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8
1 de septiembre de 2014
1 de septiembre de 2014
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por el 2006, Al Gore, ex vicepresidente demócrata de los Estados Unidos de América, decidió ponerse al frente de la cámara para advertir al mundo sobre las consecuencia que nuestro comportamiento para con el medio ambiente está provocando.
Una verdad incómoda, dirigida por Davis Guggenheim, es un retrato propio de las consecuencias y devastación global que podría provocar el calentamiento global, y la mirada desviada hacia otro lugar por parte de la humanidad sobre el tema.
Entre monólogos en los que interioriza con términos, Al Gore nos sumerge en un film que deja el dulce sabor de boca del conocimiento adquirido y del cual se está adquiriendo, reduciendo el aburrimiento que se suele asemejar a documentales cuyo tema principal sea una alarma tan conocida y globalizada como esta. No aburre, y no desinforma ni deja con una sensación de haber sido utilizada para el paso del tiempo; al contrario, Al Gore nos conecta con la alerta, con la necesidad del cambio y de un bucle creado que debemos retornar a la normalidad antes de que el punto de no retorno esté sobre nuestras cabezas.
Las lecturas del documental han de quedar por obligación, exentas de ideologías políticas y detractores de un hombre; o vacío del pensamiento de que un personaje público, se ponga delante de una cámara y nos cuente lo mal que nos hemos portado, y lo complicado que está el futuro de nuestro planeta; ahora bien, el mensaje si es necesario. Las imágenes, los datos, y la infografía utilizada durante el documental proporcionan la calidad necesaria y más que óptima para crear un documental cosechador de críticas positivas; hasta tal punto, que allá por la 79ª convención de los Oscars, levantó dos estatuillas: mejor largometraje documental, y mejor canción (Melissa Etheridge (I Need to Wake Up))
Aunque no todo lo que rodea al documental de Al Gore, de Davis Guggenheim, y el cual habla de algo tan humano; tan global, es positivo. Se tachó de cinematografía propagandística y de falta de respeto por la verdad. Es decir, se tildó de engaño al mundo, y hasta fue desmontado punto por punto por parte del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
Entre ello, se pusieron a debate los datos que se exponían en la película, tales como la subida del nivel del mar, que se presuponía en siete metros en el documental, y en el cual los expertos los pusieron en unas cifras cercanas al 0,18; se desmontó la idea de que el cien por cien de los científicos estuviesen de acuerdo y se aseguró que la temperatura del planeta no ha subido ni un grado centígrado.
Pero fuera de este tipo de críticas; de verdades o mentiras en cuanto a datos y la siempre presente sombra de detractores de la persona que nos presenta todo esto; la señal de alarma y el mensaje que proporciona en cuanto a la necesidad de un cambio no queda exenta de realidad, de cruda realidad. Los avances nocivos del ser humano con el cambio climático no cesan, y este señor, se puso delante de una cámara, para contarnos durante noventa y seis minutos que nos portamos muy mal, que no hemos tenido en cuenta los avisos que el mundo nos proporcionaba, y que la vuelta atrás para la salvación de este se torna complicada, por no decir imposible.
Podéis leer El Clima: El calentamiento global y el futuro de nuestro planeta, de Manuel Toharia -libro que recomiendo encarecidamente-; ver películas como El día de mañana (Roland Emmerich, 2004) o 2012 (Roland Emmerich, 2009); o simplemente salir a la calle y echar un ojo alrededor; pero si queréis tener un punto de vista dedicado a las estadísticas y a datos reales, contados de manera práctica, entretenida, y teniendo una mente abierta al hecho de la vida y las consecuencias que nosotros hemos provocado, Una verdad incómoda os proporcionará una verdad real, y pondrá sobre vuestras mesas las cartas de haber disfrutado de un documental que remueve conciencias.
Crítica para MagaZinema / @MagaZinema _
http://www.magazinema.es/una-verdad-incomoda-davis-guggenheim-2006/
Una verdad incómoda, dirigida por Davis Guggenheim, es un retrato propio de las consecuencias y devastación global que podría provocar el calentamiento global, y la mirada desviada hacia otro lugar por parte de la humanidad sobre el tema.
