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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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21 de enero de 2014 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ocasiones me pregunto hasta que punto es admisible el alargar la estela de un éxito anterior. Esta bien que las estrellas de Hollywood sepan reírse de si mismas, de saber usar un papel de su filmografía anterior y traerlo a la actualidad de forma cómica, pero hay maneras y maneras de hacerlo, y en 'La gran revancha', tanto Sylvester Stallone como Robert De Niro han hecho un flaco favor al espíritu tanto a 'Rocky' como a 'Toro salvaje', ya que me temo que este filme no logra cumplir con ninguno de los palos que toca: como comedia es facilona, simple e irritante, como película de boxeo es obvia y nada imaginativa, y como mucho, logra conseguir algo como parodia. Lástima que toda la artillería pesada sea usada en la primera media hora de metraje, mientras el resto es un llevarse las manos a la cabeza, pese alguna excepción de la mano de sus secundarios.

Stallone hace un papel que tendrá sus mayores logros cuando el guión le da alguna frase referente a Rocky o a insultar a De Niro, por lo demás, y pese a que todo el guión se pone de parte suya colocándole como el bueno de la película, su interpretación sigue siendo plana, sin que me llegue a creer en ningún momento que le importa algo lo que le está pasando. Si bien, no esperaba encontrar muchos matices en un rol que es mera parodia de Rocky, sí que esperaba ver algún tipo de frescura en el actor, quizás por medio de la parodia se le notaba más suelto o divertido, pero en mi caso, no he encontrado ápice de ello.

Me pone muy triste ver a De Niro en un papel así. Un actor que es simplemente de los mejores de su generación cuando hace las cosas bien, una auténtica bestia en la gran pantalla, que en filmes como este cae en picado, pese a que tiene su carisma y sus gestos son siempre expresivos, todo ello no vale ante lo que el señor De Niro nos tiene preparado aquí. Sobra decir que su personaje está mucho mejor situado que el de Stallone, cosa no muy difícil, y que en alguna escena sí que se encuentra presenta y muestra algún matiz interesante, pero son meras anécdotas ante un trabajo que debe haber sido pagado muy bien, pero que espero que haya sido divertido para el actor, porque no creo que sea una cinta que quiera mostrar a sus allegados con orgullo.

Quizás lo que más se salva de su reparto sean sus secundarios, colocando a Alan Arkin como vencedor gracias a su desparpajo y lenguaje soez, lo cual es quizás lo más divertido de la cinta, el verse soltando tacos sin tapujos rodeados de madres y niños, o haciendo bromas sobre su edad y mostrándose directo. Kevin Hart tiene algún punto interesante en el filme, y pese a que su personaje está sobre excitado durante muchos de sus planos y puede parecer algo sobreactuado, debido a que el nivel interpretativo no es muy alto, consigue encajar y ofrece algún golpe gracioso, pero sin nada más que ser una caricatura.

Las situaciones más violentas que se ven en el filme no se basan en combates, sino más bien en la aparición de Kim Basinger de la nada y sin nada que aportar, más que su cara y unas frases para darse de golpes contra la pared. La participación es Basinger en el largometraje es tan gratuita que por momentos parece que el director le decía que saliera a escena aunque no le tocara, y dijera alguna cosa para rellenar hueco y ganar metraje con su figura, porque por lo demás no resulta ser un personaje creíble, y si bien la actriz tampoco se esfuerza por serlo, hemos de decir que no es solo su culpa, sino que el guión de la cinta ha liquidado por KO cualquier manera posible de hacer relevante una conversación en el metraje.

A todo ello hay que sumarle que todos los pseudo giros del guión son lanzados a bocajarro sin contexto alguno. Esto provoca que no haya fuerza dramática alguna, y que más bien parezca que el director ha mirado el reloj y ha dicho, "Vaya, minuto 25 y no ha pasado nada interesante, habrá que meter algo", y entonces un secundario le dice a alguno de los protagonistas un hecho clave, que pasa sin pena ni gloria y que simplemente sirve de pretexto para que en la escena posterior haya una referencia de que ha pasado. Es por ello que acabas sintiendo que puede morir toda la familia de uno de los protagonistas, que da igual, porque ni está bien incluido ni tiene un peso importante ni es creíble, lo cual hace de todo un desastre.

