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Críticas 291
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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17 de febrero de 2014 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Envueltos en una espiral de remakes y reboots, en los últimos meses, nuestras carteleras han sido testigos de un amplio desfile de nuevas versiones de clásicos del cine de reciente factura ("Oldboy"), o de otros más lejanos en el tiempo ("Carrie" o "La vida secreta de Walter Mitty"). Precisamente, en mi reciente reseña sobre la última cinta de Spike Lee, no pude dejar pasar la ocasión de remarcar la gran oportunidad ante la que se encuentra la industria hollywoodiense de realizar nuevas versiones de películas a las que el tiempo ha maltratado, actualizando su argumento, en lugar de reiterarse revisionando obras maestras consagradas difíciles de superar, como puede ser el caso de la cinta de Park Chan-Wook.

Cuando Paul Verhoeven desembarcó en la meca del cine con su "Robocop" (1987), el cine de acción vivía bajo la influencia republicana de la era Reagan, con cintas basadas en el puro músculo y la violencia salvaje, consagrados en los rostros de actores como Schwarzenegger o Stallone. En ese contexto, Verhoeven ofreció una refrescante sátira social, llena de violencia y con aroma a serie B, obteniendo el beneplácito de público y crítica contando las andanzas y desavenencias del policía Alex Murphy en un Detroit distópico y anárquico. Una vuelta atrás para volver a disfrutar de aquel clásico de la década de los 80, demuestra los estragos que el tiempo ha hecho en una cinta que sigue conservando su encanto gracias a las dosis de humor caústico de una sátira que sigue teniendo vigencia en algunos aspectos de los tiempos que corren; y con la ayuda de un personaje icónico interpretado por Paul Weller.

Ahora, en el año 2014, José Padilha, director de las dos recomendables entregas de "Tropa de élite", desembarca en Hollywood, al igual que hiciera Verhoeven, con su propia versión de "RoboCop". Trasladando la trama al año 2028, Padilha aborda la historia buscando mantener el tono satírico del original pero sin la mala leche de su predecesora; y derivando el debate que genera la obra hacia el actual conflicto moral que supone para la sociedad el desarrollo tecnológico, reavivando el conflicto "deus ex machina". De esta manera, "RoboCop (2014)" se preocupa más en desarrollar el personaje de Alex Murphy y su psicología para así comprender mejor su conflicto interno y el drama moral que afecta al resto de personajes. Con la tensión generada por esta situación, Padilha resuelve correctamente la papeleta, sabiendo administrar la tensión emocional, regalando un producto de entretenimiento y acción que no traiciona al original aunque en algunos aspectos sí difiera de él. El encanto "cutre" y hortera de la película de Verhoeven se diluye en una cinta de notable factura técnica que, sin embargo, no llega a ofrecer un despliegue visual que la haga destacar sobre el resto de blockbusters actuales. Si bien su reparto, plagado de grandes nombres, aprovecha las virtudes de un sólido guión, las escenas de acción se tornan insustanciales en un ejercicio que apoya sus virtudes en el debate que genera su historia, más que en la historia en sí misma.

"RoboCop (2014)" se postula pues, como una película que no traiciona al original ni lo menosprecia, y que consigue con éxito renovar el personaje de 1987; aunque sin imprimir a la acción ese carisma que habría hecho de la cinta de Padilha el clásico de su época que sí logró realizar Verhoeven.
17 de enero de 2014 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe un apetito voraz por el cine encerrado en esa bestia que es Martin Scorsese. Una necesidad imperiosa de tomarle el pulso a la realidad y estirarla hasta los límites de la lógica a través del objetivo de su cámara, una prolongación más del cuerpo de este genio. En "The Wolf Of Wall Street" el director italoamericano, hace un repaso a todas las virtudes de su cine, a la vez que se reinventa una vez más en un ejercicio de estilo que exprime hasta la extenuación las oportunidades artísticas de ese regalo que es el CINE. Con esa ruptura de la cuarta pared marca de la casa; esos movimientos de cámara vertiginosos que bailan con la composición escénica de un maestro del séptimo arte; con ese manejo del ritmo y el tempo que solo Scorsese es capaz de dominar, su última obra atraviesa todos los géneros cinematográficos habidos y por haber, obligando al espectador a buscar oxígeno entre tanto talento.

El cine de Martin, es un cine actual, que genera debate y levanta ampollas. Su última obra es excéntrica, desquiciada, clásica, moderna, alucinógena, excesiva, elegante, punk, mastodóntica, hermosa, repugnante, jazz, mágica... es CINE, y como tal, ofrece todo lo que un espectador puede buscar en una historia que narra el ascenso y caída de un delincuente. El libreto de Terence Winter, basado en la novela de Jordan Belfort, deconstruye pieza por pieza el sueño americano, vomitando cada pequeño atisbo de gloria convertido en rabia e ira irracional por un sistema que premia al delincuente y condena al honrado. A mis oídos han llegado opiniones sobre si esta cinta ensalza la figura del antihéroe por antonomasia que es ese bastardo de apellido Belfort. Sin embargo, Scorsese pone su obra al servicio del espectador para condenar la codicia humana y el hambre voraz de autodestrucción del ser humano con dosis de la ironía más ácida y la sátira más grotesca y genial que el cine ha visto en mucho tiempo. Su cámara recorre ese ansia endémica de nuestra raza por abarcar más de lo que es capaz de concebir; su cine sigue componiendo un retrato violento de una realidad que se respira en nuestra cotidianidad. Ese tono desmesurado, crea en "The Wolf Of Wall Street" un aire de icono generacional fácilmente respirable.

