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3
24 de mayo de 2021
24 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anonadado estoy tras ver este descarado y sobre todo rastrero panfleto preelectoral para mayor beneficio del partido Demócrata de los EEUU ante las inminentes elecciones presidenciales de 2020 en aquel país. Y cabreado, muy cabreado. Una cosa es satirizar al partido contrario, y otra la vejación y el infundio, y para más inri, en período preelectoral, esto es, con ánimo partidista y electoralista. Alevosía, pero sin nocturnidad. A la cara.
La verdad es que ya debería estar acostumbrado, porque en USA -y por contagio, en Europa- los medios, el dinero, Hollywood, Wall Street, o sea, el "stablishment", pertenece a compañías o personas afines a ese partido. En esos mundos de Yupi, Obama era fenomenal, muy bueno con la gente pobre y muy pacífico; y resulta que los estadounidenses, con los fríos números en la mano, lo catalogan como el peor presidente de la historia de EUU. Un premio Nobel de la Paz bajo cuyo mandato EEUU y sus afines destruyeron países como Siria o Libia para saquearlos impunemente, y por las armas, a despecho de provocar miles de muertos y refugiados civiles. Ah, que la culpa se la echan a la Sra. Clinton. Vale.
Pues la misma "objetividad" que se gasta el partido Demócrata, es la que impera en esta cinta, que bien podía haber sido encargada y pagada por este, porque carga contra el partido contrario, llevando al extremo todos los clichés que los de aquel partido "venden" que es el partido opuesto: los "confederados" nostálgicos, machistas, racistas y amigos del rifle.
Esta película, al contrario que su predecesora, tiene pues muy claro lo que vende. Propaganda pura y dura contra el partido contrario justo antes de las elecciones, y de la más rastrera, fuera de toda objetividad. No lo oculta ni por un instante.
El londinense del bigote podía haberse dedicado, como judío que es, a ensalzar lo que ellos defienden: Wall Street, las grandes corporaciones, Hollywood, los medios, el dinero, el dinero, y el dinero.
Pero no. Como resulta que el "diablo" de Trump acabó con el paro aberrante que dejó la Administración del Sr. Obama, dejó de meterse en guerras como la destrucción y saqueo de Libia, Siria, y en definitiva, hizo una gestión ejemplar devolviendo el trabajo y la calidad de vida a la clase media y baja de SU país ("proteccionismo" y "antiglobalismo" le llamaban), no tenían qué echarle en cara, más que buscarle los chascarrillos, insultarle, vejarle e incluso calumniarle, a él y a los de su partido (sí, he dicho calumniar, que en mi pueblo antes era delito, pero parece que ahora eso es gratis: ver spoiler). Da igual que Biden esté ya bastante gagá, al extremo de llegar a gritar, increpar e insulte a los periodistas porque cuando acaba una rueda de prensa "no le aplauden" (sic), féminas incluidas, por poner uno de tantos ejemplos... da igual. Los medios comen de ese partido.
Así que sí. Me dirán que esto es cine, no política, pero es que esta película no es cine, sino política. Y de la más abyecta y Goebelsiana. El "stablisment", Wall Street, Hollywood, los medios, el dinero, en definitiva, el partido Demócrata, se sirvió de esta película como una herramienta electoral más, estratégicamente a poco de las elecciones presidenciales, y de esto va EL 99 % DE LA PELÍCULA. Contando con que los créditos son el 1 %.
Al final les fue por el pelo de un calvo, porque a pesar del acoso a Trump por Hollywood -con manifestaciones múltiples y películas como esta-, y por el 99 % de los medios, este no fue reelegido por muy pocos votos, y de manera digamos no muy clara. Vaya vaya. O muchos "antiguos confederados" sobrevivieron, o hay muy pocos progresistas, unionistas hispanos, afroamericanos, inmigrantes y demás presuntos "enemigos de Trump" en EEUU. Vamos, hombre.
No, señores, esto es propaganda electoral pura y dura de un partido contra otro partido, y digo contra porque prescinde de la objetividad y tira de clichés para ridiculizar, vejar y hasta calumniar al enemigo.
A mí eso me importa relativamente. Incluso, egoístamente, me viene mejor que gane el partido Demócrata, porque dejará menos dinero en los EEUU y más en otros sitios, como Europa y/o España, con suerte.
Pero aquí estamos para hablar de cine, no de política, y en esta película todo es política, y de cine muy poco, por eso se tira de falso documental, y de documental falsario, que es todavía peor (spoiler).
EN DEFINITIVA: olvídense de la predecesora, que esta es otra cosa muy distinta.
Panfleto al más puro nivel de 'El judío Suss', de Veit Harlam (pero al revés), o del "Triunfo de la voluntad" de Riefenstahl, con el agravante claro está que en factura no le llega a la suela del zapato a esas películas de propaganda, y ya no digamos a algunas otras, que hasta se les perdona por marcar cotas todavía más altas que aquéllas en aspectos puramente cinéfilos, como puede ser el "Acorazado Potemkin".
