Partiendo de la base de que "El proyecto de la bruja de Blair" figura como una de las peores películas que he visto en mi vida, me dispuse a ver sin mucho entusiasmo esta secuela. Y mi experiencia ante la pantalla fue de una tremenda perplejidad. Comprobé que las dos estaban rodadas de una manera muy similar.
El argumento es una continuación de la precuela, aunque con personajes distintos. Sin embargo en esta ocasión, la Bruja viene dispuesta a dar guerra. Porque en "El proyecto de la Bruja de Blair" no se veía más que a tres adolescentes de paseo por el bosque, que solo invitan a echarse un sueñecito, mientras que en "Blair Witch", los sobresaltos son constantes. Sobre todo cuando oscurece y se ven obligados a pernoctar en el bosque refugiándose en sus tiendas de campaña.
El final de la película cuando entran en la casa está muy logrado. Realmente refleja miedo y angustia. La puedes ver plasmada en la cara de los protagonistas, sintiendo el aliento de la Bruja de Blair en su nuca...
En esta ocasión la Bruja de Blair se deja ver y de que manera.
Recomiendo la película a todo aquel que disfrute de los sobresaltos en la oscuridad grabados en primera persona.

Coincido con la mayoría de los críticos de esta sección en que el ciempiés humano es una locura de principio a fin. Pero la película tiene su aquel. De primeras impacta el título y encima es una película de culto. ¿Qué más se puede pedir para atraer la atención (morbosa) del espectador?.
Con respecto a la película debo decir que cualquier aficionado al gore (de serie B) o en general al cine de terror quedará impresionado al contemplar esta singular historia.
La película destila un horror fuera de lo común. Sin duda queda lejos de aquellas típicas escenas gores donde tras el corte se veía la mano de plástico y la sangre falsa. Enseguida caías en la cuenta de que estaba hecho de tan mala manera que se te escapaba una carcajada. Aquí las cosas cambian, señores. Lo macabro se mezcla con la gravedad de cada situación. Todo ello cortado con la milimétrica precisión de un bisturí.
Pocas bromas de serie B al hablar del enfermizo cirujano (Dieter Laser) que ha ideado el modo de crear un ciempiés de tres personas. Como lo leen.
Lo cierto es que la interpretación de Dieter Laser sobresale para angustia de los espectadores que le contemplan, creando esa atmósfera truculenta que nadie podría imaginar.

Interesante propuesta la que nos brinda el director Darren Aronofsky
La historia se centra en la vida de un hombre dedicado a la lucha libre profesional, cuyos años de gloria han ido quedando atrás, diluyéndose en el olvido.
La película nos sitúa veinte años después de sus triunfos en el ring. Podemos ver a un Mickey Rourke en su salsa, haciendo lo que más le gusta. Sin duda el papel le va como anillo al dedo.
La cinta atrapa al espectador de principio a fín. Narrada en primer plano sobre su personaje principal, diríase que casi a modo de documental, vemos como este curioso luchador sobrevive día a día afrontando las frustraciones propias de una leyenda venida a menos.
Ganando el dinero cada vez más escaso que le da su profesión, se ve obligado a trabajar en otros lugares que no son de su agrado, aunque resignado a hacer lo que sea por sobrevivir.
Las razones para no mandarlo todo a la mierda son sin duda una hija olvidada y un amor imposible (el de Marisa Tomei). Pero la vida de este luchador es dura, viéndose obligado a combatir cada día, tanto dentro como fuera del ring.

Maléfica o deberíamos decir mas bien Joliefica, porque queda claro que Angelina Jolie representa un papel bastante digno de lo que podría ser esta hada-bruja-buena pero mala a la vez.

Sin embargo, a Angelina Jolie le han cortado las alas de la interpretación. Y es que el toque Disney se nota. Porque la película, lejos de ser una pesadilla a la que se podría haber sacado mucho mas partido, jugando con la misteriosa imagen que trasmite Angelina Jolie en la pantalla, se queda en un curioso cuento al estilo Disney. Un cuento, en principio apto para todos los públicos, aunque con ciertos matices que recuerdan a esos viejos cuentos de las brujas de toda la vida que asutaban a los niños, mezclado con impactantes escenas de acción fantásticas al estilo Señor de los Anillos de Peter Jackson. Por lo que se vé, el director australiano creó escuela en esto de las batallas épicas en animación 3D, ya que por lo visto, toda buena película de fantasía debe llevar la incursión de una megabatalla. Por mi parte, no hay nada que objetar, creo que le da un toque mas visual a la película. Sin embargo, lo que me deja con un poco de amargura es que el corazón de esta Maléfica queda algo ablandado por la magia Disney. Y si no pregúntate;¿qué hubiera pasado si esta película la hubiera filmado un director sin la influencia de Disney? quizás estaríamos ante una película mas oscura con un final mas inquietante. Porque Maléfica no puede ser Benéfica...

En cualquier caso, la película es buena, no algo excepcional que merezca una nota de 9 o 10 pero si que es una buena cinta para disfrutar con las historias de siempre del mundo de las hadas, las maldiciones, los dragones y los castillos con los que crecimos de niños.

La realidad es que el cine fantástico evoluciona.Sus historias adquieren nuevos matices que se enriquecen con la inclusión de grandes batallas épicas propias de los adelantos visuales del siglo XXI. Solo hace falta que el cuento no se convierta en una golosina demasiado empalagosa en las manos de determinadas productoras y directores.

Lars Von Trier cierra con esta segunda entrega la particular historia de una ninfómana precoz.
El director danés, es de esos hombres especializados en llamar la atención del espectador, rodando películas impactantes, que no pueden dejar indiferente a nadie. Nymphomaniac es una de esas películas. Una jungla de sentimientos, anhelos, deseos y perversiones que atrapan la atención del espectador. En esta película, el señor Von Trier sabe jugar con el morbo que provoca las situaciones sexuales subidas de tono, mezclado con cierto grado de perversión.

Nymphomaniac se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. En el primer volumen el director danés tira el anzuelo al espectador, relatando la precoz vida sexual de una Lolita con ganas de adentrarse en el Edén prohibido y gozar de sus excitantes placeres. Donde el sexo es el principal elemento, desembocando en pasiones, celos, infidelidades y promiscuidad. Claro que tanta carga erótica se transforma en el segundo volumen en una previsible desviación perversa surgida de la mente de su director, que seguro haría las delicias del propio marqués de Sade. Ya que en el segundo volumen, vemos como el amor romántico, adolescente e inexperto del principio se transforma en dependencia hacia placeres prohibidos o mal vistos por la sociedad. En una exploración hacia el lado oscuro de las relaciones personales, donde el amor de una madre hacia un hijo gestado de forma accidental, queda en un segundo plano para satisfacer su dependencia sexual hacia desviaciones que tratan de calmar el siempre insatisfecho apetito sexual de la protagonista.

Nymphomaniac es un relato impactante de la vida de una ninfómana, surgido de la mente algo calenturienta de su director. El anzuelo (morbo) está echado, ahora sólo falta que piquen los espectadores.