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9
30 de diciembre de 2013
30 de diciembre de 2013
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que la etiqueta british conlleva una clase y una distinción que pocas otras pueden alcanzar, por eso quizás "Downton Abbey" nos resulta casi más placentera a los no británicos que a ellos mismos. Desde el maravilloso castillo victoriano de estilo Isabelino que sirve de mansión a la familia Crawley, la magnífica música de John Lunn, el elegante vestuario, el distinguido elenco de actores con la enorme Maggie Smith como matriarca de la familia, el exquisito acento británico con su articulación, su entonación, su énfasis, su distinción, su elegancia, sus expresiones (Nonsense!, Is anything the matter?, Can I help Your Ladyship?...) y por supuesto un equipo de guionistas, capitaneados por el creador de la serie Julian Fellowes, que están ahí para ofrecernos sus delicias en bandeja de plata.
10 razones para amar Downton Abbey:
1) Maggie Smith interpretando a Violet Crawley (Lady Grantham, la madre de Robert). Esta entrañable anciana que dice todo lo que piensa, eso sí, con la tan característica ironía inglesa que ha dado lugar a fantásticos one-liners, que vienen a ser esas frases que todos estamos esperando y en las que los guionistas ponen sus mayores esfuerzos, resultando así descarada, pero con elegancia. Mejor dejarla hablar a ella para que os hagáis una idea:
- Primero la electricidad, ahora teléfonos. A veces me siento como si estuviera viviendo en una novela de H.G.Wells.
- Soy una mujer, Mary. Puedo ser tan contradictoria como quiera.
- No soy una romántica, pero hasta yo puedo reconocer que el corazón no existe únicamente con el fin de bombear sangre.
- No seas derrotista, querida, que eso es muy de la clase media.
- Violet: Tengo muchas ganas de ver a su madre. Cuando estoy con ella, me acuerdo de las virtudes de los ingleses.
- Matthew: Pero no es americana?
- Violet: Exactamente.
- Matthew: Lo siento por el jarrón.
- Violet: Tranquilo. Era un regalo de boda de una tía mía que era horrible. Lo he odiado durante medio siglo.
- Violet: Siempre ves la manera de mejorar las cosas mires donde mires.
- Isobel: Me lo tomaré como un cumplido.
- Violet: Debo haberlo dicho mal pues...
- Cora: Espero no oir sonidos de desacuerdo.
- Violet: ¿Así es cómo se refieren a una discusión en Nueva York?
2) Cómo los elementos históricos son incorporados a la trama: el hundimiento del Titanic, la llegada del teléfono, la I Guerra Mundial, la devastadora gripe española, la Guerra de la Indepencia de Irlanda, etc. Todas ellas muy bien entretejidas con la trama principal.
3) El URST entre Lady Mary y el primo Matthew, clásico, de libro incluso, pero delicioso y que funciona a la maravilla. Se odian, pero se quieren, la aparente tirantez que hay entre ellos no es más que una tensión sexual no resuelta, que necesita pasar por uno de los cien dormitorios de la mansión ASAP. Obviamente, a Lady Mary empieza a gustarle más cuando él comienza una relación con Lavinia ¿A quién no le resulta mucho más atractivo aquello que no puede tener?
4) La relación entre Anna (la sirvienta de Lady Mary) y John Bates (el sirviente de Robert Crawley). Y lo que han sufrido estos dos para estar juntos y por consecuencia, lo que nos han hecho sufrir a nosotros. Claramente si hay una pareja que se merece ya de una vez la felicidad son este par ¡Qué pobres...! Papeles de divoricio que no llegan, chantajes, falsas acusaciones de asesinato, violaciones... Una historia de amor trágica, pero maravillosa.
5) Cómo son tratados algunos temas como el aborto, las relaciones fuera del matrimonio, las relaciones entre personas de diferente raza o estatus, la homosexualidad, los derechos de la mujer... con la visión y el conservadurismo de principios del siglo pasado.
6) El (re)descubrimiento del talento de una actriz como Elizabeth McGovern, que interpreta a Lady Cora Grantham. Sus caras no tienen desperdicio...
7) Supongo que no soy el único fan del personaje de Tom Branson, el chófer que acaba casándose con Lady Sybil y teniendo una hija con ésta. Cómo la familia Crawley lo acoje dentro del seno familiar y cómo lo tienen por un miembro más de la familia resulta enternecedor. Por cierto, ¿Soy el único que piensa que haría una pareja fantástica con Lady Mary? ¿Sería demasiado descabellado?
8) Algunos villanos interesantes (los únicos que fuman en la serie, claro, porque son malos...). Me refiero especialmente a Thomas Barrow (el gay de la serie), que ha tenido algunos momentos de redención, aunque pocos... Le vimos tirarle la caña a un nuevo sirviente que llega a trabajar a la mansión, Jimmy Kent (realmente es un Ken...), un atractivo rubio al que todas persiguen, y con todas incluyo a Thomas, que intenta propasarse con él y éste le acusa luego públicamente de ello. Y luego tenemos a Sarah O'Brien (la sirvienta de Cora), que nos hizo ver cuánto daño se puede hacer con una simple pastilla de jabón... Juntos resultan maquiavélicos y manipuladores.
