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8,0
75.377
9
26 de mayo de 2023
26 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joker (2019) es espectacular de principio a fin. Ya desde su primer y espectacular tráiler nos demostró que estábamos en un proyecto que apuntaba muy alto, con un aroma a cine clásico, manteniendo un realismo que ya vimos en la trilogía del Caballero Oscuro que nos regaló Christopher Nolan, pero sobrevolando dicho realismo y a la propia Gotham de un pesimismo y de una oscuridad que solo podría hacer gala el príncipe payaso en su máximo esplendor.
Unas evidentes influencias a Taxi Driver también son constantes a la hora de hablar de la película, y no es para menos, porque Joker nos muestra, como pocas veces se ha hecho en el cine, los descensos al infierno de Arthur, un antológico Joaquin Phoenix que poco se puede decir ya de él, que se carga a las espaldas la película con una facilidad pasmosa, físicamente increíble, pero ya no hablemos del gran carisma que acaba desprendiendo su personaje sin abandonar nunca esa sensación de ser alguien muy cercano a la realidad. Para el recuerdo quedará esos bailes, esas muecas, un Joker que logra alejarse de lo visto hasta ahora para centrarlo en el campo del drama, y triunfando en dicha decisión.
Joaquin Phoenix lidera el reparto, pero la historia que hay detrás no sería lo mismo sin unos personajes secundarios que solo suman y engrandece un argumento que, insisto, resulta ser incluso doloroso y muy triste a ratos, teniendo en cuenta como las enfermedades mentales están a la orden del día. Robert de Niro sale poco pero está estupendo, quiero destacar a Brett Cullen, me encantó su mirada, un Thomas Wayne fabuloso y muy acorde a todo el ambiente que hay en la ciudad que nos muestran.
La sensación constante de sordidez y oscuridad de la película viene también gracias al gran trabajo de Hildur Guðnadóttir, dando una banda sonora que crea inquietud, brillando a veces con luz propia como en la danza que hace Arthur para sí mismo en unos baños públicos, escena de gran calidad artística y que da una sensación incluso de estar ante algo ritualístico, una escena que recuerda a aquellos coletazos artísticos que suelen tener las grandes obras. A la banda sonora original se le suma un estupendo conjunto de canciones que encajan de maravilla con Arthur y con Joker, dando una capa de ironía en algunos momentos.
Todd Phillips ha llegado incluso a sorprender en su labor de dirección para esta película. Jugando con planos y ángulos constantemente, usando la cámara lenta con acierto, e incluso aprovechando el simbolismo como el uso de la luz o la verticalidad de las escaleras -algo que vimos también en Parásitos, otra joya del 2019-, gracias a Phillips lo que cuenta Joker se hace con gran dinamismo, aumentando el interés de una historia ya bien contada de por sí, con frases que impactan, y que no teme en meterse en terrenos pantanosos.
Joker ha acabado convirtiéndose en un clásico instantáneo del cine. Acierta enfocando la película a ser una historia dramática más que algo más cercano a lo que nos dio los maravillosos Jokers de Ledger o Nicholson, y, si bien es entendible que quienes busquen esta faceta del personaje en la película puedan sentirse decepcionados, no hay que omitir que esta película retrata de manera genial los descensos al infierno de alguien, además de los peligros que puede traer la falta de empatía y las enfermedades mentales.
https://marmotacinefila.com/2023/05/24/critica-joker-2019/
Unas evidentes influencias a Taxi Driver también son constantes a la hora de hablar de la película, y no es para menos, porque Joker nos muestra, como pocas veces se ha hecho en el cine, los descensos al infierno de Arthur, un antológico Joaquin Phoenix que poco se puede decir ya de él, que se carga a las espaldas la película con una facilidad pasmosa, físicamente increíble, pero ya no hablemos del gran carisma que acaba desprendiendo su personaje sin abandonar nunca esa sensación de ser alguien muy cercano a la realidad. Para el recuerdo quedará esos bailes, esas muecas, un Joker que logra alejarse de lo visto hasta ahora para centrarlo en el campo del drama, y triunfando en dicha decisión.
Joaquin Phoenix lidera el reparto, pero la historia que hay detrás no sería lo mismo sin unos personajes secundarios que solo suman y engrandece un argumento que, insisto, resulta ser incluso doloroso y muy triste a ratos, teniendo en cuenta como las enfermedades mentales están a la orden del día. Robert de Niro sale poco pero está estupendo, quiero destacar a Brett Cullen, me encantó su mirada, un Thomas Wayne fabuloso y muy acorde a todo el ambiente que hay en la ciudad que nos muestran.
