Un guión completamente inverosímil arruina una película técnicamente muy buena y con una enorme capacidad de crear tensión dramática. Si no fuera por lo bien creado que está el suspense, ni siquiera la hubiera acabado de ver. Una auténtica lástima. Javier Gutiérrez es un creativo publicitario en paro que tiene que abandonar su lujoso piso por uno más modesto, poniendo su mirada en ese momento en el nuevo inquilino de su antigua casa, Mario Casas.

Con el incentivo de haber sido parcialmente rodada en Santa Cruz de Tenerife, la nueva película de la saga no ofrece nada bueno. Sólo acción, muchísima acción de la hueca, vacía, de la que no lleva a ningún lado. Los personajes tienen menos contenido que el palo de un chupete. Muy mala, a menos que tu concepto del cine sea ver peleas y coches chocando.

Infantiloide. Buenos efectos pero abusan de ellos. La historia no hay por dónde cogerla. Mejor emplear el tiempo en otra cosa.

Un fenómeno tan importante como la creación de la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial, y todo lo que rodeó ese evento, la creación del laboratorio secreto de Los Álamos, la cooperación de los mejores científicos de Europa, el dilema moral sobre lo correcto, la caza de brujas... todo ello merecía una gran película que narrara uno de los episodios más importantes y oscuros del siglo XX. Además, son varias películas en una. Y desde luego que no sería una obra tan sobresaliente si no tuviera un final también excepcional. Oppenheimer es una de las mejores películas de los últimos años. A muchos niveles. Y la sutileza y la elegancia en los detalles es uno de ellos. Además, podremos ver en contadas ocasiones a un personaje tan importante como fue el científico Albert Einstein.

Me resulta inclasificable, dado que no es una comedia pura. Dos chicos intentan subsistir sin depender de la poderosa familia que domina toda la ciudad, pero acaban trabajando para ellos, en una fábrica de perfumes. Como forma de rebelarse, intentan estafarlos, pero todo se va complicando. Quizás lo más extraño de esta obra es la total falta de empatía con cualquier personaje. El propio protagonista es un mezquino. Aún así, la trama se sustenta con algo de éxito hasta el desenlace.