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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2021
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película histórica –basada en hechos reales– (Alfonso Gomez–Rejon, 2017), ambientada en el siglo XIX, que cuenta la feroz competencia entre Thomas Alva Edison (Benedict Cumberbatch) y George Westinghouse (Michael Shannon) por instalar los primeros sistemas de energía eléctrica en los EEUU.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1880, EEUU. Edison y Westinghouse están a punto de iniciar la carrera por la electricidad, el ingenio que cambiará el mundo. Edison es popular, arrogante y presume de grandes avances en su campo. Westinghouse es sagaz, racional y ha amasado una gran fortuna gracias al gas y al freno para ferrocarril.

En 1882, en Manhattan (Nueva York), Edison, gracias al apoyo del banquero JP Morgan (Matthew Macfadyen), se adelanta en la carrera e inaugura la primera red de luz eléctrica con corriente continua [CC]. Edison trabaja en Menlo Park (Nueva Jersey) y contrata al genio Nikola Tesla (Nicholas Hoult), que poco más tarde se separa y funda su propia empresa: la Tesla Electric Light Company (1884).

Por su parte, Westinghouse desarrolla equipos y motores de corriente alterna [CA] en Pittsburgh (Pensilvania) bajo el nombre de Westinghouse Electric Company (1886), utilizando patentes y avances logrados por el propio Edison.

Edison, enfurecido y desoyendo a JP Morgan y a Tesla, que le aconsejan cambiar a la CA, arremete contra Westinghouse en una campaña de difamación de la CA que incluye espectáculos públicos de electrocución de animales. Westinghouse trabaja con Franklin L. Pope (Stanley Townsend), primero, y después con el propio Tesla.

En este intenso escenario, dos hechos vitales se están fraguando. Por una parte, la oferta del gobierno de EEUU a Edison para crear la silla eléctrica (“La silla de la muerte”). Por la otra, el concurso para la concesión de la electricidad que alumbrará el gran escaparate mundial que supondrá la Exposición de Chicago de 1893 (“La ciudad de las luces”) Dos sucesos conectados y muy diferentes que darán como vencedor a uno sólo de los dos: ¿Edison o Westinghouse?.

CRÍTICA

Gran producción estadounidense con un excelente guión (Michael Mitnick) y una música (Danny Bensi, Saunder Jurriaans) y una fotografía (Chung Chung-hoon) espectaculares. El resto del reparto también está a la altura [Samuel Insull, magnate de los negocios y colaborador de Edison (Tom Holland); Mary Stilwell, esposa de Edison (Tuppence Middleton); Marguerite Erskine Walker, esposa de Westinghouse (Katherine Waterston); William Kemmler, el primer condenado a morir en la silla eléctrica (Conor MacNeill)].

La electricidad que enfrentó a Edison (1847–1931) y Westinghouse (1846–1914) fue uno de los motores de la Segunda Revolución Industrial. Visto con la perspectiva del tiempo, el más perjudicado en esta lucha está claro que fue Tesla (1856–1943), el genio serbio, aunque sería más conveniente decir el “ingenuo” serbio. Nikola Tesla fue un hombre capaz de imaginar el Mundo en unas proporciones inimaginables para cualquier cerebro de cualquier época.

Esta revolución eléctrica fue una carrera por las patentes, como en el caso de la humilde bombilla incandescente. Antes de que Edison registrara su patente para una “lámpara eléctrica para dar luz por incandescencia” (EEUU Nº 223898), en 1880, quedaron por el camino los esfuerzos de Humphry Davy, Warren de la Rue, James Bowman Lindsay y Joseph Wilson Swan. Otro inventor fundamental en el desarrollo de filamentos, y que aparece fugazmente en la película interpretado por Simon Manyonda, fue el afroamericano Lewis Latimer.

Franklin Leonard Pope (1840–1895), que aparece fielmente ligado a Westinghouse, estuvo asociado con Thomas Edison durante un breve período de tiempo, entre 1869 y 1870, y no se incorporó al equipo de Westinghouse hasta 1984. Otro de los elementos que aparece de forma recurrente en la película es el teléfono, un aparato que enfrentó a Antonio Meucci y Graham Bell. Es un mundo tangible para unos, que juegan a caballo ganador poniendo sus huevos en varias cestas (JP Morgan: “El valor de algo es la suma más alta que alguien esté dispuesto a pagar”) y de ilusiones para otros, más humildes quizás, pero con un pensamiento mayor (Tesla: “Lo único eterno es todo aquello que no se encuentra en el reino físico y llega en ambas direcciones”). Mágica.
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