Destartalada y sobrevalorada película de Samuel Pequinés.

Pequinés pone cara de Rony Seikaly en la ducha y dibuja el viaje hacia ninguna parte de un puñado de carpantas, para ello, se nutre de un ramillete de viejas glorias, a destacar entre ellos un memorable Guillermo Holden, que aquí firma el papel de su vida y poco mas, la verdad.

De tres personas que hemos presenciado este puchero de incomprensibles miserias, dos solicitaban mi cabeza de modo enérgico amenazando con introducir un saco de garbanzos vía rectal mientras un dogo argentino con el cuarcito lubricando, afilaba sus colmillos agitado por la desesperación y el bochorno, incluso oía de fondo a Wyoming con su famoso " El mundo patas arriba, como le dijo Napoleón a Josefina "

3 de 3, supongo que Carlos Pollero intentaría cortarme una pierna , pero las sensaciones han sido esas, guión raquítico, si es que lo tiene, y hundimiento colosal, decepción antológica, casi al nivel de la Mujer Del Cuadro por mi parte.

De todos modos los gustos de Pollero no tienen nada que ver conmigo obviamente, de cada 100 películas que ensalza me gusta una o a lo sumo 2.

Si algun tipo me pregunta de qué va esta película, le pasaré la receta de César Martín directamente.

Inferior a Perros de Paja, a Mayor Dundee, a la música de ascensor, a casitodo.

Si esto es el mejor western de todos los tiempos creo que Clan Estufas debe estar con el culo al viento en una ventana dinamitando el record de decibelos de Manowar.


Se despide con la nariz larga.

El hombre que asaltó la redacción de Popular 1 y masturbó al madelman amputado mientras César Martín no dejaba de emitir sonidos estrambóticos bailando un curioso baile techno-ska.

Escandalosa tomadura de pelo, que como viene siendo habitual, la crítica encumbra y masturba reiteradamente.

Un telefilm, que por cierto, cuenta con una historieta de amor poco creíble y un final ciertamente tronchante.

Si a eso le añadimos que es aburrida hasta la saciedad, el resultado es un suspenso claro para esta Pin y Pon fílmica con aprendices de drácula.

Por cierto, nunca había padecido un niño tan insufrible como el mini Kurt Cobain, repelente hasta el éxtasis.

Nulidad absoluta con la correspondiente nota, una uva, un cero o un rosco, como prefiráis.

¿Obra maestra? ¿La mejor película de vampiros de la década? ¿Una conmovedora historia de amor?


Jojojojo, jiijijijiji, jujujujuuju, jejjejejejeje.

JUAJUAJUAJUA.

Ahora mismo, soy el saco de la risa.