Humor negro y surrealista que no evita, sin embargo, cierta semejanza con la vida real y con el calvario que sufren ciertos preadolescentes en todos los institutos y escuelas de todas las ciudades, por no cumplir los cánones de carisma y belleza establecidos por esta sociedad a veces demasiado cruel y competitiva cual jungla.

No se puede calificar de manera coherente esta película pues tiene matices de muchos estilos pero a la vez carece.
La película no consigue ser lo suficientemente "macarra" como para ser cine "kinki" ni suficientemente sexual como para ser cine erótico. Abundan las malas maneras, las conversaciones a medias, las situaciones surrealistas y las decisiones que te cambian toda una vida tomadas en minutos.
Aún así, la película puede llegar a tener un punto que entretiene si decides rendirte de buscarle coherencia y te decides a pasar el rato.

De las primeras oportunidades que tuvo Daniel Petrie para hacer buen cine, antes de caer en el ostracismo y acabar haciendo películas de Lassie. Un fracaso tal vez, pero yo creo que ese es su nivel.
Esta película ha conseguido nominaciones en los Premios Oscar de 1980, demostrando el nivel que había ese año, no lo digo por la veterana Ellen Burstyn, ni por su historia (el fanatismo religioso no pasa de moda) sino por su dirección. Esta película ha fallado porque ha fallado Daniel Petrie que lo ha transformado en un vulgar "telefilm", es a este tipo de películas al que debe hacerse un remake, porque la historia promete, sin embargo, prefieren destrozar éxitos ya consagrados y no reflotar las que prometen mucho pero no han despegado por no acabar en manos mejor cualificadas.
No vale la pena verla, salvo para fans de Ellen Burstyn y/o Sam Shepard si es que los hay.