Hay más dinero en esta producción que en la mayoría de series adultas de Netflix.

La idea es concienciar a los más pequeños de la casa sobre el mundo natural, centrándose en cada episodio en un animal o problemática climática concreta.

Utilizan la imaginación de los niños protagonistas para entretener y dejan para el final del episodio la intervención de un invitado para concienciar sobre la realidad.

De lo que podría ser una serie para toda la familia, se queda en solo apta para los niños, centrándose en exceso en las fantasías y poco en la realidad.

A lo sumo, se puede considerar contenido apto para ser visto por los niños sin supervisión, pero con el presupuesto que manejan, no han sabido hacer nada interesante.

Cuando descubrí la serie por su primer tráiler, no pasó mi filtro: su dirección artística está peligrosamente cerca de darme arcadas, me parece horrible. Y no, no digo que esté mal hecha —se nota la intención y el trabajo detrás—, simplemente no es para mí en ese aspecto.

Sin embargo, empecé a leer críticas muy positivas cuando solo se habían publicado dos o tres episodios, así que me forcé a darle una oportunidad... y bien merecida que la tenía.

Dejando de lado su apartado visual, que sigo considerando espantoso, todo lo demás es brutal. Tiene un ritmo excelente, sabe cómo introducir nuevos e interesantes personajes, todos con trasfondos llamativos y con referencias muy de nicho —esto último lo valoro mucho más que la media.

La trama es clásica en el sentido de que ya hemos visto mil historias sobre farmacéuticas, conflictos de interés, mentiras, etc., pero tiene un toque original en los detalles que le da alma propia, algo que muchas otras producciones no consiguen.

No es para todos los públicos, no creo que sea disfrutable para todos los gustos y... creo que eso juega a su favor. Pero desde luego, te tiene que gustar este tipo de café.

Podría resumir esta serie como la antítesis de una producción genérica de Netflix, y eso siempre es bueno.

En otro mundo de fantasía contemporáneo, repleto de criaturas y enemigos que ya hemos visto mil veces, se construye una historia simple y previsible, pero que consigue atraparte gracias a su carisma y a una gran producción técnica.

El inicio de la trama, en concreto el primer episodio, es potente. Te presentan a un grupo de personajes interesante y un mundo que, pese a ser típico, si te gusta el género, deja claro desde el principio que esconderá misterios a los que conviene prestar atención.

Lo más destacable de la historia es el toque oscuro que tiene. Personalmente, si fuera más marcado lo disfrutaría aún más, pero ya está por encima de la media de los animes en ese aspecto.

Lo mejor, obviamente, es el nivel de animación: muy cuidado en los combates más importantes, algo más estándar en las escenas de diálogo. La música también acompaña muy bien, sobre todo en las escenas de acción.

Lo peor es que toca esperar varios años para una continuación.

Pese a todo esto, no entiendo su éxito descomunal. Me ha gustado bastante, pero la considero un notable, lejos de títulos top como One Piece o Kimetsu no Yaiba.

Me gusta el género zombi en general, me gusta lo bizarro, me gustan las producciones coreanas, me gusta el gore, y dependiendo del enfoque, también me gustan las parodias... Pero no me gusta esta serie.

Mundo contemporáneo, una joven pareja protagonista, un hotel, una gran ciudad, muchos zombis, mucha sangre, mucho humor y muchos elementos metidos en una coctelera que no funciona en ningún momento.

El tipo de humor es del más puro estilo norteamericano cutre: tonto, absurdo y malo. Hacía tiempo que una comedia no me provocaba menos risa.

Las interpretaciones me parecen lamentables, aunque claramente es algo buscado a propósito, así que no culpo a nadie del reparto. En todo caso, las miradas deberían dirigirse al director y al showrunner.

Mientras Netflix está sabiendo elegir bastante bien a nivel editorial entre todo lo que se produce en Corea... Amazon sigue sin enterarse, una vez más.

No la puedo recomendar si te gustan los zombis, ni si buscas una comedia, ni siquiera una parodia del género... porque realmente no sabe lo que quiere ser más allá de una tontuna para pasar el rato.

Como gran amante del género, solo puedo seguir aplaudiendo con una segunda temporada que sigue brillando en todos los aspectos.

La protagonista principal, Rebecca Ferguson, tiene menos metraje, algo que podría restar mucho, puesto que era, sin duda, lo mejor del show. Bueno, pues sigue siendo lo mejor, pero todo lo demás suma tanto que equilibra el conjunto.

El reparto, en general, está a la altura, tanto los que siguen de la primera temporada como los nuevos integrantes, entre los cuales cabe destacar al actor Steve Zahn (Solo).

Sin duda, lo que más destaco de la serie es cómo consigue un ritmo excelente, apto para todos los públicos, algo muy difícil de encontrar en la ciencia ficción.

Una de las mejores series sci-fi del último lustro, donde la historia brilla por sí sola.