Haz click aquí para copiar la URL
Uma
España España · Lleida
You must be a loged user to know your affinity with Uma
Críticas 214
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
22 de febrero de 2011
34 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver "9 songs" (horrible), quién me iba a decir que iba a gustarme una película de Winterbottom. De hecho me había prometido (sin mucho énfasis) no ver ninguna otra. Si me encontré frente a "El demonio bajo la piel" fue por una serie de circunstancias con las que no voy a aburrir a nadie.

Es necesario meterse "bajo la piel" de una película para que ésta tenga alguna oportunidad de agradarnos. Algunas películas son muy accesibles, son de amplio espectro. Esta película, en cambio, tiene la piel más dura, y si no se accede a ella, su lenguaje parece swahili. El kid de la cuestión, el resorte mágico, se encuentra en este caso en el enfoque, en el punto de vista que se nos propone. Winterbottom no quiere hacer una película de cine negro actualizado, no quiere hacer una película de acción, ni siquiera de suspense. Su propósito es hacer un retrato de la psicología de un asesino. Vista la película desde ese prisma resulta un trabajo realmente interesante.

El esfuerzo en este sentido salta a la vista cuando se observa, poco a poco, la imprecisión con la que se nos cuentan los acontecimientos que rodean al protagonista. Con ello queda patente que lo importante no es el argumento propiamente dicho, da igual el cómo, el cuándo y el dónde. Lo fundamental está dentro de la esfera en la que habita este personaje cuyas motivaciones no son tangibles, sino que surgen más bien de su desequilibrio.

Toda la película está concebida a partir de ese enfoque. Cualquier otra interpretación la convierte en un galimatías. Las elipsis, a veces inexplicables, las incoherencias en el hilo de la investigación, solo tienen sentido si asumimos que la única información que tenemos es aquella que procesa nuestro protagonista o aquella que considera relevante y que le motiva para actuar, así que es una información elíptica, entrecortada e imprecisa. Partiendo de ahí, y recordando que la mente en la que se nos convida a meternos es la de un loco, la coherencia interna de la película es impecable.

Hay momentos de gran brillantez en esta película. De verdadera altura cinematográfica. En primer lugar, Winterbottom es capaz de hacernos creer que, aun en su afán asesino, el personaje opera con coherencia, y consigue de un modo inquietante que se produzca un cierto grado de empatía entre el espectador y este demonio. Observamos que es un criminal, pero no nos damos cuenta de que en realidad estamos en la mente de un verdadero desequilibrado, de alguien que hace su propia interpretación de la realidad. En este sentido la organización de la película es extremadamente precisa y hábil. Cuando nos vamos dando cuenta, ya es tarde, ya llevamos adherido al personaje a la piel. Es una sensación inquietante de la cuál el que suscribe no consiguió desprenderse hasta unas cuantas horas después de salir del cine.

(Sigo sin desvelar)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El psicópata que aquí se nos retrata es incapaz de sentir remordimiento, es incapaz de sentir culpa, pero eso no es incompatible con que tenga momentos de ternura, con que tenga minúsculos destellos de amor. Su impulso asesino, la extrema frialdad de su mente, le conducen a cometer sus actos a pesar de que intelectualmente comprenda que son horrendos. Pero solo es capaz de sentir de un modo racional, es decir, de un modo aprendido, y por tanto sus "sentimientos" racionales resultan inocuos. Hay un gran esfuerzo para mostrar esas paradojas, y en algunos casos está logrado con brillantez. Véase, por ejemplo toda la trama relacionada con su novia, y en la que no me voy a extender para no desvelar información.

Casey Affleck, un actor que no me gusta en absoluto, borda su papel. Está simplemente perfecto. Lo digo porque tiene que ser muy jodido interpretar semejante personaje, en semejante película. También Kate Hudson está muy bien, todos los actores sin excepción se sujetan férreamente a sus papeles, a la parcialidad que tienen en esta película hecha de trozos, que a la fuerza les obliga a ser extremadamente precisos.

La atmósfera entre gélida y cálida que construye Winterbottom, con una fotografía entre quemada y azulada, los breves e indefinidos flashbacks, la parcialidad que tiene la imagen, cuyo fuera de campo es enorme, la voz en off, la sordidez de las escenas de violencia, así como el constante movimiento que hay en la película, forma parte de un meditado trabajo de dirección que por una vez obliga al que suscribe a quitarse el sombrero ante este director de irregular filmografía, e incluso a proponerse revisar algunas de sus películas.

