Homónima adaptación al cine del polémico best-seller europeo que nos describe una violenta Nápoles asolada por la criminalidad organizada de la Camorra, su imperio empresarial y delictivo de estructura horizontal llena de jefes, usureros y mafiosos a diferencia de la piramidal “cosa nostra” siciliana y su “capo” de la que tanto se ha alimentado el cine. Garrone, el director, utiliza el recurso narrativo de historias paralelas para ejemplificar toda esta actividad delictiva: cuatro historias que rememoran el neorrelismo italiano de hace 50 años, si acaso, algo afectada por la escasa utilización de la profundidad de campo en gran parte del metraje.

Libre adaptación al cine de la novela hindú “Q & A” que cuenta, mediante un montaje paralelo en tres tiempos distintos, la vida de Jamal, un adolescente pobre de Bombay que busca salir de la pobreza y alcanzar el amor. Una idea brillante, con buenas intenciones y mensaje inspirador, pero tan poco arriesgada como manipuladora: un cliché demasiado vistoso que busca el aplauso del espectador a través de la lástima compensada por el júbilo final. Una historia con escenas de un realismo brutal disueltas en un vertiginoso montaje, demasiado pendiente del alarde técnico: desenfocados artísticos, cámaras lentas, planos torcidos y una banda sonora excesiva no permiten que la historia fluya por sí misma, que el espectador piense. Un estilo que encaja a la perfección en otros filmes del director, Danny Boyle. No conviene perderse los títulos de crédito finales.

Turbadora, pausada e intensa. Fascinante historia de amor preadolescente entre un niño tímido, de familia desestructurada y maltratado por sus compañeros y ella, un vampiro encerrado en su oscuridad. Dos soledades que se encuentran en un paisaje nevado y sórdido. La contradicción y los opuestos se unen en esta parábola sensible y tierna pero terrible y sangrienta gobernada por la insinuación, lo no explícito y el gesto que maneja a la perfección “el fuera de campo”, recurso cinematográfico bastante ausente en el cine actual. Con estas características el espectador encontrará diferentes lecturas, diferentes interpretaciones, al fin y al cabo diferentes sentimientos enriquecedores. El mito vampírico ha sabido trascender en el tiempo, sin pirotecnia y sin alardes técnicos.