You must be a loged user to know your affinity with Daniel Reigosa
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

7,6
33.036
9
11 de enero de 2013
11 de enero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 2012 ha sido, sin duda, el año del director austríaco Michael Haneke. Si hace más de tres años logró que todos habláramos de él gracias a su magnífico film “La Cinta Blanca”, desde mediados del año pasado con su nuevo largometraje “Amour”, está arrasando allá por donde pasa. Primero se llevó la Palma de Oro en Cannes, después se llevó cuatro European Film Awards y, recientemente, ha conseguido nominaciones para los Globos de Oro, BAFTA y Oscars.
Haneke nos tiene acostumbrados en sus películas a sacar lo peor del ser humano, a indagar sobre la maldad bien de una forma directa (Fanny Games), o bien de una manera más sutil (La Cinta Blanca). Personalidades complejas disfrazadas de aparente normalidad, perversiones retorcidas dentro de paraísos personales construidos en base a cánones convencionales (Caché), todas tienen cabida dentro del mundo Haneke. Sin embargo en esta película cambia el registro -mimetizándose por momentos con el maestro sueco Ingmar Bergman-, para mostrar un concepto totalmente contrario, como es el amor, pero desde su vertiente más dolorosa e incómoda.
Estamos acostumbrados a ver el amor en sus primeras fases, en su versión más edulcorada, llena de facilidades y de falsas trampas. Haneke nos muestra el amor en los últimos momentos, cuando más escasea, en los momentos más complicados, los que definen de verdad ese sentimiento. El director austríaco abandona la sutileza y complejidad características de sus películas para dar paso a una película dura, real y sin ninguna trampa para el espectador. La dureza es tal que se hacen necesarios momentos para coger aire ante una nueva embestida. Haneke desnuda a su película desde el minuto uno, eliminando los falsos sentimentalismos y los posibles cambios de guión, adelantando un final tremendamente trágico. Así, lo único que le queda al espectador tras la primera escena, es acompañar a los dos simpáticos personajes hasta ese final.
Haneke nos tiene acostumbrados en sus películas a sacar lo peor del ser humano, a indagar sobre la maldad bien de una forma directa (Fanny Games), o bien de una manera más sutil (La Cinta Blanca). Personalidades complejas disfrazadas de aparente normalidad, perversiones retorcidas dentro de paraísos personales construidos en base a cánones convencionales (Caché), todas tienen cabida dentro del mundo Haneke. Sin embargo en esta película cambia el registro -mimetizándose por momentos con el maestro sueco Ingmar Bergman-, para mostrar un concepto totalmente contrario, como es el amor, pero desde su vertiente más dolorosa e incómoda.
Estamos acostumbrados a ver el amor en sus primeras fases, en su versión más edulcorada, llena de facilidades y de falsas trampas. Haneke nos muestra el amor en los últimos momentos, cuando más escasea, en los momentos más complicados, los que definen de verdad ese sentimiento. El director austríaco abandona la sutileza y complejidad características de sus películas para dar paso a una película dura, real y sin ninguna trampa para el espectador. La dureza es tal que se hacen necesarios momentos para coger aire ante una nueva embestida. Haneke desnuda a su película desde el minuto uno, eliminando los falsos sentimentalismos y los posibles cambios de guión, adelantando un final tremendamente trágico. Así, lo único que le queda al espectador tras la primera escena, es acompañar a los dos simpáticos personajes hasta ese final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película narra la convivencia tranquila de un matrimonio anciano, Georges y Anne (Jean Louis Trintignant y Emmanuelle Riva), exprofesores de música, cultos, y con una vida, aparentemente, plena y feliz en un buen barrio de París. Un día Anne tiene un ataque cerebrovascular que le deja el lado derecho del cuerpo paralizado, con lo que Georges dejará todo por ayudar y cuidar a su esposa, mientras que su hija, también música, tomará una posición más cómoda en el conflicto.
Los dos actores están soberbios, resulta imposible imaginar alguien con mayor química e implicación en el proyecto que esta pareja de excelentes actores. Escenas extremadamente complicadas, con planos secuencia cercanos a los 10 minutos (varios de ellos totalmente impactantes). Los cambios de plano son estrictamente los mínimos y necesarios, con la cámara situada a la altura de los ojos, bien del espectador o bien del actor en cuestión, traspasando al espectador la sensación de ser un invitado o de estar participando de la acción.
