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Críticas ordenadas por utilidad
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6,2
611
7
31 de mayo de 2020
31 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A 'Manifiesto' diría que hay que acercarse como el que va a ver una obra de teatro crítica y exagerada con el propio arte ("el arte de la vida, la vida es arte"), sus formas son esas, y uno se puede imaginar fácilmente los monólogos de Blanchett sobre unas tablas y un escenario negro y vacío. Pero tenemos la gran combinación audiovisual y elementos que enriquecen los ambiguos, irónicos, envolventes y críticos discursos para justificar llevar este ensayo de arte sobre el arte al cine.
Los cientos de figurantes apoyan ricamente a una única actriz realizando una docena de papeles, los elaborados escenarios crean unos climas únicos y peculiares, el hilo conductor y los argumentos son ricamente discutibles y válidos. Todo con una finalidad de crear la autocrítica y autoanalisis en el espectador mediante la peligrosa exageración interpretativa de Cate, que realmente es un factor imprescindible que engrandece el resultado. Por enésima vez, brava.
Me sorprende lo finalmente accesible que resulta para lo rocoso de la propuesta en conjunto (aún así, habrá gente que no soportará esta película), se ve al final con gran interés y provocando un debate con el espectador, una multiconversación con uno mismo diciéndote y desdiciéndote. Todo es arte, todo es discutible, todo es valorable. Todo es exceso. Todo es realidad. Todo es filosofía. ¿Acaso todo este todo no es la finalidad del arte? Pues ya es de agradecer.
Los cientos de figurantes apoyan ricamente a una única actriz realizando una docena de papeles, los elaborados escenarios crean unos climas únicos y peculiares, el hilo conductor y los argumentos son ricamente discutibles y válidos. Todo con una finalidad de crear la autocrítica y autoanalisis en el espectador mediante la peligrosa exageración interpretativa de Cate, que realmente es un factor imprescindible que engrandece el resultado. Por enésima vez, brava.
Me sorprende lo finalmente accesible que resulta para lo rocoso de la propuesta en conjunto (aún así, habrá gente que no soportará esta película), se ve al final con gran interés y provocando un debate con el espectador, una multiconversación con uno mismo diciéndote y desdiciéndote. Todo es arte, todo es discutible, todo es valorable. Todo es exceso. Todo es realidad. Todo es filosofía. ¿Acaso todo este todo no es la finalidad del arte? Pues ya es de agradecer.

6,7
52.718
8
16 de noviembre de 2011
16 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Señoras y señores, déjense por un momento de cine de autor (si son de ese palo) o de películas comerciales de usar y tirar (por si son de estos otros) y vayan a divertirse con Tintín al cine.
Spielberg, salvo cuando hace medias tintas (La terminal" o "Atrápame si puedes"), domina a la perfección, para resumir, dos tipos de films, dos géneros aparentemente opuestos: Por un lado, hace peliculones muy serios ("La lista de Schindler" o "Munich") o, por otro lado, hace peliculones muy aventureros ("E.T.", "Tiburón" o "En busca del arca perdida"). Y como chico listo de la clase, que lo es, lo hace realmente bien y se lleva de calle al personal.
¿Qué ha pasado con Tintín? Pues que ha caído en el extremo aventurero... Hábil, inteligente y trepidante. Es espectacular (y, aunque me cueste decirlo, hasta en 3D...).
Spielberg, salvo cuando hace medias tintas (La terminal" o "Atrápame si puedes"), domina a la perfección, para resumir, dos tipos de films, dos géneros aparentemente opuestos: Por un lado, hace peliculones muy serios ("La lista de Schindler" o "Munich") o, por otro lado, hace peliculones muy aventureros ("E.T.", "Tiburón" o "En busca del arca perdida"). Y como chico listo de la clase, que lo es, lo hace realmente bien y se lleva de calle al personal.
¿Qué ha pasado con Tintín? Pues que ha caído en el extremo aventurero... Hábil, inteligente y trepidante. Es espectacular (y, aunque me cueste decirlo, hasta en 3D...).

7,1
56.833
7
19 de abril de 2011
19 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es loable, casi admirable desde un punto cinematográfico, querer realizar (y hacer) un western en un ya entrado siglo XXI, es hasta lícito. Pero esto acarrea una consecuencia casi insalvable; el proyecto las tendrá casi todas en contra para trascender entre el público y a través del tiempo.
El film ha jugado casi todas las cartas posibles para evitar esto; una gran dirección, un sólido guión, buen ritmo de la narración, una fotografía que roza la perfección, se intuye una grandísima planificación de producción, buenos aspectos técnicos y visuales, coherente e imponente recreación y grandes interpretaciones, donde sobresalen los dos protagonistas, un Jeff Bridges que da una lección de interpretación y la revelación de Hailee Steinfeld, otro torrente ante la cámara. Solo un toque excesivo en la banda sonora le resta al conjunto final.
Los Coen han jugado sus cartas, teniendo a Bridges como as de picas. Pero han jugado la partida en tiempos en los que no se juega a este tipo de cartas, no porque haya pasado su época (el género sigue vivo), si no por haber jugado demasiado con ellas (la historia está demasiado trillada) y porque seguramente hubieran ganado la partida si hubieran hecho lo mismo pero con una historia diferente y más transcendente, sobretodo esto último.