9) Algunos deliciosos episodios folletinescos. En el fondo tiene su punto de culebronesca, una especie de "Melrose Place" de época. Ahora mismo me viene a la mente el momento de la llegada del aristócrata turco Kemal Pamuk, quien después de que Thomas Barrow le tire un poco la caña, decidirá ir a la habitación de Lady Mary a echar un polvete de una noche. Lady Mary será incapaz de resistirse a los encantos del apuesto diplomático turco, con la mala suerte de que éste sufrirá un ataque al corazón, quedando su bonito pero inerte cuerpo desnudo sobre su cama. Todo un escándalo de alcoba de lo más entretenido.
10) El hecho de que en una serie con tantísimos personajes no haya ninguno de relleno o que esté mal dibujado. Claramente, a todo esto ayuda el hecho de que Fellowes esté trabajando con un maravilloso elenco de actores de la A a la Z, con un asombroso vestuario, una imponente localización, una brillante fotografía y una magnífica banda sonora que lo envuelve todo de manera excepcional.
10 razones para amar Downton Abbey:
1) Maggie Smith interpretando a Violet Crawley (Lady Grantham, la madre de Robert). Esta entrañable anciana que dice todo lo que piensa, eso sí, con la tan característica ironía inglesa que ha dado lugar a fantásticos one-liners, que vienen a ser esas frases que todos estamos esperando y en las que los guionistas ponen sus mayores esfuerzos, resultando así descarada, pero con elegancia. Mejor dejarla hablar a ella para que os hagáis una idea:
- Primero la electricidad, ahora teléfonos. A veces me siento como si estuviera viviendo en una novela de H.G.Wells.
- Soy una mujer, Mary. Puedo ser tan contradictoria como quiera.
- No soy una romántica, pero hasta yo puedo reconocer que el corazón no existe únicamente con el fin de bombear sangre.
- No seas derrotista, querida, que eso es muy de la clase media.
- Violet: Tengo muchas ganas de ver a su madre. Cuando estoy con ella, me acuerdo de las virtudes de los ingleses.
- Matthew: Pero no es americana?
- Violet: Exactamente.
- Matthew: Lo siento por el jarrón.
- Violet: Tranquilo. Era un regalo de boda de una tía mía que era horrible. Lo he odiado durante medio siglo.
- Violet: Siempre ves la manera de mejorar las cosas mires donde mires.
- Isobel: Me lo tomaré como un cumplido.
- Violet: Debo haberlo dicho mal pues...
- Cora: Espero no oir sonidos de desacuerdo.
- Violet: ¿Así es cómo se refieren a una discusión en Nueva York?
2) Cómo los elementos históricos son incorporados a la trama: el hundimiento del Titanic, la llegada del teléfono, la I Guerra Mundial, la devastadora gripe española, la Guerra de la Indepencia de Irlanda, etc. Todas ellas muy bien entretejidas con la trama principal.
3) El URST entre Lady Mary y el primo Matthew, clásico, de libro incluso, pero delicioso y que funciona a la maravilla. Se odian, pero se quieren, la aparente tirantez que hay entre ellos no es más que una tensión sexual no resuelta, que necesita pasar por uno de los cien dormitorios de la mansión ASAP. Obviamente, a Lady Mary empieza a gustarle más cuando él comienza una relación con Lavinia ¿A quién no le resulta mucho más atractivo aquello que no puede tener?
4) La relación entre Anna (la sirvienta de Lady Mary) y John Bates (el sirviente de Robert Crawley). Y lo que han sufrido estos dos para estar juntos y por consecuencia, lo que nos han hecho sufrir a nosotros. Claramente si hay una pareja que se merece ya de una vez la felicidad son este par ¡Qué pobres...! Papeles de divoricio que no llegan, chantajes, falsas acusaciones de asesinato, violaciones... Una historia de amor trágica, pero maravillosa.
5) Cómo son tratados algunos temas como el aborto, las relaciones fuera del matrimonio, las relaciones entre personas de diferente raza o estatus, la homosexualidad, los derechos de la mujer... con la visión y el conservadurismo de principios del siglo pasado.
6) El (re)descubrimiento del talento de una actriz como Elizabeth McGovern, que interpreta a Lady Cora Grantham. Sus caras no tienen desperdicio...
7) Supongo que no soy el único fan del personaje de Tom Branson, el chófer que acaba casándose con Lady Sybil y teniendo una hija con ésta. Cómo la familia Crawley lo acoje dentro del seno familiar y cómo lo tienen por un miembro más de la familia resulta enternecedor. Por cierto, ¿Soy el único que piensa que haría una pareja fantástica con Lady Mary? ¿Sería demasiado descabellado?
