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8,1
49.885
10
2 de julio de 2012
2 de julio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente el mejor y más conocido musical de la historia del cine. Una maravillosa película llena de color, magia y escenas inolvidables, que se define como una agradable sátira sobre el impacto que supuso en la industria cinematográfica el tránsito del cine mudo al cine sonoro. Stanley Donen dirige junto al actor, cantante, bailarín y coreógrafo Gene Kelly esta obra maestra del género, la cual destaca por sus currados y antológicos números musicales, la mayoría escritos por Arthur Freed con la ayuda de Nacio Herb Brown y coreografiados por el propio actor.
El magnífico guión de Adolph Green y Betty Comden posee un claro basamento satírico, cargado de un fantástico humor chaplinesco que se puede apreciar en el número musical Make 'Em Laugh con un divertidísimo Donald O'Connor. Por eso, y como pasa con todos los musicales, recomiendo verlos en V.O., para así poder notar el fuerte contraste que hay entre la estridente y graciosa voz del personaje de Lina Lamont interpretado por Jean Hagen y la deliciosa voz de la actriz Debbie Reynolds.
Cantando bajo la lluvia es un canto de amor al cine, que se ha convertido en un clásico irrepetible con escenas musicales inolvidables como Singin' in the Rain, Moses suposes o Good morning. En el reparto destacan un esplendoroso Gene Kelly, una asombrosa Jean Hagen y una encantadora Debbie Reynolds.
Como curiosidad, la famosa escena en la que Gene Kelly canta bajo la lluvia se rodó en una sola toma, y eso que el actor tenía 40º de fiebre. Un musical perfecto difícil de olvidar.
El magnífico guión de Adolph Green y Betty Comden posee un claro basamento satírico, cargado de un fantástico humor chaplinesco que se puede apreciar en el número musical Make 'Em Laugh con un divertidísimo Donald O'Connor. Por eso, y como pasa con todos los musicales, recomiendo verlos en V.O., para así poder notar el fuerte contraste que hay entre la estridente y graciosa voz del personaje de Lina Lamont interpretado por Jean Hagen y la deliciosa voz de la actriz Debbie Reynolds.
Cantando bajo la lluvia es un canto de amor al cine, que se ha convertido en un clásico irrepetible con escenas musicales inolvidables como Singin' in the Rain, Moses suposes o Good morning. En el reparto destacan un esplendoroso Gene Kelly, una asombrosa Jean Hagen y una encantadora Debbie Reynolds.
Como curiosidad, la famosa escena en la que Gene Kelly canta bajo la lluvia se rodó en una sola toma, y eso que el actor tenía 40º de fiebre. Un musical perfecto difícil de olvidar.

7,1
16.522
8
27 de junio de 2012
27 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sombría, excitante, perturbadora, apasionante, intrigante cinta que reavivó el espíritu del cine negro clásico. Lawrence Kasdan debuta como director con esta magnífica historia cargada de erotismo, pasión, lujuria, locura, malicia, clara deudora de las novelas de James M. Cain. Dejando a un lado que se trata de un ejercicio de estilo tan conseguido como inteligente, consigue crear una atmósfera oscura y sofocante, en la que el sexo juega un papel preponderante pero también ambivalente. El film es bastante subidito de tono, ya que la temperatura sube hasta valores muy altos debido, no solo al contenido sexual, sino también a la calurosa época en la que está ambientada.
En la deslumbrante fotografía de Richard H. Kline existe un fuerte contraste entre las luces brillantes y las zonas en penumbra. A su vez, John Barry compone una maravillosa partitura, muy acorde con el contenido del film. El guión no da respiro, ya que gira y gira bruscamente con previsibles resultados como el asesinato del marido. Crimen pasional, ambiciones, engaños y un bochornoso calor que arropa a los personajes y que transpira toda la modélica puesta en escena de la película.
William Hurt y sobre todo la actriz Kathleen Turner desprenden sensualidad y naturalidad, a través de unos personajes tan turbios como sus sentimientos. A pesar de que Fuego en el cuerpo está brillantemente realizada, el film no aporta nada nuevo al género.
