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6,5
13.960
8
21 de enero de 2015
21 de enero de 2015
73 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año más violento es sin duda una de las películas más estimulantes del año.
De forma realmente extraordinaria, J.C. Chandor entrega una película que es puro cine negro sin necesidad de hablar de mafia o matones (o quizás sí...), construida en base a un guión lleno de momentos de gran tensión, muy bien escrito y con un gran diseño de los personajes principales. Desafortunadamente, ese mimo no existe en los roles secundarios y la película se resiente bastante por ese lado, pero en general el balance es realmente notable porque el espectador tiene la sensación de estar viendo algo fascinante, una película que verdaderamente cautiva su imaginación y lo engancha desde el principio. Por supuesto hay que destacar el retrato que Chandor realiza de la violencia, vista aquí casi como algo inherente a la sociedad y a la gran ciudad, y cómo el ser humano siempre termina pisando al que tiene al lado para sobresalir cueste lo que cueste y triunfar, aunque sea a costa del otro.
No se entiende muy bien cómo es posible que Oscar Isaac y Jessica Chastain no hayan sido nominados a más premios de la temporada "premiable". El guatemalteco va camino de convertirse en un actor todoterreno de esos que valen para cualquier género o personaje, que igual te clavan sensible músico para los hermanos Coen que este tiburón sin escrúpulos al que interpreta en El año más violento. Su presencia llena la pantalla cada vez que aparece y el espectador no duda en ningún momento de que tiene las armas para salirse con la suya. Otra presencia magnética es la de Chastain, que debería estar en los Oscar en el lugar de Meryl Streep (cuyo trabajo en Into the Woods es bueno, pero ni mucho menos es de Oscar). Chastain es una de esas actrices cuyo trabajo está siempre lleno de rigor, carisma y enorme talento, lo cual es un regalo para el espectador. Atención por ejemplo a la escena en que muestra a su marido un arma que una de sus hijas ha encontrado en el jardín. Un ejemplo de fuerza de una actriz extraordinaria.
En definitiva, una notabilísima película acerca del ascenso social, la violencia y los arrestos que hay que tener en la vida. Para todo. No es mundo este para corderos, sino para lobos.
Lo mejor: Oscar Isaac y Jessica Chastain, monumentales, y la tensión de la cinta (ojo a las persecuciones por el puente y la que lleva a cabo Abel por las calles más sucias de la ciudad)
Lo peor: Le falta un poco más de definición en los personajes secundarios y no se puede negar que resulta un tanto tópica.
De forma realmente extraordinaria, J.C. Chandor entrega una película que es puro cine negro sin necesidad de hablar de mafia o matones (o quizás sí...), construida en base a un guión lleno de momentos de gran tensión, muy bien escrito y con un gran diseño de los personajes principales. Desafortunadamente, ese mimo no existe en los roles secundarios y la película se resiente bastante por ese lado, pero en general el balance es realmente notable porque el espectador tiene la sensación de estar viendo algo fascinante, una película que verdaderamente cautiva su imaginación y lo engancha desde el principio. Por supuesto hay que destacar el retrato que Chandor realiza de la violencia, vista aquí casi como algo inherente a la sociedad y a la gran ciudad, y cómo el ser humano siempre termina pisando al que tiene al lado para sobresalir cueste lo que cueste y triunfar, aunque sea a costa del otro.
No se entiende muy bien cómo es posible que Oscar Isaac y Jessica Chastain no hayan sido nominados a más premios de la temporada "premiable". El guatemalteco va camino de convertirse en un actor todoterreno de esos que valen para cualquier género o personaje, que igual te clavan sensible músico para los hermanos Coen que este tiburón sin escrúpulos al que interpreta en El año más violento. Su presencia llena la pantalla cada vez que aparece y el espectador no duda en ningún momento de que tiene las armas para salirse con la suya. Otra presencia magnética es la de Chastain, que debería estar en los Oscar en el lugar de Meryl Streep (cuyo trabajo en Into the Woods es bueno, pero ni mucho menos es de Oscar). Chastain es una de esas actrices cuyo trabajo está siempre lleno de rigor, carisma y enorme talento, lo cual es un regalo para el espectador. Atención por ejemplo a la escena en que muestra a su marido un arma que una de sus hijas ha encontrado en el jardín. Un ejemplo de fuerza de una actriz extraordinaria.
