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Críticas de Roscas
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
6
5 de junio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, la clave del éxito de "Die Welle" es la originalidad de su planteamiento y el acierto con el que resuelve un experimento sociológico de dos horas sin caer en el tedio y sin que la tensión decaiga. Su propuesta es de lo más interesante y actual y es recomendable verla en grupo, pues vienen de regalo con el film unas cuantas horas de sustanciosa charla sociológica. Seguramente ya habrá sido visionada en más de una clase de universidad. Es un documental sin ser documental. Lo malo es que sus virtudes terminan aquí.

Ni la dirección es buena, ni la elección de canciones lo es (aunque poco más se le puede pedir al rock alemán actual), ni encaja con el planteamiento del film ese burdo intento de copiar clichés del cine juvenil norteamericano. Personalmente me sobran los típicos macarras o la repollo del instituto tantas veces estereotipada en series tipo O.C. en una película con una carga política tan fuerte. Lo raro es que no apareciera también la rubia siliconada, el nerd y el fornido jugador de fútbol americano. En cuanto a las interpretaciones, van desde el brillante papel protagonizado por Jürgen Vogel hasta algunos poco convincentes actores secundarios.

Aún así, se le perdonan esos molestos defectos. Está claro que "La Ola" no pretende ser una obra maestra, sino una de esas películas que pretende hacer reflexionar. Y la verdad es que lo consigue, y uno se acuerda fácilmente de las Ikastolas vascas o, hace no demasiadas décadas, esas clases de adoctrinamiento escolar dictadas desde las altas esferas de la dictadura franquista. Basta con ello para hacer de "La Ola" un producto altamente recomendable.
Roscas
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3
25 de julio de 2012
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno oye al poco de empezar la película a Ariadna Gil leyendo "en la II República los de derechas y de izquierdas tomaban café juntos en los bares hasta que estalló el golpe de estado" uno ya sabe lo que se va a encontrar con más de lo mismo: la típica película sobre la Guerra Civil en la que la casta de la ceja se dedica una vez más a la propaganda descarada.

No tendría por sí solo nada de malo si dentro de lo propagandístico encontráramos una gran obra, como lo fue "El Acorazado Potemkin", por ejemplo. Pero los topicazos del cine contemporáneo español resultan, de tan abundantes y forzados, una rémora insuperable en este caso. La relación lésbica ni estaba en la novela ni entiendo muy bien que pinta. Pero por lo visto, en el cine español hay que poner siempre un despelote para el trailer y una relación no convencional, como "marca de la casa". Todavía no hemos superado la época del destape, por mucho que deseemos desacomplejarnos dándole a lo que se puede considerar ya un subgénero, un aire gafapastil y pretencioso.

Porque esa es otra. No sé si es la mediocridad de nuestros actores o esa misma pretenciosidad que lo obliga, pero estoy cansado ya de ver a caratochos y rostros exageradamente serios en nuestro cine. Admitámoslo, somos el país de la paella, la fiesta y el descojone; ya sé que la película está ambientada en Cataluña, pero de primera mano puedo decir que la cosa no es ahí tan distinta, por no decir nada. Esa cara permanente de tensión, estreñimiento y frialdad permanente no la tenemos, gracias a Dios. La imagen de España, para variar, queda distorsionada con estas películas y sus personajes resultan siempre poco creíbles por este mismo motivo.

Y pasando ya al apartado técnico: para empezar, el rollo documental a ratos parece un pegote. Es como si algún gracioso le hubiera dado por grabar encima. Asimismo, el montaje es muy mediocre; parece de película mala de los 60. No faltan las referencias poco disimuladas a la guerra que hubo que quedan como otro parche, o fallos garrafales como el de ver en una fotografía a un supuesto republicano llevando el gorro del bando nacional. La historia del héroe republicano, nunca existió en realidad, al menos que se sepa.

Pero lo peor de todo, es que no transmite nada, ni llega a emocionar, ni la historia de la investigación transmite demasiado interés. No hablemos ya de las historias personales de la protagonista, metidas para rellenar por falta de un guión decente. Lo raro es no esperar ansioso los títulos de crédito finales antes de llegar a la mitad del visionado, harto de estar cada dos por tres desconectado de la trama por desinterés y aburrimiento supino.
Roscas
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7
17 de septiembre de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta nueva obra, Almodóvar confirma la metamorfosis que ya se empezó a vislumbrar en "La Mala Educación" y que se confirmó con "Volver": el director manchego ha culminado su proceso de madurez artística, dejando a un lado sus arrebatos narcisistas para ofrecer un producto con el sello tradicional del autor, pero sin dejar a un lado la audiencia. Siguen aflorando los clichés propios de su filmografía: personajes que transgreden todas las convenciones sexuales, pasiones ajenas a toda racionalidad, y demencia controlada. Pero en esta ocasión, todas sus irreverencias están al servicio de un thriller psicológico muy al uso, tan accesible que sin esos escenarios tan castizos pasaría por una producción estadounidense de esas que se cuelan en las carteleras sin hacer ruido, pero que a la larga resultan una agradable y entretenida sorpresa.

