You must be a loged user to know your affinity with Lluís
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,9
17.263
6
24 de abril de 2014
24 de abril de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director polaco Pawel Pawlikowski (1957), ha entrado en nuestras carteleras en el último mes con dos películas, La mujer del quinto (2011) e Ida. Esta última, goza de una buena tirada comercial en nuestro país a la vez que ha sido totalmente aclamada por la crítica. De hecho, este film ha sido el gran triunfador del pasado Festival de Gijón llevándose entre otros premios el de mejor película y mejor actriz (Agata Kulesza).
La película nos introduce dentro de la Polonia de los años sesenta donde hay una gran desorientación debida a las reminiscencias del nazismo así como su actualidad socialista y su futuro cristiano. A modo de road movie, asistimos al viaje al pasado y al interior de una joven que quiere hacer los votos y entregarse a Dios y de su tía jueza y liberal, las cuales no luchan tan sólo por conocer los secretos de su pasado sino también de su presente.
Con ritmo pausado, en blanco y negro en formato 4:3 y con una importancia esencial del sonido rompiendo el silencio, la película destaca por su excepcional fotografía, dejando en evidencia el trabajo que hay detrás de todas y cada una de las escenas (casi todas en plano fijo) encarcelando y a veces agobiando a sus protagonistas. Los juegos geométricos son dignos de elogio y los juegos cromáticos jugando con la iluminación convierten a Ida en una delicia visual.
La calma que domina gran parte del metraje es rota en ocasiones por minutos musicales que contrastan con lo que estamos observando a la vez que dejan impasible a nuestra protagonista, como si se tratara de una película del finlandés Aki Kaurismaki. La música clásica ayuda a empatizar son los personajes y a dotar de solemnidad alguna de sus escenas más relevantes.
No obstante, desde mi subjetividad, pese a poseer una de las mejores fotografías del año (sino la mejor), su secuencia de imágenes poderosas y su compenetración musical, en muchas ocasiones Ida se siente como una película distante, que abarca una temática casi bergmaniana pero que no es capaz de romper la frialdad grisácea y el rostro serio de la bellísima Agata Kulesza. No por ello sería excusable dejar de ver y de alabar la cinta que nos ha ofrecido Pawlikowski, una rareza en nuestras salas comerciales.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/04/ida-2013.html
La película nos introduce dentro de la Polonia de los años sesenta donde hay una gran desorientación debida a las reminiscencias del nazismo así como su actualidad socialista y su futuro cristiano. A modo de road movie, asistimos al viaje al pasado y al interior de una joven que quiere hacer los votos y entregarse a Dios y de su tía jueza y liberal, las cuales no luchan tan sólo por conocer los secretos de su pasado sino también de su presente.
Con ritmo pausado, en blanco y negro en formato 4:3 y con una importancia esencial del sonido rompiendo el silencio, la película destaca por su excepcional fotografía, dejando en evidencia el trabajo que hay detrás de todas y cada una de las escenas (casi todas en plano fijo) encarcelando y a veces agobiando a sus protagonistas. Los juegos geométricos son dignos de elogio y los juegos cromáticos jugando con la iluminación convierten a Ida en una delicia visual.
La calma que domina gran parte del metraje es rota en ocasiones por minutos musicales que contrastan con lo que estamos observando a la vez que dejan impasible a nuestra protagonista, como si se tratara de una película del finlandés Aki Kaurismaki. La música clásica ayuda a empatizar son los personajes y a dotar de solemnidad alguna de sus escenas más relevantes.
No obstante, desde mi subjetividad, pese a poseer una de las mejores fotografías del año (sino la mejor), su secuencia de imágenes poderosas y su compenetración musical, en muchas ocasiones Ida se siente como una película distante, que abarca una temática casi bergmaniana pero que no es capaz de romper la frialdad grisácea y el rostro serio de la bellísima Agata Kulesza. No por ello sería excusable dejar de ver y de alabar la cinta que nos ha ofrecido Pawlikowski, una rareza en nuestras salas comerciales.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/04/ida-2013.html

7,4
85.315
8
10 de abril de 2009
10 de abril de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante el visionado de esta película mi cerebro no paraba de procesar información y razonarla. Intentaba posicionarme en la situación de los diferentes personajes y empezaron las confrontaciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La ola era buena para muchos, gente renegada, sin objetivos, sin aspiraciones... La ola les daba un motivo para vivir, les hacía felices, les hacía felices el que por fin contaran para algo, que su aportación fuera importante y lo más importante, ser reconocidos y defendidos por el resto.