En definitiva, una notabilísima película acerca del ascenso social, la violencia y los arrestos que hay que tener en la vida. Para todo. No es mundo este para corderos, sino para lobos.
Lo mejor: Oscar Isaac y Jessica Chastain, monumentales, y la tensión de la cinta (ojo a las persecuciones por el puente y la que lleva a cabo Abel por las calles más sucias de la ciudad)
Lo peor: Le falta un poco más de definición en los personajes secundarios y no se puede negar que resulta un tanto tópica.

6,4
10.089
7
28 de junio de 2011
28 de junio de 2011
68 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuántas veces oímos decir que el cine español es malo, que no hay tanto talento como en Hollywood, que sólo se hacen películas sobre la Guerra Civil.....?
A lo que yo contestaría: En el cine español hay de todo. Buenas y malas películas. Obras maestras y bazofias. Gente con talento y gente sin él. Pero, ¿y cuánta basura hollywoodiense nos tragamos sin decir ni mu?
En fin....
Contestaría éso, pero Mateo Gil ha llegado al rescate de los que defendemos el beneficio de la duda para el cine patrio y sus innegables valores. y lo hace a golpe de western de sabor clásico, que aunque ha de encuadrarse en esa especie de subgénero del género que hoy se llama "western crepuscular" (en el que podríamos encuadrar obras como Appaloosa, El asesinato de Jesse James..., o Ned Kelly), desprende en cada fotograma la esencia de lo que es y siempre será el cine típico del Oeste: el guerrero solitario, en conflicto con el mundo y con los otros individuos, para el que la amistad verdadera y los valores de honor y justicia. Ya puede ser un forajido, un contrabandista, o un ser asocial, pero el hombre Oeste siempre se comporta de acuerdo con sus ideales. Y de éso, de esa esencia clásica del western, está llena la cinta de Mateo Gil.
El realizador, junto con el osado guionista Miguel Barros, se atreve además a fabular ni más ni menos que sobre uno de los personajes (y mitos reales) más célebres, como es Butch Cassidy. En la piel de Sam Shepard, Cassidy alcanza una categoría especial, en parte porque Shepard es uno de esos actores de toda la vida, que miran más allá del bien y del mal, y que ngrandecen cada pequeña frase que les dan. La manera en que murmura las palabras más que las pronuncia, lo que expresan sus ojos... es el trabajo de un maestro. ante tal alarde, a eduardo noriega no le queda otra que apartarse, mirar e intentar no perderse mucho, cosa que consigue sólo a medias. Noriega no es el mjeor actor español de su edad que hay (bueno, ni de su edad ni de ninguna), pero no cabe duda de que tiene buenos amigos, buena presencia y buen ojo para situarse siempre en buenos proyectos. Stephen Rea despliega todo su habitual carisma y saber estar, y ha de mencionarse también el estupendo trabajo en los flashbacks de Padraic Delaney como Sundance Kid, y sobre todo de Nikolaj Coster-Waldau (hoy muy de actualidad gracias a su Jaime Lannister de Juego de Tronos) como el joven Cassidy.
El problema de la película está en el ritmo, demasiado irregular, y en el hecho de que, con todo y con éso, no es una enorme película. Pero su música, su fotografía y la correctísima labor de Gil bien merecen ser aplaudidas, vistas y consideradas en toda su valentía e ilusión.
Porque lo que le falta al cine español no es talento, señores. Es dinero. Dinero y productores coraje para rodar películas tan arriesgadas como ésta.
A lo que yo contestaría: En el cine español hay de todo. Buenas y malas películas. Obras maestras y bazofias. Gente con talento y gente sin él. Pero, ¿y cuánta basura hollywoodiense nos tragamos sin decir ni mu?
En fin....
