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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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4 de marzo de 2012 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tanto el cartel oficial como la sinopsis pueden llevarnos a pensar que Mr. Nobody es un drama plomizo. Para sorpresa de más de uno, esta cinta de 138 minutos enfrenta al espectador desprevenido con dos metáforas científicas muy tratadas ya en el cine, pero no por ello menos apasionantes: el gato de Schrödinger y el efecto mariposa. La primera nos dice que mientras no se tome una decisión, cualquier abanico de realidades es posible. La segunda expone que esas realidades no sólo están reguladas por nuestra voluntad, sino por factores externos que jamás podremos llegar a controlar. El simple aleteo de una mariposa puede originar una tormenta en la otra parte del globo, del mismo modo que el gato de Schrödinger está vivo y muerto a la vez, siempre y cuando la caja permanezca cerrada y no se altere el sistema con una decisión. Para ello Van Dormael usa de forma torticera (pero efectiva) la teoría del Big Bang, la teoría de cuerdas y el concepto de entropía, e incluso se atreve a introducir, en un “más difícil todavía”, la intervención de planos celestiales y la existencia de un “arquitecto” por encima de todas estas normas físicas que nos regulan.

Así, lo que nos ofrece Van Dormael es un inteligente (pero confuso) mosaico de flashbacks y flashforwards sobre el multiverso de Nemo Nobody (Jared Leto), un joven que ha sido bautizado con el don (o la maldición) de anticipar y conocer sus propias realidades alternativas, y que nos narra todas ellas desde uno de sus posibles “egos” en el año 2092, en su obsesión por recuperar el amor perdido, nunca hallado, o no correspondido. Por si fuera poco, el director belga se atreve a intercalar un cuento de ciencia ficción espacial y una fábula sobre el fin de la expansión del Universo (la teoría del Big Crunch). Brillante ejercicio de malabares sin red, que a mi me ha dejado con la boca abierta al llegar a los títulos de crédito. La sensación de querer entrar de nuevo a la sala para repasar los detalles era tremenda.

¿Cómo nos comemos todo esto? Pues algunos críticos ya se han atragantado con el pastel, tachándolo de galimatías pretencioso, una valoración con la que estoy en total desacuerdo. Si se analiza detenidamente, Mr. Nobody es un film de calculadísimo montaje, en el que todo encaja milimétricamente sin parecerlo. Todas y cada una de las historias de amor alternativas cuentan con actuaciones creíbles, diálogos muy medidos y una banda sonora preciosa que refuerza el enigma y la desesperanza del protagonista. Si nos dejamos hipnotizar por su mensaje, es un bellísimo viaje a las preguntas sobre la propia existencia, uno de los pocos films que en lugar de plantear lo que hay después de la vida nos hace preguntar qué había antes de ella. ¿Acaso no es tan enigmático, aterrador o esperanzador pensar qué era de nosotros antes antes de nacer que lo que seremos después de vivos?

Su mensaje es claro: Todas las elecciones son acertadas. La búsqueda del amor y del equilibrio personal es el motor del Universo.
28 de febrero de 2012 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La magia del cine vista a través de los ojos de un niño. La pureza e inocencia ante un mundo donde cualquier sueño se puede hacer realidad.

En uno de los ejercicios de metacine más emotivos de los últimos tiempo, el director se estrena con el 3D para camuflar un homenaje a los primeros dispositivos de captura de imágenes en movimiento a través de la más sofisticada tecnología actual. Y lo hace con el respeto y la admiración de un heredero privilegiado, con la intención de demostrar que puede que hayan cambiado las formas, pero no así el fondo.

Con La invención de Hugo, Scorsese muestra su polivalencia como director, más allá de géneros y estilos. Cameron quiso mostrar al mundo las posibilidades del 3D en una gran superproducción, pero es Scorsese quien lo ha sabido aplicar con coherencia potenciando el poder de la imagen en movimiento, igual que muchas décadas antes lo habían hecho los hermanos Lumiere firmando un tren que hizo levantar a todos de sus asientos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hugo, parte de un drama terrible, pero no rehúye un humor personificado en la figura de un guardia malhumorado interpretado por un Sacha Baron Cohen excéntrico pero comedido que aporta un toque cómico reconfortante. Hugo no entiende porqué está solo y su único amparo son una niña y un autómata que le aferra al recuerdo de su padre. En su afán por reactivar su mecanismo y descubrir el secreto que se esconde tras la tinta de una pluma, Hugo se embarca junto a la intrépida Isabelle en una aventura en la que cada secreto desvelado les lleva a otro por descubrir, manteniendo al espectador intrigado e inmerso en la historia, y al mismo tiempo maravillado por un despliegue visual y artístico que remite constantemente a lo onírico y mágico. Y es que Hugo es también, además de todo lo mencionado, una oda a la literatura, al teatro, al ilusionismo y a la magia.