Luego estaba el resto, una minoría, con principios fuertes e individualistas (que también se podrían catalogar de egoistas en algún caso) que no se dejaban llevar por este movimiento y por tanto, pasan a ser el enemigo y a sentirse excluido del resto.
¿Por qué no han podido convivir juntos? Por lo que nos mueve a todos, el miedo a lo diferente. Los dos grupos han visto peligrar su modus vivendi y eso no es de agradar.
La respuesta es esa, el miedo a lo diferente es la esencia del conflicto. La ola podría tener ese componente de unión de grupo, de solidaridad mutua, y los demás grupos podrían haber continuado con su forma de vivir, pero no ha sido así.
Otra cosa curiosa es que el profesor en ningún momento les ofrece ninguna ideología política, la ideología de ola se basa estrictamente en el grupo y en líder. La cual cosa hace pensar, la masa no sigue una ideología, sino a alguien que la defienda, alguien que le diga qué han de hacer (esto se ve claramente al final de la pelicula).
Luego estaba el resto, una minoría, con principios fuertes e individualistas (que también se podrían catalogar de egoistas en algún caso) que no se dejaban llevar por este movimiento y por tanto, pasan a ser el enemigo y a sentirse excluido del resto.
¿Por qué no han podido convivir juntos? Por lo que nos mueve a todos, el miedo a lo diferente. Los dos grupos han visto peligrar su modus vivendi y eso no es de agradar.
La respuesta es esa, el miedo a lo diferente es la esencia del conflicto. La ola podría tener ese componente de unión de grupo, de solidaridad mutua, y los demás grupos podrían haber continuado con su forma de vivir, pero no ha sido así.
Otra cosa curiosa es que el profesor en ningún momento les ofrece ninguna ideología política, la ideología de ola se basa estrictamente en el grupo y en líder. La cual cosa hace pensar, la masa no sigue una ideología, sino a alguien que la defienda, alguien que le diga qué han de hacer (esto se ve claramente al final de la pelicula).

7,7
42.214
7
21 de enero de 2014
21 de enero de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La caza me parece una película de lo más paradójica porque el mensaje que quiere darnos es el de que en realidad el fin no justifica los medios mientras que su director, para conseguirlo, hace exactamente lo mismo, su fin justifica los medios (que la película sea de lo más inverosímil para dejarnos claro lo que piensa).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Nos quiere decir que condenamos a la gente antes de que se pruebe su culpabilidad, para ello nos vende la moto de que "los niños siempre dicen la verdad" cuando mienten más que hablan, las preguntas del de asuntos sociales son de risa, en vez de dejar que la niña diga lo que pasó le va indicando el camino "¿su pito miraba arriba? ¿salía algo blanco de él?" La directora casi invita a los demás padres a que se crean que sus hijos también han sido abusados... Un despropósito... Pero es que ya el final es de traca, solo un año después los vecinos se llevan bien con él y él no tiene rencor aunque le han agredido, casi hundido la vida y hasta han pegado a su hijo... Por no decir que vuelve con la novia después de que hasta ella sospechara de él.
Pero la escena final nos dice que no todos eh.
No obstante, le doy un siete, el mensaje es puñetero, ¿cuántas veces hemos hecho eso? Juzgar antes de probar absolutamente nada, en eso y en cualquier aspecto. Es muy fácil juzgar de primeras. Por otro lado, claro está la actuación de Mikkelsen y en el momento en que la acción recae en el hijo se nos ofrece imágenes de gran fuerza. La sensación que me queda es la de ver una de esas películas que me gustan mucho y a la vez no me gustan nada, como Gravity.
Pero la escena final nos dice que no todos eh.