Entre monólogos en los que interioriza con términos, Al Gore nos sumerge en un film que deja el dulce sabor de boca del conocimiento adquirido y del cual se está adquiriendo, reduciendo el aburrimiento que se suele asemejar a documentales cuyo tema principal sea una alarma tan conocida y globalizada como esta. No aburre, y no desinforma ni deja con una sensación de haber sido utilizada para el paso del tiempo; al contrario, Al Gore nos conecta con la alerta, con la necesidad del cambio y de un bucle creado que debemos retornar a la normalidad antes de que el punto de no retorno esté sobre nuestras cabezas.
Las lecturas del documental han de quedar por obligación, exentas de ideologías políticas y detractores de un hombre; o vacío del pensamiento de que un personaje público, se ponga delante de una cámara y nos cuente lo mal que nos hemos portado, y lo complicado que está el futuro de nuestro planeta; ahora bien, el mensaje si es necesario. Las imágenes, los datos, y la infografía utilizada durante el documental proporcionan la calidad necesaria y más que óptima para crear un documental cosechador de críticas positivas; hasta tal punto, que allá por la 79ª convención de los Oscars, levantó dos estatuillas: mejor largometraje documental, y mejor canción (Melissa Etheridge (I Need to Wake Up))
Aunque no todo lo que rodea al documental de Al Gore, de Davis Guggenheim, y el cual habla de algo tan humano; tan global, es positivo. Se tachó de cinematografía propagandística y de falta de respeto por la verdad. Es decir, se tildó de engaño al mundo, y hasta fue desmontado punto por punto por parte del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
Entre ello, se pusieron a debate los datos que se exponían en la película, tales como la subida del nivel del mar, que se presuponía en siete metros en el documental, y en el cual los expertos los pusieron en unas cifras cercanas al 0,18; se desmontó la idea de que el cien por cien de los científicos estuviesen de acuerdo y se aseguró que la temperatura del planeta no ha subido ni un grado centígrado.
Pero fuera de este tipo de críticas; de verdades o mentiras en cuanto a datos y la siempre presente sombra de detractores de la persona que nos presenta todo esto; la señal de alarma y el mensaje que proporciona en cuanto a la necesidad de un cambio no queda exenta de realidad, de cruda realidad. Los avances nocivos del ser humano con el cambio climático no cesan, y este señor, se puso delante de una cámara, para contarnos durante noventa y seis minutos que nos portamos muy mal, que no hemos tenido en cuenta los avisos que el mundo nos proporcionaba, y que la vuelta atrás para la salvación de este se torna complicada, por no decir imposible.
Podéis leer El Clima: El calentamiento global y el futuro de nuestro planeta, de Manuel Toharia -libro que recomiendo encarecidamente-; ver películas como El día de mañana (Roland Emmerich, 2004) o 2012 (Roland Emmerich, 2009); o simplemente salir a la calle y echar un ojo alrededor; pero si queréis tener un punto de vista dedicado a las estadísticas y a datos reales, contados de manera práctica, entretenida, y teniendo una mente abierta al hecho de la vida y las consecuencias que nosotros hemos provocado, Una verdad incómoda os proporcionará una verdad real, y pondrá sobre vuestras mesas las cartas de haber disfrutado de un documental que remueve conciencias.
Crítica para MagaZinema / @MagaZinema _
http://www.magazinema.es/una-verdad-incomoda-davis-guggenheim-2006/
8
27 de abril de 2023
27 de abril de 2023
11 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando empiezas ‘Pollos sin cabeza’ vas haciéndote una idea de lo que te vas a ir encontrando en esta serie, cuya idea original procede de las siempre creativas mentes de Carolina Bang y Álex de la Iglesia. El mundo del fútbol siempre ha generado una cantidad de posibilidades cinematográficas bárbaras; no en vano, estamos ante un mundo en el que la exageración y lo histriónico están a la orden del día y que, a pesar de no trabajar ni vivir en el mundillo, puedes ser consciente de todo lo que se mueve dentro del mismo, en el cual nos encontramos desde gente sensata, a gente despiadada en los negocios, a niños que son millonarios o a gente obsesionada con triunfar. Aquí es donde ‘Pollos sin cabeza’ comienza a fraguar su buen hacer: se ríe del mundo del fútbol a través de todos y cada uno de sus personajes, haciéndoles ser una divertida exageración de los principales planos que nos encontraríamos dentro del ambiente que crea el balompié.