Porque esta película encierra un personaje con aroma de leyenda. Un tipo que busca por méritos propios convivir al lado de Michael Corleone o Tony Montana. Un delincuente en el sentido más estricto de la palabra que en el rostro de Leonardo DiCaprio, adopta la personificación perfecta del estafador embaucador que es Jordan Belfort. DiCaprio indaga en la psique de un descerebrado ofrenciendo una interpretación sublime que se aleja de cualquier reconocimiento físico, para adentrarse en el terreno del mito. En su enésima obra maestra, Leonardo deja la huella de un actor sublime que a cada paso que da, no hace más que deslumbrar y que se destapa en esta ocasión con una demostración sensacional de incursión camaleónica en un papel magníficamente arropado por un reparto maravilloso que saca todo el jugo a las posibilidades de un guión infinito.

Todo en esta película aparece en su justa y excesiva medida. Scorsese y DiCaprio vuelven a unirse para ofrecer una obra que hace del CINE, ese arte tan valorado por muchos, y que es capaz de hacernos amar al personaje más deleznable, o de levantarnos de la butaca ante ejercicios tan apabullantes como el que nos ocupa. Cuando Martin hace CINE, demuestra que él es el CINE.
4 de noviembre de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La soledad no está tan sola, no ves que a mí no me abandona" dice la letra de una de las canciones de Extrechinato Y Tú. Joseph Gordon-Levitt aborda un tema tan espinoso como el de la falta de empatía con el mundo tomando las riendas de "Don Jon" desde tres fuertes, estrenándose además en dos de ellos.

Como director, Joseph da el do de pecho con una comedia dramática con cierto regustillo independiente que en sus primeros compases destila momentos de gran pulso cinematográfico. El arranque de la cinta, tiene nervio y energía suficiente para mantener nuestra atención pendiente de este particular Don Juan del siglo XXI.

Como guionista, es donde más sorprende Gordon-Levitt, destapándose y desnudando sus temores con una comedia que aborda sin tapujos el tema de la soledad humana en una sociedad deshumanizada desde un punto de vista tan curioso como arriesgado: el de el obseso sexual más preocupado del onanismo que del resto del universo. Un personaje musculado pero vacío, que busca el efecto placebo en todo lo que le rodea: una familia desestructurada, unos romances de una noche sin pasión, una religión carente de personalidad, unas amistades intrascendentes; para caer de bruces en la vía de escape más rápida del placer egoísta y personal. Esta fábula "pornográfica" disecciona al hombre medio de este siglo; ese ser humano que no puede encontrar el punto de conexión emocional con sus congéneres, cayendo sin remisión en el pozo del abandono. Sin duda, un punto de vista amargo, que se torna en cómico bajo el excelente libreto de Joseph Gordon-Levitt, pese a que en el último tramo, esa magia se pierda en aras de un desenlace más manso que el resto de la narración.

Como actor, Joseph demuestra una vez más su solvencia delante de la cámara y su capacidad de conectar con el espectador, dando vida a un egoísta y vulgar canalla que encuentra en el público a su compañero más fiel. Acompañado por la sensual Scarlett Johansson, que demuestra que el papel que interpreta estaba hecho por y para ella; y por una excelente y deliciosa Julianne Moore, que una vez más demuestra la gran actriz que se esconde tras sus cabellos pelirrojos.

"Don Jon" es una revisión del mito del Don Juan clásico, actualizado a las vicisitudes de la sociedad actual. Un canalla más humano de lo que la sociedad cree. Una película con un sentido del humor amargo, que divierte y nos demuestra el talento creciente de un joven que en cada nuevo paso que da, demuestra que todavía tiene mucho que decir dentro de ese pequeño macrouniverso que es Hollywood.
17 de octubre de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas creadas con aspiraciones académicas. Cintas hechas con el ojo puesto en los galardones que engordan las arcas de los productores y que siguen unas directrices de calidad preestablecidas. En mi humilde opinión, ese caso se da en "El mayordomo", la última película de Lee Daniels, de una manera exagerada.