No obstante, le doy un siete, el mensaje es puñetero, ¿cuántas veces hemos hecho eso? Juzgar antes de probar absolutamente nada, en eso y en cualquier aspecto. Es muy fácil juzgar de primeras. Por otro lado, claro está la actuación de Mikkelsen y en el momento en que la acción recae en el hijo se nos ofrece imágenes de gran fuerza. La sensación que me queda es la de ver una de esas películas que me gustan mucho y a la vez no me gustan nada, como Gravity.

4,4
106
4
23 de diciembre de 2013
23 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película no es gran cosa aunque hay que reconocer que es entretenida, tiene cierta trama pasable, algún punto álgido, algún pequeño destello de tensión, pero nada resañable.
El problema llega al final, que me ha resultado de lo más deleznable y estúpido.
El problema llega al final, que me ha resultado de lo más deleznable y estúpido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay que olvidar las rencillas entre Norte y Sur, los dos somos americanos (recuerden que América es Estados Unidos, tenemos la lección bien aprendida), hemos de combatir juntos contra esos salvajes indios que nos atacan sin motivo aparente. Al final, unos cuantos indios exterminados después, todos tan amigos. GOD BLESS AMERICA!

7,9
2.679
9
8 de marzo de 2015
8 de marzo de 2015
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El semidesconocido director soviético Mikhail Kalatozov, ganador de la Palma de Oro de Cannes en 1958 por la inmortal Cuando pasan las cigüeñas (1957), estrenó en 1964 esta particular visión de la revolución cubana explicada a partir de cuatro historias independientes que ordenan cronológicamente los factores que favorecieron el movimiento revolucionario así como su puesta en marcha. Influenciado por su compatriota Sergei Eisenstein, no realiza un film exaltando la figura de los líderes revolucionarios como podrían ser Fidel Castro o Ernesto Guevara, sino que como podemos ver en Octubre (1927) del mentado Eisenstein, es el pueblo el que se levanta y lleva a cabo una revolución.
Contando con una de las direcciones más virtuosas en la Historia del Cine, con unos movimientos de cámara que si bien no son tan escandalosamente rápidos como en Como pasan las cigüeñas, sirven para movernos dentro del contexto de una Cuba, la cual se dirige al espectador mediante una voz en off, en plena efervescencia de un deseo colectivo de cambio, nos sumergimos en la primero de estos capítulos. Kalatozov sabe como reflejar el delirio y el componente más salvaje de la noche habanera prerrevolucionaria, un sinfín de derroche, una locura colectiva de alcohol, música y mujeres solo al alcance de los más ricos y de los estadounidenses que vienen a divertirse a la isla. El fluir de este tipo de fiestas parece la versión cinematográfica del desenfreno narrado sobre este tipo de acontecimientos en la novela del cubano Gabriel Cabrera Infante que firmaría tres años después titulada Tres tristes tigres. El episodio termina con unos de los norteamericanos abandonando el poblado de una joven prostituta, descubriendo un mundo nuevo para él, la Cuba real donde los pobres y la miseria sustituyen los casinos y los bares.
Contando con una de las direcciones más virtuosas en la Historia del Cine, con unos movimientos de cámara que si bien no son tan escandalosamente rápidos como en Como pasan las cigüeñas, sirven para movernos dentro del contexto de una Cuba, la cual se dirige al espectador mediante una voz en off, en plena efervescencia de un deseo colectivo de cambio, nos sumergimos en la primero de estos capítulos. Kalatozov sabe como reflejar el delirio y el componente más salvaje de la noche habanera prerrevolucionaria, un sinfín de derroche, una locura colectiva de alcohol, música y mujeres solo al alcance de los más ricos y de los estadounidenses que vienen a divertirse a la isla. El fluir de este tipo de fiestas parece la versión cinematográfica del desenfreno narrado sobre este tipo de acontecimientos en la novela del cubano Gabriel Cabrera Infante que firmaría tres años después titulada Tres tristes tigres. El episodio termina con unos de los norteamericanos abandonando el poblado de una joven prostituta, descubriendo un mundo nuevo para él, la Cuba real donde los pobres y la miseria sustituyen los casinos y los bares.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El segundo relato, perfectamente engranado con el primero, muestra la vida de estos campesinos que sufren un revés por parte de su terrateniente, del dueño de unas tierras que otros las trabajan y que vende sin pensar en las repercusiones de sus trabajadores. De nuevo vemos la miseria pero en esta ocasión la explotación explícita de los poderosos y la el surgimiento de un espíritu de protesta, el nacer de una consciencia de clase primitiva que decide atentar contra el poder establecido desde la manera más inmediata y poco meditada, la destrucción de la propiedad.
