No hay suficientes calificativos para ensalzar el gran papel que realiza este actor.
Esta soberbio, creíble, totalmente real, una fina línea roja casi imperceptible
separa al actor del personaje. Su vida se asemeja salvando las distancias
al boxeador Rocky Balboa, sobre todo a la primera de la saga pero a la inversa,
Rocky triunfa al finalizar la película, Randy triunfa al competir sin importarle el
desenlace del combate. A lo largo del metraje el espectador llora, ríe, se emociona,
incluso se le alegra la vista al ver a Marisa Tomei luciendo un gran cuerpo, un acierto
absoluto, aunque quizás el cambio de aptitud de Tomei hacia el final de la película no
sea muy creíble, quedando algo forzado en su conjunto. Mención aparte merecen las peleas,
son brutales, un auténtico circo romano del siglo XXI.
En definitiva, una de las mejores películas del año

Si hay algo que destacar de esta cruel y demoledora película, son sus escenarios poblados de personajes donde todo encaja a la perfección, (gasolineras abandonadas, edificios a medio construir, interiores de viviendas absolutamente deprimentes,ect.). Ambientes en consonancia con sus propios habitantes, tanto mafiosos bien alimentados como personajes de los más simples pero del todo violentos. Resalta su realismo, su puesta en escena de lo más verídica, desprovisto por completo del glamour de las películas de mafiosos. Una obra maestra de la realidad de la vieja Nápoles, un viaje a los infiernos, a lo peor del ser humano. Sales realmente tocado y casi hundido después de la sesión.

Me ha sorprendido gratamente esta película del género quinqui, la verdad es que ha pesar de su corta duración la he disfrutado en un cerrar y abrir de ojos. La trama es muy sencilla y lineal dando peso sobre todo a la relación (amistad) entre una rehén de corta edad y en este caso a un expresidiario muy peligroso.
Se intuye una leve crítica a la clase política y a los medios de comunicación , siempre apareciendo como llenas ante la posibilidad de poder transmitir en directo una situación morbosa (la prensa) o ganar votos ante la negociación para convencer al delincuente para que libere al rehén (el político de turno). Nada más a descatar. Una dignísima película sobre la género quinqui.

A falta de visionar Sidney es la peor película de su filmografia, bajo
mi punto de vista lo que mejor funciona son los actores especialmente
Joaquin Phoenix. La impresión una vez finalizada la proyección es de
absoluta frialdad e indiferencia y la sensación de haber perdido el
tiempo. No hay ritmo narrativo ni tampoco tensión dramática. No
sabemos si es una crítica a los soldados americanos traumatizados por
la guerra o por el contrario es una alabanza a la supuesta secta de
la cienciología aqui llamada La Causa o a la inversa.
En resumidas cuentas, una película prescindible y sobre todo aburrida
filmada por unos de los mejores directores americanos del momento antes de realizar The Master.

Valentía, objetividad, osadía y (in)justicia es lo que desprende este magnífico documental
sobre los casos de pederastas en la iglesia católica personificado sobre un cura de origen
irlandés pero extendido sobre todo a la cúpula de los gobernantes de la iglesia, tan culpables o más que el propio protagonista. Cuesta creer la absoluta ignorancia y el desprecio a las victimas que han sufrido los abusos a las cuales no se les permite siquiera entrar en la casa de Dios (Vaticano) para poder ser recibidos por algún representante de la iglesia para ser minimamente consoladas. Estremecedor la angustia y el dolor de algunos familiares de las víctimas. Desde el día que visioné el film mi fe en los hombres de negro (curas, obispos) y sobre todo en el hombre de blanco (Papa de Roma) cayó en el olvido. No se la pierdan.


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