Contestaría éso, pero Mateo Gil ha llegado al rescate de los que defendemos el beneficio de la duda para el cine patrio y sus innegables valores. y lo hace a golpe de western de sabor clásico, que aunque ha de encuadrarse en esa especie de subgénero del género que hoy se llama "western crepuscular" (en el que podríamos encuadrar obras como Appaloosa, El asesinato de Jesse James..., o Ned Kelly), desprende en cada fotograma la esencia de lo que es y siempre será el cine típico del Oeste: el guerrero solitario, en conflicto con el mundo y con los otros individuos, para el que la amistad verdadera y los valores de honor y justicia. Ya puede ser un forajido, un contrabandista, o un ser asocial, pero el hombre Oeste siempre se comporta de acuerdo con sus ideales. Y de éso, de esa esencia clásica del western, está llena la cinta de Mateo Gil.
El realizador, junto con el osado guionista Miguel Barros, se atreve además a fabular ni más ni menos que sobre uno de los personajes (y mitos reales) más célebres, como es Butch Cassidy. En la piel de Sam Shepard, Cassidy alcanza una categoría especial, en parte porque Shepard es uno de esos actores de toda la vida, que miran más allá del bien y del mal, y que ngrandecen cada pequeña frase que les dan. La manera en que murmura las palabras más que las pronuncia, lo que expresan sus ojos... es el trabajo de un maestro. ante tal alarde, a eduardo noriega no le queda otra que apartarse, mirar e intentar no perderse mucho, cosa que consigue sólo a medias. Noriega no es el mjeor actor español de su edad que hay (bueno, ni de su edad ni de ninguna), pero no cabe duda de que tiene buenos amigos, buena presencia y buen ojo para situarse siempre en buenos proyectos. Stephen Rea despliega todo su habitual carisma y saber estar, y ha de mencionarse también el estupendo trabajo en los flashbacks de Padraic Delaney como Sundance Kid, y sobre todo de Nikolaj Coster-Waldau (hoy muy de actualidad gracias a su Jaime Lannister de Juego de Tronos) como el joven Cassidy.
El problema de la película está en el ritmo, demasiado irregular, y en el hecho de que, con todo y con éso, no es una enorme película. Pero su música, su fotografía y la correctísima labor de Gil bien merecen ser aplaudidas, vistas y consideradas en toda su valentía e ilusión.
Porque lo que le falta al cine español no es talento, señores. Es dinero. Dinero y productores coraje para rodar películas tan arriesgadas como ésta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejor: Sam Shepard, los flashbacks, y los paisajes naturales bolivianos, fotografiados con esmero por J.A. Ruis Anchía
Lo peor: El ritmo es demasiado lento en algunas ocasioness (sobre todo en el trozo puente que va desde el final de la secuencia en el desierto de sal hasta el climax final) y Eduardo Noriega, que sin hacer una mala interpretación, no acaba de convencer
Lo peor: El ritmo es demasiado lento en algunas ocasioness (sobre todo en el trozo puente que va desde el final de la secuencia en el desierto de sal hasta el climax final) y Eduardo Noriega, que sin hacer una mala interpretación, no acaba de convencer
Serie

6,4
8.458
7
27 de diciembre de 2024
27 de diciembre de 2024
78 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cosa está clara.
Esta segunda temporada de El juego del calamar ya no puede sorprender como lo hizo la primera, la serie más vista de la historia de Netflix. Eso es obvio.
Además, la trama que se desarrolla fuera de la isla sigue sin funcionar, corta el ritmo y no tiene demasiado sentido. Veremos en qué queda con la próxima, y última, temporada, pero ahora mismo sigue siendo un estorbo.