Dos detalles me han llamado mucho la atención, el uso de la música y el agua. La película está carente de banda sonora que acompañe a las imágenes, contrastando con los personajes que se han dedicado a ella toda su vida y reforzando la idea de sensación de pérdida y nostalgia. La música sólo suena en directo con la imagen, bien sea en un concierto, cuando se pone un CD o cuando alguien toca el piano. Creo que el uso de la música en esta película es un grandísimo acierto. En cuanto al agua, gracias a ella entendemos mucho mejor las imágenes, bien sea através de un grifo corriendo, la lluvia (que nos advierte de que existe un mundo fuera de las paredes de la casa), por medido de un botellín por el que tiene que beber Anne o el agua de la ducha que baña a la indefensa mujer. El agua está en constante sintonía con la película y la simple figura de un grifo en la cocina cobra un protagonismo exagerado y necesario.
Película desgarradora, que bebe del último cine de Bergman y reflexiona sobre ciertas cuestiones que involucran no solamente al enfermo. Haneke expone el amor en todas sus expresiones sin trampas, falsos romanticismos y con una crudeza tal, que duele. Igual peca un poco de hurgar demasiado en la herida, no por lo explícito (que es necesario) sino por la duración de la fase terminal (aunque no llega a recrearse en exceso), si es que algo se le puede reprochar a este estupendo largometraje. Haneke nos golpea duramente con una película que no te deja indiferente y que rondará mi retina durante mucho, mucho tiempo.
http://momentovosp.blogspot.com
Nota VOSP: 8,6 / 10
Los dos actores están soberbios, resulta imposible imaginar alguien con mayor química e implicación en el proyecto que esta pareja de excelentes actores. Escenas extremadamente complicadas, con planos secuencia cercanos a los 10 minutos (varios de ellos totalmente impactantes). Los cambios de plano son estrictamente los mínimos y necesarios, con la cámara situada a la altura de los ojos, bien del espectador o bien del actor en cuestión, traspasando al espectador la sensación de ser un invitado o de estar participando de la acción.
Dos detalles me han llamado mucho la atención, el uso de la música y el agua. La película está carente de banda sonora que acompañe a las imágenes, contrastando con los personajes que se han dedicado a ella toda su vida y reforzando la idea de sensación de pérdida y nostalgia. La música sólo suena en directo con la imagen, bien sea en un concierto, cuando se pone un CD o cuando alguien toca el piano. Creo que el uso de la música en esta película es un grandísimo acierto. En cuanto al agua, gracias a ella entendemos mucho mejor las imágenes, bien sea através de un grifo corriendo, la lluvia (que nos advierte de que existe un mundo fuera de las paredes de la casa), por medido de un botellín por el que tiene que beber Anne o el agua de la ducha que baña a la indefensa mujer. El agua está en constante sintonía con la película y la simple figura de un grifo en la cocina cobra un protagonismo exagerado y necesario.
Película desgarradora, que bebe del último cine de Bergman y reflexiona sobre ciertas cuestiones que involucran no solamente al enfermo. Haneke expone el amor en todas sus expresiones sin trampas, falsos romanticismos y con una crudeza tal, que duele. Igual peca un poco de hurgar demasiado en la herida, no por lo explícito (que es necesario) sino por la duración de la fase terminal (aunque no llega a recrearse en exceso), si es que algo se le puede reprochar a este estupendo largometraje. Haneke nos golpea duramente con una película que no te deja indiferente y que rondará mi retina durante mucho, mucho tiempo.
http://momentovosp.blogspot.com
Nota VOSP: 8,6 / 10
7
8 de noviembre de 2012
8 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada decir que una película de viajes en el tiempo, a mi modo de ver, no debe seguir exactamente una regla científica (es prácticamente imposible), pero sí ser coherente consigo misma y no contradecir sus propias reglas.
A este último respecto, Looper es bastante coherente y el guión se entiende bien (o eso creo yo, porque al salir del cine escuche muchas teorías que no me parecieron muy realistas, creo que la idea final es muy simple) y sin "demasiadas" fisuras. Me gusta mucho como resuelven muchas ideas que podrían ser contradictorias en un espacio-tiempo separado por 30 años.