Lo más potente del largometraje son los homenajes que se hacen a películas anteriores y las pequeñas puyas que se lanzan Stallone y De Niro sobre todo en la primera mitad del largometraje, lo cual si resulta gracioso cuando aún no nos hemos sumergido lo suficiente en el filme y todavía creemos que puede mejorar, o que simplemente están cogiendo impulso. No nos tenemos que dejar engañar, ya que pese a que en un primer momento pueda parecer que todo va a acabar despegando, lo que pensamos que son bromas pequeñas para prepararnos para la verdadera comedia, resulta ser toda la artillería pesada, dejándonos con la sensación de que a parte de algún gag, no hay mucho más que sacar de aquí.

En definitiva, y volviendo un poco a lo que en un primer momento escribí, esta cinta no logra convertirse en una comedia que camine sola, que consiga hacernos reír de verdad más allá de algún golpe o insulto, lo cual es frustrante, tampoco sé mucho de boxeo, pero considero que hay cintas que muestran con mucho más respeto y verosimilitud este deporte, y por último, es la parodia lo único que logra destacar un poco, ya que si lo vemos por este prisma, puede tener algo más de sentido la sinrazón que estamos viendo en pantalla. Para finalizar querría dar un consejo a todos aquellos que quieran ver la cinta por la mera participación de Sylvester Stallone y Robert De Niro en ella: vean 'Copland', porque definitivamente, tras ver 'La gran revancha', es lo único que me apetece para quitarme de la cabeza esta broma sin gracia que se hace demasiado larga a partir del minuto 30.
9 de septiembre de 2013 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director detrás de 'Sound of My Voice', Zal Batmanglij, presenta su segunda película, 'The East', un thriller donde el eco-terrorismo, la moral, la infiltración y el compromiso van de la mano. Una de las mayores bazas de la película es su reparto, que cuenta con Brit Marling (que también ejerce de guionista), Alexander Skarsgård, Ellen Page, Toby Kebbell y Shiloh Fernandez.

El largometraje nos presentará a Sarah Moss, empleada brillante de una poderosa compañía privada, que debe cumplir una misión: infiltrarse en un grupo anarquista de ecologistas radicales que están causando problemas a algunas empresas mediante sus actos reivindicativos. Todo ello se complicará cuando el carismático jefe de la banda comience a enamorarse de ella.

El peso interpretativo principal recae en Brit Marling, y es algo que por momentos, le cuesta mantener. Si bien la actriz no consigue otorgar un carisma muy fuerte a su personaje, a lo largo de la historia vemos poco a poco la evolución de su personaje, en un primer momento frío y corporativo, se va convirtiendo cada vez en más humano y concienciado, algo bien conseguido. Aunque aún así, no sale muy favorecida con ciertos diálogos algo simples y en algún momento clave del filme, peca de sobreactuada.

Diferente fortuna corre Alexander Skarsgård, que con su papel de líder de la organización, logra un personaje fuerte y carismático, que consigue ser atrayente a la vez que interesante, logrando por lo general, una buena actuación. No se trata aún así del papel de su carrera, pero ha sabido interpretar bien la esa moral ambigüa que desprende su rol. En definitiva, sabe mantener el foco en él, eclipsando en muchas escenas a la protagonista de la historia.

Una actriz que siempre me parece un valor seguro es Ellen Page, que en cada escena tiene un aura de fuerza, de compromiso y de buena situación dramática: en ningún momento del filme la encuentras "fuera de onda" o haciendo simplemente su papel por contrato. Esta profesionalidad y la sutileza que sabe darle a su actuación solo tiene una pega en todo el largometraje: se hace corta.

Si hablábamos de que Skarsgard daba a su personaje la fuerza y la carisma, el papel de Toby Kebbell ofrece una serie de matices que sorprenden a lo largo del filme. En el cómputo global de roles del largo, el personaje de Kebbell se convierte en uno de los más atractivos, aún siendo un secundario, su interpretación de un doctor frustrado por unos temblores que le impiden coger un bisturí, le da un aura especial, cercana y en momentos tierna, que se sirven de un actor que ha sabido interiorizar a su personaje, otorgándole algo suyo que le hace estar muy suelto y sincero en sus escenas.

Shiloh Fernández también consigue un personaje aceptable, pero que más bien se ve arrastrado por su caracterización más que por su interpretación. Esto provoca que, pese a no hacer un mal papel, no llega a encontrar del todo su sitio fijo en la cinta. Aunque también su rol era complicado, y no estamos hablando de Johnny Depp.

