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Críticas ordenadas por utilidad
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5,7
563
6
24 de febrero de 2014
24 de febrero de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película producida con ocasión de la devolución de Hong-Kong en 1997 y en la que se narra el problema ocasionado por la droga procedente de India y traficada por los ingleses. Hacia 1830 los drogadictos en China ya eran muchos y el gobierno imperial decidió poner al frente al delegado Lin Zexu quien empezó a cortar cabezas y meter en la cárcel a todos los consumidores de opio. Pero las decisiones imperiales podían descabezar a todo el gobierno territorial del imperio y hundir el comercio internacional de Inglaterra. La alarma cundió en el parlamento de Londres y, con excusas fútiles, Inglaterra emprendió en 1840 una guerra contra el Imperio Celeste que va a ganar por la superioridad en armamento. Así es que el emperador decide que es mejor conservar el imperio y perder temporalmente la colonia de Hong-Kong, que en el 97 fue devuelta a China.
La película cuenta la primera guerra del opio (1839-42) u deja para otro momento la segunda (1856-60).
Lo que perseguía Inglaterra es, además de inflar los bolsillo de los comerciantes del opio ingles, es forzar la situación para que China abandona su política proteccionista y comprara más productos a Inglaterra cuyo comercio estaba desequilibrado por las grande importaciones de té, seda, porcelana y especias pagados en lingotes de plata. El opio era usado como medicina por los chinos con el consiguiente problema de adición. Hacia 1838 el contrabando superaba las 1.400 toneladas y el consumo, muy caro en los fumaderos, estaba arruinando a muchas familias medias.
La película está bien llevada y en ella se ha puesto mucho cuidado en la reconstrucción de los ambientes de las familias de alto rango, en las vestiduras, carruajes y las dificultades que trajo a China el consumo del opio y las facilidades con que una potencia naval como Inglaterra tuvo para apoderarse del puerto de Hong-Kong.
La película cuenta la primera guerra del opio (1839-42) u deja para otro momento la segunda (1856-60).
Lo que perseguía Inglaterra es, además de inflar los bolsillo de los comerciantes del opio ingles, es forzar la situación para que China abandona su política proteccionista y comprara más productos a Inglaterra cuyo comercio estaba desequilibrado por las grande importaciones de té, seda, porcelana y especias pagados en lingotes de plata. El opio era usado como medicina por los chinos con el consiguiente problema de adición. Hacia 1838 el contrabando superaba las 1.400 toneladas y el consumo, muy caro en los fumaderos, estaba arruinando a muchas familias medias.
La película está bien llevada y en ella se ha puesto mucho cuidado en la reconstrucción de los ambientes de las familias de alto rango, en las vestiduras, carruajes y las dificultades que trajo a China el consumo del opio y las facilidades con que una potencia naval como Inglaterra tuvo para apoderarse del puerto de Hong-Kong.
23 de agosto de 2012
23 de agosto de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Giulietta [Giulietta Masina], una mujer en los 40, está totalmente volcada con su marido [Mario Pisu] pero él está en otros quehaceres. Giulietta cree razonablemente que su marido tiene una amante y ella, supersticiosa e ingenua, a instancias de amigas de su clase alta y pamplinosa, anda de la ceca a la meca buscando quien le pueda informar de lo que le pasa a su marido. Para ello le sugieren sus amigas sesiones espiritistas, visita a los gurús más estrafalarios que, a la postre, no le solucionan el problema. Su angustia le lleva a ver visiones de cuando su abuelo, que también era un prenda, trabajaba en el circo, o soñar con escenas de martirio como si fuese una santa a punto de tostarse en una parrilla, como san Lorenzo, o las procesiones de monjas encapuchadas de sus años de estudios. Para hablar en privado con alguna amiga se subía con una canastilla motorizada a una caseta instalada en lo alto de un pino, como hacen los niños cuando juegan a las casistas. Giulietta tiene todas las trazas de estar al borde de la esquizofrenia. Su marido termina yéndose de casa y ella vaga si rumbo en los alrededores de su chalet.
