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Críticas ordenadas por utilidad
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6,4
30.311
8
18 de abril de 2007
18 de abril de 2007
29 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Va siendo hora que directores como Antoine Fuqua tomen el relevo de veteranos que cada vez van a menos como Renny Harlim o John McTiernan que viven de las rentas de sus legados por varios y contundentes motivos. El más simple de todos, es el del concepto de Fuqua que está mucho más acorde a los tiempos actuales y sabe leer las tendencias cinematográficas con la habilidad suficiente como para saber vincularse con el público sin ataviarle de insípidas y estúpidas pretensiones cinéfilas. Ya fue lo suficiente valiente como para dirigir la brillante “Training day”, en la que a través de las imágenes supo abstraerse de cualquier quimérico mensaje, que dejó a juicio del espectador, sin entrar en divagaciones moralistas para niños de 7 años, lo cual es siempre de agradecer. Por fortuna en “Shooter” sucede un tanto de lo mismo, sólo que de una manera mucho más directa, ya que tratando un tema político nada tiene (por fortuna) que ver con la política y sí con el mundo del espectáculo que siempre se espera en una cinta de acción. Y acción es lo que uno obtiene desde su comienzo hasta su conclusión en un film al que ni le faltan ni le sobran minutos, Whalberg se limita a cumplir como suele hacer y con su limitada colección de gestos logra meterse con acierto en la telaraña de su desdichado personaje (increíble que tenga una nominación a sus espaldas). Un film en la línea de “El caso Bourne” o “La sombra de la sospecha”, películas de acción francas y objetivas. Si disfrutaron de aquellas no hay motivo para que no lo hagan también con esta.

8,1
122.781
8
22 de septiembre de 2007
22 de septiembre de 2007
24 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según Scorsese la línea que separa la locura de la razón es tan simple y delgada como la simple interpretación y desarrollo de un acontecimiento concreto. Al menos junto con Paul Schrader, guionista de la película es una constante que se deduce a juzgar por su exposición. Y la verdad es que “Taxi Driver”, no sólo es una película diferente, sino una referencia del género que otorga un punto de vista nuevo al concepto que se puede tener de un psicópata. Porque no olvidemos que Travis Bickle es un psicópata, un individuo solitario, totalmente desconectado del mundo real y que se mueve o actúa sin criterio alguno, movido por los impulsos que afectan a su ansiedad por lograr una vida normal, en lo que entiende es un mundo contaminado y dominado por la corrupción. De tal manera podemos ver a un ser humano desde muchos ángulos diferentes, porque Travis no se limita a mostrar una faceta concreta sino que reacciona ante su entorno que termina por establecer su actitud en un momento dado. Es en ese punto donde la película es genial, la ambigüedad popular y la noche vista a través de los ojos de Travis mientras conduce el Taxi, así como los pasajeros que recoge, hace que nos replanteemos quién está más loco si el mundo o el pobre e inadaptado Travis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Su fijación por una prostituta menor de edad a la que desea ayudar, así como el acoso al que somete a una mujer (Cybill Shepherd) que recauda fondos para la campaña de un político, son dos comportamientos antagónicos en los que vemos lo mejor y lo peor de su personalidad. Lo mejor, es siempre su intención, se ve a sí mismo como un salvador que puede terminar con la vida que lleva la joven prostituta interpretada por Jodie Foster, lo peor es ese mundo ficticio en el que vive que convierte sus impulsos en arma de doble filo, por una parte su falta de sentido común le consigue una cita con la mujer debido a su descaro y falta de recursos sociales, lo que despierta un interés en la mujer, por otro no duda en llevarla a un cine pornográfico en la cita, el rechazo que sufre posteriormente hará que canalice su venganza hacia la figura del político al que la chica apoya. Rápidamente la confusión se apodera de él hasta el punto de conjugar varios actos diferentes que representan el trance final de su vida, un frustrado atentado contra un hombre que nada le ha hecho y el ajusticiamiento del proxeneta que retiene a la joven prostituta y que él interpreta como un acontecimiento general, cree que salvando a la joven las cosas cambiaran en el amplio sentido. La locura final desprende un aire conciliador con sus actuaciones, cuando se ve perdido, deseando acabar con todo, la matanza del proxeneta (excelente Harvey Keitel) le convierte en un héroe ante la inevitable sonrisa del espectador, perplejo ante el desarrollo. Los padres de la joven prostituta le escriben agradeciéndole que les haya devuelto a su pequeña y descarriada adolescente “Lolita”, la mujer cree haberse equivocado con Travis y parece perseguir una segunda oportunidad, con la cómplice sonrisa final de Travis que sólo el espectador podrá juzgar e interpretar. La vida es una locura o la locura es la vida, profunda reflexión para una obra maestra genial.