En realidad la película no pierde la partida, más bien ha ganado una mano en la que no se apostaba nada.
El film ha jugado casi todas las cartas posibles para evitar esto; una gran dirección, un sólido guión, buen ritmo de la narración, una fotografía que roza la perfección, se intuye una grandísima planificación de producción, buenos aspectos técnicos y visuales, coherente e imponente recreación y grandes interpretaciones, donde sobresalen los dos protagonistas, un Jeff Bridges que da una lección de interpretación y la revelación de Hailee Steinfeld, otro torrente ante la cámara. Solo un toque excesivo en la banda sonora le resta al conjunto final.
Los Coen han jugado sus cartas, teniendo a Bridges como as de picas. Pero han jugado la partida en tiempos en los que no se juega a este tipo de cartas, no porque haya pasado su época (el género sigue vivo), si no por haber jugado demasiado con ellas (la historia está demasiado trillada) y porque seguramente hubieran ganado la partida si hubieran hecho lo mismo pero con una historia diferente y más transcendente, sobretodo esto último.
En realidad la película no pierde la partida, más bien ha ganado una mano en la que no se apostaba nada.
27 de abril de 2011
27 de abril de 2011
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La coherencia con el ritmo que se le da y adquiere un film a lo largo de su desarrollo es fundamental para tener un buen resultado final. "La mitad de Óscar" respeta perfectamente esta premisa cinematográfica.
Estamos ante un film para paladares serenos. Para mentes abiertas. Para los que quieren ver más allá de interpretaciones y paisajes. Para quienes buscan profundidad real en una complejidad palpable. Puede que se exceda en algún tramo central (los paseos por la zona acantilada) por la extrema calma (visual, que no sentimental) hasta para aquellos que suelen ser receptivos de ritmos pausados y con poco dialogo, pero estamos ante un guión igual de sólido que esa robusta costa almeriense (retratada con una gran fotografía). Firme en su pretensión (contar un historia de manera verdadera y de crear cine) y exitosa en su producto final.
A lo largo del metraje (unos muy acertados 80 minutos), los personajes se reencontrarán para buscarse y nos dejaremos llevar por ellos en dos actuaciones nada fáciles. Rodrigo Sáenz de Heredia logra una interpretación totalmente creíble con un personaje que tiene tan pocas palabras y que es tan difícil de comprender, y Verónica Echegi simplemente irradia naturalidad y verdadera pasión por su oficio.
Manuel Martín Cuenca, que también deja claro el buen hacer en su oficio, el de dirigir a un equipo técnico y artístico de una manera precisa, logra, la que creo que es, su mejor cinta hasta el momento (con ya una muy buena "La flaqueza del bolchevique" y una intensa "Malas temporadas" a sus espaldas).
Una escena para recordar; el plano secuencia (casi) final amaneciendo. Sublime.
Estamos ante un film para paladares serenos. Para mentes abiertas. Para los que quieren ver más allá de interpretaciones y paisajes. Para quienes buscan profundidad real en una complejidad palpable. Puede que se exceda en algún tramo central (los paseos por la zona acantilada) por la extrema calma (visual, que no sentimental) hasta para aquellos que suelen ser receptivos de ritmos pausados y con poco dialogo, pero estamos ante un guión igual de sólido que esa robusta costa almeriense (retratada con una gran fotografía). Firme en su pretensión (contar un historia de manera verdadera y de crear cine) y exitosa en su producto final.
A lo largo del metraje (unos muy acertados 80 minutos), los personajes se reencontrarán para buscarse y nos dejaremos llevar por ellos en dos actuaciones nada fáciles. Rodrigo Sáenz de Heredia logra una interpretación totalmente creíble con un personaje que tiene tan pocas palabras y que es tan difícil de comprender, y Verónica Echegi simplemente irradia naturalidad y verdadera pasión por su oficio.
Manuel Martín Cuenca, que también deja claro el buen hacer en su oficio, el de dirigir a un equipo técnico y artístico de una manera precisa, logra, la que creo que es, su mejor cinta hasta el momento (con ya una muy buena "La flaqueza del bolchevique" y una intensa "Malas temporadas" a sus espaldas).
Una escena para recordar; el plano secuencia (casi) final amaneciendo. Sublime.
8
11 de julio de 2011
11 de julio de 2011
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acercaos, encontraréis cine sin moralinas pero que muestra realidades, en un guión que más que contar una historia (principio-desarrollo-desenlace), cuenta comportamientos humanos (blancos y negros) sin juzgar, ofreciendo al film casi como contemplativo. Encontraréis, imágenes con una delicada fotografía, intima y pensada. Degustaréis, una historia contenida de un drama abrumador, que necesita de plomo para ser contada y para ser escuchada. Comprobaréis, Huppert no da descanso a su trabajo de calidad, es una gozada ver en la pantalla a esta gran mujer dominando la historia. Confirmaréis, el cine francés sigue ofreciendo (sin cansarse ni agotarse) buen cine.
Y, por cierto, una pregunta que espero que la mayoría se haya hecho más de una vez; ¿Por qué los Oscars jamás ni han nominado una sola vez a Isabelle Huppert?
Y, por cierto, una pregunta que espero que la mayoría se haya hecho más de una vez; ¿Por qué los Oscars jamás ni han nominado una sola vez a Isabelle Huppert?
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