8) Algunos villanos interesantes (los únicos que fuman en la serie, claro, porque son malos...). Me refiero especialmente a Thomas Barrow (el gay de la serie), que ha tenido algunos momentos de redención, aunque pocos... Le vimos tirarle la caña a un nuevo sirviente que llega a trabajar a la mansión, Jimmy Kent (realmente es un Ken...), un atractivo rubio al que todas persiguen, y con todas incluyo a Thomas, que intenta propasarse con él y éste le acusa luego públicamente de ello. Y luego tenemos a Sarah O'Brien (la sirvienta de Cora), que nos hizo ver cuánto daño se puede hacer con una simple pastilla de jabón... Juntos resultan maquiavélicos y manipuladores.
9) Algunos deliciosos episodios folletinescos. En el fondo tiene su punto de culebronesca, una especie de "Melrose Place" de época. Ahora mismo me viene a la mente el momento de la llegada del aristócrata turco Kemal Pamuk, quien después de que Thomas Barrow le tire un poco la caña, decidirá ir a la habitación de Lady Mary a echar un polvete de una noche. Lady Mary será incapaz de resistirse a los encantos del apuesto diplomático turco, con la mala suerte de que éste sufrirá un ataque al corazón, quedando su bonito pero inerte cuerpo desnudo sobre su cama. Todo un escándalo de alcoba de lo más entretenido.
10) El hecho de que en una serie con tantísimos personajes no haya ninguno de relleno o que esté mal dibujado. Claramente, a todo esto ayuda el hecho de que Fellowes esté trabajando con un maravilloso elenco de actores de la A a la Z, con un asombroso vestuario, una imponente localización, una brillante fotografía y una magnífica banda sonora que lo envuelve todo de manera excepcional.
Miniserie

6,6
3.143
8
9 de junio de 2013
9 de junio de 2013
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Elisabeth Moss, en un papel totalmente distinto al de Peggy Olsen de “Mad Men”, donde demuestra su versatilidad como actriz. Un Emmy para esta chica ya!!!
2) La escena inicial en la que Tui se adentra en las frías aguas del lago con la intención de ahogarse. Una imagen que resulta enigmática, pero pictóricamente bella y de una gran fuerza dramática.
3) El misterio que envuelve a las localidades pequeñas y que sigue funcionando tan bien a la hora de crear un thriller.
4) La frialdad del paisaje neozelandés a la que la realizadora Jane Campion ya nos tiene acostumbrados en sus películas (recordemos “El piano”), con sus montañas, la quietud de las aguas del lago y la gama de azules crepusculares del cielo, que nos ayudan con su poder hipnótico a crear una aire de inquietante intriga.
5) Ese ritmo lento que hace que te vayas adentrando poco a poco en la población de Laketop y que vayas sospechando de todos y cada uno de los personajes que la habitan.
6) La intensidad dramática tanto de la trama principal como de las tramas secundarias; algunas de ellas consiguen ponerte los pelos de punta.
7) La sórdida historia del pasado de la detective Robin (Elisabeth Moss), que la hace involucrarse de una manera especial en el caso de Tui.
8) La extraña colonia de mujeres en proceso de curación espiritual regidas por una mística Holly Hunter con una peluca canosa a lo Gandalf el Blanco.
9) Las historias de mujeres que trabajan en un hostil mundo de hombres siguen funcionando muy bien.
10) El repentino e inesperado desenlace, que te deja con la boca abierta y sin la posibilidad de ir más allá, puesto que se trata de una miniserie de 7 episodios que no tiene continuación.
2) La escena inicial en la que Tui se adentra en las frías aguas del lago con la intención de ahogarse. Una imagen que resulta enigmática, pero pictóricamente bella y de una gran fuerza dramática.
3) El misterio que envuelve a las localidades pequeñas y que sigue funcionando tan bien a la hora de crear un thriller.
4) La frialdad del paisaje neozelandés a la que la realizadora Jane Campion ya nos tiene acostumbrados en sus películas (recordemos “El piano”), con sus montañas, la quietud de las aguas del lago y la gama de azules crepusculares del cielo, que nos ayudan con su poder hipnótico a crear una aire de inquietante intriga.
5) Ese ritmo lento que hace que te vayas adentrando poco a poco en la población de Laketop y que vayas sospechando de todos y cada uno de los personajes que la habitan.
6) La intensidad dramática tanto de la trama principal como de las tramas secundarias; algunas de ellas consiguen ponerte los pelos de punta.
7) La sórdida historia del pasado de la detective Robin (Elisabeth Moss), que la hace involucrarse de una manera especial en el caso de Tui.
8) La extraña colonia de mujeres en proceso de curación espiritual regidas por una mística Holly Hunter con una peluca canosa a lo Gandalf el Blanco.
9) Las historias de mujeres que trabajan en un hostil mundo de hombres siguen funcionando muy bien.
10) El repentino e inesperado desenlace, que te deja con la boca abierta y sin la posibilidad de ir más allá, puesto que se trata de una miniserie de 7 episodios que no tiene continuación.