Beto es el protagonista de la serie, a quien da vida Hugo Silva. Su personaje es el astro sobre el que van girando todos los acontecimientos de ‘Pollos sin cabeza’ y a la vez es la máxima expresión de esta creación exagerada que comentaba sobre los personajes. Con un nivel de estrés que no tiene que ser saludable, todo lo que le va aconteciendo a este protagonista termina siendo un amasijo de situaciones para que el público se ría a carcajadas, siendo así una comedia intensa de las que estás deseando que el capítulo siguiente empiece y te de más de lo mismo. Pero no solo es Hugo Silva, quien por cierto tiene una actuación más que notable y que de verdad nos sumerge en su agitada forma de vida; el núcleo que rodea a este hombre (Dafne Fernández, Óscar Casas, Kira Miró, Miguel Ángel Solá, Carmen Sánchez…) es culpable de que todo sea un baile coral perfectamente organizado y que la comedia brille casi en cada escena.
En términos fotográficos ‘Pollos sin cabeza’ es poderosamente colorida. Disponemos de una cantidad de elementos en pantalla en cada plano que hace que la visión esté permanentemente buscando detalles que bien es cierto están muy cuidados, y que van creando una identidad propia; colorido que, por cierto, puede recordar a otras series como ‘Ted Lasso’, que comparten mundillo; pero que . Curioso resulta también el montaje de esta ‘Pollos sin cabeza’, con el que se va marcando la tensión de su narración y que no permite descanso al público, ya que siendo capítulos de media hora aproximada de duración, cuenta mucho en poco tiempo, y va generando esa red de situaciones entre los personajes que alimentan continuamente la historia. Una historia cuyo guion, obra de Pablo Tébar y Jorge Sáenz de Ugarte, no permite que descanse la sonrisa dibujada en la cara. Jorge Sáenz de Ugarte, por cierto, hijo de Jorge Valdano, por lo que conocimiento del mundo del fútbol para su creación ha tenido seguro.
Vas a divertirte mucho con ‘Pollos sin cabeza’. Lo alocado de las situaciones que se van generando y todo lo que va aconteciendo a los protagonistas es, en ocasiones tan disparatado, que no sabes si reír o pensar que es imposible sea real. Un trabajo muy bueno que da la sensación se podrá alargar lo que se quiera; una serie veloz y cuidadosamente narrada y que tiene un punto muy a su favor teniendo en cuenta el tema que toca: da exactamente igual que te guste el fútbol o que no lo haga, ‘Pollos sin cabeza’ lo hará.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
Beto es el protagonista de la serie, a quien da vida Hugo Silva. Su personaje es el astro sobre el que van girando todos los acontecimientos de ‘Pollos sin cabeza’ y a la vez es la máxima expresión de esta creación exagerada que comentaba sobre los personajes. Con un nivel de estrés que no tiene que ser saludable, todo lo que le va aconteciendo a este protagonista termina siendo un amasijo de situaciones para que el público se ría a carcajadas, siendo así una comedia intensa de las que estás deseando que el capítulo siguiente empiece y te de más de lo mismo. Pero no solo es Hugo Silva, quien por cierto tiene una actuación más que notable y que de verdad nos sumerge en su agitada forma de vida; el núcleo que rodea a este hombre (Dafne Fernández, Óscar Casas, Kira Miró, Miguel Ángel Solá, Carmen Sánchez…) es culpable de que todo sea un baile coral perfectamente organizado y que la comedia brille casi en cada escena.
En términos fotográficos ‘Pollos sin cabeza’ es poderosamente colorida. Disponemos de una cantidad de elementos en pantalla en cada plano que hace que la visión esté permanentemente buscando detalles que bien es cierto están muy cuidados, y que van creando una identidad propia; colorido que, por cierto, puede recordar a otras series como ‘Ted Lasso’, que comparten mundillo; pero que . Curioso resulta también el montaje de esta ‘Pollos sin cabeza’, con el que se va marcando la tensión de su narración y que no permite descanso al público, ya que siendo capítulos de media hora aproximada de duración, cuenta mucho en poco tiempo, y va generando esa red de situaciones entre los personajes que alimentan continuamente la historia. Una historia cuyo guion, obra de Pablo Tébar y Jorge Sáenz de Ugarte, no permite que descanse la sonrisa dibujada en la cara. Jorge Sáenz de Ugarte, por cierto, hijo de Jorge Valdano, por lo que conocimiento del mundo del fútbol para su creación ha tenido seguro.