Quizá en esto último está su principal defecto: de Almodóvar siempre se espera algo rompedor, propio del líder del cine español que es. Pero "La Piel que Habito" no es rompedora, no es la gafapastada anodina disfrazada de proyecto personalísimo y pensada para convertirse en el tema central de conversación de una reunión de porretas a medianoche. Es, simplemente, un thriller cargado de tensión, que aprovecha una ingeniosa historia que bien podría haber servido para un clásico del terror, y que Almodóvar, lejos de limitarse a mantenerla como gancho publicitario sin tomarse más molestias creativas, consigue una profundidad de guión y de personajes que ya quisieran todos esos "Saws" de la vida y carnicerías varias que venden su carne cargada de pretenciosidad hueca tan a menudo en las carteleras. Debería gustar al fan del manchego, pero sin provocar la huida en el neófito que se adentra por primera vez en su mundo.

A destacar la acertada mezcla de momentos presentes con flashbacks, un recurso que en malas manos suele desembocar en verdadera chapuza, pero que en esta ocasión, gracias a un guión bien estructurado, se convierte en uno de sus puntos más brillantes. Y como no, la magnífica interpretación de Elena Anaya, desbordante en los primeros planos en un papel difícil por la cantidad de matices que esconde su personaje. Antonio Banderas queda algo más rezagado, siendo su punto débil el acaracartonamiento que luce cuando aparenta ser un cirujano de prestigio. Por suerte, cuando cruza la verja de "El Cigarral" destapa todo su talento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Roscas
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6
17 de marzo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que la industria del cine se dedica a inflarse el ego a sí misma y autoimponerse un homenaje. Lo vimos ya en películas tan conocidas como "Cinema Paradiso", "La Rosa Púrpura del Cairo", y de forma algo más sutil en "El Crepúsculo de los Dioses". La última creación de Scorsese le debe mucho a las dos primeras; también a "Ocho y Medio". Sin embargo, y pese a que en líneas generales no se puede decir que sea una mala película, el resultado se queda unos cuantos peldaños por debajo de estas obras maestras. Las intenciones de Scorsese son buenas, pero no tiene la naturalidad, la magia y la sencillez de las anteriores obras. Resulta excesivamente pretenciosa y no logra siquiera emocionar.

Para empezar, el exceso de imagen digital le hace un flaco favor al cine, pero en este caso en concreto todavía más. La fotografía es notable y tiene su mérito sacarle su belleza al gris mundo de entreguerras, mezcla de hormigón y acero, que rodea a Hugo y su existencia miserable. La malo es que se le superpone una infografía en cantidades abusivas cuya presencia se hace demasiado evidente; está tan mal hecha que en no pocas ocasiones resulta molesta. Casi que prefiero los decorados que usaba el verdadero Meliés hace 100 años, sin 3D y con los fotogramas pintados a mano.

Pero donde la película defrauda realmente es en el guión. Para empezar es todo demasiado previsible, tan mecánico como el autómata y el reloj de la estación. Y por otro lado, hay demasiadas escenas de relleno que no sé dónde pretenden llegar o que relación tienen con la trama principal. Eso sin mencionar momentos de "reflexión" con filosofía barata totalmente innecesaria. En consecuencia, la duración resulta excesiva. Scorsese debería haber aprendido de "Descubriendo Nunca Jamás" o "Big Fish", que sí consiguen emocionar y encandilar como homenaje sin que les sobre un solo fotograma.

No obstante, es lo mejor que ha hecho el irregular director neoyorquino desde "Casino", y no decepcionará, especialmente a los mayores -no la veo para niños- si lo que buscan es esencialmente diversión pasajera, sin demasiadas exigencias en cuanto a guión o calidad artística.
Roscas
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3
20 de febrero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día a los expertos en márketing sólo les falta el milagro de multiplicar los panes y los peces. Conseguir que cualquier parecido entre la película de J.J. Abrams y E.T no sea mera coincidencia es para darles el Óscar a la mejor tomadura de pelo. Se nota que Spielberg sabe de esto, sobretodo cuando se juega el dinero.

La principal diferencia entre la criatura del dedo gusiluz y este pedazo de chatarra espacial es que el primero tenía carisma. Y la segunda, que detrás de un extraterrestre había una historia. Aquí no hay historia ni se la espera, no es más que un refrito indigesto de lo más granado del cine juvenil de los años 80.

A J.J. Abrams le recomendaría volver a las series, eso en primer lugar. Y en segundo lugar, le diría que hacer cine no es cocinar. No se pueden mezclar los mejores ingredientes, meterlos en una olla a presión y esperar que de éstos salga un buen cocido sin más esfuerzo. Super 8 tiene detalles que recuerdan a grandes films, o que sin ser grandes son entretenidos; pero eso no es suficiente, ya que adolece de falta de argumento, personajes fríos y sin carisma y un desarrollo a trancas y barrancas.

Y hago un aparte para mencionar la escena del choque entre la camioneta y el tren, una de las más patéticas de la historia del cine. Ver para creer.
Roscas
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