Robert De Niro y Meryl Streep nos invitan a enamorarnos en esta simple pero hermosa película sobre un amor maduro, puro y verdadero.
Frank (De Niro) y Molly (Streep) son dos personas poco felices con sus respectivos matrimonios aunque acostumbrados e incluso resignados con sus vidas, hasta que el destino quiso que sus miradas chocaran entre sí en una librería y que en los días posteriores coincidieran en el tren, lugar romántico si los hay.
El amor y la atracción entre ambos es inmediato y aunque sus impulsos son cada vez mayores, el sentimiento de la culpa por sentir que su amor provoque daños a terceros se hará presente en la escena, impidiendo que puedan vivir plenamente su pasión.
Si bien la historia esta muchas veces vista y la película no es una obra maestra, se mete en el corazón del espectador por sus dos enormes intérpretes que le dan a la historia y a sus personajes una credibilidad y una humanidad con los que te sientes identificados.

La historia es muy simple, pero está muy bien realizada sin duda, muy bien hecha. Te ríes mucho con la película, sobre todo con Will, un personaje a destacar, magníficamente interpretado por Hugh Grant que lo hace de maravilla, un notable alto para él. También quiero destacar como personaje a Marcus, vaya personaje (y nunca mejor dicho), pero que se podía esperar con el padre y la madre que tiene, de tal palo tal astilla. Y nada más, pero quiero volver a destacar lo bien que está hecha la película y a Hugh Grant, que está genial. Os la recomiendo, es muy entretenida y divertida.

Lamentablemente en muchas películas del cine actual vemos historias sin argumento y con personajes planos que no emocionan ni generan empatía, que cuentan lo mismo durante dos horas y luego los críticos las encumbran sin entender bien porque. Al menos eso sucede en mi caso con este film.
El proyecto Florida es más de lo mismo durante dos horas. Me parece una apología de la delincuencia juvenil que se genera así, sin poner límites en casa, celebrando cualquier descontrol, no me parece nada lindo ese mensaje. Y no sé qué otra cosa quiere contarnos si es que quiere decirnos algo. Una película debe contar con inicio, desarrollo, cumbre que mantiene en vilo al espectador y resolución final, directa o abierta a la imaginación del espectador. Esta cosa tiene sólo un final mal contado o sin contar. Los personajes deben tener profundidad de tal forma que emocionen sus luces y sus sombras. Recordamos después la emoción que nos causaron. No recordaré de esta película a nadie ni siquiera a los niños. Me he llevado una horrenda impresión de este film ya que al ver las críticas positivas que tenia, pensé que contaría una historia para recordar pero lamentablemente no fue así.

Revenge tiene una destacada fotografía de paisajes naturales y una protagonista que te sacara el sueño pero la historia es tan inverosímil que tira todo por la borda.
Jen es una jovencita amante de un millonario, que se pasea semi desnuda delante de quién quiera ver y actúa como una fácil, de repente se convierte en una experta tiradora y en supervivencia, saltándonos por supuesto que es ridículo que está viva después de semejante caída de un barranco y de haber sido estaqueada por una rama que le perfora el estomago en una escena que ni con todo el esfuerzo y buena predisposición del mundo podríamos creer ni por un segundo.
Si bien la cinta mantiene cierto ritmo y suspenso el argumento y el desarrollo es demasiado incoherente para que se convierta en una buena película.

Independientemente de si busca la lagrima fácil o directamente algún golpe bajo, estamos ante una hermosa y muy emotiva película. Una historia altamente disfrutable para mirar en familia. Ofrece ternura y romanticismo en un principio, seguido de angustia y drama durante el giro del desarrollo. La única constante inamovible es la comicidad que despierta la peculiar visión canina a la hora de interpretar cada situación que se suscita. La mirada que tiene el perrito Enzo de la vida y de su amado amo es la matriz de la historia, interpretada su voz por un atinadísimo Kevin Costner y el resto del elenco cumple muy bien, en especial su co-protagonista Milo Ventimiglia.
Muy profunda y cambiante. Te hará transitar por varios estados emocionales.