Esta película provoca en mí sensaciones opuestas.

Por un lado me encanta… mejor dicho, me encantan los papeles de Verónica Echegui y Ana Wagener. Realmente los bordan.

Pero por el otro… francamente, había momentos en los que la película se me antojaba un poco floja… no le habría ido nada mal un poco más de chicha.

Pero, ciertamente, sólo por Echegui y Wagener, ya valió la pena ver esta película. Así que mi nota va en justicia a su actuación.

Me parece que, al igual que el protagonista, esta película se encuentra en un punto entremedio: entre el mundo de las películas para adolescentes y el de los dramas románticos.

Y es que es un quiero y no puedo. Un quiero parecerme a ese Ghost, interpretada por el inolvidable y tristemente ya desaparecido Patrick Stewart, y no puedo ni acercármele a las suelas de los zapatos.

Pero, a pesar de mi dura crítica, reconozco que la película me ha “gustado”… vamos, me ha parecido entretenida y me ha hecho pasar una tarde bastante amena. Pero gustar, lo que se dice gustar, de parecerme un peliculón, pues como que no.

Supongo que no estoy siendo imparcial, pues no puedo evitar verle demasiadas coincidencias con Ghost (película que me encantó en su día). Seguro que, de no de haberla visto, le daría mejor nota… pero esto es lo que hay. En el spoiler cito algunas de las similitudes con su predecesora.

Y lo que son las cosas… el prota, que es el que debería despertar las simpatías de los telespectadores, me cae mal; me parece el típico chulito de instituto, el niñato que hace lo que le sale de los bajos, sin importarle nada ni nadie.

Y la antagonista, Annie, que es la que debería caernos mal, a mí me cae bien. Porque la película logra reflejar lo que hay detrás de esa máscara, lo que la hace ser como es… cosa que no consigue del todo con el prota. (Más en el spoiler)

De un tiempo remoto en que las películas no estaban tan trilladas como ahora, las historias no estaban tan trilladas como ahora y un@ podía encontrarse con argumentos interesantes y originales... de ese tiempo nos llega esta película.

La verdad es que no he visto muchas películas en blanco y negro, pero las que he visto me han dejado buen sabor de boca y ésta no es la excepción. Y si no he visto más películas en este formato es, lo reconozco, porque siempre caigo en la equivocación de pensar que el cine en color se "disfruta" más... ya es verdad que el ser humano siempre tropieza en la misma piedra.

En fin, si queréis disfrutar de una buena película de la vieja escuela de la ciencia ficción, ésta no os defraudará.

Eso es la película, aterradora... no sé hasta qué punto será cierto lo de estar basada en hechos reales, pero sí que me creo que se experimente con seres humanos, los médicos llevan haciéndolo desde que se inventó la medicina, con o sin su consentimiento.

Y en ese aspecto es aterradora, en lo lejos que pueden llegar en su afán de investigar y sacar provecho para sus propios fines.

En memoria de la niña que fui, soy incapaz de ponerle mala nota a esta película.

Siempre he sido gran amante de los animales, no sólo de los perros, aunque es verdad que soy de las que no pueden evitar pararse a acariciar a un perro. Por lo mismo, siempre me han gustado las películas con animales y ha sido así desde que era niña. De hecho, ésta es una de las primeras que vi sobre el género.

He leído críticas de que la película es absurda, aburrida, con mal guión, malas interpretaciones, etc, etc, etc.

Para un adulto, puede ser. Para un niño, ya os digo yo que no... para un adulto, que la viera de niño... si aún tiene parte de ese niño, si aún recuerda lo que le hizo disfrutar en su día... entonces, no la verá con el ojo crítico del adulto que juzga, sino del niño que no juzga sino que se limita simplemente a disfrutar.