Compañerismo amateur

La dirección de Zal Batmanglij tiene sus pros y sus contras: mientras por momentos se muestra resuelta con los planos (se nota el cuidado en las escenas a bosque abierto), por otros momentos parece casi amateur (quizás por un comienzo que peca de parecer un vídeo de YouTube). Si a ello le sumamos cierto envoltorio que no deja de ser un panfleto ecologista en ocasiones poco sutil, la moraleja final del filme puede verse algo empañada.

Aún así la cinta consigue añgunos buenos picos de tensión, y el ambiente cercano y de compromiso que logran el grupo de actores que forman la organización 'The East' cuando están juntos, muestra un compañerismo del que es difícil no sentir simpatía.

Todo ello, sumado a una clara marcha a favor del medioambiente y una ambigüedad moral que va oscilando entre los diferentes protagonistas, consiguen que el largometraje cumpla con lo que promete, y sin ser la película del verano, logre ser entretenida, aunque es mucho más atractiva para todo aquel espectador más concienciado con el cuidado del planeta Tierra.
21 de enero de 2014 Sé el primero en valorar esta crítica
La cinta respira esa atmósfera teatral de la obra de William Shakespeare, con la curiosidad de que el texto se ha mantenido fiel a la obra del inmortal autor, mientras que la acción ha sido trasladada a nuestros días, siendo por lo tanto una mezcla un tanto curiosa, que si bien tarda un poco en asentarse, una vez estamos acorde con el lenguaje que se la ha dado a la película, acabamos por disfrutar de esta producción independiente que nos enseña cómo hacer un cine más humilde y artesanal sin con ello llegar a la banalidad ni a la pretensión, sino simplemente, hacer cine por el mero hecho de pasarlo bien y mostrar esa soltura al público.

Amy Acker tendrá el rol femenino principal del filme, y la verdad es que la actriz sabe caer bien en pantalla, y con su gracia y manera de recitar el texto, convirtiendo las palabras de Shakespeare en algo tan natural, es bastante creíble en su rol. A ello debemos añadirle que tendrá también algún momento dramático interesante, al igual que algún toque de comedia, lo cual hace de su papel algo bastante redondo, y no la encuentro desubicada en ningún momento, lo cual es realmente destacable cuando la mujer está recitando unas palabras llenas de términos ya en desuso y con tanta naturalidad. Sin duda, se trata de una buena aportación a la película el trabajo de Acker, que demuestra que se puede tener su gracia sin caer en poner caras o hacer por hacer, sino partiendo desde la honestidad de uno mismo.

El rol masculino protagonista ha recaído en Alexis Denisof, un actor que también ha sabido trabajar muy bien su papel con Amy Acker, y demuestra que tiene química con la actriz, haciendo que veamos sus acciones más veraces si cabe. También es destacable su punto sutil de comedia, ya que el actor se mueve muy bien, y hace veraces sus monólogos en voz alta, además de que verle intentando esconderse para oir una conversación, o intentado posar para parecer interesante, sea algo muy humano, con una soltura y una humildad que provoca que nos caiga bien casi de primeras, algo muy importante si tenemos que estar con él cuando comienzan sus monólogos, que siendo un actor menos sincero con su trabajo, pecarían de ser irreales. Esto no le ocurre a Denisof, que ha demostrado que puede armar a un personaje vivo y real, y con ese encanto y juego que tan bien le viene al papel.

En el resto de personajes secundarios, veremos varios matices, ya que mientas algunos hacen un buen trabajo con su texto y acciones, hay otros a los que se nota que no llegan a tocar lo que pide el texto o la acción, y casi parece que algunas de sus tomas son más bien ensayos en lugar de escenas listas para llevar a la gran pantalla, algo que afea un poco el resultado final de alguna escena, ya que parece que se queda a medias debido a que el actor o actriz en cuestión, parece no haberse dado el tiempo necesario para prepararse la acción, y es por ello que queda en algunos momentos, todo a medio gas, lo cual es una pena pero a su vez puede llegar a ser comprensible dentro del contexto de rodaje de la cinta.

