Excepcional corto ambientado en los primeros años del Euro. Como en todo corto de festival que se filma con la intención de realzar las capacidades de un director está lleno de excesos y algunos giros de guión que podrían parecer pretenciosos, pero su factura es impecable, y el ritmo es casi, casi, perfecto.

Me pregunto qué necesidad teníamos de esta película después de que David Lynch lo dejara todo dicho respecto a este tema en su película de 1992: Twin Peaks: fire walk with me.

He dicho.

¿Alguien puede explicarme cómo puede tener esta película un 7,5? Fui a la sala pensando que iba a asistir a una película inteligente.

Por el contrario lo que me he encontrado es un filme disparatado. Lleno de pólvora y guantazos dignos del mejor Van Damme. No entiendo nada y me siento confundido.

Salgo del cine esperando que la amable profesional de la taquilla me devuelva el dinero pero se niega. Prometo vengarme de alguna forma.

Shetland es una serie que se vende como un thriller policiaco, pero en realidad, es una tortura de ritmo lento que deja a los espectadores desesperados por algo, cualquier cosa que suceda. A lo largo de sus temporadas, la serie se arrastra con una parsimonia que bordea lo insoportable. Los paisajes de las Islas Shetland, por hermosos que sean, no pueden salvar una narrativa que parece más interesada en mostrar cuán gris y aburrida puede ser la vida en un lugar tan remoto.

El protagonista, Jimmy Perez, interpretado por Douglas Henshall, es un detective tan plano y aburrido que a veces te preguntas si está realmente despierto durante la mayor parte de la serie. Su presencia, en lugar de aportar peso o profundidad, se siente como un lastre que arrastra cada escena a un pozo de monotonía. Henshall hace lo que puede con un guion que le da muy poco con qué trabajar, pero al final, su actuación carece de cualquier chispa que pueda hacer que nos importen los dilemas de su personaje.

Los casos en Shetland son otra historia de decepción. Lo que podría haber sido una serie de intrigas fascinantes se convierte en una repetición de clichés del género, con giros que se ven venir a kilómetros de distancia. En lugar de mantenerte al borde del asiento, la serie te hace mirar el reloj, esperando que algo, cualquier cosa, pase para sacarte del letargo.

Y ni hablemos de los personajes secundarios. Se supone que deben enriquecer la historia, pero en realidad, son tan planos y mal desarrollados que apenas puedes recordar sus nombres, y mucho menos sentir algo por ellos. La serie trata de darles momentos de protagonismo, pero estos esfuerzos son tan superficiales que te deja preguntándote por qué te importa siquiera.

En resumen, Shetland es una pérdida de tiempo. Lo que podría haber sido un thriller psicológico tenso y envolvente es, en cambio, un desfile de aburrimiento, con personajes que te importan tan poco como los interminables paisajes nublados que la serie insiste en mostrar. Si estás buscando emoción, suspense, o incluso un buen drama, pasa de largo, porque Shetland no te dará nada de eso.