En la deslumbrante fotografía de Richard H. Kline existe un fuerte contraste entre las luces brillantes y las zonas en penumbra. A su vez, John Barry compone una maravillosa partitura, muy acorde con el contenido del film. El guión no da respiro, ya que gira y gira bruscamente con previsibles resultados como el asesinato del marido. Crimen pasional, ambiciones, engaños y un bochornoso calor que arropa a los personajes y que transpira toda la modélica puesta en escena de la película.
William Hurt y sobre todo la actriz Kathleen Turner desprenden sensualidad y naturalidad, a través de unos personajes tan turbios como sus sentimientos. A pesar de que Fuego en el cuerpo está brillantemente realizada, el film no aporta nada nuevo al género.

8,0
28.813
10
19 de junio de 2012
19 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente y mítico western que se presenta como una parábola sobre la famosa caza de brujas liderada por el senador McCarthy. De hecho, el propio guionista Carl Foreman fue incluido en la fatídica lista negra. Narrada en tiempo real, la película consigue a través de la propia acción una angustiosa atmósfera que va crescendo hasta un memorable clímax que concentra toda la esencia del género. En Solo ante el peligro el tiempo es sumamente importante, ya que es el que nos va a ir marcando el ritmo y el desarrollo de la historia, es aquí donde el director Fred Zinnemann entra en juego insertando periódicamente el plano de un reloj para incrementar la tensión.
Este film es emblemático, no solo porque logró llevarse 4 premios Oscars o porque consiguió la fama mundial, sino también porque revitalizó el género, alcanzando la cumbre del western psicológico, que naciera con La diligencia. Retrata la soledad, el sentido del deber, la ley y el orden en un cobarde microcosmos que es acompañado por una turbulenta subtrama sentimental, todo ello contado con una narración que genera un suspense que te atrapa.
Es imposible quitarse de la cabeza la sublime actuación de un grandísimo Gary Cooper y la canción "High Noon", compuesta por Dimitri Tiomkin junto a Ned Washington e interpretada por Tex Ritter, padre del actor John Ritter. Por último, también mencionar el reparto femenino compuesto por una siempre estupenda Grace Kelly y la actriz mexicana Katy Jurado, en un personaje que brilla en cada plano en que aparece.
Un film de impecable factura que posee unos ingredientes que siempre se conservan frescos: una base psicológica, una fina capa dramática y sentimental, que son aderezadas con un ritmo y un dominio de la imagen realmente envidiables.
Este film es emblemático, no solo porque logró llevarse 4 premios Oscars o porque consiguió la fama mundial, sino también porque revitalizó el género, alcanzando la cumbre del western psicológico, que naciera con La diligencia. Retrata la soledad, el sentido del deber, la ley y el orden en un cobarde microcosmos que es acompañado por una turbulenta subtrama sentimental, todo ello contado con una narración que genera un suspense que te atrapa.
Es imposible quitarse de la cabeza la sublime actuación de un grandísimo Gary Cooper y la canción "High Noon", compuesta por Dimitri Tiomkin junto a Ned Washington e interpretada por Tex Ritter, padre del actor John Ritter. Por último, también mencionar el reparto femenino compuesto por una siempre estupenda Grace Kelly y la actriz mexicana Katy Jurado, en un personaje que brilla en cada plano en que aparece.
Un film de impecable factura que posee unos ingredientes que siempre se conservan frescos: una base psicológica, una fina capa dramática y sentimental, que son aderezadas con un ritmo y un dominio de la imagen realmente envidiables.

8,0
70.283
10
19 de junio de 2012
19 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preciosa y emotiva película. Después de protagonizar una obra maestra como Senderos de gloria, fue el propio actor Kirk Douglas quien recomendó a Stanley Kubrick para que sustituyera a Anthony Mann, y así poderse hacer cargo de una monumental superproducción en la línea de las que solían hacer en aquella época dentro del cine histórico. El prestigioso guionista Dalton Trumbo (perseguido durante la famosa caza de brujas del senador McCarthy) adapta la novela homónima de Howard Fast y Kubrick la reproduce dándola un sentido de la épica deslumbrante, una acentuada entonación de naturaleza lírica y un claro mensaje ideológico.
La vida en libertad es el anhelo que persigue cualquier ser humano, por eso Espartaco promueve la rebelión de los esclavos contra todo un imperio. Una película emocionante de principio a fin, con una apasionada historia de amor, libertad y una hermosa música de Alex North difícil de olvidar.
