherente que se pasa como un suspiro, entretiene y te deja con ganas de más. Que es una serie que te hace creer en la existencia posible de un justiciero, que te hace querer que exista y a la vez te parece que moralmente sería malo que existiera (como comenté a mí ni un poco, siempre he creído en el ojo por ojos, diente por diente). Que te hace pensar que si existiera sería tal y como aquí nos lo representan. Para mí, una casi obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1. Los surcoreanos…
…llevan décadas siendo la mejor industria cinematográfica y en los últimos tiempos también productora de series. Y lo son porque deconstruyen los géneros, los subliman y les añaden hallazgos que los terminan de elevar a un nivel que parece que los han reinventado del todo o incluso los han inventado de nuevo. Por supuesto que también se hacen cosas bastante más modestas y otras que son directamente malas. Me hubiera preocupado ver solo una maravilla detrás de otra, pero el tanto por ciento que es abrumadoramente bueno no lo tienen ninguna otra industria. Son valientes, confían en su instinto, confían en su capacidad técnica y creativa para que una idea nueva consiga la excelencia. Quiero decir con todo esto que solo era cuestión de tiempo que abordaran la figura del superhéroe y la transformaran en algo nuevo y estimulante.
2. La idea del superhéroe…
…lleva a su vez décadas estancada en el cine. El superhéroe había nacido tal y como lo conocemos en una fecha tan lejana como 1978 con la película “Superman” de Richard Donner. Era una película luminosa que rendía homenaje al cómic y, aunque pertenecía a DC, fue en tiempos modernos Marvel quien adoptaría su modelo. Unos años más tarde, en 1986, Alan Moore lo cambiaría todo en el mundo del cómic con su “Watchmen”. Pero harían falta dos décadas más para que sucediera lo mismo en el cine. En 2006 Christopher Nolan sorprendería al mundo con su trilogía sobre Batman. En realidad, el cambio vino un poco antes pues sería M. Night Shyamalan quien cogería las esencias del cómic norteamericano sobre los justicieros enmascarados y las vertería en esa obra maestra que es “El Protegido” allá por el año 2000. Todo aquello dio lugar a un nuevo enfoque más realista del superhéroe. Las atmósferas se volvían más oscuras, los problemas de los protagonistas estaban más apegados a nuestro día a día, su psicología se llenaba de claros y oscuros, de matices, de dudas, en una palabra, se volvían más reales. Al mismo tiempo a los villanos les ocurría lo mismo, no eran el mal absoluto, solo eran seres humanos y sus circunstancias. Fue algo necesario para que el género de superhéroes en el cine pasara del tono infantil que arrastraba a un tono maduro y a un prestigio que no había tenido hasta entonces. Pero desde entonces ese nuevo tono no ha hecho más que repetirse hasta la saciedad. Lo rompedor volvería a ser de nuevo las películas que añadían más humor, más luz, que eran más autoconscientes de su cualidad comiquera, esto es desapegado de la realidad. Se volvía al escapismo, a los superpoderes como cualidad intrínseca del enmascarado. Marvel empezó a reinar frente a la más oscura DC. Cierto es que con James Gunn y otros directores se le añadió capas y capas de complejidad y una refrescante ironía que las volvían mucho más profundas de lo que a priori, por los héroes elegidos o sus aventuras, podían dar de sí. Y una vez más hemos vuelto ahora (Gunn se ha pasado a DC de hecho) al realismo sucio con la nueva “The Batman” y la nueva “Joker”. La vuelta volvía a ser con ellos, claro. Son los únicos (o casi únicos) superhéroe y villano que no tienen superpoderes, que son tan solo humanos con sus contradicciones.
…llevan décadas siendo la mejor industria cinematográfica y en los últimos tiempos también productora de series. Y lo son porque deconstruyen los géneros, los subliman y les añaden hallazgos que los terminan de elevar a un nivel que parece que los han reinventado del todo o incluso los han inventado de nuevo. Por supuesto que también se hacen cosas bastante más modestas y otras que son directamente malas. Me hubiera preocupado ver solo una maravilla detrás de otra, pero el tanto por ciento que es abrumadoramente bueno no lo tienen ninguna otra industria. Son valientes, confían en su instinto, confían en su capacidad técnica y creativa para que una idea nueva consiga la excelencia. Quiero decir con todo esto que solo era cuestión de tiempo que abordaran la figura del superhéroe y la transformaran en algo nuevo y estimulante.
2. La idea del superhéroe…
…lleva a su vez décadas estancada en el cine. El superhéroe había nacido tal y como lo conocemos en una fecha tan lejana como 1978 con la película “Superman” de Richard Donner. Era una película luminosa que rendía homenaje al cómic y, aunque pertenecía a DC, fue en tiempos modernos Marvel quien adoptaría su modelo. Unos años más tarde, en 1986, Alan Moore lo cambiaría todo en el mundo del cómic con su “Watchmen”. Pero harían falta dos décadas más para que sucediera lo mismo en el cine. En 2006 Christopher Nolan sorprendería al mundo con su trilogía sobre Batman. En realidad, el cambio vino un poco antes pues sería M. Night Shyamalan quien cogería las esencias del cómic norteamericano sobre los justicieros enmascarados y las vertería en esa obra maestra que es “El Protegido” allá por el año 2000. Todo aquello dio lugar a un nuevo enfoque más realista del superhéroe. Las atmósferas se volvían más oscuras, los problemas de los protagonistas estaban más apegados a nuestro día a día, su psicología se llenaba de claros y oscuros, de matices, de dudas, en una palabra, se volvían más reales. Al mismo tiempo a los villanos les ocurría lo mismo, no eran el mal absoluto, solo eran seres humanos y sus circunstancias. Fue algo necesario para que el género de superhéroes en el cine pasara del tono infantil que arrastraba a un tono maduro y a un prestigio que no había tenido hasta entonces. Pero desde entonces ese nuevo tono no ha hecho más que repetirse hasta la saciedad. Lo rompedor volvería a ser de nuevo las películas que añadían más humor, más luz, que eran más autoconscientes de su cualidad comiquera, esto es desapegado de la realidad. Se volvía al escapismo, a los superpoderes como cualidad intrínseca del enmascarado. Marvel empezó a reinar frente a la más oscura DC. Cierto es que con James Gunn y otros directores se le añadió capas y capas de complejidad y una refrescante ironía que las volvían mucho más profundas de lo que a priori, por los héroes elegidos o sus aventuras, podían dar de sí. Y una vez más hemos vuelto ahora (Gunn se ha pasado a DC de hecho) al realismo sucio con la nueva “The Batman” y la nueva “Joker”. La vuelta volvía a ser con ellos, claro. Son los únicos (o casi únicos) superhéroe y villano que no tienen superpoderes, que son tan solo humanos con sus contradicciones.
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