Quien simpatice con el partido demócrata estadounidense, y o se crea a pies juntillas lo que dicen los medios "oficiales", Gates, Huckerberg, Musk, Bezos, Hollywood, etc. se lo pasará bomba. Quien simpatice con el partido oponente, se cabreará muchísimo. Los que somos objetivos, o vamos al cine entre otras cosas, para olvidarnos un rato no ya de la política -porque hay buen cine político que invita a la sana reflexión-, sino de guerras electorales inmundas, nos llevaremos las manos a la cabeza, o nos cabrearemos también.
No le pongo un 1, porque quizá por la fascinación de las tremendísimas burradas electoralistas y no electoralistas, la película se hace entretenida y se pasa rápido. Incluso me suena haber sonreído con alguno de los muchos gags.
La verdad es que ya debería estar acostumbrado, porque en USA -y por contagio, en Europa- los medios, el dinero, Hollywood, Wall Street, o sea, el "stablishment", pertenece a compañías o personas afines a ese partido. En esos mundos de Yupi, Obama era fenomenal, muy bueno con la gente pobre y muy pacífico; y resulta que los estadounidenses, con los fríos números en la mano, lo catalogan como el peor presidente de la historia de EUU. Un premio Nobel de la Paz bajo cuyo mandato EEUU y sus afines destruyeron países como Siria o Libia para saquearlos impunemente, y por las armas, a despecho de provocar miles de muertos y refugiados civiles. Ah, que la culpa se la echan a la Sra. Clinton. Vale.
Pues la misma "objetividad" que se gasta el partido Demócrata, es la que impera en esta cinta, que bien podía haber sido encargada y pagada por este, porque carga contra el partido contrario, llevando al extremo todos los clichés que los de aquel partido "venden" que es el partido opuesto: los "confederados" nostálgicos, machistas, racistas y amigos del rifle.
Esta película, al contrario que su predecesora, tiene pues muy claro lo que vende. Propaganda pura y dura contra el partido contrario justo antes de las elecciones, y de la más rastrera, fuera de toda objetividad. No lo oculta ni por un instante.
El londinense del bigote podía haberse dedicado, como judío que es, a ensalzar lo que ellos defienden: Wall Street, las grandes corporaciones, Hollywood, los medios, el dinero, el dinero, y el dinero.
Pero no. Como resulta que el "diablo" de Trump acabó con el paro aberrante que dejó la Administración del Sr. Obama, dejó de meterse en guerras como la destrucción y saqueo de Libia, Siria, y en definitiva, hizo una gestión ejemplar devolviendo el trabajo y la calidad de vida a la clase media y baja de SU país ("proteccionismo" y "antiglobalismo" le llamaban), no tenían qué echarle en cara, más que buscarle los chascarrillos, insultarle, vejarle e incluso calumniarle, a él y a los de su partido (sí, he dicho calumniar, que en mi pueblo antes era delito, pero parece que ahora eso es gratis: ver spoiler). Da igual que Biden esté ya bastante gagá, al extremo de llegar a gritar, increpar e insulte a los periodistas porque cuando acaba una rueda de prensa "no le aplauden" (sic), féminas incluidas, por poner uno de tantos ejemplos... da igual. Los medios comen de ese partido.
Así que sí. Me dirán que esto es cine, no política, pero es que esta película no es cine, sino política. Y de la más abyecta y Goebelsiana. El "stablisment", Wall Street, Hollywood, los medios, el dinero, en definitiva, el partido Demócrata, se sirvió de esta película como una herramienta electoral más, estratégicamente a poco de las elecciones presidenciales, y de esto va EL 99 % DE LA PELÍCULA. Contando con que los créditos son el 1 %.
Al final les fue por el pelo de un calvo, porque a pesar del acoso a Trump por Hollywood -con manifestaciones múltiples y películas como esta-, y por el 99 % de los medios, este no fue reelegido por muy pocos votos, y de manera digamos no muy clara. Vaya vaya. O muchos "antiguos confederados" sobrevivieron, o hay muy pocos progresistas, unionistas hispanos, afroamericanos, inmigrantes y demás presuntos "enemigos de Trump" en EEUU. Vamos, hombre.
No, señores, esto es propaganda electoral pura y dura de un partido contra otro partido, y digo contra porque prescinde de la objetividad y tira de clichés para ridiculizar, vejar y hasta calumniar al enemigo.
A mí eso me importa relativamente. Incluso, egoístamente, me viene mejor que gane el partido Demócrata, porque dejará menos dinero en los EEUU y más en otros sitios, como Europa y/o España, con suerte.
Pero aquí estamos para hablar de cine, no de política, y en esta película todo es política, y de cine muy poco, por eso se tira de falso documental, y de documental falsario, que es todavía peor (spoiler).
EN DEFINITIVA: olvídense de la predecesora, que esta es otra cosa muy distinta.