Los que vayan a ver "El demonio bajo la piel" deben prepararse para entrar en la mente de un asesino. No encontrarán nada más. No hay enigmas que desvelar ni una trama llena de suspense y sorpresas. Pero no se desesperen por ello, ya hay muchas otras películas de misterio, y los que consigan meterse bajo su piel, vivirán una experiencia realmente intensa.
Uma
14 de noviembre de 2012
44 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ejemplo más de lo que pudo haber sido y no fue. Un ejemplo más de lo difícil que es dirigir una película, aun cuando hay quien piensa que con buena fotografía, buena recreación histórica, buenos actores y un buen argumento ya se tiene garantía de peliculón. Una vez más se pone tras la cámara alguien que no sabe dirigir y se carga la tensión dramática de una historia con gran potencial.

"Argo" no termina de funcionar porque no consigue encontrar su lugar en el firmamento. Y a ello contribuyen muchos detalles. Affleck trata de hacer una película de espionaje moderna, con una cierta desafección de la cámara hacia los personajes, con una presentación dinámica de los hechos, incluso entrecortada y desubicada, algo que debe pensar que es facilillo. Pero sin encontrar el punto al ritmo y al tono, sin la gradación precisa en la combinación de personajes, acontecimientos y drama/comedia, la película termina como un barco zarandeado por una tormenta.

Me adentro en los detalles que zarandean esta película hasta llevarla al borde del naufragio:
- en su forzada contención, la actuación de Affleck enfría todo el conjunto de una película que necesita puntos de calor, y que nadie aporta. Quizá no era el actor adecuado para el tipo de película.
- Lo que empieza con un alarde de rigor histórico, termina en un nuevo alarde en este caso de rigor patriótico, con excesos de tensión en los que se le adivina una fabricación demasiado artificial ante el tono general propuesto. La película resulta al final descompensada en ese aspecto. La linea dramática (que es en definitiva lo que debe generar la tensión) no tiene una evolución natural.
- En conjunto los personajes son demasiado parcos y su intervención en la trama se me antoja demasiado guionizada y no producto de la dramatización, como debería ser. Como ejemplos, vease la intervención de los productores americanos, o la del rehén revoltoso. No está bien medida la participación de los personajes en el avance de la historia.
- La trama relacionada con la película que debe rodarse en Irán no está bien integrada. Se plantea como un elemento de comicidad, un contrapunto que levanta expectativas y cuya trascendencia en la acción es limitada y a la cual no se saca apenas jugo.
- El "estilo" entrecortado que plantea Affleck no está bien resuelto. De aplicarse debe servir para dinamizar la acción, pero en este caso genera más interrogantes de los que resuelve, con lo que la acción en ocasiones desconcierta.

Como resumen, añadir que la película pretende huír de un cine de acción convencional para derivar hacia una exposición de tono realista. Sin embargo, Affleck no puede evitar integrar en ese realismo elementos convencionales que desajustan el tono, y con ello bombardea su propio trabajo. No consigue sujetar con firmeza los elementos que pone en juego, que se le escapan continuamente. Conseguir integrar lo que propone, es una tarea que requiere una gran sabiduría cinematografica que el pobre Affleck no tiene. Dramatiza lo que no debería, y en cambio enfría aquello que exige un trato más carismático.

Le falta carisma a "Argo", algo que también es imprescindible en el cine. Y es algo que suele ocurrir a aquellos que pretenden intelectualizar su trabajo para ascender en la escala del prestigio.
Uma
26 de febrero de 2024
32 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que asombra de esta película es los riesgos formales y narrativos que toma su director, en su opera prima. Una película valiente, sin duda, y asombra aún más, que esos riesgos, ese triple mortal con tirabuzón, le salga tan bien, que caiga clavado de pie. Es posiblemente una de las mejores películas españolas de los últimos tiempos, en términos de innovación cinematográfica, en términos de expresividad, y eso es así porque toda esa invención, no es un alarde pretencioso, sino que tiene un sentido y es eficaz para alcanzar la esencia en lo que quiere contar.

La película es una declaración de amor a la música, esa que se hace en cualquier lugar del mundo, esa que congracia a todas las razas y pueblos de la tierra. Dos tipos y dos guitarras, pueden entenderse y llorar de emoción sin decirse nada. Eso se saborea en esta película.