Además tiene una estética futurista muy lograda, con una visión muy pesimista sobre la humanidad. La película no da tregua al ser humano en la primera hora y media y plantea muchas cuestiones sobre el comportamiento humano.
No obstante, si bien es una película entretenida, hay muchas cosas que sobran y son, a mi parecer, totalmente innecesarias, que hacen que la película pierda interés en muchas fases de la misma. Un lástima porque salí del cine con la sensación de que podría haber sido una gran película y se quedó en una película entretenida...
A este último respecto, Looper es bastante coherente y el guión se entiende bien (o eso creo yo, porque al salir del cine escuche muchas teorías que no me parecieron muy realistas, creo que la idea final es muy simple) y sin "demasiadas" fisuras. Me gusta mucho como resuelven muchas ideas que podrían ser contradictorias en un espacio-tiempo separado por 30 años.
Además tiene una estética futurista muy lograda, con una visión muy pesimista sobre la humanidad. La película no da tregua al ser humano en la primera hora y media y plantea muchas cuestiones sobre el comportamiento humano.
No obstante, si bien es una película entretenida, hay muchas cosas que sobran y son, a mi parecer, totalmente innecesarias, que hacen que la película pierda interés en muchas fases de la misma. Un lástima porque salí del cine con la sensación de que podría haber sido una gran película y se quedó en una película entretenida...
5
2 de noviembre de 2012
2 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata del tercer largo dirigido por Ben Affleck, si sí, Ben Affleck, y más vale que nos vayamos acostumbrando porque, si bien su carrera como actor tiene sus altibajos (por decir algo), como director apunta maneras. Ya en su primer film “Adiós pequeña, adiós” (Gone Baby, Gone, 2007) acumuló un buen puñado de buenas críticas, que confirmó con “The Town. Ciudad de ladrones” (The Town, 2010).
La película está ambientada en el año 1979, en la llamada “crisis de los rehenes”, durante la revuelta contra intereses de EEUU e Irsael, promovida por el nuevo líder de Irán, el ayatolá Jomeini. Un grupo numeroso de estudiantes asaltaron el 4 de noviembre la embajada de EEUU, que acabó con la toma de 66 rehenes diplomáticos. En medio de la confusión, 6 personas lograron escapar y se escondieron en la embajada canadiense.
El rescate de estos últimos es lo que motiva la película de Affleck, la CIA aprueba una misión en la que se intentará sacar a los 6 americanos escapados haciéndolos pasar por personal cinematográfico que ha ido de expedición a Irán para encontrar localizaciones para el rodaje de una nueva película: “Argo”. Historia cuanto menos interesante de un hecho real cuyos documentos fueron desclasificados por Clinton en 1997.
La ambientación setentera de la película está muy lograda, mezclando imágenes reales con filmaciones en tono documental que realmente dan el pego. La película tiene mucho del cine comprometido de los 70, y recuerda a películas como “Network” (1976, Sidney Lumet), por poner un ejemplo. Los actores hacen un trabajo creíble, incluido el propio Affleck , sobre todo Bryan Cranston (Breaking Bad) y Alan Arkin, que aunque sus apariciónes son bastante limitadas, aportan grandes actuaciones a la película.
La película está ambientada en el año 1979, en la llamada “crisis de los rehenes”, durante la revuelta contra intereses de EEUU e Irsael, promovida por el nuevo líder de Irán, el ayatolá Jomeini. Un grupo numeroso de estudiantes asaltaron el 4 de noviembre la embajada de EEUU, que acabó con la toma de 66 rehenes diplomáticos. En medio de la confusión, 6 personas lograron escapar y se escondieron en la embajada canadiense.
El rescate de estos últimos es lo que motiva la película de Affleck, la CIA aprueba una misión en la que se intentará sacar a los 6 americanos escapados haciéndolos pasar por personal cinematográfico que ha ido de expedición a Irán para encontrar localizaciones para el rodaje de una nueva película: “Argo”. Historia cuanto menos interesante de un hecho real cuyos documentos fueron desclasificados por Clinton en 1997.