La sensación constante de sordidez y oscuridad de la película viene también gracias al gran trabajo de Hildur Guðnadóttir, dando una banda sonora que crea inquietud, brillando a veces con luz propia como en la danza que hace Arthur para sí mismo en unos baños públicos, escena de gran calidad artística y que da una sensación incluso de estar ante algo ritualístico, una escena que recuerda a aquellos coletazos artísticos que suelen tener las grandes obras. A la banda sonora original se le suma un estupendo conjunto de canciones que encajan de maravilla con Arthur y con Joker, dando una capa de ironía en algunos momentos.
Todd Phillips ha llegado incluso a sorprender en su labor de dirección para esta película. Jugando con planos y ángulos constantemente, usando la cámara lenta con acierto, e incluso aprovechando el simbolismo como el uso de la luz o la verticalidad de las escaleras -algo que vimos también en Parásitos, otra joya del 2019-, gracias a Phillips lo que cuenta Joker se hace con gran dinamismo, aumentando el interés de una historia ya bien contada de por sí, con frases que impactan, y que no teme en meterse en terrenos pantanosos.
Joker ha acabado convirtiéndose en un clásico instantáneo del cine. Acierta enfocando la película a ser una historia dramática más que algo más cercano a lo que nos dio los maravillosos Jokers de Ledger o Nicholson, y, si bien es entendible que quienes busquen esta faceta del personaje en la película puedan sentirse decepcionados, no hay que omitir que esta película retrata de manera genial los descensos al infierno de alguien, además de los peligros que puede traer la falta de empatía y las enfermedades mentales.
https://marmotacinefila.com/2023/05/24/critica-joker-2019/
8
24 de mayo de 2023
24 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deadly Premonition salió a la venta completamente obsoleto gráficamente.
La calidad de su sonido deja que desear en prácticamente todas las versiones del videojuego.
En él, está presente toda la tosquedad de los survivals horror, en el peor de los sentidos. El excesivo zoom del mapa es un dolor de cabeza. El apuntado y la conducción de varios vehículos que tenemos a mano son un espanto.
Pero Deadly Premonition tiene lo que no todos los juegos tiene. Y es encanto. Un encanto arrebatador que recuerda a joyas de la pasada Dreamcast, supuso una brisa de aire fresco en una generación especialmente gris como fue la de Playstation 3 y Xbox 360, teniendo el juego una mezcla curiosísima de survival horror, investigación de npcs y mundo abierto. Algo de Shenmue (por los horarios de cada NPC), algo de GTA en interacciones con el entorno, un poco de sigilo y otro poco de la jugabilidad de Resident Evil 4, con su cámara encima cerca del hombro al apuntar con el arma.
Y, aunque nada de esto se hace a la perfección, la mezcla funciona, resulta hasta revitalizante. Gracias también a una historia policiaca por encima de la media. Los guiños a Terciopelo Azul y de Twin Peaks son constantes, pero dejando también esencia propia al título, personajes secundarios excéntricos y un agente de FBI como protagonista, Francis York Morgan, que ha quedado para el recuerdo, aunando en él muchas de las excentricidades del título. Una historia que va de menos a más, con momentos cómicos de arquear cejas, intriga y drama, y con, en mi opinión, uno de los mejores plot twist que he visto en los videojuegos.
Cuando las excentricidades de Deadly Premonition te convencen, uno se acaba perdiendo con gusto por Greenvale, pueblo montañoso donde se ha encontrado muerta a una belleza del lugar, crucificada en un árbol en un horrible acto que recuerda a un ritual. Cada NPC es un sospechoso para el jugador, tenemos que seguir nuestro horario, alimentar a nuestro personaje, visitar la comisaria y a los vecinos, recopilar pistas... Pocas veces me he sentido tan metido en el mundo que ofrece un videojuego, con los recursos justos, incluso llegando a ser sorprendentemente ambicioso; tenemos misiones secundarias, coleccionables, modo jukebox, armas secretas, trajes y coches por conseguir...
Merece mención también la banda sonora, con melodías dramáticas, otras cómicas, alguna a capela que nos recuerda inevitablemente a la gran Rossellini en Terciopelo Azul, y, como no, Life is Beautiful, un silbido animoso, convertido ya en meme, maravilloso encontrarte algo así en una historia sobre encontrar a un cruel asesino.
El juego se hizo de culto rápidamente, y por motivos de sobra. En parte, uno acaba echando de menos más juegos con la esencia de este.
Uno de los mejores ejemplos de que los defectos pierden importancia cuando se tiene grandes virtudes y mucho encanto.
