Cine policíaco como no se hacía en nuestro país desde hacía mucho tiempo. Y esto no es solo gracias a la gran dirección de Rodríguez, o al guion; sino también a las estupendas actuaciones de todos los actores, desde los principales, Antonio de la Torre y Mario Casas, hasta los secundarios, como Julián Villagrán, que incluso consigue hacerse con el premio Goya en esa categoría; así como Joaquín Núñez, que consiguió el de mejor actor revelación.
Como motor de la historia, un grupo especial policial, conocido como Grupo 7, está a cargo de terminar con el tráfico de droga en Sevilla, como fecha límite, la expo que tendrá lugar en la ciudad en 1992. Aquí llega Ángel (Casas), un joven “novato”, a las órdenes de Rafael (de la Torre), un veterano con muy mala leche y unos métodos poco ortodoxos. Este es el líder del grupo, formado por dos agentes más, Miguel y Mateo (Núñez). Con ellos nos sumergimos en diferentes operaciones en contra del narcotráfico, la mayoría de ellas podría decirse que se encuentran algo apartadas del “manual del buen poli”.

En definitiva, una buena película española, que engancha y que hace que los 95 minutos que dura pasen volando.