Vas a divertirte mucho con ‘Pollos sin cabeza’. Lo alocado de las situaciones que se van generando y todo lo que va aconteciendo a los protagonistas es, en ocasiones tan disparatado, que no sabes si reír o pensar que es imposible sea real. Un trabajo muy bueno que da la sensación se podrá alargar lo que se quiera; una serie veloz y cuidadosamente narrada y que tiene un punto muy a su favor teniendo en cuenta el tema que toca: da exactamente igual que te guste el fútbol o que no lo haga, ‘Pollos sin cabeza’ lo hará.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
9
27 de julio de 2021
27 de julio de 2021
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que empezó en su momento como un personaje creado únicamente para un comercial de la NBC para la Premier League, ha terminado siendo el protagonista principal de una de las comedias que más ha hecho disfrutar en el 2020. Ted Lasso es un entrenador que no ha conseguido grandes cosas en el mundo del fútbol americano, pero que se viralizó por sus dotes de baile; un hombre al cual el fútbol de Inglaterra le es totalmente desconocido.
En esta tesitura llega Rebecca Welton (Hannah Waddingham), nueva propietaria del AFC Richmond, de la Premier League inglesa, quien no duda en hacerse con los servicios de Ted Lasso para dar un cambio de tuerca a la situación actual del equipo y catapultarlo a donde ella cree que debe estar… o al menos eso creemos. El tema es que con todo esto encima, el bueno de Ted Lasso (Jason Sudeikis) se encuentra con un deporte del cual no conoce ni lo que es el fuera de juego, con una afición que lo ve como una broma pesada y con un vestuario de lo más complicado; sin olvidarnos de la agradable y simpática prensa con sus ganas de carnaza.
Es un punto increíble en la serie el tema del buen rollo, podríamos decir. La sonrisa es latente durante el transcurso de todo el episodio debido al poder comédico del propio Jason Sudeikis y a un ingenioso y perfectamente cuidado guion. El peso del mismo dentro de la trama es imperioso, puesto que estas conversaciones entre los protagonistas son despreocupadas y desvergonzadas, llegando incluso a una sátira muy inteligente; pero la sensación constante de las conversaciones es la de un optimismo bárbaro. Lo que debiera ser una serie de tópicos futbolísticos y deportivos, sobre todo centrándonos en el personaje de Ted Lasso, es justo lo contrario.
Alejándose de estos tópicos y típicos gags y chistes deportivos, tenemos ante nosotros a un personaje animado, divertido hasta la saciedad y con una cara de sonrisa continua que obliga a la tuya a realizar la misma acción como si un reflejo de bostezo se tratase. Este entretenimiento coral es gracias, sobre todo, a un magnífico elenco en el que ninguno sobresale por encima del resto interpretativamente, pero todos cumplen de manera maravillosa: Stephen Manas, Colin Blyth, Phil Dunster, Brett Goldstein, Brendan Hunt (a este señor sí que le voy a dar una mención especial, que me río con el una barbaridad…), Bradley Wj Miller, Jayda Mitchell, Adam Colborne, Hannah Waddingham, Bronson Webb…
No se puede dudar de la diversión que ‘Ted Lasso’ destila. Es una serie sencilla y relajada, con un metraje perfecto y unas disparatadas situaciones que no hacen más que divertirnos y establecer en nosotros una sensación de tranquilidad y relajación. Una serie futbolística pero para la cual no tienes por qué ser un forofo de este deporte; una serie donde las conversaciones, la simpatía de Ted y las imágenes tan poderosas que acompañan hacen que sea una de las mejores apuestas posibles. Una jugada estupenda.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
En esta tesitura llega Rebecca Welton (Hannah Waddingham), nueva propietaria del AFC Richmond, de la Premier League inglesa, quien no duda en hacerse con los servicios de Ted Lasso para dar un cambio de tuerca a la situación actual del equipo y catapultarlo a donde ella cree que debe estar… o al menos eso creemos. El tema es que con todo esto encima, el bueno de Ted Lasso (Jason Sudeikis) se encuentra con un deporte del cual no conoce ni lo que es el fuera de juego, con una afición que lo ve como una broma pesada y con un vestuario de lo más complicado; sin olvidarnos de la agradable y simpática prensa con sus ganas de carnaza.
Es un punto increíble en la serie el tema del buen rollo, podríamos decir. La sonrisa es latente durante el transcurso de todo el episodio debido al poder comédico del propio Jason Sudeikis y a un ingenioso y perfectamente cuidado guion. El peso del mismo dentro de la trama es imperioso, puesto que estas conversaciones entre los protagonistas son despreocupadas y desvergonzadas, llegando incluso a una sátira muy inteligente; pero la sensación constante de las conversaciones es la de un optimismo bárbaro. Lo que debiera ser una serie de tópicos futbolísticos y deportivos, sobre todo centrándonos en el personaje de Ted Lasso, es justo lo contrario.