La calidad de su sonido deja que desear en prácticamente todas las versiones del videojuego.
En él, está presente toda la tosquedad de los survivals horror, en el peor de los sentidos. El excesivo zoom del mapa es un dolor de cabeza. El apuntado y la conducción de varios vehículos que tenemos a mano son un espanto.
Pero Deadly Premonition tiene lo que no todos los juegos tiene. Y es encanto. Un encanto arrebatador que recuerda a joyas de la pasada Dreamcast, supuso una brisa de aire fresco en una generación especialmente gris como fue la de Playstation 3 y Xbox 360, teniendo el juego una mezcla curiosísima de survival horror, investigación de npcs y mundo abierto. Algo de Shenmue (por los horarios de cada NPC), algo de GTA en interacciones con el entorno, un poco de sigilo y otro poco de la jugabilidad de Resident Evil 4, con su cámara encima cerca del hombro al apuntar con el arma.
Y, aunque nada de esto se hace a la perfección, la mezcla funciona, resulta hasta revitalizante. Gracias también a una historia policiaca por encima de la media. Los guiños a Terciopelo Azul y de Twin Peaks son constantes, pero dejando también esencia propia al título, personajes secundarios excéntricos y un agente de FBI como protagonista, Francis York Morgan, que ha quedado para el recuerdo, aunando en él muchas de las excentricidades del título. Una historia que va de menos a más, con momentos cómicos de arquear cejas, intriga y drama, y con, en mi opinión, uno de los mejores plot twist que he visto en los videojuegos.
Cuando las excentricidades de Deadly Premonition te convencen, uno se acaba perdiendo con gusto por Greenvale, pueblo montañoso donde se ha encontrado muerta a una belleza del lugar, crucificada en un árbol en un horrible acto que recuerda a un ritual. Cada NPC es un sospechoso para el jugador, tenemos que seguir nuestro horario, alimentar a nuestro personaje, visitar la comisaria y a los vecinos, recopilar pistas... Pocas veces me he sentido tan metido en el mundo que ofrece un videojuego, con los recursos justos, incluso llegando a ser sorprendentemente ambicioso; tenemos misiones secundarias, coleccionables, modo jukebox, armas secretas, trajes y coches por conseguir...
Merece mención también la banda sonora, con melodías dramáticas, otras cómicas, alguna a capela que nos recuerda inevitablemente a la gran Rossellini en Terciopelo Azul, y, como no, Life is Beautiful, un silbido animoso, convertido ya en meme, maravilloso encontrarte algo así en una historia sobre encontrar a un cruel asesino.
El juego se hizo de culto rápidamente, y por motivos de sobra. En parte, uno acaba echando de menos más juegos con la esencia de este.
Uno de los mejores ejemplos de que los defectos pierden importancia cuando se tiene grandes virtudes y mucho encanto.

6,5
48.563
7
22 de mayo de 2023
22 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje de Zack Snyder (300, Man of Steel), y a día de hoy, uno de los trabajos más redondos de la filmografía del director de Wisconsin, además de una de las más queridas para los amantes de las películas de zombis. La película cuenta con un arranque ejemplar, mostrando un caos realista de una descontrolada invasión zombi, presentando rápidamente a una correcta Sarah Polley como una enfermera que pierde todo, el protagonismo se acaba haciendo bastante coral, dedicando minutos, o, al menos, alguna escena, a cada personaje del grupo protagonista, suponiendo esto uno de los aciertos del film.
A Sarah Polley se le suma personajes interesantes que incluso acaban destacando más que ella, como el de Ving Rhames, un duro policía que establecerá una pequeña amistad con un francotirador del lugar, o Ty Burrell como oveja negra del grupo, a través de él, veremos parte de la esencia de James Gunn en su escritura, demostrando ya esencia propia. Eso sí, no todos los personajes escapan del cliché.
No solo el arranque de la película funciona, en general, tiene un ritmo bastante cuidado, con sus momentos de pisar el freno para dar a conocer a sus personajes, equilibrándolas bien con acción bastante bien rodada en sus escenas; la película funciona bastante mejor en su faceta de acción que en la parte dramática, y lo aprovecha dando una recta final intensa, y con escenas de gran número de zombis. Cabe destacar también un gran maquillaje y unos efectos especiales que se están manteniendo bastante bien, ayudando a que la película se mantenga entretenida en todo el metraje.