La ambientación setentera de la película está muy lograda, mezclando imágenes reales con filmaciones en tono documental que realmente dan el pego. La película tiene mucho del cine comprometido de los 70, y recuerda a películas como “Network” (1976, Sidney Lumet), por poner un ejemplo. Los actores hacen un trabajo creíble, incluido el propio Affleck , sobre todo Bryan Cranston (Breaking Bad) y Alan Arkin, que aunque sus apariciónes son bastante limitadas, aportan grandes actuaciones a la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Affleck consigue hacer que la película tenga un muy buen ritmo, ganándole el pulso en todo momento, transmitiendo de una manera genial la realidad, claustrofobia, angustia y miedo en los primeros instantes de la película y manteniendo al espectador interesado durante todo el film. La doble crítica realizada, una satírica y humorística a la industria del cine y otra más dura hacia la violencia y fanatismo iraní y las gestiones estadounidenses en materia internacional, están combinadas a la perfección, por muy extravagantes y dispares que parezcan.
Ahora bien, todo lo logrado en la primera hora y media de la película, donde realmente la película estaba a la altura de los rumores que la sitúan a ser ganadora del oscar 2012, se viene lentamente abajo en una última media hora donde Affleck, en vez de continuar su extravagante y genial historia y continuar ahondando en la denuncia inicial del film, se deja atrapar por el convencionalismo y la “fórmula mágica” del cine más comercial.
Una pena que el director no haya sido capaz de ser fiel a sí mismo (supongo que el Money manda) en una película que me tenía tan alucinado como interesado. Un 7,0 para una película que durante la primera hora y media rozó el notable alto o, incluso, el sobresaliente. No obstante, creo que la carrera como director de Ben Affleck (por el que no daba ni un duro, todo hay que decirlo) empieza con buen pie. A ver cómo continua….
Ahora bien, todo lo logrado en la primera hora y media de la película, donde realmente la película estaba a la altura de los rumores que la sitúan a ser ganadora del oscar 2012, se viene lentamente abajo en una última media hora donde Affleck, en vez de continuar su extravagante y genial historia y continuar ahondando en la denuncia inicial del film, se deja atrapar por el convencionalismo y la “fórmula mágica” del cine más comercial.
Una pena que el director no haya sido capaz de ser fiel a sí mismo (supongo que el Money manda) en una película que me tenía tan alucinado como interesado. Un 7,0 para una película que durante la primera hora y media rozó el notable alto o, incluso, el sobresaliente. No obstante, creo que la carrera como director de Ben Affleck (por el que no daba ni un duro, todo hay que decirlo) empieza con buen pie. A ver cómo continua….
3
16 de diciembre de 2012
16 de diciembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueve años de espera desde que se pusiese fin a la aclamada (por crítica y público) y premiada trilogía de El Señor de los Anillos. Nueve años de espera desde que los rumores de una nueva trilogía basada en El Hobbit surcaran la red. Nueve años de espera que terminaron el viernes pasado con el estreno de El Hobbit: Un Viaje Inesperado, y la promesa de que en las navidades de 2013 y 2014 tendremos otras dos películas (de 3 horas cada una) que completarán a la primera.
Hace tiempo ya que se sabía que Martin Freeman haría el papel de Bilbo Bolsón, el protagonista principal de la historia. Acogí esta noticia con agrado ya que me encantaron sus trabajos tanto en Sherlock (haciendo del Dr. Watson) como en The Office (el carismático Tim), y después de ver el Hobbit, he de decir que el traje de Bilbo le sienta muy muy bien.
Mi crítica fundamental viene por el exceso de metraje. Hay algo que no entiendo…en la primera película se han ventilado más de la mitad del libro, ¿qué van a hacer para rellenar seis horas más?, esta cuestión la verdad es que me tiene muy intrigado. Supongo que se recrearan en momentos más intrascendentales, pero donde se pueda justificar las inversiones en tecnología de 300 millones de euros por película. Ahora bien, también es justo decir que el exceso de metraje en esta primera entrega tiene impacto negativo en la intensidad del guión, pero no en el ritmo de la película, que es trepidante, lo que es algo de agradecer en este tipo de películas.