Y es la historia de un músico. Las películas biográficas, se han convertido en un verdadero tostón. Todas iguales, todas intentando afinar para penetrar en el personaje, aunque muchas veces se encuentran con un gran muro: el propio actor que está más endiosado que el personajes; esos directores grandilocuentes; esas capas externas, esas sobredosis de trascendencia histórica que como ondas en un lago se expanden por el universo. Agotador, hay más salsa que caracoles. "La estrella azul" logra lo que no consigue Oppenheimer, ni Maestro, ni Napoleón, ni muchas otras. Que el espectador verdaderamente conozca al personaje, porque la película se hace poliédrica de una forma muy precisa, como si cada pieza de un puzle aportada algo. Conocemos a Mauricio por su hermano, por el amor que se tienen; por su novia, que le quiere pero no puede con el desbarajuste; por la música que es la pluma y la montaña al mismo tiempo, es la sustancia de la que está hecho; por aquellos que le conocieron en Argentina, en ese afán maravilloso que tienen los músicos de comunicarse, ellos son receptores de ese aspecto del personaje, de su entrega, de su alma, ellos guardan las marcas que les dejó su persona y su música (a veces en un viaje, hay toda una vida); y le conocemos, en un gesto genial, por quienes le quieren hoy y le han querido siempre, tanto como para hacer una película sobre él.

La película introduce secuencias que se salen de la ficción, o la trasladan, la deforman, contagian con ella la realidad, y viceversa. Hay una transversalidad emocionante en esta película, y en todos los espacios, se genera la emoción. Ese metacine, tan bien utilizado, convierte a Mauricio en un ser trascendental, porque entendemos el motivo por el cual hay que hacer una película con su vida, porque entendemos que merece un documental, y por extensión, porque entendemos que las almas puras, las que se entregan, las que se consumen en ello, no deben quedar en el olvido. Como decía alguien, hay batallas que se tienen que librar, aunque se pierdan una y otra vez. El esfuerzo por contar su historia, forma parte de su historia.

Le falta únicamente a la película, acaso, abundar en los conflictos, enseñar reversos, ensuciar un poco las cosas, aunque no estoy seguro, puede que con ello se hubiera apartado de su propósito. Solo es un apunte, una sugerencia. Repasando, solo hay un plano que no me guste: desde la calle, a través de un ventanal, vemos a Mauricio en el interior de un bar llorando. Es el plano menos arriesgado de la película, y para mí, canta como una almeja. Dicho esto, la película me parece redonda. Mención especial para el actor, Pepe Lorente, que se maneja con una naturalidad que es imprescindible para circular de ida y vuelta de la ficción al documental, y de ahí a la magia. Lo mismo puede decirse de Marc Rodríguez. Grande en un papel muy difícil. Sin buenos actores, no sé si Macipe se hubiera salido con la suya en este complejísimo proyecto que, sin embargo, en la pantalla, discurre con la armonía de un río.

Ayer domingo, una veintena de afortunados pudimos verla acompañados del propio Javier Macipe en un cine de Lleida (un cine que no tiene precio), y tuvimos luego un coloquio sobre la película y su proceso. Macipe, lleva 10 años luchando por esta historia, casi que es él mismo un Mauricio. Lo que se ha peleado los últimos 4 años para que esta historia esté en las salas de cine demuestra sin duda que Mauricio cayó en buenas manos, en las mejores manos. No solo por el empeño, también porque se ha conseguido que el espectador salga del cine con la percepción de que ha llegado a rozar una alma, que era excepcional desde los resortes más básicos, más simples. Ahí está en realidad la grandeza. Del cine y del personaje.
Uma
27 de septiembre de 2018
37 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene meritorios aspectos costumbristas, casi de documental, un espionaje moderado de intimidades familiares convencionales, donde en la superficie, aparecen destellos de algo más profundo que resulta hipnótico. La verdad del contexto, tan bien expuesta, se convierte muy pronto en el antagonista de la protagonista principal, y con esa simple fórmula, de ese silencio, sin mayor alarde, nace un conflicto soterrado y con él nacen las emociones que se mantienen vivas toda la película, alimentándose muy moderadamente a cada paso, a cada escalón. Ese conflicto es una muesca que nunca abandona al espectador, atrapándolo eficazmente de la forma más sencilla y genuina.

Este acertado planteamiento, columna vertebral de la película, se reviste de unas interpretaciones desiguales, muy acertadas por parte de las dos muchachas protagonistas, más variables en el resto de actores. Las chicas están muy auténticas, como si se interpretaran a sí mismas. Sus personajes son esquemáticos y por ello sus interpretaciones requieren pocas sutilezas. Llevan a cuestas la película de cabo a rabo atrapándonos en sus emociones.