Ambientada en el París de 1920, Hugo ofrece bellas postales -también musicales- de la ciudad francesa desde lo alto de un reloj a través del cual el protagonista observa el mundo que le rodea. Scorsese recurre constantemente a la mirada del pequeño (la suya) que intenta descubrir cual es el mecanismo que mueve el mundo y porqué hay tanta gente rota.
La película muestra un abanico de personajes averiados: un cineasta desazonado, un guardia que anhela el amor, una mujer que ha relegado su pasado al olvido…, que buscan la calidez y la comprensión del otro. Hugo es la bisagra que une todas sus historias y la llave que activa sus emociones. No es casualidad que el último elemento necesario para revivir a un autómata tenga forma de corazón.
23 de enero de 2013 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los directores de Little Miss Sunshine nos ofrecen esta interesante comedia-drama con un guión sobresaliente que más adelante analizaré; "Relata la historia de un escritor que se enamora de uno de sus personajes femeninos. Calvin Weir-Fields (Paul Dano) había sido un niño-prodigio, cuya primera novela había tenido un gran éxito. Pero, desde entonces, sufre un sistemático bloqueo creativo agravado por su deprimente vida amorosa. Finalmente, consigue crear un personaje femenino, Ruby Sparks (Zoe Kazan), que acaba materializándose y compartiendo la vida con él." A primera vista el argumento ya parece algo diferente a la típica comedia romántica, Zoe Kazan, protagonista de la película pero que también es la guionista de este magnífico film.

El aspecto que más me ha gustado en esta película ha sido el trato que le ha dado la guionista a la historia, consiguiendo crear una atmósfera perfecta que nos hace sentirnos dentro de la propia historia, como si nosotros estuviéramos sufriendo los miedos, la soledad, el amor de sus personajes principales; Calvin y Ruby. ¿Cuántos de nosotros hemos querido tener en nuestras vidas algún personaje de una novela, de una serie o de un film? Zoe Kazan consigue plasmar en un magnífico guión los problemas del joven escritor y aunque la parte donde "Un personaje de ficción de un libro se acaba materializándose y viviendo la historia de amor junto a su escritor" pueda parecer inverosímil y falso se convierte en una preciosa historia romántica, con un final que colocaría entre los mejores que he visto, por su sencillez pero a la misma vez belleza, gracias a las líneas de guión, a la representación de los personajes y el ambiente de la escena. Zoe consigue hilar algunas partes de la historia, repitiendo algunas frases creando "Flashbacks", como ese "I Promise" de Calvin en los segundos finales de la película que nos transporta a los inicios del film. Son pequeños detalles que engrandece a un guionista.

La película cuenta con dos actores principales que brillan, Paul Dano se confirma con esta película como uno de los actores a tener en cuenta y Zoe Kazan ha sido el mejor descubrimiento en "Ruby Sparks", que completa un genial trabajo con su personaje, destacar esa escena que me perturbó y a la misma vez me asombró, donde Calvin maneja a Ruby con su máquina de escribir, minutos intensos y dramáticos. Una película independiente suele ser el género cinematográfico más complicado para un actor, tanto en drama como en comedia o en ambos, la falta de presupuesto deja todo el peso en un guión y en la actuación de sus personajes, que deben de transmitir cada sentimiento, bueno o malo, feliz o triste, sin el uso de ningún efecto, tan solo con sus dotes actorales.

Guionista, actores, dirección... etc, todo el equipo realiza un trabajo magnífico, que no deja indiferente a nadie y alza a "Ruby Sparks" como una de las películas independientes del año.
1 de abril de 2012 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su mayor éxito cinematográfico John Carney nos demostró que se puede hacer cine de una manera muy sencilla fascinando a público y crítica. Once (Una Vez) es ese tipo de películas que sin saber muy bien por qué recuerdas con una sonrisa cada cierto tiempo, porque con ella sólo hace falta un acorde para enamorarse de la historia de sus protagonistas.

Quizá para algunos Once sólo sea un simple musical, un vano intento con apariencia de documental que en verdad ni pincha ni corta en el subgénero; pero habrá quien la considere una pequeña joya infravalorada del cine independiente que sin adornos ni complicaciones logra hacernos creer en los sueños.

Once es adoración por la música, una película hecha con delicadeza y llena de bondad que se ve sólo una vez cada cierto tiempo y que cautiva casi sin querer. Es imposible verla sin enamorarse de sus líneas llenas de poesía, sin sentir su musicalidad artesanal, ésa que no necesita ningún momento adrenalínico para calar en el espectador. En todas partes hay una pequeña historia esperando para ser contada, la de un músico callejero con aspiraciones a profesional no parece la más original de todas, pero en Once lograron que dejásemos atrás esos prejuicios y construyeron por las calles dublinesas una historia de amor con la mejor banda sonora imaginable.

Once (Una Vez) es una película modesta pero con encanto, llena de carisma y muy inteligente, que sabe alternar la crisis personal y sentimental del dúo actoral con momentos musicales mágicos sin decaer ni desencajar. Un drama romántico auténtico cuyo visionado se convierte en una delicia desde que oímos a Markéta preguntar a Glen sobre sus letras de desamor.

Cada minuto de los 85 de Once están formados por pequeños pero valiosos detalles que combinados conforman una película llena de esperanza y pasión, por la música y por la vida. Y contemplar escenas con canciones como Leave o Lies de fondo, mientras disfrutamos de cómo la relación entre la pareja evoluciona, entre café y canción, entre sonrisa y charla, éso, no tiene precio.

Once devuelve las ganas de luchar por lo que uno desea y lo hace con tanta mesura que parece que ni ella misma lo pretendiera. Un paseo por Irlanda con la mejor melodía posible.
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