7
12 de junio de 2014
12 de junio de 2014
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Veep" es una serie sobre política políticamente incorrecta, donde los inventivos insultos van que vuelan por los pasillos de la Casa Blanca. Una comedia embarazosa, que basa gran parte de su atractivo en las humillaciones por las que tiene que pasar la VP Selina Meyer y que ella intenta sobrellevar con la máxima compostura, la máxima dignidad y siempre con una hábil cara de póquer que quizás pueda engañar a los que tiene alrededor, pero no a los espectadores cómplices. Hilarante es el momento de la segunda temporada en el que Selina ayuda en una situación de crisis internacional y durante la reunión es pillada por una cámara mirando el móvil (como si le importara un pito el delicado tema que está tratando en ese momento). Pronto las redes se hacen eco de la imagen captada y comienzan a colgar retratos de ella retocados con Photoshop donde aparece mirando el móvil durante la firma de la Declaración de Independencia, en la crucifixión de Jesús, en medio del tsunami de 2004, etc.
La malhablada, mentirosa, insoportable, soberbia, desquiciada, metepatas, inoportuna, bocazas (sufre de un severo caso de diarrea verbal), pero a la vez única, divina y maravillosa Vicepresidenta está brillantemente
interpretada por Julia Louis-Dreyfus (quien ya mostró su buen pulso para la comedia en Seinfield) y que ha ganado dos años consecutivos el Emmy a Mejor Actriz de Comedia por este papel. Como he dicho antes, Selina pasa por un montón de situaciones humillantes y embarazosas, y cuando las observas como espectador no puedes evitar sentir una mezcla de alegría, compasión, vergüenza ajena y pena por la pobre VP, que se les ve y desea para salir airosa de las circunstancias más denigrantes.
El abanico de getos de la Dreyfus es ideal para el papel, intentando hacer cara de póquer ante todo lo que sucede a su alrededor e intentando salir de todo con la mayor dignidad posible (aunque a ojos del espectador la pierda desde el minuto cero del episodio piloto...). Selina es mu mala, su maldad sobrepasa con creces su corta estatura. Es una mala persona, una perra (para qué andarse con rodeos...), y por eso uno se muere por verla sentada en la silla presidencial del Despacho Oval acariciando el lujoso escritorio de madera tallada como la Presidenta de los Estados Unidos.
Los guionistas se lo deben pasar en grande escribiendo las líneas que Dreyfus suelta con una facilidad digna de una verdadera reina de la comedia como ella. Líneas afiladas, punzantes, hirientes, mordaces. Auténticas perlas que quedarán registradas en los anales de la televisión.
No quiero dejar de mencionar el peinado de Selina Meyer, que empezó siendo una especie de casco oscuro, una masa enlacada inamovible a lo la Dama de Hierro, que poco a poco fue sucumbiendo a la ley de la gravedad de Newton, porque Selina se va soltando la melena, y finalmente se realiza un corte de pelo moderno, aunque muy criticado en la red, alegando que parece bollera o un niño de 12 años...
Muchas son las situaciones bochornosas por las que la VP tiene que pasar y muchas han hecho que me retuerza de risa mientras las contemplaba cómodamente en mi casa. Como cuando va por un pasillo y atraviesa una puerta de cristal con la cara, con la mala suerte de que después tiene una de sus apariciones públicas a la que tiene que asistir con la cara toda magullada y llena de tiritas. O cuando le dicen que en su visita a Londres tiene que aparecer con sombrero, porque allí los sombreros son lo más en los eventos de alto copete y se deja aconsejar por su masajista (con el que está teniendo un tórrido affaire), que le sugiere que lleve un gigantesco y horroroso sombrero que en palabras de uno de los colaboradores de Selina "parece un cisne que haya implosionado". O el día en que asiste a un debate público televisado en el que se les formulan preguntas a los aspirantes a presidentes de los EEUU y a Selina le comienza un molesto tic en el ojo, que intenta disimular sonriendo y aún da más miedo...
Una aguda y muy parlanchina sátira politica que seguro que os divertirá.
La malhablada, mentirosa, insoportable, soberbia, desquiciada, metepatas, inoportuna, bocazas (sufre de un severo caso de diarrea verbal), pero a la vez única, divina y maravillosa Vicepresidenta está brillantemente
interpretada por Julia Louis-Dreyfus (quien ya mostró su buen pulso para la comedia en Seinfield) y que ha ganado dos años consecutivos el Emmy a Mejor Actriz de Comedia por este papel. Como he dicho antes, Selina pasa por un montón de situaciones humillantes y embarazosas, y cuando las observas como espectador no puedes evitar sentir una mezcla de alegría, compasión, vergüenza ajena y pena por la pobre VP, que se les ve y desea para salir airosa de las circunstancias más denigrantes.
El abanico de getos de la Dreyfus es ideal para el papel, intentando hacer cara de póquer ante todo lo que sucede a su alrededor e intentando salir de todo con la mayor dignidad posible (aunque a ojos del espectador la pierda desde el minuto cero del episodio piloto...). Selina es mu mala, su maldad sobrepasa con creces su corta estatura. Es una mala persona, una perra (para qué andarse con rodeos...), y por eso uno se muere por verla sentada en la silla presidencial del Despacho Oval acariciando el lujoso escritorio de madera tallada como la Presidenta de los Estados Unidos.