El exceso de metraje se nota ya en la primera escena, la de la entrada de los enanos a la casa del joven Bilbo Bolsón; cargante, excesiva y sin contar del todo el propósito del viaje que deberán emprender al día siguiente. Más de media hora de contar la llegada de los enanos, comiendo, cantando, durmiendo, recogiendo la mesa para acabar contando nada. Esta sensación la tuve en varias escenas, demasiado alargadas (con la clara intención de justificar presupuesto) y totalmente innecesarias. Me dio la sensación de que se ha hecho esta trilogía para estirar la gallina de los huevos de oro tres años más (lo cual no me debería sorprender y que también pasará, inevitablemente, con los episodios VII, VIII y IX de Star Wars).
El Hobbit es un libro muy entretenido (más, a mi modo de ver, que El Señor de los Anillos), muy ameno y muy ágil de leer, pero no da para 9 horas de metraje sin que el guión se vea claramente perjudicado. Una película de 3 horas (o dos de hora y media para estirar un poco la cosa) habría bastado y hubiese obligado a crear un guión más interesante y más fiel al ritmo del libro. Y eso que la última hora de la película se acerca, y mucho, a lo mejor de la primera trilogía, y gracias a ella me he levantado de la butaca con un mejor sabor de boca.
Por otro lado cabe hablar de la banda sonora, muy buena como de costumbre pero bebiendo de tiempos mejores, como si nada hubiese cambiado. De hecho, en muchas ocasiones tuve la sensación de que estaba viendo La Comunidad del Anillo, ya que, prácticamente, se repetían las escenas y calcaban la banda sonora.
En fin, un film que no hace justicia al libro, pero que es entretenido y que, seguro hará las delicias del 90% e los fans de la saga (y de los no tan fans). Eso sí, me quedo con las ganas de haber visto un Hobbit dirigido por Nolan (por poner un ejemplo) y producido por la HBO (sí, lo reconozco, es inevitable comparar esta película con lo que ha hecho la cadena americana con Game of Thrones…las comparaciones son odiosas).
P.D: He de decir también, que he disfrutado muchísimo con el personaje de Gollum, ya que en su día lo había visto doblado, y ayer me ganó muchísimos enteros. Esos 20 minutos de película, realmente mágicos, y en versión original el personaje se vuelve mucho más desequilibrado, divertido e ingenioso.
Hace tiempo ya que se sabía que Martin Freeman haría el papel de Bilbo Bolsón, el protagonista principal de la historia. Acogí esta noticia con agrado ya que me encantaron sus trabajos tanto en Sherlock (haciendo del Dr. Watson) como en The Office (el carismático Tim), y después de ver el Hobbit, he de decir que el traje de Bilbo le sienta muy muy bien.
Mi crítica fundamental viene por el exceso de metraje. Hay algo que no entiendo…en la primera película se han ventilado más de la mitad del libro, ¿qué van a hacer para rellenar seis horas más?, esta cuestión la verdad es que me tiene muy intrigado. Supongo que se recrearan en momentos más intrascendentales, pero donde se pueda justificar las inversiones en tecnología de 300 millones de euros por película. Ahora bien, también es justo decir que el exceso de metraje en esta primera entrega tiene impacto negativo en la intensidad del guión, pero no en el ritmo de la película, que es trepidante, lo que es algo de agradecer en este tipo de películas.
El exceso de metraje se nota ya en la primera escena, la de la entrada de los enanos a la casa del joven Bilbo Bolsón; cargante, excesiva y sin contar del todo el propósito del viaje que deberán emprender al día siguiente. Más de media hora de contar la llegada de los enanos, comiendo, cantando, durmiendo, recogiendo la mesa para acabar contando nada. Esta sensación la tuve en varias escenas, demasiado alargadas (con la clara intención de justificar presupuesto) y totalmente innecesarias. Me dio la sensación de que se ha hecho esta trilogía para estirar la gallina de los huevos de oro tres años más (lo cual no me debería sorprender y que también pasará, inevitablemente, con los episodios VII, VIII y IX de Star Wars).
El Hobbit es un libro muy entretenido (más, a mi modo de ver, que El Señor de los Anillos), muy ameno y muy ágil de leer, pero no da para 9 horas de metraje sin que el guión se vea claramente perjudicado. Una película de 3 horas (o dos de hora y media para estirar un poco la cosa) habría bastado y hubiese obligado a crear un guión más interesante y más fiel al ritmo del libro. Y eso que la última hora de la película se acerca, y mucho, a lo mejor de la primera trilogía, y gracias a ella me he levantado de la butaca con un mejor sabor de boca.