No solo de actores se reviste la columna vertebral de una película. La película en general fluye más o menos bien, si bien hay carencias de dirección, o de guión, o de genio en la puesta en escena, que empobrecen la película, creando breves depresiones que el espectador debe llenar por sí mismo. La inercia emocional de la película ayuda. Algunas escenas se ven primerizas, justitas, sin gracia cinematográfica. Véase los juegos en una piscina vacía, que podían dar mucho de sí, o, sobre todo, la frustrante escena de dormitorio entre las dos muchachas: vaya desastre, incomprensible escena que destroza un climax emocional de primera magnitud. ¡No se puede hacer eso en una película! ¡Con lo que cuesta crear situaciones tan potentes! Es como fallar un gol cantado cuando el delantero se ha driblado a toda la defensa. Vaya desperdicio. La directora quiso inventar algo y se despeñó.

Tampoco está bien resuelto el tramo final, tan explosivo en cuanto a la acción, como inócuo emocionalmente. A veces una cosa y otra van por caminos distintos. Faltó una buena dosis de sabiduría cinematográfica. Las elipsis, los detalles, hubieran podido tener mucha más fuerza que los gritos y aspavientos. Prefiero no decir nada del último plano.

Cosas buenas y cosas malas, buen planteamiento y actrices con gracia para arrancar la historia y mantenerla viva, y mantener en vilo al espectador. Eso no es poco, y la película deja un poso que viene de lo auténtico, de lo documental. Lo artístico, suspende.
Uma
25 de julio de 2023
34 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película genera un debate interno. Al menos en quien suscribe. Estamos demasiado acostumbrados a los héroes, a ver películas en las que, necesariamente necesitamos empatizar con el protagonista, comprenderlo mínimamente. Somos deudores de los cuentos infantiles, de los valores básicos. ¿Qué niño quiere oír un cuento en que el protagonista, el héroe es un verdadero imbécil? Como adultos, estamos igual, si bien aceptamos que un argumento, una idea, supla la figura del héroe, aunque hasta cierto punto. Las películas que proponen personajes con los que el espectador no puede conectar, tienen un problema, y se ven obligadas a hacer un esfuerzo para que el proyecto no caiga en el rechazo, o simplemente en la indiferencia, ello a base de proponer elementos de sátira o de crítica social suficientemente potentes para mantener la historia a flote.

Esta película está al límite. Los "imputs" de satisfacción que recibe el espectador para seguir enganchado, provienen de la elaboración intelectual, no emocional (emocionalmente la película genera rechazo, acaso quizá curiosidad). También de una apuesta estética provocadora, de un desafío situado en la base misma de las reglas básicas de la ficción tradicional, que pueden resultar elementos motivadores. No es una película para románticos, ni para quien necesita que el puzle termine encajando de acuerdo a las reglas con las que contamos y escuchamos historias. No te metas en esta película en tal caso, porque te irritará hasta el sarpullido.

Adaptado al contexto, remando a contracorriente de lo que esperamos de una historia convencional, reconociendo el mérito que tiene el cine nórdico en modificar y explorar los parámetros con los que explicar una historia, la película tiene valores de sátira interesantes, si bien son de una obviedad poco excitante. Las enfermedades mentales cada vez más forman parte de nuestra realidad cotidiana, y merecen películas para ver que su raíz, su origen, está en una sociedad demasiado acartonada, uniforme, sin margen para la diferencia, excesivamente competitiva, individualista, chupóptera, envidiosa, codiciosa no ya solo en lo material, sino en lo personal. Somos carne de cañón, y si no nos encontramos en un contexto saludable, se nos puede ir la olla hasta puntos inimaginables.

La historia de esta chica, es terrible, penosa, angustiosa, irritante... Insoportable. Vale la pena resetear la mente para ver la película, para saber el riesgo que corremos en este mundo desalmado, el que corren nuestros hijos, víctimas de un mimetismo global, copias de los "influencers" a los que son adictos, vulnerables a las comparaciones, a los "likes", a verse y a medirse en función de otros, no de su propia identidad, y por tanto, faltos de independencia mental.

Como discurso esta historia debería verse en las escuelas. Como película, es un verdadero sacrificio, una aventura sin héroe, sin nada a lo que agarrarse, un documental de la más absoluta imbecilidad, de la más obvia enfermedad. Y es que es así, el mundo se está volviendo peligrosamente imbécil (o, siendo políticamente correcto, enfermo).
Uma
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para