Nos encontramos evidentemente ante una película de esas en las que si el director no hubiese aparecido en el rodaje hasta habría quedado mejor.

Dirección de actores? No, aquí cada uno va a su libre albedrío sin saber que hacer, pensar, sentir o decir.

Guión coherente? Lo dudo. No se explica con lógica ni el momento, ni los motivos de los personajes.

Dicho esto lo siguiente que debo añadir es:

¿Debe esforzarse la productora, el encargado de casting, o quién sea en la actualidad, el que dirime esta cuestión, en encontrar los actores adecuados para el film?
La respuesta es no. Ya que sin cimientos adecuados la casa no estará bien asentada.

Lo único que salvaría de esta película es la actuación siempre competente de Sam Elliott. Ya que nunca he logrado quitarme de la cabeza la sensación de que Kilmer, hace de Kilmer en todas sus películas (que te guste o no ya es problema tuyo ); y de que Rusell nunca será actor por más que lo intente (parece que las comidas antes del rodaje le sientan tan mal), o al menos ese es el gesto que compone siempre con su rostro.

El truco de decir que tiene una espléndida fotografía o vestuario ya no cuela desde los años 20 del siglo pasado, es lo menos que hay que cuidar si hay dinero para la producción. Así mismo el introducir un par de video-clips violentos a la mitad y al final del film no justifica que una película se pueda catalogar de pistoleros.

Total: los malos querían acabar con Earp, yo he acabado con herpes.

Sorprendente western con mucho diálogo y transfondo en la narración; que mezcla con escenas de acción totalmente creíbles y resueltas de manera ejemplar.
Eso sí, no nos va a faltar el villano de turno, el robo a la diligencia y el borrachuzo del pueblo.
Los actores pese a no ser estrellas, le dan sopas con honda a otros que así lo quisieran.

A destacar la belleza de los paisajes que son una verdadera gozada para la vista....

Y para mi gusto la belleza de Penny Edwards.

Hora y cuarto aprovechada!!!

Obra cumbre y máxima (no en vano es la única que se rodó de este movimiento cinematográfico) del neorrealismo surrealista napolitano. Numerosos cineastas reputados, algunos tristemente fallecidos ya; trás el visionado de este prodigio fílmico hicieron planes para adentrase en dicho neorrealismo surrealista napolitano, pero trás años de numerosos estudios desestimaron toda posibilidad de proseguir el camino iniciado por el Sr. Lupo...

Me consta que un realizador todavía en activo, poseedor de numerosísimos premios Oscar ® entre otros, no ha arrojado la toalla todavía y todavía barrunta después de años la posibilidad de rodar "algo" relativamente semejante a Bombardero.

No seré tan incauto de decir nombres ya que no quiero ser expulsado de esta página.
En esta producción "perpetrada" por Michele Lupo se pueden contar más guantazos por fotograma al cuadrado que en ninguna otra de las películas protagonizadas por Bud Spencer. Esta versión incluye la famosa secuencia del baile tirolés que en gran parte del centro de Europa fue censurada por considerarse que incitaba a romperle la cara al prójimo.
La verdad es que todos los que estuvieron "imputados" en el momento del rodaje de esta superproducción, estaban en un permanente estado de desgracia. En fin que para apreciar el calibre de este prodigio adelantado en varias centurias a lo que será el cine del siglos venideros, habría que haber nacido en Italia hace unos cuantos añitos, una "suerte" reservada a unos pocos elegidos.
Disfrutadla, que para pasar una tarde de sábado bien merece la pena.

Todo lo dicho surge de mi truculenta imaginación, trás el visionado repetitivo de este peliculón.

Simpática comedia que nos hará reír un rato largo, si nos olvidamos del ambiente de película bananera de Bud Spencer & Terence Hill; algo difícil porque en esa época los ambientes chorras imperaban a sus anchas por los cines del planeta.

El guión está exprimido al máximo, cosa que agradecemos... Ya estamos un poco hartitos de dobles sentidos, paranoias de los protagonistas y demás.
Ciertos diálogos tienen mucha chispa y son bastante puñeteros.

Michael Caine impagable.... Algo habitual en él.

Notable policíaco y notable sorpresa.


La película se puede diferenciar en 2 partes iguales.
La primera parte contada con extrema tranquilidad, para hacernos llegar el día a día del grupo de criminalística, novatos y veteranos sí mezclados, cafés no agitados para poder aguantar las largas noches de investigación. Comisarías y trabajo rutinario de papeleo.

Y una segunda parte contada con extrema habilidad, en la que se desenreda la madeja del lío y descubrimos el porqué del título. Aquí ya dejamos los cafés no agitados mientras el protagonista curiosamente a la hora del tiroteo de la parte final está tomando un té con pastitas, en la casa de los padres del principal sospechoso.

Los actores tanto protagonistas como secundarios parece que realmente sean policías.
El ambiente creado se deja llevar muy bien por una fotografía realmente acertada, en especial la iluminación.
Música efectiva y para nada disonante o desacorde con las escenas y el montaje.

Un peliculón que además ha envejecido muy bien, y es que los suecos tampoco es que vistieran en plan payaso o llevasen peinados grotescos (ABBA no cuentan, vivían de eso mismo), como se estilaba en otras latitudes por las misma fechas.