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Críticas ordenadas por utilidad
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5,6
3.837
7
27 de noviembre de 2013
27 de noviembre de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás, lo primero que haya que aclarar sobre esta interesante Retornados sea que no se trata de un filme de zombies. La temática zombie se utiliza aquí casi como un McGuffin, un pretexto para tratar lo que realmente importa a director (Manuel Carballo) y guionista (Hatem Kraiche).
No obstante, resulta original, y refrescante, que se haya decidido incluir el fenómeno zombie en un largometraje de este tipo, con un tratamiento radicalmente distinto al de las películas de este género. Los Retornados del título son aquellos infectados por el virus zombie, que han podido ser salvados gracias a la administración, diaria y de por vida, de una proteína. Todo cambia cuando se esparce el rumor de que las provisiones de dicha proteína se están acabando, lo que convierte a los retornados en bombas de relojería para el resto de la población.
Los protagonistas, Kate (Emily Hampshire), una doctora que trata a los afectados, y Alex (Kris Holden-Ried), su pareja y uno de los retornados, deben asegurarse, en una carrera contrarreloj, que disponen de las suficientes dosis para garantizar la no transformación de Alex.
Esta premisa sirve para mostrar el poder del miedo, y como éste transforma a los seres humanos en personas egoístas, intolerantes, violentas y traicioneras. El miedo a todo lo que sea distinto de la llamada “normalidad”, la discriminación de los que son diferentes y la intolerancia son los temas universales que trata esta muy recomendable película. Pero, ante la sinrazón y la traición, se oponen la lealtad y el sacrificio, encarnados principalmente en la doctora Kate, que hará todo lo posible por la persona a la que ama, pero también en su pareja, muy bien interpretado por Kris Holden-Ried, y que lucha para no perder su humanidad.
Por tanto, nos encontramos ante un entretenido e interesante drama, con un punto de partida bastante original, donde los afectados se convierten esta vez en víctimas y en el objeto de persecución y agresión de la gente “normal”.
Lo mejor: un refrescante nuevo punto de vista sobre el fenómeno zombie, en una sólida producción, con un buen guion y una entretenida historia.
Lo peor: que el público al que puede ir dirigido este filme ni siquiera se plantee su visionado al pensar que se trata de otro tipo de película.
http://www.bollacos.com/retornados-el-poder-del-miedo/
No obstante, resulta original, y refrescante, que se haya decidido incluir el fenómeno zombie en un largometraje de este tipo, con un tratamiento radicalmente distinto al de las películas de este género. Los Retornados del título son aquellos infectados por el virus zombie, que han podido ser salvados gracias a la administración, diaria y de por vida, de una proteína. Todo cambia cuando se esparce el rumor de que las provisiones de dicha proteína se están acabando, lo que convierte a los retornados en bombas de relojería para el resto de la población.
Los protagonistas, Kate (Emily Hampshire), una doctora que trata a los afectados, y Alex (Kris Holden-Ried), su pareja y uno de los retornados, deben asegurarse, en una carrera contrarreloj, que disponen de las suficientes dosis para garantizar la no transformación de Alex.
Esta premisa sirve para mostrar el poder del miedo, y como éste transforma a los seres humanos en personas egoístas, intolerantes, violentas y traicioneras. El miedo a todo lo que sea distinto de la llamada “normalidad”, la discriminación de los que son diferentes y la intolerancia son los temas universales que trata esta muy recomendable película. Pero, ante la sinrazón y la traición, se oponen la lealtad y el sacrificio, encarnados principalmente en la doctora Kate, que hará todo lo posible por la persona a la que ama, pero también en su pareja, muy bien interpretado por Kris Holden-Ried, y que lucha para no perder su humanidad.
Por tanto, nos encontramos ante un entretenido e interesante drama, con un punto de partida bastante original, donde los afectados se convierten esta vez en víctimas y en el objeto de persecución y agresión de la gente “normal”.