La dirección de Whedon tiene diversos matices, ya que valiéndose de un escenario que no es precisamente un portento para sacar una buena fotografía, sí que ha sabido ofrecer una mirada humilde y sin muchas complicaciones de lo que quiere enseñar, y pese a que el escenario no da mucho de si, sí que ha logrado alguna escena digna de mención por la composición de la imagen. El mayor acierto del director ha sido el de dotar a la cinta de ese aura de obra de teatro, con algunos sutiles planos secuencia en los que el reparto continúa con su texto de manera espontánea y seguida, sin esos planos y contraplanos tan habituales para dar vida a una conversación, y en esta ocasión, todo es más natural y ligero, lo cual lo hace más creíble también. Con estos detalles tan teatrales en su tratamiento, la película es más recomendable para quien disfrute del teatro en si, ya que verá con un ojo más amable la puesta en escena de la producción, que como hemos comentado, es bastante simple.

Al ser una película tan atada al texto, se convierte en momentos en algo espesa, demasiado decorada de florituras, y al fin y al cabo, algo irreal debido al contexto que trata, lo cual tiene su punto bueno, y a su vez, si no hemos logrado contactar con su esencia, puede hacer que acabemos algo hartos de la manera que se ha enfocado el filme. Es por ello que decía que para los amantes del teatro esta producción tiene un plus de interés, pero para aquel que quiera buscar una comedia romántica al uso, va a tener que abrirse un poco más a la propuesta de Whedon.

Como conclusión, la estética en blanco y negro del filme, sus pocos complejos para llevar una historia clásica de William Shakespeare a los días actuales sin importar que el texto vaya por otro lugar, su reparto principal bien escogido y algunos momentos cómicos muy vivaces y reales, la cinta de Josh Whedon es una buena adaptación a la pantalla grande de la obra 'Mucho ruido y pocas nueces', tratada en esta ocasión de una manera más liviana y sin la presión de que haya sido escrita por el maestro inglés. Los amantes del teatro verán el largometraje con otros ojos, más amables o críticos dependiendo de las escenas mostradas, y aquellos que busquen una comedia romántica, y sepan adentrarse en el texto y la puesta en escena humilde de la película, también pueden encontrar en este filme un buen entretenimiento, todo ello rodeado de esa atmósfera del "hecho por placer" que tiene el metraje, donde casi podemos compartir el alivio que siente su reparto de encontrarse en una película casi grabada entre amigos y que muestra que se puede hacer cine sin hacer explotar nada y simplemente, por el placer que es el de hacer una película con ese toque mágico que tiene el teatro.
2 de octubre de 2013 Sé el primero en valorar esta crítica
Lo primero que a uno se le viene a la cabeza cuando se enfrenta a 'The Bling Ring' es un nombre propio: Emma Watson. La nueva película de Sofia Coppola ha jugado la baza de que la popular actriz se quiera desentender poco a poco de su encasillamiento como Hermione Granger, y pese a que su papel está acertado, no es tampoco el redescubrimiento de la actriz, tanto como esta cinta no se acerca a la mejor realización de Coppola (a mi gusto, 'Lost in Translation'), y definitivamente, provoca la sensación de que el metraje de la cinta ha sido alargado hasta la saciedad porque la historia no tiene más donde sacar.

La pandilla protagonista del filme la componen Katie Chang, Israel Broussard, Claire Julien, Taissa Farmiga y como no, Emma Watson. Este grupo de protagonistas destilan en todo momento un halo de superficialidad que tiene un doble filo: sí es cierto que en su conducta podemos ver cierta crítica a todo el mundo del famoso, glamour y modo de vida descerebrado y sin más metas que tener el nuevo bolso de la marca de moda, es también grave en el punto actoral, ya que todas las interpretaciones se quedan justo en eso: la superficialidad.

Por lo general, los personajes son algo sosos, en especial el encarnado por Israel Broussard, que siendo casi el principal hilo conductor del filme, lo que en un comienzo parece ser un chaval que puede enganchar al espectador, poco a poco vemos uno de los escollos más palpables del largometraje: sus personajes no avanzan. Esto provoca que, al no tener un especial apego por ninguno de ellos, no sientas que haya algo muy interesante que contar en pantalla.