Los guionistas se lo deben pasar en grande escribiendo las líneas que Dreyfus suelta con una facilidad digna de una verdadera reina de la comedia como ella. Líneas afiladas, punzantes, hirientes, mordaces. Auténticas perlas que quedarán registradas en los anales de la televisión.
No quiero dejar de mencionar el peinado de Selina Meyer, que empezó siendo una especie de casco oscuro, una masa enlacada inamovible a lo la Dama de Hierro, que poco a poco fue sucumbiendo a la ley de la gravedad de Newton, porque Selina se va soltando la melena, y finalmente se realiza un corte de pelo moderno, aunque muy criticado en la red, alegando que parece bollera o un niño de 12 años...
Muchas son las situaciones bochornosas por las que la VP tiene que pasar y muchas han hecho que me retuerza de risa mientras las contemplaba cómodamente en mi casa. Como cuando va por un pasillo y atraviesa una puerta de cristal con la cara, con la mala suerte de que después tiene una de sus apariciones públicas a la que tiene que asistir con la cara toda magullada y llena de tiritas. O cuando le dicen que en su visita a Londres tiene que aparecer con sombrero, porque allí los sombreros son lo más en los eventos de alto copete y se deja aconsejar por su masajista (con el que está teniendo un tórrido affaire), que le sugiere que lleve un gigantesco y horroroso sombrero que en palabras de uno de los colaboradores de Selina "parece un cisne que haya implosionado". O el día en que asiste a un debate público televisado en el que se les formulan preguntas a los aspirantes a presidentes de los EEUU y a Selina le comienza un molesto tic en el ojo, que intenta disimular sonriendo y aún da más miedo...
Una aguda y muy parlanchina sátira politica que seguro que os divertirá.
Episodio

6,4
670
6
10 de diciembre de 2013
10 de diciembre de 2013
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Hay muchas razones para matar a un hombre, avaricia, lujuria, desesperación. El asesinato es a menudo pobre y egoísta. Se arrebatan vidas porque a alguien no le ha ido bien el día o porque la cena se sirvió tarde. Otras veces, no hay ninguna razón. Sólo por aburrimiento y por el alcohol de una noche de sábado. Para mí, sólo hay una razón que tiene sentido: no es que tus manos estén más limpias por ello, pero quizás puedas dormir mejor por las noches." Monólogos como este son soltados por la voz en off en "Mob City", la nueva creación de Frank Darabont (quien un día fuera el creador de "The Walking Dead").
A mí la verdad es que un director que es capaz de hacer una joya como "La niebla", ya tiene inmeditamente captada mi atención haga lo que haga. En este caso, Darabont nos presenta una historia de cine negro que se basa en los acontecimientos sucedidos entre el L.A.P.D y los gángsters en Los Angeles durante los años 40, basándose en el libro L.A. Noir: The Struggle for the Soul of America's Most Seductive City, escrito por John Buntin. Además, la serie tiene como protagonista absoluto a uno de esos tipos de moralidad más que dudosa que tanto nos gustan: el poli corrupto Joe Teague. Esperemos que sea uno más a añadir a la lista de nuestros malotes favoritos (Tony Soprano, Dexter Morgan, Don Draper, Walter White, etc.).
El episodio piloto contiene todos los ingredientes propios del cine negro: calles mojadas, tipos malos que llevan buenos zapatos y corbatas caras, tíos repeinados y engominados muy bien vestidos y que fuman sin parar, primeros planos de revólveres que tras disparar sacan un hilillo de humo, tiroteos en callejones, ajustes de cuentas en restaurantes, femmes fatales que saben más de lo que parece (en este caso no es rubia a lo Kim Basinger en "L.A. Confidential", o a lo Veronica Lake en cualquiera de los clásicos del cine negro, pero aún así resulta igual de inquietante). Todo ello nos es servido elegantemente al ritmo de una música Jazz que va sonando durante todo el episodio. Como dice un personaje en un momento de la serie "Los Angeles es una ciudad que parece una alfombra de estrellas, pero sólo si te la miras desde lejos".
Realmente se toma su tiempo a la hora de presentarnos la historia y los personajes, lo que puede resultar algo pesado y lento, pero está claro que tiene muchos aspectos destacables. La ambientación del Los Angeles de los años 40 es exquisita, el vestuario, los coches, la reconstrucción de sus calles, el Jazz, la fotografía,... Me han gustado especialmente los flashbacks/flashforwards para presentarnos a algunos personajes. Por ejemplo, en una secuencia vemos a un chiquillo yendo hacia una taquilla de un cine y diciéndole a la taquillera "¡Deme todo el dinero que tiene en la caja!", cuando la taquillera se ríe de él por tratarse sólo de un niño, éste saca un bate de béisbol y se pone a darle golpes al cristal de la taquilla como un loco, de golpe la imagen se congela y nos dice algo así como "En 1947 ese niño será uno de los jefazos del crimen organizado de la Mafia de Los Angeles".