Lo mejor: un refrescante nuevo punto de vista sobre el fenómeno zombie, en una sólida producción, con un buen guion y una entretenida historia.
Lo peor: que el público al que puede ir dirigido este filme ni siquiera se plantee su visionado al pensar que se trata de otro tipo de película.
http://www.bollacos.com/retornados-el-poder-del-miedo/

7,1
25.938
7
17 de julio de 2013
17 de julio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Giuseppe Tornatore, director de esta interesante La mejor oferta, siempre será recordado por su cinta Cinema Paradiso, todo un homenaje al mundo del cine. Un cuarto de siglo después de ese éxito, Tornatore parece haber acertado de nuevo con esta encantadora propuesta, consiguiendo los máximos galardones de cine en su país a la Mejor Película y Mejor Director, entre otros, por este filme.
La mejor oferta es un drama con ciertos ingredientes de thriller, rodado con una elegancia, sensibilidad y belleza que contrastan con el carácter de su máximo protagonista: un genial Geoffrey Rush.
Rush interpreta a Virgil, un afamado y respetado especialista en arte y director de subastas; un personaje frío e inflexible, con trastornos de la personalidad e incapaz de intimar o mantener ciertas relaciones sociales.
Cuando acude a una antigua villa para realizar una tasación, su relación con la dueña de la casa, una joven que sufre un grave caso de agorafobia, provocará que su vida dé un giro de 180 grados. Con la intención de curar y ayudar a la enigmática joven, será él mismo quien cambie su propia personalidad, sus neurosis y su forma de ver el mundo.
El relato nos muestra así el poder redentor del amor, construyendo una historia sentimental poco convencional, entre dos seres enfermos e incompletos, complicados y acomplejados; todo ello arropado por un nada usual thriller, en torno a falsificaciones, fraudes y mágicos autómatas.
La película se sustenta en la gran interpretación de Geoffrey Rush, protagonista absoluto de la cinta y presente en casi todos los planos del filme; muy bien acompañado de un estupendo Donald Sutherland, que se encuentra en plena forma y al que se le echa de menos en la gran pantalla. Respecto al resto del reparto, cabe destacar también a Jim Sturgess, que mantiene el tipo frente a ese “roba planos” que es Rush; mientras que la misteriosa joven, encarnada por Sylvia Hoeks, es la intérprete más débil de todo el conjunto.
También hay que destacar la banda sonora de Ennio Morricone, tan delicada como la narración por parte de Tornatore.
Una lástima que la película se vea lastrada por una duración excesiva; un final, supuestamente inesperado, que resulta muy previsible, y que se alarga en demasía; y unas explicaciones finales innecesarias.
No obstante, me quedo con las sensaciones que transmiten sus bellas imágenes, capaces de emocionar sin caer en la cursilería.
Lo mejor: la elegancia, sensibilidad y belleza de la puesta en escena de Tornatore; la interpretación de Geoffrey Rush, y las escenas que comparte con Donald Sutherland; la delicadeza de la banda sonora de Morricone.
Lo peor: el final, previsible, largo, innecesario.
http://www.bollacos.com/la-mejor-oferta-el-poder-de-emocionar/
La mejor oferta es un drama con ciertos ingredientes de thriller, rodado con una elegancia, sensibilidad y belleza que contrastan con el carácter de su máximo protagonista: un genial Geoffrey Rush.
Rush interpreta a Virgil, un afamado y respetado especialista en arte y director de subastas; un personaje frío e inflexible, con trastornos de la personalidad e incapaz de intimar o mantener ciertas relaciones sociales.
Cuando acude a una antigua villa para realizar una tasación, su relación con la dueña de la casa, una joven que sufre un grave caso de agorafobia, provocará que su vida dé un giro de 180 grados. Con la intención de curar y ayudar a la enigmática joven, será él mismo quien cambie su propia personalidad, sus neurosis y su forma de ver el mundo.