Panfleto al más puro nivel de 'El judío Suss', de Veit Harlam (pero al revés), o del "Triunfo de la voluntad" de Riefenstahl, con el agravante claro está que en factura no le llega a la suela del zapato a esas películas de propaganda, y ya no digamos a algunas otras, que hasta se les perdona por marcar cotas todavía más altas que aquéllas en aspectos puramente cinéfilos, como puede ser el "Acorazado Potemkin".
Quien simpatice con el partido demócrata estadounidense, y o se crea a pies juntillas lo que dicen los medios "oficiales", Gates, Huckerberg, Musk, Bezos, Hollywood, etc. se lo pasará bomba. Quien simpatice con el partido oponente, se cabreará muchísimo. Los que somos objetivos, o vamos al cine entre otras cosas, para olvidarnos un rato no ya de la política -porque hay buen cine político que invita a la sana reflexión-, sino de guerras electorales inmundas, nos llevaremos las manos a la cabeza, o nos cabrearemos también.
No le pongo un 1, porque quizá por la fascinación de las tremendísimas burradas electoralistas y no electoralistas, la película se hace entretenida y se pasa rápido. Incluso me suena haber sonreído con alguno de los muchos gags.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la película hay dos constantes, respecto de las que dudo cuál me parece más vomitiva:
1ª.- El reiterado y machacón menosprecio, vejación e insulto a la nación de Kazajistán, haciéndolos aparecer como auténticos trogloditas hasta extremos caricaturescos, a pesar de estar considerada hoy como la mayor potencia del Asia Central, con gran desarrollo económico por sus notables reservas de petróleo, gas y otros minerales. Con gobierno comunista, por cierto, aunque en proceso de "descomunización" tipo Rusia o China. Como decía alguien por aquí, algo muy malo le debieron de hacer allí al inglés, que se despacha con esa gente a gusto y a la yugular desde el mismísimo minuto 1 hasta los créditos. Supongo que no tendrá pensado volver por allí, si es que fue alguna vez.
2ª.- El descarado ánimo propagandístico y electoralista a través de la vejación y el infundio a todo lo relativo al partido contrario, y con las elecciones presidenciales a la vista, nada menos. Vejación que es en su mayoría para ridiculizar o insultar gratuitamente al oponente, pero que alcanza su cumbre más pavorosa en la escena lamentable, deleznable y vomitiva, en la que se calumnia directamente al Sr. Giuliani, ex alcalde de Nueva York, y abogado estrechamente relacionado con Trump. Escena en que bajo engaño, y presuntamente con cámara oculta, le ponen a una sexy jovenzuela de 25 años que más que insinuársele, poco menos que se le tira encima, y que luego venden como que el hombre es un pedófilo arrojándose sobre una niña de 15 años. Sazonando el tema con toma final de dormitorio con -juraría- un doble, por los estratégicos y forzados ocultamientos de la cara. Pero ya me da igual, porque la calumnia ya estaba montada con o sin dormitorio, porque la señora ni tenía 15 años como querían vender, ni mucho menos los aparentaba, y era ella la que tiraba los tejos a matar, no ya consintiendo sino provocando descaradamente. Alucinante que hoy se pueda poner falsamente de pedófilo a alguien, y que salga gratis. Viva la "libertad de expresión", toma ya. Pero bueno, la verdad es que se hacen cosas como esas y peores todos los días últimamente, sin necesidad de ir hasta EEUU precisamente, y todo quisque mira para otro lado o hasta aplaude. En fin, así es la podredumbre que, en casos como este, es llevada con todo su peor olor a una pantalla grande. Qué pena.
¿Políticamente incorrecta esta cinta? Políticamente incorrectos somos los que estamos hasta los mismísimos de aguantar tanta gilipollez y tanta mentira, bajo el paraguas de lo pretendidamente "políticamente correcto". Y si eres español, además de políticamente incorrecto, te llaman "facha". Hasta voy a empezar a sentirme orgulloso de ello, visto el nivel.
1ª.- El reiterado y machacón menosprecio, vejación e insulto a la nación de Kazajistán, haciéndolos aparecer como auténticos trogloditas hasta extremos caricaturescos, a pesar de estar considerada hoy como la mayor potencia del Asia Central, con gran desarrollo económico por sus notables reservas de petróleo, gas y otros minerales. Con gobierno comunista, por cierto, aunque en proceso de "descomunización" tipo Rusia o China. Como decía alguien por aquí, algo muy malo le debieron de hacer allí al inglés, que se despacha con esa gente a gusto y a la yugular desde el mismísimo minuto 1 hasta los créditos. Supongo que no tendrá pensado volver por allí, si es que fue alguna vez.