El guion tiene aciertos como darle momentos a los personajes, pero en el ecuador de la película se evidencian fallos clásicos como que el tiempo en que alguien se transforma en zombi dependa según necesidad del guion, alguna decisión no del todo adecuada de ciertos personajes… Pequeños caprichos de la historia que no logran encuadrarse bien y que restan al conjunto, en ese sentido, películas como Tren a Busan (2016) de Yeon Sang-ho mantiene más coherencia, además de usar bastante mejor el escenario.
La película, a pesar de ser su remake, es bastante diferente a Zombi (1978), esto realmente no es del todo malo, pero, si hacemos comparaciones, en esta película no encontraremos la sátira al consumismo que vimos en la versión anterior, el centro comercial, que puede dar tan buenos momentos y ayudar tanto a dibujar a los personajes, no se aprovecha tanto y da un poco de sensación de oportunidad perdida, haciendo que la obra de Snyder se considere más como una película que prioriza más la acción y el entretenimiento más que dar mensaje o centrarse en un argumento más rico.
Tampoco tenemos mucho de esa mira interna al ser humano que trataba de dar Romero en su primera trilogía, alcanzando el máximo esplendo de esto mismo en Day of the Dead (1985); lo que sí tenemos es un entretenimiento de buen nivel, con momentos de espectáculo visual y un trabajo en la dirección de Zack Snyder que aprueba también con nota.
Las virtudes de la película la hacen una parada muy recomendable para adentrarse en el género de zombis; además, el reconocimiento que tiene en dicho género está más que justificado, porque Amanecer de los Muertos resulta muy satisfactoria para todo aquel que busque el buen entretenimiento que da este tipo de historias. Una película muy eficaz en lo que busca ofrecer.
https://marmotacinefila.com/2023/05/22/critica-amanecer-de-los-muertos-2004/
A Sarah Polley se le suma personajes interesantes que incluso acaban destacando más que ella, como el de Ving Rhames, un duro policía que establecerá una pequeña amistad con un francotirador del lugar, o Ty Burrell como oveja negra del grupo, a través de él, veremos parte de la esencia de James Gunn en su escritura, demostrando ya esencia propia. Eso sí, no todos los personajes escapan del cliché.
No solo el arranque de la película funciona, en general, tiene un ritmo bastante cuidado, con sus momentos de pisar el freno para dar a conocer a sus personajes, equilibrándolas bien con acción bastante bien rodada en sus escenas; la película funciona bastante mejor en su faceta de acción que en la parte dramática, y lo aprovecha dando una recta final intensa, y con escenas de gran número de zombis. Cabe destacar también un gran maquillaje y unos efectos especiales que se están manteniendo bastante bien, ayudando a que la película se mantenga entretenida en todo el metraje.
El guion tiene aciertos como darle momentos a los personajes, pero en el ecuador de la película se evidencian fallos clásicos como que el tiempo en que alguien se transforma en zombi dependa según necesidad del guion, alguna decisión no del todo adecuada de ciertos personajes… Pequeños caprichos de la historia que no logran encuadrarse bien y que restan al conjunto, en ese sentido, películas como Tren a Busan (2016) de Yeon Sang-ho mantiene más coherencia, además de usar bastante mejor el escenario.
La película, a pesar de ser su remake, es bastante diferente a Zombi (1978), esto realmente no es del todo malo, pero, si hacemos comparaciones, en esta película no encontraremos la sátira al consumismo que vimos en la versión anterior, el centro comercial, que puede dar tan buenos momentos y ayudar tanto a dibujar a los personajes, no se aprovecha tanto y da un poco de sensación de oportunidad perdida, haciendo que la obra de Snyder se considere más como una película que prioriza más la acción y el entretenimiento más que dar mensaje o centrarse en un argumento más rico.
Tampoco tenemos mucho de esa mira interna al ser humano que trataba de dar Romero en su primera trilogía, alcanzando el máximo esplendo de esto mismo en Day of the Dead (1985); lo que sí tenemos es un entretenimiento de buen nivel, con momentos de espectáculo visual y un trabajo en la dirección de Zack Snyder que aprueba también con nota.
Las virtudes de la película la hacen una parada muy recomendable para adentrarse en el género de zombis; además, el reconocimiento que tiene en dicho género está más que justificado, porque Amanecer de los Muertos resulta muy satisfactoria para todo aquel que busque el buen entretenimiento que da este tipo de historias. Una película muy eficaz en lo que busca ofrecer.
https://marmotacinefila.com/2023/05/22/critica-amanecer-de-los-muertos-2004/
10
10 de mayo de 2023
10 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces la oscuridad brilló tanto como en Perfect Blue, cita obligada para cualquier amante del anime. Olvida la belleza estética de las —estupendas— obras de Makoto Shinkai, o del encanto de muchas obras de Hayao Miyazaki. Perfect Blue es un thriller brillante que comparte trono con joyas del género y que recuerda, en el mejor de los sentidos, a obras de Alfred Hitchcock con un guion que se retuerce, envuelve el cuello de la protagonista, una joven estrella idol llamada Mima, y la asfixia hacia límites insospechados por una serie de malas decisiones al dejar su trabajo, que la llevan a una espiral descendente de locura.