Por otro lado cabe hablar de la banda sonora, muy buena como de costumbre pero bebiendo de tiempos mejores, como si nada hubiese cambiado. De hecho, en muchas ocasiones tuve la sensación de que estaba viendo La Comunidad del Anillo, ya que, prácticamente, se repetían las escenas y calcaban la banda sonora.
En fin, un film que no hace justicia al libro, pero que es entretenido y que, seguro hará las delicias del 90% e los fans de la saga (y de los no tan fans). Eso sí, me quedo con las ganas de haber visto un Hobbit dirigido por Nolan (por poner un ejemplo) y producido por la HBO (sí, lo reconozco, es inevitable comparar esta película con lo que ha hecho la cadena americana con Game of Thrones…las comparaciones son odiosas).
P.D: He de decir también, que he disfrutado muchísimo con el personaje de Gollum, ya que en su día lo había visto doblado, y ayer me ganó muchísimos enteros. Esos 20 minutos de película, realmente mágicos, y en versión original el personaje se vuelve mucho más desequilibrado, divertido e ingenioso.

6,6
54.915
7
2 de noviembre de 2012
2 de noviembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No éramos pocos los que dudábamos del destino del agente 007 hace casi diez años, cuando el aburrido Pierce Brosnan se encargaba de “dar vida” y estropear a este querido personaje. No éramos pocos lo que afirmábamos de que la saga había llegado a sus horas más bajas y que, atrapada en este cine insulso, no se iba a recuperar jamás…pero como ya se sabe, “nunca digas nunca jamás”.
Unos vibramos expectantes con Casino Royale, otros tenían una mirada mucho más escéptica. Aquí descubrimos a un Bond más duro, asesino (con remordimientos), frío, calculador….menos humano (por los sentimientos) y más humano a la vez (por la crueldad de su oficio). Un Bond menos arrogante, menos seductor, menos bufón….se empezaba a ver en Daniel Craig un digno sustituto a Sean Connery, aportando elementos al personaje que sólo se llegaron a intuir con actores como Timothy Dalton.
Quantum of Solace se mostraba indagante en el ser humano de Bond, nos mostraba un Bond jodido con el mundo, un Bond enamorado, culpable y arrepentido. Una película íntima, no valorada por el gran público, pero sin duda la más personal de la saga, menos disparos, menos chicas y más descubrir al humano detrás del smoking.
Así, las expectativas de Skyfall eran elevadas, y más, si detrás estaba San Mendes, un director capaz de indagar en la condición humana como lo hizo en American Beauty o en rodar brillantemente escenas de acción, como demostró en Camino a la Perdición. La mezcla perfecta para este nuevo Bond.
La película no decepciona. Tras un esperado intro de 10 minutos en el que tiene lugar la escena más ambiciosa de la película -parte habitual de la saga y la más aclamada por los fans-, viene la habitual, también, canción Bond, este año correspondiente a la afamada Adele.
Unos vibramos expectantes con Casino Royale, otros tenían una mirada mucho más escéptica. Aquí descubrimos a un Bond más duro, asesino (con remordimientos), frío, calculador….menos humano (por los sentimientos) y más humano a la vez (por la crueldad de su oficio). Un Bond menos arrogante, menos seductor, menos bufón….se empezaba a ver en Daniel Craig un digno sustituto a Sean Connery, aportando elementos al personaje que sólo se llegaron a intuir con actores como Timothy Dalton.
Quantum of Solace se mostraba indagante en el ser humano de Bond, nos mostraba un Bond jodido con el mundo, un Bond enamorado, culpable y arrepentido. Una película íntima, no valorada por el gran público, pero sin duda la más personal de la saga, menos disparos, menos chicas y más descubrir al humano detrás del smoking.
Así, las expectativas de Skyfall eran elevadas, y más, si detrás estaba San Mendes, un director capaz de indagar en la condición humana como lo hizo en American Beauty o en rodar brillantemente escenas de acción, como demostró en Camino a la Perdición. La mezcla perfecta para este nuevo Bond.