Alejándose de estos tópicos y típicos gags y chistes deportivos, tenemos ante nosotros a un personaje animado, divertido hasta la saciedad y con una cara de sonrisa continua que obliga a la tuya a realizar la misma acción como si un reflejo de bostezo se tratase. Este entretenimiento coral es gracias, sobre todo, a un magnífico elenco en el que ninguno sobresale por encima del resto interpretativamente, pero todos cumplen de manera maravillosa: Stephen Manas, Colin Blyth, Phil Dunster, Brett Goldstein, Brendan Hunt (a este señor sí que le voy a dar una mención especial, que me río con el una barbaridad…), Bradley Wj Miller, Jayda Mitchell, Adam Colborne, Hannah Waddingham, Bronson Webb…
No se puede dudar de la diversión que ‘Ted Lasso’ destila. Es una serie sencilla y relajada, con un metraje perfecto y unas disparatadas situaciones que no hacen más que divertirnos y establecer en nosotros una sensación de tranquilidad y relajación. Una serie futbolística pero para la cual no tienes por qué ser un forofo de este deporte; una serie donde las conversaciones, la simpatía de Ted y las imágenes tan poderosas que acompañan hacen que sea una de las mejores apuestas posibles. Una jugada estupenda.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
6
5 de enero de 2024
5 de enero de 2024
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gente (por lo general) tonta no es. Todas y todos los que disfrutamos en su momento de ‘La casa de papel’, y no fuimos pocos, vimos que material había para crear y crear, y un alto porcentaje de estos que la vimos teníamos en Berlín a uno de los personajes que más nos ilusionaba ver en pantalla y del cual éramos conscientes que tenía un carisma y un magnetismo especial. Totalmente de acuerdo con nosotros, los creadores hacen este spin-off, ‘La casa de papel: Berlín’, en el que este personaje protagonizado por Pedro Alonso, Berlín, vuelve a las andadas, con un nuevo equipo y con todos los detalles que hicieron de ‘La casa de papel’ el productazo que ha sido, y que sigue siendo.
En términos de atraco ‘La casa de papel: Berlín’ tiene el mismo atractivo y elementos sorpresivos para la resolución de problemas que las buenas películas de atracos que se precien. Con una narrativa que se asemeja a la saga Ocean’s a la hora de irnos dirigiendo por las situaciones va llegando también el humor, el amor y todos esos demás elementos que van asegurando el éxito a la hora de írsenos contando la historia. Es uno de los puntos fuertes de la serie y que hace que nos enganchemos desde los primeros episodios, y es que la manera de resolver las vicisitudes que salen durante un atraco y todo lo que conlleva resultan muy divertidas y con un ritmo ágil que se va disfrutando.
La nueva banda no deja de ser lo mismo al final que en ‘La casa de papel’. Tenemos los mismos arquetipos de personajes con diferente actor, lo cual no quiere decir que sea malo, en absoluto, puesto que al final son los ingredientes perfectos para tener todo en su justa medida. Mención especial para el personaje de Michelle Jenner, una creación magnífica que divierte, con quien se puede empatizar, con quien te ríes, con quien sientes afecto… y una interpretación estupenda de la actriz catalana que hace que sus instantes frente a la pantalla sean de los más aplaudidos de cada capítulo.
En definitiva, ‘La casa de papel: Berlín’ es un producto con un ritmo muy bueno, divertido y que cumple con el cometido del entretenimiento a la perfección. Consumir sus episodios de manera rápida es muy sencillo, y ver que el universo de ‘La casa de papel’ tiene salidas tan respetuosas y bien organizadas una magnífica noticia para el público.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
En términos de atraco ‘La casa de papel: Berlín’ tiene el mismo atractivo y elementos sorpresivos para la resolución de problemas que las buenas películas de atracos que se precien. Con una narrativa que se asemeja a la saga Ocean’s a la hora de irnos dirigiendo por las situaciones va llegando también el humor, el amor y todos esos demás elementos que van asegurando el éxito a la hora de írsenos contando la historia. Es uno de los puntos fuertes de la serie y que hace que nos enganchemos desde los primeros episodios, y es que la manera de resolver las vicisitudes que salen durante un atraco y todo lo que conlleva resultan muy divertidas y con un ritmo ágil que se va disfrutando.