Aquí tenemos elementos que nos recordará a la espléndida Mulholland Drive (2001) del maestro Lynch; nos lleva a la habitación oscura del mundo de la actuación, y, poco a poco, todo lo que ocurre en Perfect Blue se hace trizas delante de Mima y del espectador, en una historia también bastante humana sobre la lucha por los errores del pasado y las consecuencias que todo trae.
El mundo de Perfect Blue es elegante, fascinante y horrible. La oscuridad es atroz, pero puede que más pura que la artificialidad que transmite los focos y el espantoso espectáculo al que está expuesto la protagonista; la película no deja títere sin cabeza; la televisión está podrida, la sociedad enferma que retrata la película; los fans juzgan y atormentan constantemente a los supuestos ídolos que aman; los periodistas recuerdan a zombis que con sus brazos tratan de agarrar y entrar a la fuerza por puertas cerradas, las escenas en los vagones del metro nos recuerda que una vez estás bajo tierra todo es algo más tranquilo.
La estética de los personajes de Perfect Blue guarda también gran mensaje que potencia la sociedad horrible que nos muestran. Mima goza de un físico atractivo que luce aún más entre personas de rostros más cercanos a la imperfección física, y siempre más repugnantes por dentro que por fuera; demostrando que la prioridad de la película no es ni mucho menos ser agradable de ver; tampoco dudará en mostrar sangre y muertes brutales.
Los colores tienen un gran peso en la enferma atmósfera y en la magullada realidad que se nos muestra. En ellos tampoco falta el mensaje y el simbolismo, en los propios colores, como no, el azul intenso, que podemos asociar al descenso anímico de la protagonista, un monstruoso rojo intenso o, en muchas escenas, colores llenos de palidez, algo que va en ascenso si tenemos en cuenta los colores dulces que reinaban los primeros minutos de la película, y que, en sus primeros minutos mostraba la cara reluciente del trabajo de idol. Incluso hay algún dardo al mal uso de la tecnología y las páginas webs, utilizadas como armas de tormento y de persuasión.
Un thriller que vale su peso en oro
Cuando todo pierde el sentido narrativo y sigues sin ser capaz de alejar la vista de la pantalla es cuando sabes que estás viendo una obra maestra; Prepárate para ver un gran reflejo de la locura como pocas veces se ha visto en el anime, a ratos paradójica, con una Mima huyendo de la yo del pasado que perseguía constantemente en clara señal de anhelo por su pasado; también hay escenas realmente difíciles de ver, que no es que no hayan envejecido, sino que incluso se han hecho más horribles y realistas
Para la posteridad queda cierta escena de Mima ensayando una escena para la serie, rodeada de otros actores y necesitando de repetir la escena una y otra vez. Incomodísima esta parte, un auténtico infierno personal que arde dentro de la mente de la protagonista.
Una historia que se ha vuelto más terrible en la actualidad
La magnífica historia de Perfect Blue remata con un final a la altura. Con su propio —y enfermizo— apocalipsis narrativo, demostrándonos en este bloque que estamos una vez más ante una historia sobre obsesiones que perturban y devoran a mordiscos las corduras de los personajes; el último plano es puro cine, teniendo un gran significado sobre el pasado, presente y futuro. Increíble.
Perfect Blue es una joya de la animación en general, y una obra totalmente necesaria de visitar si buscas entender el lado oscuro del anime. Aquel que perturba mente y cuerpo, elegante y atroz, una vena cargada de arte a punto de estallar, y un gran destello en el legado imborrable del maestro Satoshi Kon.
https://marmotacinefila.com/2023/05/10/critica-perfect-blue-1997/
Aquí tenemos elementos que nos recordará a la espléndida Mulholland Drive (2001) del maestro Lynch; nos lleva a la habitación oscura del mundo de la actuación, y, poco a poco, todo lo que ocurre en Perfect Blue se hace trizas delante de Mima y del espectador, en una historia también bastante humana sobre la lucha por los errores del pasado y las consecuencias que todo trae.
