Yendo por delante que éste no es, ni mucho menos, "mi tipo de cine", me ha gustado.
La culpa la tiene, principalmente, el tremendo trabajo actoral y una ajustada sensibilidad y respeto por lo que cuenta y sus personajes. Pero aquí tenemos una película de planos fijos y de dramas silenciosos, como una pequeña ventana a la realidad, una realidad desnuda, fría, sin artificios (salvo el recurso que utiliza Morales de dividir la pantalla en dos, unas veces más acertadamente que otras, pero sin duda efectivo y revelador). Recuerda a Solas de Zambrano, otra película sobre el drama de lo cotidiano, de personajes que afrontan la vida, la pena, con estoicismo y frialdad, comprimidos en sus propias miserias. Pero aquí hay un mayor riesgo formal y mayor audacia. Aún así, para mi gusto, sobra metraje y sobran planos fijos, planos de la soledad en la que se revuelca y regocija la película. He mirado la hora de tanto en tanto. Pero es una apuesta fuerte, arriesgada y desde luego meritoria, aunque no comparto en absoluto esas llamadas de corneta que tocan "¡obra maestra!".
Yo, por mi parte, ya he tenido suficiente dosis de hiperrealidad en pantalla por un tiempo. Con la mía ya me da para sufrir.

Bueno, creo que no logré ser todo lo objetivo que me gustaría al disfrutar esta película, aunque disfrutar, la disfruté. Por recomendación expresa de Chris me leí el libro hace cosa de un mes y medio y bueno, el libro es soberbio, y bueno...
Difícil lo tenía Ben Affleck para no hacer algo bueno con un material tan excelente, aunque tampoco vamos a quitarle méritos, buen ojo ha tenido. Pero no entiendo el revuelo, la adaptación me parece decente, no excepcional como he leído, y la dirección es buena, sí, sobria y contenida, sin efectismos, pero también impersonal y sin garra, no se ve un autor detrás. No es que ésto sea malo, pero parecía que el tipo había facturado uno de los mejores debuts de los últimos años, y no, simplemente ha sido listo.
Por lo demás, una buena película, y dado el nivel actual, eso es noticia. Pero pocos actores se me ocurren más inadecuados para el papel protagonista que Casey Affleck. El tipo no lo hace mal, para nada, pero el suyo es el tipo de papel para el que la planta, la presencia, el carisma, cuentan, y aquí el tipo está lejos de dar la talla. Por no hablar de la tipa que lo acompaña. Cuando aparece Ed Harris en pantalla la cosa sube de octanaje atronadoramente. La comparación resulta drástica, como poco. Y en fin, tengo sentimientos encontrados con esta película por lo mucho que me gustó el libro, pero no cabe duda de que estamos ante una buena película y de que refleja bien la paradoja de la historia. Uno no puede evitar pensar lo que hubiera hecho un Eastwood con este material, y tal, y tal.

A mí me ha encantado. Cierto que hacia la mitad del metraje la cosa se pone de difícil digestión, pero incluso en esos momentos, disfruté. La mayor parte del tiempo permanecí subyugado ante lo que Lynch muestra. Esa martilleante sensación de que algo te está siendo revelado, pero no acabas de verlo. Constantemente parece haber un fino hilo que entreteje todo pero por más que tiras, sólo consigues tener más hilo en las manos.
Apabullante (tremenda) Laura Dern y por mi parte, un diez para Lynch.
Y esa canción que antecede al final, verdaderamente inquietante y embriagadora.
Tardaré mucho en repetir, cierto.
Espero que vuelva a la senda de mis películas favoritas de él, como Corazón Salvaje o Blue Velvet, más que cierto.
Pero como experimento, como ensanchamiento de los límites de su juego visual y psicológico, me ha parecido todo un acierto.
Pues eso, que me ha encantado.

Menudo estropicio. Con unas intenciones y un tono similares a su anterior Youth Without Youth pero con unos resultados muy inferiores, Coppola factura aquí su peor obra, para mi gusto, siempre y cuando salvemos cosas como Jack, que lo cierto es que tampoco he visto, pero en fin, qué desaguisado.
La película no empieza mal del todo, puede que abuse de sugerir, prometer y evocar en su primera parte, pero lo cierto es que más o menos lo logra, dar la sensación de que va a entregar algo a cambio, digo, pero no, todo acaba quedando en agua de borrajas como la erección de un borracho. A pasos agigantados, la trama empieza a perder veracidad, a caer en dramatismos baratos, a sentirse predecible, y todo el conjunto acaba por no funcionar, no emocionar ni enganchar, y lo que es peor, a exasperar y a aburrir. Es dramático y desconcertante ver a Coppola perderse en un un incómodo y rancio aroma al Almodovar más acartonado, y en la segunda mitad esa incomodidad se torna la emoción predominante y le atenaza a uno la boca del estómago, con esas partes teatrales en color tan forzadas, con todos esos secundarios de vergüenza ajena, ese melodrama de saldo, esa Carmen Maura.... Por favor... Cuerpo a tierra. Coppola debía pensar que facturaba una obra arriesgada y valiente, pero a mí me ha parecido más bien una verdadera cagada. El juego de las siete diferencias con el creador de las películas que todos tenemos en mente sería una oda a la absurdidez, no hay apenas rastro. He leído por ahí que si la primera media hora tiene ecos de Rumble Fish. Qué manera de agarrarse a un clavo ardiendo, la madre que me parió. Si Coppola decía en una entrevista hace un tiempo que esta era su obra más personal, recemos por que en un futuro se dedique a las adaptaciones.
En fin, ha sido duro.

Entretenido y molesto thriller.
Ya es de por sí molesta la costumbre actual de que casi todo los thrillers tengan que tener el típico giro final que pretende desencajar mandíbulas, pero cuando el giro se ve venir al cuarto de hora de película, la molestia se convierte en un serio engorro, lo cual también empieza a ser bastante habitual. Bueno, he aquí otro ejemplo más, tan entretenido en ciertos tramos como finalmente aborrecible e incluso risible.
En fin.