La película va sin guión y Fellini hace lo que le viene en gana, más atentos a los efectos de luz y color con la intención de transparentar los estados interiores de Giulietta que de contar algún tipo de historia. El tema que aborda, el de la persistente preocupación de una mujer débil por las infidelidades de su marido, es el adecuado para que empiece a volverse loca. Masina sostiene toda la película que navega de rareza en rareza y se salva por la poderosa capacidad de Fellini para crear atmósferas de ensueños en un magnífico uso del color, de los decorados y de los vestidos. Los diálogos, de loco de atar. Este tipo de cine subrealista sólo se le consiente a Fellini porque, a la vista del desarrollo, el espectador puede entenderlo como una tomadura de pelo. Pero no, la película es una catarata de imágenes oníricas que quiere expresar el interior sufriente de Giulietta. Pero ello no quita que a Fellini se le vaya la olla y el espectador quede perdido en un guión extraño por original. Esta es una cinta para los que tienen tiempo y aguante, lo que es mucho pedir.
La película va sin guión y Fellini hace lo que le viene en gana, más atentos a los efectos de luz y color con la intención de transparentar los estados interiores de Giulietta que de contar algún tipo de historia. El tema que aborda, el de la persistente preocupación de una mujer débil por las infidelidades de su marido, es el adecuado para que empiece a volverse loca. Masina sostiene toda la película que navega de rareza en rareza y se salva por la poderosa capacidad de Fellini para crear atmósferas de ensueños en un magnífico uso del color, de los decorados y de los vestidos. Los diálogos, de loco de atar. Este tipo de cine subrealista sólo se le consiente a Fellini porque, a la vista del desarrollo, el espectador puede entenderlo como una tomadura de pelo. Pero no, la película es una catarata de imágenes oníricas que quiere expresar el interior sufriente de Giulietta. Pero ello no quita que a Fellini se le vaya la olla y el espectador quede perdido en un guión extraño por original. Esta es una cinta para los que tienen tiempo y aguante, lo que es mucho pedir.

6,2
1.493
5
14 de julio de 2012
14 de julio de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Banks y su esposa Ely son una familia de clase media alta USA de los años 50 que han casado a su hija mayor Key con otro joven de buena familia. El proyecto de darse un viajito queda al margen al conocer Stanley que su hija se ha quedado embarazada. A partir de aquí los futuros abuelos maternos y paternos se deshacen en atenciones para que el futuro bebé llegue bien al mundo: comunicación a las amistades, preparar la habitación, tenerle la canastilla, visitar al ginecólogo, sobresaltos, peleas de la pareja, futuro nombre. Y por fin, superadas las falsas alarmas, nace el bebé y se llena de atenciones pero Stanley entiende que el nuevo inquilino le ha desplazado. La nueva situación provoca una actitud de rechazo al niño hasta que un día, dándole un paseo, Stanley pierde a su nieto y lo encuentra en la comisaría de policía. Allí le afean su conducta y él promete cuidar mejor de su nieto.
Comedia familiar romántica que retrata la clase media de los cincuenta en USA. Buena actuación de S.Tracy, que sostiene el débil entramado de la comedia y algo la E. Taylor, aquí demasiado jovencita, tontorrona e inexperta primeriza madre. Guión previsible sin que el espectador se lleve nada a la boca. Película pamplinosa, más parecida a una obra de teatro que a otra cosa. Minelli no se ha lucido en ella como lo hizo en la de "El padre de la novia". Esta es la segunda parte con los mismos protagonistas. Pero nunca segundas partes fueron buenas.
Comedia familiar romántica que retrata la clase media de los cincuenta en USA. Buena actuación de S.Tracy, que sostiene el débil entramado de la comedia y algo la E. Taylor, aquí demasiado jovencita, tontorrona e inexperta primeriza madre. Guión previsible sin que el espectador se lleve nada a la boca. Película pamplinosa, más parecida a una obra de teatro que a otra cosa. Minelli no se ha lucido en ella como lo hizo en la de "El padre de la novia". Esta es la segunda parte con los mismos protagonistas. Pero nunca segundas partes fueron buenas.

5,6
460
6
11 de enero de 2014
11 de enero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El relato está centrado en el Méjico del emperador Max de Austria (1864-1867), cuando el convicto Luke (Jim Brown) se escapa de un penal y viene a dar con sus huesos en una taberna perdida donde el aventurero buscador de oro Jaro (Lee van Cleef) le cuenta a los bebedores el yacimiento que ha encontrado. La codicia les empuja a tratar de eliminar a Jaro pero la ayuda inestimada de Luke permite dejar a la presunta banda tendida en el presunto yacimiento. Nos vamos dando cuenta de que Jaro es un iluso que se cree el relato fantástico de Luke cuando le cuenta que hay una gran cantidad de oro en el Fuerte el Cóndor pero necesitan un ejercito, que lo forman con indios apaches. Más allá de esto, lo que sigue es de una tremenda acción en el asalto al fuerte y la lucha desatada por su posesión. Sigue en spoiler.