El mundo de Perfect Blue es elegante, fascinante y horrible. La oscuridad es atroz, pero puede que más pura que la artificialidad que transmite los focos y el espantoso espectáculo al que está expuesto la protagonista; la película no deja títere sin cabeza; la televisión está podrida, la sociedad enferma que retrata la película; los fans juzgan y atormentan constantemente a los supuestos ídolos que aman; los periodistas recuerdan a zombis que con sus brazos tratan de agarrar y entrar a la fuerza por puertas cerradas, las escenas en los vagones del metro nos recuerda que una vez estás bajo tierra todo es algo más tranquilo.
La estética de los personajes de Perfect Blue guarda también gran mensaje que potencia la sociedad horrible que nos muestran. Mima goza de un físico atractivo que luce aún más entre personas de rostros más cercanos a la imperfección física, y siempre más repugnantes por dentro que por fuera; demostrando que la prioridad de la película no es ni mucho menos ser agradable de ver; tampoco dudará en mostrar sangre y muertes brutales.
Los colores tienen un gran peso en la enferma atmósfera y en la magullada realidad que se nos muestra. En ellos tampoco falta el mensaje y el simbolismo, en los propios colores, como no, el azul intenso, que podemos asociar al descenso anímico de la protagonista, un monstruoso rojo intenso o, en muchas escenas, colores llenos de palidez, algo que va en ascenso si tenemos en cuenta los colores dulces que reinaban los primeros minutos de la película, y que, en sus primeros minutos mostraba la cara reluciente del trabajo de idol. Incluso hay algún dardo al mal uso de la tecnología y las páginas webs, utilizadas como armas de tormento y de persuasión.
Un thriller que vale su peso en oro
Cuando todo pierde el sentido narrativo y sigues sin ser capaz de alejar la vista de la pantalla es cuando sabes que estás viendo una obra maestra; Prepárate para ver un gran reflejo de la locura como pocas veces se ha visto en el anime, a ratos paradójica, con una Mima huyendo de la yo del pasado que perseguía constantemente en clara señal de anhelo por su pasado; también hay escenas realmente difíciles de ver, que no es que no hayan envejecido, sino que incluso se han hecho más horribles y realistas
Para la posteridad queda cierta escena de Mima ensayando una escena para la serie, rodeada de otros actores y necesitando de repetir la escena una y otra vez. Incomodísima esta parte, un auténtico infierno personal que arde dentro de la mente de la protagonista.
Una historia que se ha vuelto más terrible en la actualidad
La magnífica historia de Perfect Blue remata con un final a la altura. Con su propio —y enfermizo— apocalipsis narrativo, demostrándonos en este bloque que estamos una vez más ante una historia sobre obsesiones que perturban y devoran a mordiscos las corduras de los personajes; el último plano es puro cine, teniendo un gran significado sobre el pasado, presente y futuro. Increíble.
Perfect Blue es una joya de la animación en general, y una obra totalmente necesaria de visitar si buscas entender el lado oscuro del anime. Aquel que perturba mente y cuerpo, elegante y atroz, una vena cargada de arte a punto de estallar, y un gran destello en el legado imborrable del maestro Satoshi Kon.
https://marmotacinefila.com/2023/05/10/critica-perfect-blue-1997/
26 de abril de 2023
26 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película de George A. Romero, que, como sucede con el título de esta película también, supone un nombre imprescindible de mencionar a la hora de hablar del zombi caníbal en el cine. Responsable de algunas películas que me encanta como "El día de los muertos vivientes" (1985), tengo que decir que, tras revisionar esta película, estamos bajo mi opinión ante una película que ha envejecido bastante mal en varios aspectos.
Una home invasion de antaño
La historia que propone La noche de los muertos vivientes es, como el conjunto general de la película, sencilla, arrancamos con un pequeño e íntimo funeral en un cementerio, allí el cadáver saldrá de su ataúd y empezará a rondar por los alrededores, atacando a Bárbara (Judith O'Dea), la chica se refugiará en una pequeña granja y allí, se irá reuniendo con otros supervivientes, pues están ante una temprana invasión de muertos vivientes.
No encontré ningún diálogo destacable en toda la película, a diferencia de sus secuelas, aquí el trazo de los personajes es muy simple, de hecho, sabemos lo justo, si bien Romero parecía aquí buscar realismo, acabó sin importarme mucho el destino de todos los personajes: quizás el que más destaca es Ben (Duane Jones) por ser el más realista, siendo ese personaje que trata de que haya un equilibrio en el grupo y el que más empeño da a la historia.