El director estadounidense demuestra una portentosa dirección de actores y de masas, como se puede apreciar en escenas donde aparecen cientos y cientos de extras vestidos de esclavos antes de la sangrienta batalla campal.
Por último, hablar del espectacular reparto compuesto por Tony Curtis, un correcto Laurence Olivier, un magnífico Charles Laughton, una atractiva Jean Simmons, un brillante Peter Ustinov (quien obtuvo el Oscar al mejor actor secundario por su simpática y característica actuación) y por supuesto un Kirk Douglas que sobresale por encima de todos. En definitiva, un clásico inigualable.
La vida en libertad es el anhelo que persigue cualquier ser humano, por eso Espartaco promueve la rebelión de los esclavos contra todo un imperio. Una película emocionante de principio a fin, con una apasionada historia de amor, libertad y una hermosa música de Alex North difícil de olvidar.
El director estadounidense demuestra una portentosa dirección de actores y de masas, como se puede apreciar en escenas donde aparecen cientos y cientos de extras vestidos de esclavos antes de la sangrienta batalla campal.
Por último, hablar del espectacular reparto compuesto por Tony Curtis, un correcto Laurence Olivier, un magnífico Charles Laughton, una atractiva Jean Simmons, un brillante Peter Ustinov (quien obtuvo el Oscar al mejor actor secundario por su simpática y característica actuación) y por supuesto un Kirk Douglas que sobresale por encima de todos. En definitiva, un clásico inigualable.

8,0
13.667
9
16 de junio de 2012
16 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los westerns más conocidos de los años cincuenta por su inolvidable banda sonora. William Wyler dirige con maestría este film de belleza irresistible, con hermosos e inmensos parajes americanos deslumbrantemente retratados por Franz Planer. Una historia de luchas personales, egoísmo, choque entre costumbres, envidias y odios, pero sobre todo, una historia de cómo vencer a la violencia sin violencia y de cómo al final triunfa el amor verdadero.
Lo más interesante de esta historia es el enfrentamiento entre dos mundos completamente distintos; el mundo de un hombre culto, educado y respetuoso, de buenos modales planta cara al mundo de los rudos y testarudos pistoleros del salvaje oeste. Pero Horizontes de grandeza no se trata de un western al uso, sino de un drama romántico con envoltorio de western en cuyo interior descansan valores, características y virtudes de otros géneros que lo alejan de éste.
Un film plagado de momentos inolvidables como la intensa pelea entre McKay y Leech, el duelo al estilo de los caballeros entre Buck y McKay o la doma de un caballo salvaje. En este valeroso western destaca ante todo una impecable puesta en escena y un antológico reparto compuesto por un Gregory Peck representando al hombre civilizado y apacible, Charlton Heston representado al duro y salvaje oeste (un interesante papel que borda sin esfuerzo), Jean Simmons, Carroll Baker, Charle Bickford y un magnífico villano interpretado por Burl Ives, quien se llevó el Oscar al mejor actor de reparto.
Por último, decir que veo a Gregory Peck un actor poco apropiado para encarnar a tipos duros y rudos, de torva mirada y de expresión muy marcada que resulta ideal para personajes más dramáticos.
Lo más interesante de esta historia es el enfrentamiento entre dos mundos completamente distintos; el mundo de un hombre culto, educado y respetuoso, de buenos modales planta cara al mundo de los rudos y testarudos pistoleros del salvaje oeste. Pero Horizontes de grandeza no se trata de un western al uso, sino de un drama romántico con envoltorio de western en cuyo interior descansan valores, características y virtudes de otros géneros que lo alejan de éste.
Un film plagado de momentos inolvidables como la intensa pelea entre McKay y Leech, el duelo al estilo de los caballeros entre Buck y McKay o la doma de un caballo salvaje. En este valeroso western destaca ante todo una impecable puesta en escena y un antológico reparto compuesto por un Gregory Peck representando al hombre civilizado y apacible, Charlton Heston representado al duro y salvaje oeste (un interesante papel que borda sin esfuerzo), Jean Simmons, Carroll Baker, Charle Bickford y un magnífico villano interpretado por Burl Ives, quien se llevó el Oscar al mejor actor de reparto.
Por último, decir que veo a Gregory Peck un actor poco apropiado para encarnar a tipos duros y rudos, de torva mirada y de expresión muy marcada que resulta ideal para personajes más dramáticos.
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