La nueva banda no deja de ser lo mismo al final que en ‘La casa de papel’. Tenemos los mismos arquetipos de personajes con diferente actor, lo cual no quiere decir que sea malo, en absoluto, puesto que al final son los ingredientes perfectos para tener todo en su justa medida. Mención especial para el personaje de Michelle Jenner, una creación magnífica que divierte, con quien se puede empatizar, con quien te ríes, con quien sientes afecto… y una interpretación estupenda de la actriz catalana que hace que sus instantes frente a la pantalla sean de los más aplaudidos de cada capítulo.
En definitiva, ‘La casa de papel: Berlín’ es un producto con un ritmo muy bueno, divertido y que cumple con el cometido del entretenimiento a la perfección. Consumir sus episodios de manera rápida es muy sencillo, y ver que el universo de ‘La casa de papel’ tiene salidas tan respetuosas y bien organizadas una magnífica noticia para el público.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
8
3 de marzo de 2018
3 de marzo de 2018
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de ‘Gorrión rojo’ es un relato cargado de todo, pero sin llegar a excederse en nada. Una película plagada de fortaleza y elegancia; dando una magnífica vuelta de tuerca al cine de espionaje y a los thrillers al uso que plagan carteleras jornada tras jornada. Es espionaje del poco conocido, del crudo; del que te deja los huesos tan gélidos como la llanura rusa. Un film notable que se va alimentando conforme el mismo va sucediendo, retorciéndose entre sí en su propio nudo creado por el magnífico guion de Eric Warren Singer y Justin Haythe y germinando con ello una poderosa acumulación de sensaciones ofreciendo un tono directo e hipnotizante en pantalla.
Jennifer Lawrence (quien vuelve a trabajar con Francis Lawrence tras ‘Los juegos del hambre’) es una bella espía que utiliza su sensualidad para acercarse a quien es necesario y conseguir aquello que se desea. Pertenece al estado, no tiene que preguntar nada y debe sacrificar todo lo que sea necesario sacrificar. Éste es su personaje, y el cine de espías recordará siempre su interpretación tanto como se recuerda la de Mark Rylance en ‘El puente de los espías’. Tanto a ella, como su química con Joel Edgerton ('Bright', 'Warrior'), cuya relación florece en la película y va creciendo a un ritmo acompasado con el resto del metraje, sin llegar a entrar en detalles, pero sin obviar importantes puntualizaciones. No hay historias secundarias; todo va hacia el mismo punto de llegada y todo tiene un por qué.
Brutal en muchas escenas, la cinta está cargada de acción y de giros que la convierten en un relato absorbente. Acción que desemboca en los momentos más crudos del metraje y que junto a los instantes de "sexualidad sucia" muestran la rudeza y aspereza de la historia. La fotografía acompaña aún más a ese ambiente frío e inhóspito que el color de la propia cinta posee y que no hacen más que incrementar los momentos álgidos del relato y confiarlos de una mayor potencia para terminar mostrando un thriller salvaje y para el que la delicadeza no forma parte de su vocabulario.
Crítica para MAGAZINEMA.
Jennifer Lawrence (quien vuelve a trabajar con Francis Lawrence tras ‘Los juegos del hambre’) es una bella espía que utiliza su sensualidad para acercarse a quien es necesario y conseguir aquello que se desea. Pertenece al estado, no tiene que preguntar nada y debe sacrificar todo lo que sea necesario sacrificar. Éste es su personaje, y el cine de espías recordará siempre su interpretación tanto como se recuerda la de Mark Rylance en ‘El puente de los espías’. Tanto a ella, como su química con Joel Edgerton ('Bright', 'Warrior'), cuya relación florece en la película y va creciendo a un ritmo acompasado con el resto del metraje, sin llegar a entrar en detalles, pero sin obviar importantes puntualizaciones. No hay historias secundarias; todo va hacia el mismo punto de llegada y todo tiene un por qué.
Brutal en muchas escenas, la cinta está cargada de acción y de giros que la convierten en un relato absorbente. Acción que desemboca en los momentos más crudos del metraje y que junto a los instantes de "sexualidad sucia" muestran la rudeza y aspereza de la historia. La fotografía acompaña aún más a ese ambiente frío e inhóspito que el color de la propia cinta posee y que no hacen más que incrementar los momentos álgidos del relato y confiarlos de una mayor potencia para terminar mostrando un thriller salvaje y para el que la delicadeza no forma parte de su vocabulario.
Crítica para MAGAZINEMA.
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