2ª.- El descarado ánimo propagandístico y electoralista a través de la vejación y el infundio a todo lo relativo al partido contrario, y con las elecciones presidenciales a la vista, nada menos. Vejación que es en su mayoría para ridiculizar o insultar gratuitamente al oponente, pero que alcanza su cumbre más pavorosa en la escena lamentable, deleznable y vomitiva, en la que se calumnia directamente al Sr. Giuliani, ex alcalde de Nueva York, y abogado estrechamente relacionado con Trump. Escena en que bajo engaño, y presuntamente con cámara oculta, le ponen a una sexy jovenzuela de 25 años que más que insinuársele, poco menos que se le tira encima, y que luego venden como que el hombre es un pedófilo arrojándose sobre una niña de 15 años. Sazonando el tema con toma final de dormitorio con -juraría- un doble, por los estratégicos y forzados ocultamientos de la cara. Pero ya me da igual, porque la calumnia ya estaba montada con o sin dormitorio, porque la señora ni tenía 15 años como querían vender, ni mucho menos los aparentaba, y era ella la que tiraba los tejos a matar, no ya consintiendo sino provocando descaradamente. Alucinante que hoy se pueda poner falsamente de pedófilo a alguien, y que salga gratis. Viva la "libertad de expresión", toma ya. Pero bueno, la verdad es que se hacen cosas como esas y peores todos los días últimamente, sin necesidad de ir hasta EEUU precisamente, y todo quisque mira para otro lado o hasta aplaude. En fin, así es la podredumbre que, en casos como este, es llevada con todo su peor olor a una pantalla grande. Qué pena.
¿Políticamente incorrecta esta cinta? Políticamente incorrectos somos los que estamos hasta los mismísimos de aguantar tanta gilipollez y tanta mentira, bajo el paraguas de lo pretendidamente "políticamente correcto". Y si eres español, además de políticamente incorrecto, te llaman "facha". Hasta voy a empezar a sentirme orgulloso de ello, visto el nivel.

8,2
14.100
9
28 de febrero de 2025
28 de febrero de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL FONDO:
Me daba mucha pereza ver esta película, por todos los prejuicios habidos y por haber que rodean esta espinosa cuestión. Me parecía complicado disfrutarla dejando de lado tanto prejuicio. En una peli de juicio.
Pero tanta buena nota me reconcomía, y cuando por fin me pongo, lo que me encuentro es un peliculón, donde se relata de manera impecable cómo el poder judicial puede funcionar, y funciona, cuando se le dota de independencia... Venga de quien venga.
Porque si la justicia es independiente, has cometido un crimen y hay pruebas que lo demuestran (desvirtuando tu derecho fundamental a la inocencia que se te presume), se te ha de declarar culpable. Simple. Ni más ni menos. Da igual quién seas. Dan igual las presiones políticas, sociales o de San Quintín. De esto va la película. Y lo borda.
Aquí se recalca mucho que el aparato judicial, aun siendo el del vencedor, es independiente, al mostrar sin tapujos las presiones políticas a que someten al juez para que absuelva a los acusados. Los yanquis presumiendo de su poder judicial independiente. Porque sí, caerán mal o peor, pero lo tienen (con el único fallo técnico, que hasta se reconoce en la película, que son los ciudadanos y no los profesionales del Derecho los que eligen a los fiscales y los jueces).
Sobre esa premisa, el fiscal acusa como tiene que acusar, el abogado defiende como tiene que defender, y el juez juzga como tiene que juzgar, con las pruebas que le ponen delante. Se quiere mostrar y a fe que se consigue, cómo el poder judicial puede funcionar de una manera ejemplar (siendo el requisito primordial su independencia).
La política ya se aplicará después, fuera de la corte de justicia, indultando a los condenados. Porque en ese momento si USA necesita a Alemania, perdiendo el menor trozo de Europa posible, para frenar mejor al bicho rojo, pues se deja ya al poder judicial de lado, y se aplica la real politik, es decir, la búsqueda del mayor beneficio. La pasta, vaya.
Luego en otros lares (que resultan ser todos salvo tres o cuatro naciones en todo el mundo, me sobra más de una mano), se acaba antes, porque la justicia no es independiente al estar politizada y formar parte del poder concentrado del Estado. O se hace el paripé en el juicio con el mismo resultado después, porque tanto a los estados democráticos (tres o cuatro) como a los totalitarios (todos los demás), lo que les interesa lógicamente es la pasta, y por pasta se mueve la política, que son los mecanismos del poder en las diferentes formas que adopta en cada nación. Por eso en geopolítica lo que nunca falla es la "real politik": la que estudia por dónde va la pasta.
LA FORMA:
En cuanto a los aspectos técnicos, como la película es tan buena en cada uno de sus apartados, es más fácil buscar lo que no está bien. Hay quien se queja de falta de ritmo, o de ser demasiado pausado. A mí el ritmo me parece perfecto, niquelado, y la peli se me va como un suspiro pese a la duración del metraje. Y eso que no me gustan, pero nada, las películas de juicios. Vade retro.
Si para mi gusto objetivo no acaba de ser redonda, es por algunas decisiones de cámara (como esos zooms horribles a salto de mata) que me parecen fuera de lugar, y una decisión de casting en particular más que mejorable. Para el subjetivo, porque no me produce ninguna emoción destacable.