Emma Watson, la chica que copa casi todas las fotografías de promoción, ofrece al igual que sus compañeros un personaje superficial tanto en la forma como en el contenido, y si bien sí que demuestra que no todo acabó en 'Harry Potter', no aporta tampoco lo que prometía, y aún siendo correcto, sigo pensando que en caso de tener que enseñar una cinta en la que no sea Hermione, mejor que escoja 'Las ventajas de ser un marginado', en lugar de esta producción.

Sofia Coppola intenta mostrar una crítica a la sociedad de consumo, la 'jet-set' de Hollywood, el modelo norteamericano de éxito, los excesos y el pseudo-glamour y lujo, y si bien en un comienzo parece que va bien encaminada, acaba zambullida en su propia temática, y en lugar de criticar, parece que se embriaga de todo ello, y acaba ofreciendo un largometraje que no sabe ofrecer nada memorable, cayendo en su propia trampa.

Esto provoca que hayan grandes retahílas de nombres de marcas, bolsos, zapatos y ropa, que veamos algunas escenas que parezcan anuncios (hay una específica con un perfume a cámara lenta que hace que quieras aprovechar para levantarte e ir al baño), lo cual acaba desviando la atención de su trama, la cual acaba dejando la sensación de que este hecho real, no daba para tanto.

El guión del filme se estructurará de una manera real y alarmantemente simple: la pandilla localiza la casa del famoso que quieren desvalijar por Internet, entran y roban, se van de fiesta, se drogran y echan fotos, y vuelta a empezar. Esto provoca una de las sensaciones más arraigadas en la película: el metraje se dilata en demasía. La cinta tiene una duración de unos 90 minutos, y no exagero cuando digo que en cada robo podemos estar contemplando durante cinco minutos como las 'fashion victims' de las protagonistas ojean ropa, hablan de cual es el mejor complemento o simplemente nos enseñan todo el fondo de armario de las celebridades.

Un artículo sí, pero una película...

Hay que tener en cuenta eso sí, que el argumento está basado en una historia real (extraído de un artículo de Vanity Fair de título 'Los sospechosos llevaban Louboutins'), y como está el patio, no es increíble el pensar que las verdaderas ladronas se comportaran como las protagonistas de la cinta, pero es por ello mismo, que al tratarse de un evento que realmente ocurrió y cuyos protagonistas están ahí, con vida, y con historias a sus espaldas, no llego a comprender el porqué no se les ha otorgado la profundidad suficiente para llegar mejor al espectador. Quizás echo de menos alguna explicación de porqué los protagonistas se comportan como se comportan, y echo de más tantos minutos gastados en probarse ropa y hablar de marcas de zapatos.

En definitiva, nos encontramos una película a la que la superficialidad se le va de las manos, con una historia que si bien no es merecedora de un Oscar, podía haberse enfocado de muchas maneras para hacerla más atractiva, pero que finalmente lo que muestra es un retrato de una pandilla de 'fashion victims', seguidoras de la vida fácil y únicamente interesadas por las vidas privadas de los famosos, y que nos deja con la sensación de que acabamos el filme como lo empezamos: sin conocer de dónde vienen, y lo peor de todo: sin importarnos a dónde van.
9 de septiembre de 2013 Sé el primero en valorar esta crítica
'The Purge: La noche de las bestias' presenta un escalofriante e interesante argumento, y es una lástima que una idea tan original, no tenga un guión y dirección a la altura.

Este ejercicio de clichés y poco presupuesto está dirigido por James DeMonaco, el cual es su segundo filme como realizador, y su reparto protagonista lo componen Ethan Hawke, Lena Headey, Adelaide Kane, Max Burkholder y Rhys Wakefield.

Ethan Hawke interpreta al patriarca de la familia, James Sandin, un empresario que se dedica a la venta de sistemas de seguridad para hogares, enfocado a convertirlas en fortalezas para salir con vida de La Purga. El actor se enfrenta a su papel de manera resultona, sin destacar especialmente, pero tampoco decepcionando como protagonista, más sabiendo que no nos encontramos con un musculoso protagonista, sino más con un hombre al que todo se le complica. Quizás la falta de conciencia que tiene en alguna ocasión sobre lo que ocurre a su alrededor, pueden ser algo irreales en cuanto a la imagen de padre protector, como por ejemplo, no salir corriendo en busca de su hija, pero que más bien de ello hay que culpar al guión, más que a la interpretación del Hawke, que como hemos comentado, es correcta.

