Película atípica del oeste, en la que el gran John Ford, saca su vena irlandesa y católica, para presentarnos un cuento de Navidad, en el inhóspito desierto de Arizona. La cinta tiene ese regusto entrañable y bonachón que sabe poner Ford, como en "El hombre tranquilo". Los forajidos son personas de gran corazón, capaces de dar su vida por una criatura. Las similitudes con los pasajes de La Biblia que narran el nacimiento de Jesús, son evidentes. Quizás en el debe, hay que decir que se hace un poco pesada la travesía del desierto. Pero al final, la película retoma esos tintes de comedia Fordiana tan entrañables.

Tenía interés en ver esta película porque la melodía de Burt Bacharach se me quedó grabada en el recuerdo, escuchándola a las orquestas de la época. Pero de la película, ciertamente no esperaba gran cosa, a pesar del enorme elenco de sus protagonistas. Mis presagios se confirmaron. Su visión hasta el final es un verdadero suplicio. Solo esa maravillosa música de Burt Bacharach intercalada a lo largo de la cinta, ayuda a hacer más soportable la misma. La originalidad de los créditos con la melodía de Bacharach, sin duda lo mejor y único a resaltar de una película que no recomiendo a nadie.

Siempre resulta interesante ver como tratan nuetra historia desde fuera. En este caso la guerra civil. La acción se desarrolla en zona republicana, y se centra en la persecución religiosa que, mal que les pese a una parte, ocurrió. Un cura joven, discrepa sobre el proceder de sus superiores eclesiásticos, abandona, y se enamora de una mujer de la vida. Su persecución, y la de una reliquia, serán el eje de la película. Dirk Bogarde y Ava Gardner, como protagonistas, están bastante correctos. Joseph Cotten tiene un papel muy gris de narrador, y a Vittorio De Sica, le veo más como el carabinieri de Pan, Amor y Fantasía, que como un general republicano. Choca también, en un momento dado, ver unas pintadas en inglés. Para algo están los subtítulos. Pero, a pesar de estas deficiencias, la película tiene ritmo y se visiona con interés. Recomendable.

Me confieso un amante del cine clásico en todos sus géneros, incluido el de aventuras, y tengo siempre presente el ineludible paso del tiempo, que se deja notar más en éste, pero esta película es soporífera, pesada y aburrida. Tiene un guión totalmente plano, con un final totalmente previsible. Las idas y venidas de los aviones, acaban por invitarte al bostezo. Tampoco veo en este tipo de papeles a John Wayne. En fin, una cinta que no recomiendo, ni tan siquiera, para esa manida frase de pasar un buen rato.