Me daba mucha pereza ver esta película, por todos los prejuicios habidos y por haber que rodean esta espinosa cuestión. Me parecía complicado disfrutarla dejando de lado tanto prejuicio. En una peli de juicio.
Pero tanta buena nota me reconcomía, y cuando por fin me pongo, lo que me encuentro es un peliculón, donde se relata de manera impecable cómo el poder judicial puede funcionar, y funciona, cuando se le dota de independencia... Venga de quien venga.
Porque si la justicia es independiente, has cometido un crimen y hay pruebas que lo demuestran (desvirtuando tu derecho fundamental a la inocencia que se te presume), se te ha de declarar culpable. Simple. Ni más ni menos. Da igual quién seas. Dan igual las presiones políticas, sociales o de San Quintín. De esto va la película. Y lo borda.
Aquí se recalca mucho que el aparato judicial, aun siendo el del vencedor, es independiente, al mostrar sin tapujos las presiones políticas a que someten al juez para que absuelva a los acusados. Los yanquis presumiendo de su poder judicial independiente. Porque sí, caerán mal o peor, pero lo tienen (con el único fallo técnico, que hasta se reconoce en la película, que son los ciudadanos y no los profesionales del Derecho los que eligen a los fiscales y los jueces).
Sobre esa premisa, el fiscal acusa como tiene que acusar, el abogado defiende como tiene que defender, y el juez juzga como tiene que juzgar, con las pruebas que le ponen delante. Se quiere mostrar y a fe que se consigue, cómo el poder judicial puede funcionar de una manera ejemplar (siendo el requisito primordial su independencia).
La política ya se aplicará después, fuera de la corte de justicia, indultando a los condenados. Porque en ese momento si USA necesita a Alemania, perdiendo el menor trozo de Europa posible, para frenar mejor al bicho rojo, pues se deja ya al poder judicial de lado, y se aplica la real politik, es decir, la búsqueda del mayor beneficio. La pasta, vaya.
Luego en otros lares (que resultan ser todos salvo tres o cuatro naciones en todo el mundo, me sobra más de una mano), se acaba antes, porque la justicia no es independiente al estar politizada y formar parte del poder concentrado del Estado. O se hace el paripé en el juicio con el mismo resultado después, porque tanto a los estados democráticos (tres o cuatro) como a los totalitarios (todos los demás), lo que les interesa lógicamente es la pasta, y por pasta se mueve la política, que son los mecanismos del poder en las diferentes formas que adopta en cada nación. Por eso en geopolítica lo que nunca falla es la "real politik": la que estudia por dónde va la pasta.
LA FORMA:
En cuanto a los aspectos técnicos, como la película es tan buena en cada uno de sus apartados, es más fácil buscar lo que no está bien. Hay quien se queja de falta de ritmo, o de ser demasiado pausado. A mí el ritmo me parece perfecto, niquelado, y la peli se me va como un suspiro pese a la duración del metraje. Y eso que no me gustan, pero nada, las películas de juicios. Vade retro.
Si para mi gusto objetivo no acaba de ser redonda, es por algunas decisiones de cámara (como esos zooms horribles a salto de mata) que me parecen fuera de lugar, y una decisión de casting en particular más que mejorable. Para el subjetivo, porque no me produce ninguna emoción destacable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ese careto que se le queda al Lancaster en su última escena... Ay ay. De comedia. Pero eso ya no sólo es culpa suya, también del director. Podía haberle dicho: quédate inexpresivo -así como siempre, o un poco más-, y hubiera quedado mejor.
En cualquier caso, no me creo su personaje en general. Muy mala elección de actor para el personaje, a mi parecer. El Capitán América haciendo de juez nazi. Y eso que el pobre Burt le pone ganas. Pero pedir peras al olmo...
En cualquier caso, no me creo su personaje en general. Muy mala elección de actor para el personaje, a mi parecer. El Capitán América haciendo de juez nazi. Y eso que el pobre Burt le pone ganas. Pero pedir peras al olmo...
10
25 de agosto de 2023
25 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un devorador compulsivo de documentales, especialmente históricos. Curiosamente, o al menos mientras no me dé por ahí, no suelo ver de los relacionados con la naturaleza, que sí veía con fruición de jovenzuelo, especialmente cuando vivía D. Félix, apellidado Rodríguez también, casualmente, o el gran Sr. Cousteau. Tampoco los que van sobre músicos son de mis preferidos.
Pero he visto un buen número de documentales (incluidos, claro está, algunos de los mejores que se han hecho), a mí es condenadamente difícil emocionarme, hasta el punto de que se me humedezcan los ojos, y este lo ha conseguido.
Normalmente, cuando hago una crítica, me explayo. En esta no lo voy a hacer, porque me faltan palabras. VÉANLO.
Eso sí, tan sólo una cuestión de la mayor importancia: VÉANLO, PERO SIN SABER NADA DEL ASUNTO.