Quizás lo que más destaco de la narrativa de la película es el uso de los medios de comunicación que hay en el escenario principal -la granja donde se refugian los personajes-, me gustó que Romero explicase las cosas a través de una radio o una televisión. Este recurso que utilizaría en otras películas y que aun con los años que tiene encima la película, se mantiene eficaz.
De la historia en sí, me quedo con el final. Sinceramente, no lo vi venir, no es un final sorprendente, pero sí que tiene una complejidad, inteligencia y leve crítica social que eché en falta en el resto de la historia, que, como digo, es excesivamente simple y a un ritmo aún más lento de lo que acostumbrará Romero en el futuro. La primera hora es especialmente aburrida, también creo que se pudo aprovechar mejor el escenario de la granja.
Sobre las actuaciones que ofrece el reparto, bastante amateur. Varias de las personas implicadas hicieron esta película y nada más, por pararme con algunos, el de Bárbara no empieza mal del todo, muy de su época, pero acaba haciéndose muy exagerada cuando sufre un delirio mental -un elemento interesante para mostrar en una situación así, pero que deja al personaje como un pelele en muchos minutos de la cinta-.
A Ben sí me lo creo algo más, aunque también es el personaje más beneficiado del argumento, porque sufre conflictos con otros personajes, se expone a la acción, sufre traiciones, aislamiento... No es un personaje para el recuerdo, es excesivamente sencillo como personaje, pero del reparto acaba siendo el mejor en un reparto que no me gustó.
Un calentamiento de toda la grandeza que vendría después
Igual que no vi mucho a destacar del guion y personajes, sí debo decir que algunas decisiones de dirección me han gustado, si bien no es muy interesante la película cuando los zombis están fuera de la pantalla, tenemos unos planos y una forma de rodar que llama la atención, siendo una constante los planos aberrantes -que consisten en inclinar imágenes a uno de los lados-, estos planos creo que dan mucha personalidad aquí y me ha gustado que Romero los utilice, pues al terminar la película es algo que recuerdas.
Además de eso, los planos fijos son también constantes, la película no está mal dirigida para ser la primera de Romero y cosas como utilizar la sombra de los personajes para mostrar un asesinato, con el fin esquivar el bajo presupuesto, están muy bien, y lo mejor es que Romero mejoraría más con la cámara en años posteriores.
Los efectos especiales son víctimas también del bajo presupuesto y de ser la película también un esbozo de las características de la figura del zombi caníbal: el primer zombi es decepcionante si ya viste películas recientes del género, pues no tiene maquillaje y parece más bien un acosador que un muerto vuelto a la vida.
Por suerte esto mejora sobre todo en la recta final, ya vemos zombis con un maquillaje más trabajado, con deformaciones, y también vemos algo de casquería bien disimulada, me gustó el detalle de que uno de los zombis estuviese rondando desnudo, demostrando con algo tan sencillo que realmente puedes transformarte en uno en cualquier situación.
Si las actuaciones de los protagonistas son discretas, la de los zombis es muy amateur, a veces demasiado ágiles y expresivos. Decir que lo mejor de la película es la sensación de claustrofobia que sí que consigue con los zombis en la recta final, gracias a lo pequeño del escenario y el buen número de zombis en pantalla en esa escena.
Desde luego, viendo esta película, me di cuenta de la enorme mejoría que tuvo para las siguientes, sobre todo en temas de ritmo y dinamismo, también Romero acertaría mostrando algunas muertes interesantes en los personajes principales, dando la impresión de ser absorbidos realmente por una muchedumbre.
"La noche de los muertos vivientes" me ha parecido de lejos la peor película de la trilogía, tiene un valor arqueológico increíble, y contiene elementos interesantes como un final que me pilló por sorpresa o una dirección que da cierta personalidad, pero creo que ha envejecido fatal, no esquiva del todo los defectos que hay en tener un bajo presupuesto y tiene varios aspectos por pulir que, por suerte, lo haría en las geniales "Zombi" (1978) y "El día de los muertos vivientes" (1985).
Nota: 4'5
https://marmotacinefila.com/2023/03/15/critica-la-noche-de-los-muertos-vivientes-1968/
Una home invasion de antaño
La historia que propone La noche de los muertos vivientes es, como el conjunto general de la película, sencilla, arrancamos con un pequeño e íntimo funeral en un cementerio, allí el cadáver saldrá de su ataúd y empezará a rondar por los alrededores, atacando a Bárbara (Judith O'Dea), la chica se refugiará en una pequeña granja y allí, se irá reuniendo con otros supervivientes, pues están ante una temprana invasión de muertos vivientes.