El fuego destructor sirve para enlazar el siguiente acontecimiento. Los jóvenes, los estudiantes, la elite intelectual, despierta mediante el acceso a la cultura. Atenta contra las figuras que representan el sistema asesino y represor. Se levantan con fervor contra Batista y son por ello duramente reprimidos. Volvemos a ver la influencia de Eisenstein situando una de las escenas cumbre en una escalinata, rememorando la sublevación social y la mortífera represión policial filmada en la escalera de Odessa en la obra universal El acorazado Potemkin (1925), la cual también está presente a la hora de mostrar el homenaje que rinde el pueblo a la figura del revolucionario asesinado por el gobierno.
Por último, acabamos con la represión en la ciudad para volver a evidenciarla en el campo de batalla, donde los soldados detienen a los revolucionarios en busca de acabar con Fidel Castro. Regresamos de nuevo al mundo campesino y vemos el despertar revolucionario a partir de Mariano. El vivir en paz es lo único que motiva a él y a su familia en un contexto de infinita pobreza. No cree en la necesidad de usar las armas para mejorar las situaciones sociales de su entorno hasta que se ve literalmente bombardeado por un gobierno que hasta entonces tan solo lo ignoraba mientras trabajase sus tierras. Surge en él el ideario revolucionario que representa a miles de ciudadanos que ven nacer en sí una imperiosa necesidad patriótica de cambiar las cosas haciendo por fin posible la ansiada revolución.
Soy Cuba en sin duda un film propagandístico, pero no por ello vamos a dejar de admirarnos por la belleza de su fotografía, el mimo de sus composiciones y su inolvidable dirección. A su vez, resulta una historia magistralmente narrada y un nuevo ejemplo que evidencia el poder del cine como arma propagandística masiva.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/09/soy-cuba-1964.html
El fuego destructor sirve para enlazar el siguiente acontecimiento. Los jóvenes, los estudiantes, la elite intelectual, despierta mediante el acceso a la cultura. Atenta contra las figuras que representan el sistema asesino y represor. Se levantan con fervor contra Batista y son por ello duramente reprimidos. Volvemos a ver la influencia de Eisenstein situando una de las escenas cumbre en una escalinata, rememorando la sublevación social y la mortífera represión policial filmada en la escalera de Odessa en la obra universal El acorazado Potemkin (1925), la cual también está presente a la hora de mostrar el homenaje que rinde el pueblo a la figura del revolucionario asesinado por el gobierno.
Por último, acabamos con la represión en la ciudad para volver a evidenciarla en el campo de batalla, donde los soldados detienen a los revolucionarios en busca de acabar con Fidel Castro. Regresamos de nuevo al mundo campesino y vemos el despertar revolucionario a partir de Mariano. El vivir en paz es lo único que motiva a él y a su familia en un contexto de infinita pobreza. No cree en la necesidad de usar las armas para mejorar las situaciones sociales de su entorno hasta que se ve literalmente bombardeado por un gobierno que hasta entonces tan solo lo ignoraba mientras trabajase sus tierras. Surge en él el ideario revolucionario que representa a miles de ciudadanos que ven nacer en sí una imperiosa necesidad patriótica de cambiar las cosas haciendo por fin posible la ansiada revolución.
Soy Cuba en sin duda un film propagandístico, pero no por ello vamos a dejar de admirarnos por la belleza de su fotografía, el mimo de sus composiciones y su inolvidable dirección. A su vez, resulta una historia magistralmente narrada y un nuevo ejemplo que evidencia el poder del cine como arma propagandística masiva.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/09/soy-cuba-1964.html
Más sobre Lluís
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here