Pero he visto un buen número de documentales (incluidos, claro está, algunos de los mejores que se han hecho), a mí es condenadamente difícil emocionarme, hasta el punto de que se me humedezcan los ojos, y este lo ha conseguido.
Normalmente, cuando hago una crítica, me explayo. En esta no lo voy a hacer, porque me faltan palabras. VÉANLO.
Eso sí, tan sólo una cuestión de la mayor importancia: VÉANLO, PERO SIN SABER NADA DEL ASUNTO.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me importa bien poco que la cinta, como documental en sentido estricto, sólo lo sea "a medias", por decirlo suavemente.
Porque conociendo la historia más atentamente, es evidente que se omiten hechos. Y por otro lado, se cuenta alguna milonga que otra (o cuanto menos, hechos cuestionables), especialmente sobre la dificultad de averiguar quién era el protagonista, que no deja de ser premisa primera del guión del documental.
Omisiones y mentirijillas que, una vez conocidas, demuestran ciertamente lo "tramposillo" que es el guión. Se han omitido ciertas verdades de alguna relevancia (sobre el reconocimiento del artista, finalidad del documental), y se han sesgado un poquito otras menos relevantes (sobre dificultad en su localización, premisa del documental), todo ello, obviamente, en aras a la epicidad y emoción del resultado final, y para engrandecer todavía más esa finalidad.
Y me importa un huevo, porque el señor Malik Bendjelloul calculó este cóctel a la perfección, y vaya, en mi caso le salió DE CINE (y nunca mejor dicho).
Si el documental hubiese sido una biografía exhaustiva de toda la carrera musical de este genio, que al parecer tuvo alguna más de la que se muestra, probablemente no me hubiese emocionado como me emocionó. O sí. Me da igual, o más bien, me alegro lo indecible haberlo visto sin saber ni una palabra del asunto.
A mayor abundamiento, la humanidad, humildad, sin perjuicio del carisma y genialidad, y en definitiva, la grandeza como artista, pero sobre todo, como persona, del Sr. Rodríguez, parece ser -no veo que se cuestione- que se mostró tal cual es. Lo que no es moco de pavo.
Todo ello aunque el mensaje del guión convenientemente "arreglado" va, al final, del sentimiento de RECONOCIMIENTO; y precisamente en esta idea central del filme, que es lo que buscaba su creador, y que es lo que realmente emociona y lo hace grande, es donde se hacen las omisiones más relevantes. Porque el Sr. Rodríguez parece ser que fue bastante más reconocido de lo que se cuenta, aunque ciertamente, no en su país y no sólo en Sudáfrica, sino por Oceanía.
Así que llámenle pseudo-documental, trampa, película de ficción, engaño en aras del efectismo y la epicidad, o lo que quieran llamarle. Pues BENDITO ENGAÑO.
Porque para mí, precisamente tal cual está contada, es una HISTORIA MUY GRANDE.
Porque conociendo la historia más atentamente, es evidente que se omiten hechos. Y por otro lado, se cuenta alguna milonga que otra (o cuanto menos, hechos cuestionables), especialmente sobre la dificultad de averiguar quién era el protagonista, que no deja de ser premisa primera del guión del documental.
Omisiones y mentirijillas que, una vez conocidas, demuestran ciertamente lo "tramposillo" que es el guión. Se han omitido ciertas verdades de alguna relevancia (sobre el reconocimiento del artista, finalidad del documental), y se han sesgado un poquito otras menos relevantes (sobre dificultad en su localización, premisa del documental), todo ello, obviamente, en aras a la epicidad y emoción del resultado final, y para engrandecer todavía más esa finalidad.
Y me importa un huevo, porque el señor Malik Bendjelloul calculó este cóctel a la perfección, y vaya, en mi caso le salió DE CINE (y nunca mejor dicho).
Si el documental hubiese sido una biografía exhaustiva de toda la carrera musical de este genio, que al parecer tuvo alguna más de la que se muestra, probablemente no me hubiese emocionado como me emocionó. O sí. Me da igual, o más bien, me alegro lo indecible haberlo visto sin saber ni una palabra del asunto.
A mayor abundamiento, la humanidad, humildad, sin perjuicio del carisma y genialidad, y en definitiva, la grandeza como artista, pero sobre todo, como persona, del Sr. Rodríguez, parece ser -no veo que se cuestione- que se mostró tal cual es. Lo que no es moco de pavo.
Todo ello aunque el mensaje del guión convenientemente "arreglado" va, al final, del sentimiento de RECONOCIMIENTO; y precisamente en esta idea central del filme, que es lo que buscaba su creador, y que es lo que realmente emociona y lo hace grande, es donde se hacen las omisiones más relevantes. Porque el Sr. Rodríguez parece ser que fue bastante más reconocido de lo que se cuenta, aunque ciertamente, no en su país y no sólo en Sudáfrica, sino por Oceanía.
Así que llámenle pseudo-documental, trampa, película de ficción, engaño en aras del efectismo y la epicidad, o lo que quieran llamarle. Pues BENDITO ENGAÑO.