Y es que todo en la última obra del director de "Precious", está medido y controlado para ofrecer una obra que agrade a los miembros de la Academia de Hollywood. En primer lugar, estamos ante una historia-río, que centrándose en un personaje como el interpretado por Forest Whitaker, recorre los últimos años de la historia norteamericana, para beneplácito del patriotismo yanki, centrando su punto de mira en el desagradable asunto de la segregación racial que imperó en Norteamérica hasta las últimas décadas del siglo pasado. Narrado con un sentimentalismo exagerado, el tema central de la obra, el racismo, desluce bastante, exigiendo un tratamiento más visceral del mismo. Se echan de menos las aristas crueles que Daniels mostró en la aclamada "Precious", una película que ofrecía más raciones de crueldad y realidad que la presente. Presentando en pantalla las virtudes y defectos de la lucha afroamericana por encontrar el respeto en un país donde durante años fueron vilipendiados, el grito de rabia de una sociedad oprimida queda transformado en llanto amargo por el exceso de condescendencia de la cinta. La rabia y el dolor, buscan nacer de la lágrima, cuando esta última no existe sin la existencia de corazón. Y "El mayordomo" está tan preocupada por la perfección formal, que su corazón no bombea tanta empatía como debería.

Sin embargo, y una vez analizada la parte más negativa de esta obra, un servidor no puede menos que reconocer las virtudes de una cinta bien construida. Con un ritmo narrativo soberbio, que no desfallece (y que obliga a recordar obras como "Forrest Gump"); la vida de Cecil Gaines tiene suficientes puntos de interés para captar la atención del espectador y no soltarla en sus más de dos horas de metraje. Además, y para terminar de favorecer sus aspiraciones académicas, Lee Daniels cuenta con una nómina de secundarios de lujo en la que todos y cada uno de los actores que desfilan por la pantalla resultan soberbios en su interpretación. Desde una gloriosa leyenda viva como Vanessa Redgrave inundando la pantalla con su sola presencia, a un James Mardsen que convence como el mediático J.F.K. Sin duda, es esa lista de actores que tienen su momento de gloria en la película, lo que hace que esta cinta, tenga momentos de total deleite para el espectador, dejando un poco frío ese entusiasmo cuando el foco de la narración se aleja de la Casa Blanca, pero sin dejar por ello que se pierda el interés por lo que se está contando.

En definitiva, "El mayordomo" es una película completa, bien rodada, bien interpretada, pero carente de ese riesgo que, personalmente, tiendo a reclamar en la cartelera actual. Por descontado, no sería de extrañar que esta obra fuera reconocida con galardones de elevado nombre, y eso generará el eterno debate: ¿que compensa más, la perfección formal, o el riesgo visceral? Para gustos colores...
26 de julio de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen obras literarias cuya complejidad resulta difícil de abordar desde otro frente que no sea la prosa escrita. Sin embargo, a veces el séptimo arte, busca retos complicados que superar y se enfrenta a las páginas imposibles de alguna obra de intrincada factura. Los resultados suelen ser dispares, desde magníficas sorpresas que conquistan al público, como la trilogía de "El señor de los anillos" de Peter Jackson, o "Sin City" de Robert Rodríguez (por poner un ejemplo de una obra en la que no sólo importa la literatura); hasta decepciones sonadas como la lamentable "The Spirit" de Frank Miller.

La novela "Guerra Mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi", es una obra de terror escrita por Max Brooks (hijo de Mel Brooks) en la que una serie de supervivientes de la guerra contra los zombis, narran sus aventuras y desventuras durante la década que dura la contienda. Sin duda, se trata de un texto cuyo proyecto cinematográfico debería haberse mostrado ambicioso y con unas pilas cargadas de originalidad.

Sin embargo, la película que llega a nuestras pantallas, resulta un simple bosquejo de lo que realmente encierra la obra de Brooks. Comandada por un Brad Pitt amo y señor del metraje como corresponde a los cánones de un buen blockbuster veraniego, "Guerra Mundia Z" resulta un entretenido ejercicio cinematográfico alejado de la complejidad de la novela de la que procede. Con pequeñas pinceladas de terror, y altas dosis de acción, la cinta dirigida por Marc Foster se convierte en un thriller que no deja descanso al espectador gracias a un ritmo trepidante y una tensión bien medida y dosificada entre el fragor de la batalla y el silencio del escondite. El amplio presupuesto manejado por la cinta se puede disfrutar en unas escenas de acción espectaculares y bien rodadas, pero que carecen de ese encanto sangriento y de ese aroma a serie B que tanto se disfruta dentro de las películas de género zombi. Aquí todo es demasiado perfecto y por momentos cuadriculado, aunque bien es cierto que hay detalles del guión que resultan atractivos y que se agradecen, alejándose de la estupidez media de las cintas de acción, algo que se nota sobre todo en los diálogos.

El buen oficio del director, se nota en una dirección correcta, para una película que no hace justicia a una novela mucho más profunda que lo que se muestra en pantalla. La labor de los productores (muchos y muy variados) se hace notar a la hora de facturar un producto que no sorprende a nadie, que no emocionara a los fans del género, pero que por lo menos resulta un ejercicio de tensión y suspense más que correcto que entretetiene y se pasa volando, tal y como se exige a una cinta estrenada en estas fechas.
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