La película no decepciona. Tras un esperado intro de 10 minutos en el que tiene lugar la escena más ambiciosa de la película -parte habitual de la saga y la más aclamada por los fans-, viene la habitual, también, canción Bond, este año correspondiente a la afamada Adele.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ya en esa primera escena nos damos cuenta del exquisito buen gusto que profesa el bueno de Mendes, algo que se repetirá en todas las escenas de este tipo durante el film. Es fácil caer, y más en la saga Bond, en la artifiosidad y en la grandilocuencia de los presupuestos….pero Mendes combina todo con esmero para ofrecer unas escenas de acción impactantes, con una excelente fotografía y con muy buen gusto, eso sobre todo…
El argumento puede ser uno de los más fáciles (que no flojos) de toda la saga. Esta vez el malo malísimo no quiere dominar el mundo, sino venganza personal. Para evitarlo, un MI6 en horas bajas decide recurrir a su mejor, aunque cuestionado agente (se hace ya mayor el hombretón).
Este podría ser perfectamente el guión de cualquier película de Bond, pero Mendes decide ahondar más en los orígenes del personaje, con lo que construye un telaraña que va desde M (su falsa madre, interpretado por la eterna Judi Dench) hasta Kincade (representado la figura paterna, interpretado por Albert Finney), pasando por el malo malísimo (un exagente interpretado por Javier Bardém) e incluso experimentando su “Rosebud” particular, esta vez representado por su finca de la infancia en Escocia y el rifle de caza de su padre.
Conclusión: un guión con muchísimo ritmo -no miras el reloj ni una sola vez y pasan casi dos horas y media-, escenas que se quedan en la retina, humor británico bien metido (por fin), claras referencias al cine: “El Tercer Hombre”, “El Fugitivo”, “Apocalyspe Now”, “Rio Bravo” o incluso algunas secuencias al más puro estilo Hitchcock. Cabe señalar también que este Bond le debe mucho al Batman de Nolan, tanto en el desarrollo íntimo del personaje, como en la elaboración de su alter ego.
Por sacarle algunos defectos (que los tiene, por supuesto), aparte de que en una saga Bond siempre hay escenas en las que dices “venga ya”…hay dos cosas que me han dejado un poco incómodo…destacar la eterna escena final y lo que cuesta entrar en el personaje del malo malísimo (no por culpa de Bardém, sino por su estúpida peluca y ambigüedad), eso sí, una vez que te haces con él , se hace digno villano de la saga Bond.
El argumento puede ser uno de los más fáciles (que no flojos) de toda la saga. Esta vez el malo malísimo no quiere dominar el mundo, sino venganza personal. Para evitarlo, un MI6 en horas bajas decide recurrir a su mejor, aunque cuestionado agente (se hace ya mayor el hombretón).
Este podría ser perfectamente el guión de cualquier película de Bond, pero Mendes decide ahondar más en los orígenes del personaje, con lo que construye un telaraña que va desde M (su falsa madre, interpretado por la eterna Judi Dench) hasta Kincade (representado la figura paterna, interpretado por Albert Finney), pasando por el malo malísimo (un exagente interpretado por Javier Bardém) e incluso experimentando su “Rosebud” particular, esta vez representado por su finca de la infancia en Escocia y el rifle de caza de su padre.
Conclusión: un guión con muchísimo ritmo -no miras el reloj ni una sola vez y pasan casi dos horas y media-, escenas que se quedan en la retina, humor británico bien metido (por fin), claras referencias al cine: “El Tercer Hombre”, “El Fugitivo”, “Apocalyspe Now”, “Rio Bravo” o incluso algunas secuencias al más puro estilo Hitchcock. Cabe señalar también que este Bond le debe mucho al Batman de Nolan, tanto en el desarrollo íntimo del personaje, como en la elaboración de su alter ego.
Por sacarle algunos defectos (que los tiene, por supuesto), aparte de que en una saga Bond siempre hay escenas en las que dices “venga ya”…hay dos cosas que me han dejado un poco incómodo…destacar la eterna escena final y lo que cuesta entrar en el personaje del malo malísimo (no por culpa de Bardém, sino por su estúpida peluca y ambigüedad), eso sí, una vez que te haces con él , se hace digno villano de la saga Bond.
Más sobre Daniel Reigosa
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here