Porque para mí, precisamente tal cual está contada, es una HISTORIA MUY GRANDE.

6,6
74.331
9
15 de abril de 2022
15 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a quien le pese, en los 80 se hacía cine de acción de una manera muy concreta, pero qué leches, nos encantaba. Pero dentro de ese cine de acción "de tiros" a espuertas, especie de westerns con metralletas, había cintas que tenían un algo más. Esta se llevaba la palma.
Pese a quien le pese, el Sr. Stallone, al menos en sus principios, tenía buenas ideas (con muchos menos músculos), y hasta las escribía (Rocky) o participaba en su redacción (esta misma).
Pese a quien le pese, el Sr. Stallone no actuaba tan mal. No vean "Acorralado". Vean "The First Blood", en versión original. Ellos me dispararon primero, coronel, yo no había hecho nada malo. Su monólogo final pone los pelos de punta. El doblaje, a pesar del gran doblador que lo hacía, gran voz y gran persona, al personaje de Rambo le daba un deje ridículo, quizá no se lo tomó todo lo en serio que se lo tenía que tomar, y dio pábulo a más ridículo por parte de humoristas, unos mejores que otros, que han dejado parodias de este Rambo (el de las secuelas ya era acción ochetentera palomitera pura y dura), también para la historia del folklore patrio. Jamás se dice en esta película la celebradísima "no siento las piernas". Se dice que no encontraba las piernas de su compañero tras una trampa de las habituales en el Nam, y que no era capaz de conseguir que sus intestinos se le dejaran de salir de su sitio. La voz, desgarradora, no la quejica del doblaje. Luego se haría mucho cine de los estragos psicológicos de Vietnam de quienes volvían, pero ese no se infravaloraba tanto.
Esta cinta era más, porque demostraba la hipocresía americana ante otra guerra perdida (y van...), el maltrato de los que volvían, tratados como parias. Dicen que esta película es militarista, y que antepone los valores de la vida militar sobre los de la civil, la jerarquía sobre la democracia. ¿Ustedes creen? A mí me parece que el mensaje no puede ser más diáfano: "Creamos monstruos... ¿para qué? ¿para perder guerras? ¿y qué pasa después con ellos? ¿los metemos en una perrera?".
Película de culto, que para nada se nota envejecida. Grandes películas de acción, por la pura acción, de los 80, la mayoría envejecidas y paradigmáticas en sus elementos de esa década, eran sumamente entretenidas para los que gustamos en su día de las mismas, y que hoy podríamos revisionar con una sonrisita cómplice y nostálgica ("La jungla de cristal", etc.). Pero también había otras cosas. A lo mejor estas cosas no le gustaban a los estadounidense, ni a sus voceros.
Pese a quien le pese, el Sr. Stallone, al menos en sus principios, tenía buenas ideas (con muchos menos músculos), y hasta las escribía (Rocky) o participaba en su redacción (esta misma).
Pese a quien le pese, el Sr. Stallone no actuaba tan mal. No vean "Acorralado". Vean "The First Blood", en versión original. Ellos me dispararon primero, coronel, yo no había hecho nada malo. Su monólogo final pone los pelos de punta. El doblaje, a pesar del gran doblador que lo hacía, gran voz y gran persona, al personaje de Rambo le daba un deje ridículo, quizá no se lo tomó todo lo en serio que se lo tenía que tomar, y dio pábulo a más ridículo por parte de humoristas, unos mejores que otros, que han dejado parodias de este Rambo (el de las secuelas ya era acción ochetentera palomitera pura y dura), también para la historia del folklore patrio. Jamás se dice en esta película la celebradísima "no siento las piernas". Se dice que no encontraba las piernas de su compañero tras una trampa de las habituales en el Nam, y que no era capaz de conseguir que sus intestinos se le dejaran de salir de su sitio. La voz, desgarradora, no la quejica del doblaje. Luego se haría mucho cine de los estragos psicológicos de Vietnam de quienes volvían, pero ese no se infravaloraba tanto.
Esta cinta era más, porque demostraba la hipocresía americana ante otra guerra perdida (y van...), el maltrato de los que volvían, tratados como parias. Dicen que esta película es militarista, y que antepone los valores de la vida militar sobre los de la civil, la jerarquía sobre la democracia. ¿Ustedes creen? A mí me parece que el mensaje no puede ser más diáfano: "Creamos monstruos... ¿para qué? ¿para perder guerras? ¿y qué pasa después con ellos? ¿los metemos en una perrera?".
Película de culto, que para nada se nota envejecida. Grandes películas de acción, por la pura acción, de los 80, la mayoría envejecidas y paradigmáticas en sus elementos de esa década, eran sumamente entretenidas para los que gustamos en su día de las mismas, y que hoy podríamos revisionar con una sonrisita cómplice y nostálgica ("La jungla de cristal", etc.). Pero también había otras cosas. A lo mejor estas cosas no le gustaban a los estadounidense, ni a sus voceros.