La madre está interpretada por Lena Headey, la cual va perdiendo fuerza a lo largo de la película debido a unos diálogos que no dejan explotar del todo su valor como actriz. Aún así, Headey hace de su personaje el que más carga emotiva consigue transmitir de todo el reparto, que si bien no es difícil de superar, sí se agradece que en momentos logre hacer de su papel algo veraz, sobre todo en sus dilemas morales y en la protección de sus retoños. Una pena que en ciertos puntos de la cinta, sus decisiones son sean las más coherentes con la situación que viven los personajes.

Y hablando de los pequeños de la casa, podemos abrir el libro de los clichés y estereotipos y, eligiendo páginas al azar, crear a los personajes encarnados por Adelaide Kane y Max Burkholder. En el caso de Kane, la hija mayor de la familia, será justo lo que tristemente, se espera de ella: vestida con su traje de colegiala durante todo el metraje, será la caricatura perfecta de "chica-pibón" que pasa sin pena ni gloria por pantalla, y cuyo comportamiento llegará a ser exasperante a lo largo de todo el camino.

Pese a ello, el plato fuerte lo tiene Burkholder. El joven actor, convertido en detonante de la historia, parece que no ha trabajado su personaje lo más mínimo antes de comenzar a rodar. Esto se nota cuando, dando por hecho que las noches de La Purga se celebran desde hace unos 10 años, y la edad del actor en el filme es de unos 14-15 años, quiere decir que toda su etapa consciente ha sabido lo que son Las Purgas, las ha vivido durante 10 años, y saben lo que causan. Teniendo este detalle básico en mente, es incomprensible ver en pantalla a un chaval que, incluso, llega a preguntar en voz alta "¿Qué está pasando?" cuando lleva una hora de metraje viendo las consecuencias de lo que, supuestamente, ha estado viviendo durante dos tercios de su vida. Es por ello que este personaje resulta irreal, sin carisma y, en momentos, incluso irrisorio.

Un caso a parte es el papel de Rhys Wakefield en la cinta. El actor, con su ensayada sonrisa durante todo el viaje, encarna al líder de los enmascarados psicópatas que tocan a la puerta de la familia protagonista. Su interpretación intenta ser un cruce entre Alex DeLarge de 'La naranja mecánica' y Paul de 'Funny Games'. Sin comentar la más clara influencia del personaje interpretado por Michael Pitt en el filme de Michael Haneke, lo que consigue Wakefield es un esbozo de niño-burgués-psicópata que, pese a tener algún discurso digno de aportar carisma a su pe

Con el productor de 'Paranormal Activity' detrás de la película, se esperaba de ella algún punto de tensión memorable, o cuanto menos, paranoia bajo la luz de la linterna. Pero como conclusión, ni una cosa ni la otra. La cinta cuenta con dos partes muy diferenciadas: la primera de ellas más calmada, que busca el terror psicológico con poca iluminación y movimientos lentos, y la segunda parte, todo un festival de acción, tiros, hachas y ruido. Y si en individual, las escenas de "terror" no dan miedo, y las de acción están resueltas sin florituras ni sutileza. En la suma total, nos encontramos en la dirección de James DeMonaco un inexistente interés en innovar, lo cual es una pena, ya que las situaciones que podía provocar la historia daban pie para ello.

El guión, por otro lado, se queda muy corto y poco ambicioso ante una idea que, a priori, resulta tan atractiva. El no saber crear unos personajes creíbles, la moralidad masticada que expone, las situaciones cliché y la simplicidad de todo su argumento, provoca una enorme decepción para quienes esperaban una nueva muestra de cine de referencia para el género, que pese a tener una buena idea original, no ha sabido explotarla como lo merece.

Para finalizar, destacar que aún así el atractivo de su sinopsis puede atraer a su público, pero que no ha de ser muy exigente con 'The Purge', ya que no nos encontramos con lo que prometía ser en un primer momento, y su mayor virtud es ver alguna que otra muerte, las máscaras de los antagonistas, y sobre todo, las conversaciones y controversias que pueden surgir tras ver el filme sobre la moral, la sociedad, el futuro incluso, si se cumpliera la sinopsis del largometraje: una noche, 12 horas en las que todo está permitido. Estoy seguro que en los debates que puedan surgir de esta idea puede salir un guión mejor que el de este filme, así que no olviden apuntar sus ideas y enviarlas al productor, porque habrá segunda parte.
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