No encontré ningún diálogo destacable en toda la película, a diferencia de sus secuelas, aquí el trazo de los personajes es muy simple, de hecho, sabemos lo justo, si bien Romero parecía aquí buscar realismo, acabó sin importarme mucho el destino de todos los personajes: quizás el que más destaca es Ben (Duane Jones) por ser el más realista, siendo ese personaje que trata de que haya un equilibrio en el grupo y el que más empeño da a la historia.
Quizás lo que más destaco de la narrativa de la película es el uso de los medios de comunicación que hay en el escenario principal -la granja donde se refugian los personajes-, me gustó que Romero explicase las cosas a través de una radio o una televisión. Este recurso que utilizaría en otras películas y que aun con los años que tiene encima la película, se mantiene eficaz.
De la historia en sí, me quedo con el final. Sinceramente, no lo vi venir, no es un final sorprendente, pero sí que tiene una complejidad, inteligencia y leve crítica social que eché en falta en el resto de la historia, que, como digo, es excesivamente simple y a un ritmo aún más lento de lo que acostumbrará Romero en el futuro. La primera hora es especialmente aburrida, también creo que se pudo aprovechar mejor el escenario de la granja.
Sobre las actuaciones que ofrece el reparto, bastante amateur. Varias de las personas implicadas hicieron esta película y nada más, por pararme con algunos, el de Bárbara no empieza mal del todo, muy de su época, pero acaba haciéndose muy exagerada cuando sufre un delirio mental -un elemento interesante para mostrar en una situación así, pero que deja al personaje como un pelele en muchos minutos de la cinta-.
A Ben sí me lo creo algo más, aunque también es el personaje más beneficiado del argumento, porque sufre conflictos con otros personajes, se expone a la acción, sufre traiciones, aislamiento... No es un personaje para el recuerdo, es excesivamente sencillo como personaje, pero del reparto acaba siendo el mejor en un reparto que no me gustó.
Un calentamiento de toda la grandeza que vendría después
Igual que no vi mucho a destacar del guion y personajes, sí debo decir que algunas decisiones de dirección me han gustado, si bien no es muy interesante la película cuando los zombis están fuera de la pantalla, tenemos unos planos y una forma de rodar que llama la atención, siendo una constante los planos aberrantes -que consisten en inclinar imágenes a uno de los lados-, estos planos creo que dan mucha personalidad aquí y me ha gustado que Romero los utilice, pues al terminar la película es algo que recuerdas.
Además de eso, los planos fijos son también constantes, la película no está mal dirigida para ser la primera de Romero y cosas como utilizar la sombra de los personajes para mostrar un asesinato, con el fin esquivar el bajo presupuesto, están muy bien, y lo mejor es que Romero mejoraría más con la cámara en años posteriores.
Los efectos especiales son víctimas también del bajo presupuesto y de ser la película también un esbozo de las características de la figura del zombi caníbal: el primer zombi es decepcionante si ya viste películas recientes del género, pues no tiene maquillaje y parece más bien un acosador que un muerto vuelto a la vida.
Por suerte esto mejora sobre todo en la recta final, ya vemos zombis con un maquillaje más trabajado, con deformaciones, y también vemos algo de casquería bien disimulada, me gustó el detalle de que uno de los zombis estuviese rondando desnudo, demostrando con algo tan sencillo que realmente puedes transformarte en uno en cualquier situación.
Si las actuaciones de los protagonistas son discretas, la de los zombis es muy amateur, a veces demasiado ágiles y expresivos. Decir que lo mejor de la película es la sensación de claustrofobia que sí que consigue con los zombis en la recta final, gracias a lo pequeño del escenario y el buen número de zombis en pantalla en esa escena.
Desde luego, viendo esta película, me di cuenta de la enorme mejoría que tuvo para las siguientes, sobre todo en temas de ritmo y dinamismo, también Romero acertaría mostrando algunas muertes interesantes en los personajes principales, dando la impresión de ser absorbidos realmente por una muchedumbre.
"La noche de los muertos vivientes" me ha parecido de lejos la peor película de la trilogía, tiene un valor arqueológico increíble, y contiene elementos interesantes como un final que me pilló por sorpresa o una dirección que da cierta personalidad, pero creo que ha envejecido fatal, no esquiva del todo los defectos que hay en tener un bajo presupuesto y tiene varios aspectos por pulir que, por suerte, lo haría en las geniales "Zombi" (1978) y "El día de los muertos vivientes" (1985).
Nota: 4'5
https://marmotacinefila.com/2023/03/15/critica-la-noche-de-los-muertos-vivientes-1968/
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