Una científica en búsqueda de la Piedra Filosofal conducirá una aventura por los recovecos de las profundas catacumbas de París. Un grupo de jóvenes aventureros la ayudarán a guiarse por las laberínticas entrañas de la ciudad. Con un comienzo intrigante, siempre rodado con cámara en mano, te mantienen en alerta e intrigado. Pero con forme avanzan en las profundidades de los secretos que esconde unas antiguas ruinas del enclave parisino, también se pierde el sentido de los hallazgos, de los personajes que van descubriendo sin una explicación clara, más allá de lo sobrenatural del reino del averno.

El personaje parece icónico. Un asesino implacable, aséptico, sin error, calculador y experto. Comienza con una narración en tercera persona que entretiene e informa, pero conforme avanza la película, va perdiendo credibilidad, por una suerte de fluctuaciones entre la falta total de empatía y sentimientos, de un psicópata, a la total vulnerabilidad de un amante de Teruel. Quien tras un error de cálculo, ve cómo sus seres queridos sufren de su fallo. Tras esto, comienza una caza sin pausa y como con precisión quirúrgica, un plan casi improvisado, pero perfeccionista para la mayor de las pasiones, la venganza. Nutridas de frases filosóficas que humanizan la profesión del asesino a sueldo.

Si la venganza fuera sencilla esta película duraría exactamente 51:10 minutos. El tiempo exacto que tarda un marido en encontrar al cruel asesino de su esposa y futuro hijo. Pero ahí acabaría la película. Aquí no, el guión te sorprenderá en un giro totalmente inesperado en busca de una justicia o venganza poética.

En el trailer se abre una puerta y por coincidencias, o no, 2 jóvenes han reservado una casa en la misma fecha. Desde el minuto 1 todo son sospechas y misterio, lo que te hace caer en una constante de incertidumbre contagiosa. Perenne en todo el filme, con una ruptura total, en un artefacto cinematográfico, para dar cabida y seguimiento a la aparición de nuevos personajes, y empezar a conocer qué sucede tras de esa puerta que se abrió al principio.

Una buena interpretación y unas conversaciones de lo más puntiagudas rociado todo con un poco de "ketchup"