Aceptable la interpretación de Jim Brawn y de Lee van Cleff que por una vez no actua con esa cara de pocos amigos. En este caso es un iluso buscador de oro y los demás van tirando porque hay que decir que el argumento no es para tirar cohetes pero la película te hace pasar un buen rato con mucha acción en la segunda parte.
Aceptable la interpretación de Jim Brawn y de Lee van Cleff que por una vez no actua con esa cara de pocos amigos. En este caso es un iluso buscador de oro y los demás van tirando porque hay que decir que el argumento no es para tirar cohetes pero la película te hace pasar un buen rato con mucha acción en la segunda parte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final Chávez, el comandante del fuerte el Cóndor que anda liado con una furcia, le descubre a los dos aventureros que el oro es plomo bañado, lo que desata un duelo con el comandante y otro entre los dos aventureros. Jaro muere, el comandante muere, el jefe indio Santana y todo el fuerte queda lleno de cadáveres. Muere hasta el apountador
8
3 de octubre de 2012
3 de octubre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mujer del sherrif Matt Morgan [K. Douglas] vuelve a casa con su hijo pero en el camino es acosada por dos jóvenes vaqueros que la violan y la matan. La mujer, antes de morir, consigue marcar con un latigazo en la cara a uno de ellos indicándole a su hijo que coja uno de los caballos de los vaqueros y pida auxilio. El sheriff recoge el cadáver de su esposa y por la montura reconoce que el propietario es su amigo Craig Belden [Anthony Quinn], ganadero de la zona, con el que tiene una deuda de gratitud por haberle salvado la vida en una ocasión. El sheriff decide llevar la montura al rancho de Belde y descubre con desagradable sorpresa que el que mató a su mujer es el hijo de su amigo, Rick Belden [Earl Holliman]. Pese a los ruegos de Craig el sheriff, éste quiere llevarse arrestado a los asesinos de su mujer para que sean juzgados y ajusticiados. Nadie le auxiliará en Gun Hill, incluido el sheriff local, porque toda la comarca es propiedad del cacique Belden. Sin embargo, la corista Linda [Carolyn Jones], que ha pasado 10 día en un hospital por la paliza propinada por Belden está dispuesta a ayudar al sheriff, que tiene la suerte de atrapar al hijo del ganadero en el bar y retenerlo 6 horas hasta que pase el último tren de la noche. Este es el tiempo de la larga espera y asedio al hotel donde se ha refugiado el sheriff y de donde piensa salir con el preso. Con un fusil recortado facilitado por Linfa, a la llegada del tren, logra salir del hotel con el preso apuntándole en la barbilla y seguido de todos los hombres de Belden. La presencia inesperada de Lee Smithers [Brian G. Hutton], corresponsable del asesinato de la mujer del sheriff, aceleran los acontecimientos: Lee dispara al sheriff y mata a su amigo, y el sheriff le mata a él y al ganadero Belden que le había retado en el andén de la estación.
Excelente guión, interpretación, montaje y buenísima dirección de un profesional del género en los años 50. Duelo interpretativo entre Douglas y Queen, una vieja amistad enfrentada por un destino fatal que ambos asumen comprendiendo la situación del otro pero enfrentándose al cruel reencuentro. Cine muy sencillo, de valores claros: la defensa de la justicia, de los indios, cumplimiento del deber por encima de las conveniencias sociales. Diálogos cortos pero agresivos e irónico, buena coherencia narrativa y de hombres de palabra.
Excelente guión, interpretación, montaje y buenísima dirección de un profesional del género en los años 50. Duelo interpretativo entre Douglas y Queen, una vieja amistad enfrentada por un destino fatal que ambos asumen comprendiendo la situación del otro pero enfrentándose al cruel reencuentro. Cine muy sencillo, de valores claros: la defensa de la justicia, de los indios, cumplimiento del deber por encima de las conveniencias sociales. Diálogos cortos pero agresivos e irónico, buena coherencia narrativa y de hombres de palabra.
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