Sin embargo, hay que reconocer que se siguen haciendo las cosas muy bien. Primero porque no se repite a sí misma, aunque el primer juego sí sea el mismo (máxima tensión de nuevo con la dichosa muñeca gigante). Segundo, porque los nuevos personajes son excepcionales (el inefable jugador 001, la chica trans, la madre y su hijo, el rapero yonqui, la misteriosa No-eul, etc) y funcionan a la perfección como compañeros de juegos de nuestro héroe, Gi-hun, casi un santo, interpretado de nuevo maravillosamente por el excelente Lee Jung-jae. Y tercero, porque las escenas en la sala de literas y, por supuesto, en los campos de juego, son sencillamente extraordinarias de nuevo, brutales y entretenidísimas. La secuencia, además partida en dos episodios, de la plataforma giratoria, es de los mejores momentos de ficción de todo el año. Impecable.
Sí que es verdad que ese tercio final a lo Jungla de cristal deja con una sensación rara, pero seguramente comprendamos más cuando llegue la parte final de la historia, en 2025. Ojalá no haya que esperar demasiado.
Salvaje y fascinante, una vez más.
Lo mejor: Las escenas de los juegos, espectaculares y fascinantes, lo bien descritos que están los nuevos personajes, y la interpretación de Lee Jung-jae.
Lo peor: Obviamente, ya no sorprende tanto, y la trama fuera de la isla no es nada interesante.
Esta segunda temporada de El juego del calamar ya no puede sorprender como lo hizo la primera, la serie más vista de la historia de Netflix. Eso es obvio.
Además, la trama que se desarrolla fuera de la isla sigue sin funcionar, corta el ritmo y no tiene demasiado sentido. Veremos en qué queda con la próxima, y última, temporada, pero ahora mismo sigue siendo un estorbo.
Sin embargo, hay que reconocer que se siguen haciendo las cosas muy bien. Primero porque no se repite a sí misma, aunque el primer juego sí sea el mismo (máxima tensión de nuevo con la dichosa muñeca gigante). Segundo, porque los nuevos personajes son excepcionales (el inefable jugador 001, la chica trans, la madre y su hijo, el rapero yonqui, la misteriosa No-eul, etc) y funcionan a la perfección como compañeros de juegos de nuestro héroe, Gi-hun, casi un santo, interpretado de nuevo maravillosamente por el excelente Lee Jung-jae. Y tercero, porque las escenas en la sala de literas y, por supuesto, en los campos de juego, son sencillamente extraordinarias de nuevo, brutales y entretenidísimas. La secuencia, además partida en dos episodios, de la plataforma giratoria, es de los mejores momentos de ficción de todo el año. Impecable.
Sí que es verdad que ese tercio final a lo Jungla de cristal deja con una sensación rara, pero seguramente comprendamos más cuando llegue la parte final de la historia, en 2025. Ojalá no haya que esperar demasiado.
Salvaje y fascinante, una vez más.
Lo mejor: Las escenas de los juegos, espectaculares y fascinantes, lo bien descritos que están los nuevos personajes, y la interpretación de Lee Jung-jae.
Lo peor: Obviamente, ya no sorprende tanto, y la trama fuera de la isla no es nada interesante.

4,9
11.121
6
29 de noviembre de 2008
29 de noviembre de 2008
69 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se obtiene si se suman Alien, Depredador y El guía del desfiladero? Pues sí, señores, han acertado: Outlander.
Y a pesar de que las tres películas citadas pegan entre ellas tanto como un santo con dos pistolas, la mezcla, aunque sin dudas extraña, no sale tan mal como podría haber salido. Lo que quiero decir es que no me ha parecido tan abominable como a mis compañeros filmaffiniteros. Entiéndanme, no es en absoluto una opbra maestra. De hecho, ni siquiera diría que es ujna buena pelícual. Pero se deja ver con muchísima facilidad (es entretenidísima) y desarrolla su muy típica y tópica historia si perder el tiempo y con buen pulso. Lo mejor sin duda son los paisajes naturales de Canadá, que no Noruega, y la presencia de Jack huston, el actor que mejor encaja en su personaje. Jim Caviezel me sigue pareciendo un soseras de cuidado y Sophia Myles poco puede hacer con su esterreotipado papel de hija del jefe local.
En fin, que está mil veces vista, pero se deja ver. Y para aquellos a los que les sirva para decidir si la verán o no, decir que es violentísima. Y éso si que no me lo esperaba.