5,9
25.138
5
13 de enero de 2007
13 de enero de 2007
20 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este capítulo ha tenido la desgraciada fortuna de realizarse en el peor de los momentos, en los cuales Stallone se ha dejado llevar por las tendencias políticas del momento. Así podemos resumir que “Rocky IV” es un artificioso video clip propagandístico de las mentiras políticas que intentaban vender los norteamericanos en la decadente y penosa guerra fría contra los rusos. Es por ello que el atropellado montaje de esta “falsa” historia sobre Rocky concluya con un ridículo y vergonzante discurso moral que abre los ojos a unos despistados rusos trazados de la manera más torpe y fugaz como unos fríos y sumisos individuos de su cruel régimen, en contraposición del glorificado y cálido hogar norteamericano. La lucha del coraje natural contra el hombre tecnológico centran un relato superficial en el que sólo importa como Rocky le zurra al Ruso entre júbilo de los propios ciudadanos de este. Aún así y suspicacias a parte, si uno quiere disfrutar de esta película debe abstraerse de su insípido y quimérico mensaje lejos del cual se puede encontrar un entretenido producto de consumo de apenas 80 minutos en el un incondicional de Stallone puede encontrar un divertido rato de recreo.

4,5
9.309
4
24 de noviembre de 2008
24 de noviembre de 2008
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
La aventura marciana de Carpenter era el tercer acercamiento tras “Misión a Marte” y “Planeta rojo”, dos películas de mayor presupuesto y más comerciales. Si aquellas no fueron muy bien recibidas ni por público ni por crítica, esta aún lo sería menos. Y es cierto que de no estar tras las cámaras el genial director de “La Cosa” el film seguramente no hubiera pasado por las salas de cine, yendo directamente al mercado doméstico. ¿Porqué? Por razones que visual y argumentalmente quedan plasmadas a lo largo de su metraje, una especie de serie B poco interesante, mal rodada y con un pobre desarrollo en donde Carpenter apuesta una vez más por su clásico anti-héroe que tanto le gusta. Eso sí el resultado es el peor que ha tenido el director en mucho tiempo y posible causa de su demora en ponerse de nuevo tras las cámaras. No se puede negar que el director es especialista en la realización de películas con el mínimo de medios, donde otros gastarían 3 veces más a Carpenter le sobra dinero.
“Fantasmas de Marte” tiene ciertos paralelismos dentro de su filmografía, especialmente con “Asalto a la comisaría del Distrito 13”, en la que un grupo de individuos se ven asediados en un entorno aislado, en el que el principal protagonista es un preso que si en aquella era “Napoleon Wilson” aquí lo llamará “Desolación Williams” ambos compartirán exactamente el mismo rol, el aliñe de las imágenes se verá saturado por el tormento de una música macarra obra del propio director y la ridícula figura del malo de la función exento de cualquier carisma o interés, un papá Marte que inspira más risa que miedo. Carpenter pretende otorgar a la mujer un papel fundamental y presentarla dentro de un entorno matriarcal y en el que representa una figura fuerte y autoritaria. Pero lejos de ser una propuesta interesante, la escasez de medios y la poca entereza de los protagonistas es tan alarmante que chirrían prácticamente desde el momento en que el film arranca.
“Fantasmas de Marte” tiene ciertos paralelismos dentro de su filmografía, especialmente con “Asalto a la comisaría del Distrito 13”, en la que un grupo de individuos se ven asediados en un entorno aislado, en el que el principal protagonista es un preso que si en aquella era “Napoleon Wilson” aquí lo llamará “Desolación Williams” ambos compartirán exactamente el mismo rol, el aliñe de las imágenes se verá saturado por el tormento de una música macarra obra del propio director y la ridícula figura del malo de la función exento de cualquier carisma o interés, un papá Marte que inspira más risa que miedo. Carpenter pretende otorgar a la mujer un papel fundamental y presentarla dentro de un entorno matriarcal y en el que representa una figura fuerte y autoritaria. Pero lejos de ser una propuesta interesante, la escasez de medios y la poca entereza de los protagonistas es tan alarmante que chirrían prácticamente desde el momento en que el film arranca.

5,3
12.883
8
25 de noviembre de 2007
25 de noviembre de 2007
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Repetición de acontecimientos desde un punto de vista más comercial, dando un toque adolescente y recurriendo a paranoias pasadas para mantener la tensión de los sucesos en esta continuación. Repite Roy Scheider en su papel, así como John Williams en la banda sonora y se mantiene la determinación natural de la localidad en la que sus habitantes continúan con sus actividades cotidianas de la manera más tranquila. Naturalmente la aparición de un nuevo tiburón en el que nadie creerá (excepto el obsesionado Jefe de Policía) hasta que sea demasiado tarde, perturbará de nuevo esa tranquilidad. El director francés Jeannot Swarc se aleja del planteamiento serio y dramático impuesto por Spielberg, dejándose llevar por el camino de la aventura marina y las pautas marcadas por los avatares de los adolescentes, que serán quienes finalmente marcarán el destino del film. Ni que decir que el film no es ni de lejos la obra maestra de Spielberg, y que su película marca una inevitable comparación con esta, sin embargo la apuesta como cine de entretenimiento es acertada y desenfadada, asentando un paréntesis melancólico cimentado sobre los personajes que ya conocemos.
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