Como el ritmo es algo lento tendremos que esperar a ver cómo se van desarrollando la historia y los personajes. De momento, aunque el tema no sea uno de mis preferidos, por su creador y por algunos de los miembros del cast, yo seguiré dándole un voto de confianza a esta nueva serie para ver qué nos depara. De momento, avanzo que el episodio doble contiene una sorpresilla final que promete...
A mí la verdad es que un director que es capaz de hacer una joya como "La niebla", ya tiene inmeditamente captada mi atención haga lo que haga. En este caso, Darabont nos presenta una historia de cine negro que se basa en los acontecimientos sucedidos entre el L.A.P.D y los gángsters en Los Angeles durante los años 40, basándose en el libro L.A. Noir: The Struggle for the Soul of America's Most Seductive City, escrito por John Buntin. Además, la serie tiene como protagonista absoluto a uno de esos tipos de moralidad más que dudosa que tanto nos gustan: el poli corrupto Joe Teague. Esperemos que sea uno más a añadir a la lista de nuestros malotes favoritos (Tony Soprano, Dexter Morgan, Don Draper, Walter White, etc.).
El episodio piloto contiene todos los ingredientes propios del cine negro: calles mojadas, tipos malos que llevan buenos zapatos y corbatas caras, tíos repeinados y engominados muy bien vestidos y que fuman sin parar, primeros planos de revólveres que tras disparar sacan un hilillo de humo, tiroteos en callejones, ajustes de cuentas en restaurantes, femmes fatales que saben más de lo que parece (en este caso no es rubia a lo Kim Basinger en "L.A. Confidential", o a lo Veronica Lake en cualquiera de los clásicos del cine negro, pero aún así resulta igual de inquietante). Todo ello nos es servido elegantemente al ritmo de una música Jazz que va sonando durante todo el episodio. Como dice un personaje en un momento de la serie "Los Angeles es una ciudad que parece una alfombra de estrellas, pero sólo si te la miras desde lejos".
Realmente se toma su tiempo a la hora de presentarnos la historia y los personajes, lo que puede resultar algo pesado y lento, pero está claro que tiene muchos aspectos destacables. La ambientación del Los Angeles de los años 40 es exquisita, el vestuario, los coches, la reconstrucción de sus calles, el Jazz, la fotografía,... Me han gustado especialmente los flashbacks/flashforwards para presentarnos a algunos personajes. Por ejemplo, en una secuencia vemos a un chiquillo yendo hacia una taquilla de un cine y diciéndole a la taquillera "¡Deme todo el dinero que tiene en la caja!", cuando la taquillera se ríe de él por tratarse sólo de un niño, éste saca un bate de béisbol y se pone a darle golpes al cristal de la taquilla como un loco, de golpe la imagen se congela y nos dice algo así como "En 1947 ese niño será uno de los jefazos del crimen organizado de la Mafia de Los Angeles".
Como el ritmo es algo lento tendremos que esperar a ver cómo se van desarrollando la historia y los personajes. De momento, aunque el tema no sea uno de mis preferidos, por su creador y por algunos de los miembros del cast, yo seguiré dándole un voto de confianza a esta nueva serie para ver qué nos depara. De momento, avanzo que el episodio doble contiene una sorpresilla final que promete...
6
2 de diciembre de 2013
2 de diciembre de 2013
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de que llegara Carrie Bradshaw con sus Manolo Blahnik y sus tres amiguitas, antes de que las Supernenas salvaran el mundo y mucho antes de que Lena Dunham y sus "Girls" pisaran fuerte, llegaron las "Golden Girls", esas cuatro chicas de más de 60 años que ya estaban de vuelta de todo, que se miraban temas como las relaciones, la amistad, el sexo, la homosexualidad, la muerte, etc. con esa sorna y ese distanciamiento que sólo la madurez puede llegar a ofrecerte. Dorothy, Rose, Blanche y Sophia consiguieron seducirnos con su ácido sentido del humor, sus pelos enlacados y sus magníficas personalidades durante 7 temporadas.
Está claro que el secreto del éxito de la serie, como ocurre en la mayoría de sitcoms, es ese perfecto matrimonio entre cada una de las actrices y sus respectivos personajes. Si los guionistas consiguen eso, podemos llegar a vivir los mejores momentos cómicos, porque las fronteras entre el personaje y la actriz se confunden en perfecta harmonía y logran momentos irrepetibles como ocurrió con la serie "Friends". En ambos casos siempre daba la sensación de que el reparto se lo estaba pasando bomba en plató y eso se contagiaba rápidamente a la audiencia.
Así tenemos a Rose Nylund. Rose creció en una pequeña granja en Sant Olaf, lugar del que no para de contar historietas ("Back in St. Olaf..."). Rose perdió a su marido, cuando éste sufrió un ataque al corazón mientras estaban haciendo el amor, lo que la traumatizó a volver a tener relaciones sexuales. Rose era inocentona, simplona, cándida y algo boba. Para entendernos vendría a ser la Charlotte York de "Sex and the City". Teníamos a su polo opuesto, Blanche Devereaux. En una ocasión, Blanche le suelta a Rose "Tú siempre serás mi fan número 1, porque represento todos los pecados que nunca has tenido el coraje de cometer". Blanche era una devora-hombres, vamos un zorrón, que se cepillaba a todo lo que se movía, yo me atrevería a decir que es la precursora de Samantha Jones en "Sex and the City", por su libertinaje sexual, que aún era más mal visto en los 80. Es narcisista hasta el extremo, muy coqueta, siempre mintiendo sobre la edad, diciendo que tiene treinta y muchos o cuarenta y pocos...