27 de junio de 2021
27 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El libro me gustó mucho.
Imposible de llevar a una pantalla, al menos no sin varias horas, me dije. A ver qué han hecho los hermanos, o hermanas, con él, y el señor Tykwer.
Pues algo a mi modo de ver sumamente meritorio. Es increíble cómo se respeta la esencia del libro, con un montaje -claro está- totalmente diferente. Aquí se mezclan y enlazan las historias con mucha más rapidez, a veces con flashes, se utilizan sabiamente recursos cinematográficos imposibles en una novela. No entiendo cómo puede criticarse el guión. Yo suelo perderme rápido en cualquier thriller, me despisto, pero aquí no me perdí nada, no me monté ni el menor lío. En todo momento sabía exactamente qué pasaba y por qué. Dudo que fuera por haber leído la novela, pues suelo olvidar rápido lo que veo o leo.
(Casi) todo lo demás, al margen de lo increíblemente difícil que era lograr lo dicho, es soberbio. Puesta en escena, fotografía, diferentes ambientaciones, actores, efectos especiales.
Sólo chirría el maquillaje, pero mucho, y por eso no le puedo poner un 10. Creo que a los creadores de Matrix (aquí uno todavía era varón, creo), tan innovadores con esta, debía exigírseles, a ellos especialmente, innovación en este aspecto, y no esa chapuza del make up en algunos personajes. La tecnología en 2012 tenía que dar para mucho más. Le comió esa tostada por goleada "El irlandés"· de Scorsese, unos años más tarde. Si hicieran una versión "remasterizada" tipo las de Star Wars, cambiando esas caracterizaciones de serie B, de maquillaje horroroso, usando la IA actual, sería un 10. En fin, hacen lo casi imposible, y fallan en su teórico punto más fuerte, los inventores del "tiempo bala". Quizá la hicieron unos pocos años demasiado pronto.
Pero se ha hecho corta, muy corta. Escribo esto tras haberla revisionado una segunda vez, siendo la primera en su día en el estreno, y se me ha vuelto a hacer corta. Y el guión, tantástico por lograr lo que he dicho arriba, no me canso de repetirlo. Incluso me faltarían algunas cosas, un poquito más de desarrollo del músico, no se explican las motivaciones para lo que acaba haciendo, teniendo lo que tenía. En cualquier caso, una adaptación más que meritoria, con el gran lunar del maquillaje. Ni un milímetro de frescura perdida, con ese único pero.
Wachowski forever (y Tykwer).
Imposible de llevar a una pantalla, al menos no sin varias horas, me dije. A ver qué han hecho los hermanos, o hermanas, con él, y el señor Tykwer.
Pues algo a mi modo de ver sumamente meritorio. Es increíble cómo se respeta la esencia del libro, con un montaje -claro está- totalmente diferente. Aquí se mezclan y enlazan las historias con mucha más rapidez, a veces con flashes, se utilizan sabiamente recursos cinematográficos imposibles en una novela. No entiendo cómo puede criticarse el guión. Yo suelo perderme rápido en cualquier thriller, me despisto, pero aquí no me perdí nada, no me monté ni el menor lío. En todo momento sabía exactamente qué pasaba y por qué. Dudo que fuera por haber leído la novela, pues suelo olvidar rápido lo que veo o leo.
(Casi) todo lo demás, al margen de lo increíblemente difícil que era lograr lo dicho, es soberbio. Puesta en escena, fotografía, diferentes ambientaciones, actores, efectos especiales.
Sólo chirría el maquillaje, pero mucho, y por eso no le puedo poner un 10. Creo que a los creadores de Matrix (aquí uno todavía era varón, creo), tan innovadores con esta, debía exigírseles, a ellos especialmente, innovación en este aspecto, y no esa chapuza del make up en algunos personajes. La tecnología en 2012 tenía que dar para mucho más. Le comió esa tostada por goleada "El irlandés"· de Scorsese, unos años más tarde. Si hicieran una versión "remasterizada" tipo las de Star Wars, cambiando esas caracterizaciones de serie B, de maquillaje horroroso, usando la IA actual, sería un 10. En fin, hacen lo casi imposible, y fallan en su teórico punto más fuerte, los inventores del "tiempo bala". Quizá la hicieron unos pocos años demasiado pronto.
Pero se ha hecho corta, muy corta. Escribo esto tras haberla revisionado una segunda vez, siendo la primera en su día en el estreno, y se me ha vuelto a hacer corta. Y el guión, tantástico por lograr lo que he dicho arriba, no me canso de repetirlo. Incluso me faltarían algunas cosas, un poquito más de desarrollo del músico, no se explican las motivaciones para lo que acaba haciendo, teniendo lo que tenía. En cualquier caso, una adaptación más que meritoria, con el gran lunar del maquillaje. Ni un milímetro de frescura perdida, con ese único pero.
Wachowski forever (y Tykwer).
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