Me hizo pasar un buen rato luego de la siesta, con personajes alocados y actores convincentes.
Es para pasar un momento riéndote y disfrutando de una comedia que agota y se repite en términos de guión, pero que agrada a la vista, a la sucesión de hechos y a la calidez artística.

Nada nuevo, se repiten viejos (viejísmos) y exageradamente desgastados recursos de comedia para parecer gracia.

Un apenitas 7, raspando. Porque hace entretener, ése es el fin de toda comedia.

(hablar por lo bajo - casi como un susurro - y preservar los gritos para momentos impactantes, resulta ya, un mérito propio del cine asiático.)

Cinta muy oscura, rodada con una extraña mezcla entre poesía y masacre; realidad y exageración; confusión y razonamiento; calidad y cantidad. Nakashima está seguro de aquello que quiere contar, pero su planteo es tan complejo que hasta su propia idea se auto-supera.
La sangre se escapa por la heladera, por los escritorios, camina sobre pisos de madera y se divide en el filo de los cuchillos.

Actuaciones magníficas. Es una locura el mero hecho de imaginarse a esos niños protagonizando algo tan violento y significativo, colmando la pantalla y encarnando personajes abocados al sufrimiento y a ciertos complejos existenciales.

El guión recuerda al maestro coreano Park-Wook y sus historias negras sobre la venganza. Y la música le acompaña a la par, melodías que trascienden la superficie.

Concluyendo, otro hijo del cine oriental al que Hollywood querrá imitar a toda costa sin éxito alguno (salvo el de las taquillas).

Es un gusto consumir este cine, pérmitanme decirlo, es que no hay otro continente capaz de contar así las historias.


Extraordinaria.

Desde que conozco a Tim Burton y a la obra de Lewis Carroll, si me hubiesen dado la oportunidad de elegir un director para "Alicia en el país de las maravillas", mi hubiera sido para el genio de "Jack" y "Eduardo manos de tijera" (entre otras).

Sin embargo, me ha decepcionado. Al salir de la sala tuve la sensación de haber visto una película incompleta y, como se suele decir, deja mucho que desear. Por empezar, no es profunda, los recursos de entretenimiento son muy trillados, y los personajes no logran convencer. Realmente no me ha dejado ningún mensaje ni me ha hecho sentir más que diversión.
Mia Wasikowska no actúa para nada bien, como tampoco la niña que hace de Alicia en su niñez, y tenemos que conformarnos con los 2 grandes: Depp y Helena, que sumado a las aventuras de la protagonista y a los buenos personajes del director, hacen de la hora y cuarenta minutos, algo divertido pero ya muy repetido.

Tal vez si pienso que este film va dirigida a los más pequeños, mi puntuación sube (ya les digo, ¡entretenimiento no falta!). Pero la obra de Carroll es muchísimo más que entretenimiento: es ideología, es diálogos profundos, es un mundo imposible de ensueño, es una "locura con sentido" - por más ilógico que suene - ... y es, por sobre todas las cosas, ¡un "País de las maravillas"! No éste que se va inventado Tim Burton con la idea de ser original.

Con semejantes obras del escritor, nuestro loco director sólo ha hecho una cinta entretenida, trillada, desvirtuada a más no poder y olvidable. Absolutamente nada más.

Muy liviana, demasiado. En esta cinta no hay nariz rota, ni gritos agónicos, ni una mujer muriéndose. Únicamente, una linda rubia que realmente actúa muy bien, unos padres muy tontos y una historia ligera, tan plana respecto a la realidad que casi, casi ni se siente.
Más si Anneliese Michel hubiese pasado por lo que pasa Micaela en el film, hoy su historia no sería reconocida - ni siquiera se sabría quién es ella -.
Me quedo con los buenos paisajes alemanes, la música precisa y la gran actuación protagonista. Todo lo demás es una mentira, es un verso mal hecho, la propaganda de un vacío.

Difícil explicar con palabras lo que esta cinta hace sentir en el interior de las emociones. La miseria absoluta. Lilja se pasea por los paisajes más desdichados e inhumanos de la desgraciada realidad del mundo (tomando como escenario, claro, el viejo continente y sus terribles "fallas" como sistema).

El mensaje es, en su inmensidad, absolutamente desgarrador. Sin embargo, más doloroso aún es saber que esto no es ciencia ficción, apenas un retrato muy bien realizado de problemáticas extremas de las "suciedades" del mundo.

Posiblemente, una de las películas más impactantes se haya filmado.

Me dejaste sin aliento, Lilja, hasta siempre.