Y para cerrar el grupo teníamos a Dorothy Zbornack y a su madre Sophia Petrillo. Dorothy era extremadamente alta y gastaba una voz sumamente profunda, casi masculina. Es especialmente sarcástica con sus compañeras de piso y eso nos ofrecía momentos especialmente divertidos de este personaje. Es de alguna manera, el vínculo de unión del grupo, así que cuando decide irse a vivir a Atlanta con su nuevo amor, la serie llegó a su fin.
Llegamos a la que para mí era la estrella de la función: Sophia Petrillo, esa especie de superabuela de ochenta y tantos años, que al parecer sufrió un ataque hace algún tiempo que le ocasionó una especie de incontinencia verbal, que le hace decir todo lo que piensa y verbalizar todo tipo de proyectiles con dos objetivos claros: destrozar a quien los reciba y hacer que la audiencia se tronche de risa. Sophia se mudó a vivir con su hija y sus amigas, después de que la residencia para la tercera edad en la que residía ardiera en llamas (mi teoría es que fue ella misma quien, a lo Rambo, le prendió fuego, porque sabía que era la única manera de que su hija la incluyera como una "compi" más de su grupillo de "maduritas pero estupendas en Miami").
Claramente es la gran matriarca del clan "Golden". Con su inamovible peluca plateada, sus enormes gafas con lentes de culo de botella, su sonrisilla traviesa, siempre sosteniendo un bolso enorme con sus efectos personales, que se lleva inlcuso cuando va al baño y con un ligero problema de flatulencias. Procedente de Sicilia (su frase "Picture it... Sicily" es ya un clásico), uno puede deducir que su familia tuvo conexiones con la Mafia y que estuvo involucrada en diversas vendettas; pinta de mal bicho desde luego que tiene, era menuda pero matona. La serie con frecuencia juega con su demencia senil, que nunca sabemos si la finje y está más espabilada que todas las "golden" juntas o realmente está sufriendo los estragos de su avanzada edad. Siempre con ingeniosas salidas de bombero, sus puñaladas traperas y sus desvergonzados comentarios, que normalmente intentaban despellejar la falta de amor de Dorothy, la promiscuidad de Blanche o la ignorancia de Rose. Petrillo asegura haber tenido una vida apasionante donde ha tonteado con Picasso, Freud, Churchill, entre otros...
Petrillo siempre soltaba pequeñas perlas de sabiduría y comentarios mordaces:
-(Hablando de Blanche) "Lo he dicho antes y lo volveré a decir: las putas se curan más rápido"
-"Discúlpame ¿Te he dado algún indicio de que me importe lo más mínimo lo que me estás contando?
Blanche: "Trato mi cuerpo como un templo."
Sophia: "Sí, abierto 24 horas."
Rose: "Dorothy, tú eres la lista, y Blanche, tú eres la sexy, y Sophia tú eres la vieja y yo soy la buena. A todo el mundo le gusto..."
Sophia: "La vieja no es que esté loca por ti precisamente..."
Rose: "En St. Olaf, Ned era el tonto del pueblo."
Sophia: "¿Cuándo, los días que tú librabas?"
Rose (súper contenta): "Adivina quién es la chica más afortunada del mundo..."
Sophia: "Desde luego tu madre, no..."
Blanche: "¿Voy bien vestida para la carrera de perros?"
Sophia: "Eso depende. ¿Tú compites?"
Blanche: "Si tan solo pudiera hacer algo para resultar menos atractiva..."
Sophia: "Prueba con agua y jabón..."
Tengo que reconocer que en muchas ocasiones mis carcajadas sonaban al unísono con las risas enlatadas de la serie. Una buena mezcla de ingredientes: unas actrices en su salsa, unos diálogos afilados, la destrucción de tabúes como la menopausia, el sexo en la tercera edad, el libertinaje sexual de la mujeres, la homosexualidad, etc. fueron todo un hito a mediados de los ochenta y sentaron una sólida base para series venideras sobre mujeres estupendas que no le tienen miedo a nada.
Está claro que el secreto del éxito de la serie, como ocurre en la mayoría de sitcoms, es ese perfecto matrimonio entre cada una de las actrices y sus respectivos personajes. Si los guionistas consiguen eso, podemos llegar a vivir los mejores momentos cómicos, porque las fronteras entre el personaje y la actriz se confunden en perfecta harmonía y logran momentos irrepetibles como ocurrió con la serie "Friends". En ambos casos siempre daba la sensación de que el reparto se lo estaba pasando bomba en plató y eso se contagiaba rápidamente a la audiencia.
