Ridley Scott lo que quería era hacer una peliculilla con su
amigo Russell.

- ¿A ti que te gusta? Le preguntó.

- A mi los arcos.

- Hostia pues nos hacemos una del tipo La catedral del mar, o Los
pilares de la tierra. Toma arco, toma piedra.

- ¡No coño! Los arcos
y las flechas.

- Pues… ya está una
de vaqueros…y eres Sitting Bull.

- ¡Que no coño! Que lo que yo te digo es de ese que roba a
los ricos y se lo da a los pobre, del Robin Hood.

- ¿No estas tú muy mayor? ¿Y si haces de Sheriff de Nottingham?

– ¿Qué dices? Yo quiero ser Robin Hood.

- ¡Tío, Russell! ¡No me jodas! ¿Cómo te voy a meter en una película
con mallas verdes y tirando flechas? ¿Pero si eso no le salio bien ni a Kevin
Costner?

- Te lo montas como quieras pero a mi me mola el Robin Hood.


Y va el Ridley Scott y se lo monta como quiere. Y le sale
una película que está hasta bien. Eso si… olvidaros de los tópicos.

Si a Mimosas le quitas la historia, las dos, y la dejas en media hora de documental fotográfico es un peliculón. El desierto, el Atlas marroquí, barrancos espectaculares, ríos montañosos... el paisaje se va acumulando en el film y hace que la fotografía te sorprenda constantemente, luego la historia... Esa búsqueda del camino, esa historia de muerte del Cheik, el "angel" que aparece para ayudar, que es mas molesto que otra cosa, la niña, el padre... ¡Que no! Que no le pillé el punto.

Un affaire que podría ser un poco impactante por la facilidad de conexión de los amantes y que no ha pasado la criba del tiempo. Donde se mezcla el tono pánfilo y simplón. Un papel aceptable de los actores donde me ha sorprendido la cantidad de premios que se llevaron entre el 72 y 73.
Lo mas curioso ha sido ver esos aeropuertos y las escenas de toros, muy socorridas en aquella época.

Increíble Benicio del Toro que vuelve a lucirse pese a Emily Blunt.
Un enfrentamiento entre lo bueno y bonito que es la ley y la practicidad y "jartura" de los que tienen que hacerlo todo bien decidiéndose por nuevas técnicas contra el narcotráfico.
Película que no deja un espacio para aburrirte.

Los que vimos a Michael J. Fox jugando a baloncesto como si fuese el mismo Jordan, teníamos una idea distinta de lo que nos podíamos encontrar. Buscando una serie divertida y para pasar el rato me he encontrado con unos personajes que no esperaba. Eso si, muy bien hilvanados que han ido creciendo con las temporadas. (Cuando escribo esto he visto la seis y sin muchas pausas).
Las historias han tenido un guión bastante aceptable, sin cansar, por que aunque haya temporadas de 20 episodios, las historias son de 10- Los efectos especiales no han sido "tan" especiales, pero se dejan ver, los personajes han sido coherentes, por su puesto dentro de la fantasía que puede generar un hombre lobo y un séquito complejo y variado.
Así que, aunque la serie ya venga con un título de: especial teenager; puede dar muy bien para cualquier edad.