Lo mejor: Los paisajes y Jack Huston.
Lo peor: Está ya todo tan visto...
Y a pesar de que las tres películas citadas pegan entre ellas tanto como un santo con dos pistolas, la mezcla, aunque sin dudas extraña, no sale tan mal como podría haber salido. Lo que quiero decir es que no me ha parecido tan abominable como a mis compañeros filmaffiniteros. Entiéndanme, no es en absoluto una opbra maestra. De hecho, ni siquiera diría que es ujna buena pelícual. Pero se deja ver con muchísima facilidad (es entretenidísima) y desarrolla su muy típica y tópica historia si perder el tiempo y con buen pulso. Lo mejor sin duda son los paisajes naturales de Canadá, que no Noruega, y la presencia de Jack huston, el actor que mejor encaja en su personaje. Jim Caviezel me sigue pareciendo un soseras de cuidado y Sophia Myles poco puede hacer con su esterreotipado papel de hija del jefe local.
En fin, que está mil veces vista, pero se deja ver. Y para aquellos a los que les sirva para decidir si la verán o no, decir que es violentísima. Y éso si que no me lo esperaba.
Lo mejor: Los paisajes y Jack Huston.
Lo peor: Está ya todo tan visto...
5 de abril de 2008
5 de abril de 2008
93 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente, no entiendo porqué esta película fue tan criticada en su momento y porqué aún hoy muchos fans de la serie Star Wars la siguen odiando. Bajo mi punto de vista, todas las partes de la saga son un todo, una unidad. El parentesco se nota, vamos. Y mucho. ¿Qué pasa entonces con La amenaza fantasma? Pues tres cosas: Por exigencias de la historia, no puede ser tan tétrica como se desearía (había que inventarle un principio a la saga, y lo que se sacó Lucas de la manga, es decir, ésta película, me parece muy meritorio); la primera trilogía siempre será especial para los fans por ser, precisamente, la primera (y ya se sabe que segundas partes... y terceras, y cuartas...); y la última razón del descontento general es que la gente ya no es tan ingenua como antes. en ese mismo 1999 se estrenaba otro futuro fenómeno fans, Matrix, que suponía un punto y aparte en la ciencia ficción, y después de tanto indiaan Jones o Regreso al futuro, las aventuras galácticas de Lucas ya no fascinan como antes. Y menos si la jugada no le sale completamente redonda, como en El Imperio contraataca o La guerra de las galaxias.
Bueno, ya no fascinará a los fans más antiguos, porque a mí, que apenas sabía nada de la saga cuando ví esta película en el cine con once años, me pareció brillante y asombrosa. Secuencias como la de la carrera de vainas (puesta al día brillante de la escena de las cuádrigas de Ben-Hur), el combate a tres entre Obi-Wan, Qui-Gon y Darth Maul, la destrucción final de la nave de la FDC y las secuencias en Coruscant y Naboo merecen permanecer en las memorias colectivas. Y que la Fuerza las acompañe.
Lo mejor: La puesta en escena de Lucas, los efectos visuales y el ritmo trepidante de la historia, que impide el aburrimiento.
Lo peor: El personaje de Jar Jar Binks es insoportable, auqnue quizás no tanto como se dijo entonces.
Bueno, ya no fascinará a los fans más antiguos, porque a mí, que apenas sabía nada de la saga cuando ví esta película en el cine con once años, me pareció brillante y asombrosa. Secuencias como la de la carrera de vainas (puesta al día brillante de la escena de las cuádrigas de Ben-Hur), el combate a tres entre Obi-Wan, Qui-Gon y Darth Maul, la destrucción final de la nave de la FDC y las secuencias en Coruscant y Naboo merecen permanecer en las memorias colectivas. Y que la Fuerza las acompañe.
Lo mejor: La puesta en escena de Lucas, los efectos visuales y el ritmo trepidante de la historia, que impide el aburrimiento.
Lo peor: El personaje de Jar Jar Binks es insoportable, auqnue quizás no tanto como se dijo entonces.
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