Así tenemos a Rose Nylund. Rose creció en una pequeña granja en Sant Olaf, lugar del que no para de contar historietas ("Back in St. Olaf..."). Rose perdió a su marido, cuando éste sufrió un ataque al corazón mientras estaban haciendo el amor, lo que la traumatizó a volver a tener relaciones sexuales. Rose era inocentona, simplona, cándida y algo boba. Para entendernos vendría a ser la Charlotte York de "Sex and the City". Teníamos a su polo opuesto, Blanche Devereaux. En una ocasión, Blanche le suelta a Rose "Tú siempre serás mi fan número 1, porque represento todos los pecados que nunca has tenido el coraje de cometer". Blanche era una devora-hombres, vamos un zorrón, que se cepillaba a todo lo que se movía, yo me atrevería a decir que es la precursora de Samantha Jones en "Sex and the City", por su libertinaje sexual, que aún era más mal visto en los 80. Es narcisista hasta el extremo, muy coqueta, siempre mintiendo sobre la edad, diciendo que tiene treinta y muchos o cuarenta y pocos...
Y para cerrar el grupo teníamos a Dorothy Zbornack y a su madre Sophia Petrillo. Dorothy era extremadamente alta y gastaba una voz sumamente profunda, casi masculina. Es especialmente sarcástica con sus compañeras de piso y eso nos ofrecía momentos especialmente divertidos de este personaje. Es de alguna manera, el vínculo de unión del grupo, así que cuando decide irse a vivir a Atlanta con su nuevo amor, la serie llegó a su fin.
Llegamos a la que para mí era la estrella de la función: Sophia Petrillo, esa especie de superabuela de ochenta y tantos años, que al parecer sufrió un ataque hace algún tiempo que le ocasionó una especie de incontinencia verbal, que le hace decir todo lo que piensa y verbalizar todo tipo de proyectiles con dos objetivos claros: destrozar a quien los reciba y hacer que la audiencia se tronche de risa. Sophia se mudó a vivir con su hija y sus amigas, después de que la residencia para la tercera edad en la que residía ardiera en llamas (mi teoría es que fue ella misma quien, a lo Rambo, le prendió fuego, porque sabía que era la única manera de que su hija la incluyera como una "compi" más de su grupillo de "maduritas pero estupendas en Miami").
Claramente es la gran matriarca del clan "Golden". Con su inamovible peluca plateada, sus enormes gafas con lentes de culo de botella, su sonrisilla traviesa, siempre sosteniendo un bolso enorme con sus efectos personales, que se lleva inlcuso cuando va al baño y con un ligero problema de flatulencias. Procedente de Sicilia (su frase "Picture it... Sicily" es ya un clásico), uno puede deducir que su familia tuvo conexiones con la Mafia y que estuvo involucrada en diversas vendettas; pinta de mal bicho desde luego que tiene, era menuda pero matona. La serie con frecuencia juega con su demencia senil, que nunca sabemos si la finje y está más espabilada que todas las "golden" juntas o realmente está sufriendo los estragos de su avanzada edad. Siempre con ingeniosas salidas de bombero, sus puñaladas traperas y sus desvergonzados comentarios, que normalmente intentaban despellejar la falta de amor de Dorothy, la promiscuidad de Blanche o la ignorancia de Rose. Petrillo asegura haber tenido una vida apasionante donde ha tonteado con Picasso, Freud, Churchill, entre otros...
Petrillo siempre soltaba pequeñas perlas de sabiduría y comentarios mordaces:
-(Hablando de Blanche) "Lo he dicho antes y lo volveré a decir: las putas se curan más rápido"
-"Discúlpame ¿Te he dado algún indicio de que me importe lo más mínimo lo que me estás contando?
Blanche: "Trato mi cuerpo como un templo."
Sophia: "Sí, abierto 24 horas."
Rose: "Dorothy, tú eres la lista, y Blanche, tú eres la sexy, y Sophia tú eres la vieja y yo soy la buena. A todo el mundo le gusto..."
Sophia: "La vieja no es que esté loca por ti precisamente..."
Rose: "En St. Olaf, Ned era el tonto del pueblo."
Sophia: "¿Cuándo, los días que tú librabas?"
Rose (súper contenta): "Adivina quién es la chica más afortunada del mundo..."
Sophia: "Desde luego tu madre, no..."
Blanche: "¿Voy bien vestida para la carrera de perros?"
Sophia: "Eso depende. ¿Tú compites?"
Blanche: "Si tan solo pudiera hacer algo para resultar menos atractiva..."
Sophia: "Prueba con agua y jabón..."
Tengo que reconocer que en muchas ocasiones mis carcajadas sonaban al unísono con las risas enlatadas de la serie. Una buena mezcla de ingredientes: unas actrices en su salsa, unos diálogos afilados, la destrucción de tabúes como la menopausia, el sexo en la tercera edad, el libertinaje sexual de la mujeres, la homosexualidad, etc. fueron todo un hito a mediados de los ochenta y sentaron una sólida base para series venideras sobre mujeres estupendas que no le tienen miedo a nada.
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