El relato nos muestra así el poder redentor del amor, construyendo una historia sentimental poco convencional, entre dos seres enfermos e incompletos, complicados y acomplejados; todo ello arropado por un nada usual thriller, en torno a falsificaciones, fraudes y mágicos autómatas.
La película se sustenta en la gran interpretación de Geoffrey Rush, protagonista absoluto de la cinta y presente en casi todos los planos del filme; muy bien acompañado de un estupendo Donald Sutherland, que se encuentra en plena forma y al que se le echa de menos en la gran pantalla. Respecto al resto del reparto, cabe destacar también a Jim Sturgess, que mantiene el tipo frente a ese “roba planos” que es Rush; mientras que la misteriosa joven, encarnada por Sylvia Hoeks, es la intérprete más débil de todo el conjunto.
También hay que destacar la banda sonora de Ennio Morricone, tan delicada como la narración por parte de Tornatore.
Una lástima que la película se vea lastrada por una duración excesiva; un final, supuestamente inesperado, que resulta muy previsible, y que se alarga en demasía; y unas explicaciones finales innecesarias.
No obstante, me quedo con las sensaciones que transmiten sus bellas imágenes, capaces de emocionar sin caer en la cursilería.
Lo mejor: la elegancia, sensibilidad y belleza de la puesta en escena de Tornatore; la interpretación de Geoffrey Rush, y las escenas que comparte con Donald Sutherland; la delicadeza de la banda sonora de Morricone.
Lo peor: el final, previsible, largo, innecesario.
http://www.bollacos.com/la-mejor-oferta-el-poder-de-emocionar/

7,5
10.666
9
8 de febrero de 2016
8 de febrero de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un lugar donde las hadas se han convertido en piedra; donde las historias cobran vida; donde los sencillos trazos alcanzan volúmenes imposibles; donde los intrincados diseños celtas ocultan una ancestral magia; donde seres fantásticos pueblan los verdes bosques y donde existen focas que pueden adquirir forma humana. Esa es la Irlanda de Tomm Moore, la que revive sus leyendas en La canción del mar. Y hay talento y buenas historias, y maestría técnica, más allá de Disney, Dreamworks e incluso que la fantástica Pixar. Y eso es Cartoon Saloon, los estudios de animación que el realizador irlandés ha fundado.
Deja que te cuente la historia de Tomm Moore, un realizador que quería crear una película que encantara a grandes y pequeños, como El libro de la selva o Mi vecino Totoro; y que, al igual que el gran Hayao Miyazaki, rescata las leyendas de su tierra natal, convirtiéndolas en imágenes animadas tradicionales, un aparentemente sencillo 2D, pobladas por personajes del flocore irlandés.
Así, se entreteje la tierna historia de un padre y sus dos hijos; del pequeño Ben, que descubre que su hermana pequeña, Saoirse, puede ser una Selkie, una mitológica niña foca que puede liberar con su canción a los seres mágicos de un terrible encantamiento lanzado por la Bruja de los Búhos.
Un cuento sobre el amor, la familia, la identidad y, sobre todo, la magia. Todos estos ingredientes se encuentran entrelazados en esta preciosa historia, apta tanto para niños como adultos que, además, disfrutarán con la factura técnica de la animación. Aunque parezca creada con sencillos trazos que redondean las figuras, poseen la cantidad necesaria de detalles, sobre todo en los fondos, y que en algunos casos pueden simular hasta acuarelas.
Moore ha perfeccionado su propuesta en este segundo largometraje, tras la estupenda El secreto del libro de Kells, con una tierna historia mucho más sentimental que su primer filme, convirtiéndola prácticamente en uno de esos cuentos que se narran al borde de la cama para los más pequeños. Los adultos solo deben dejar entrar esa ilusión que nos hacía disfrutar cuando éramos niños, cuando pensábamos que las hadas podían ser reales y los bosques eran lugares encantados.
Una fantástica propuesta para disfrutar de nuevo de la animación tradicional y de una preciosa historia que hará las delicias del niño que todavía llevamos dentro.
Lo mejor: las maravillas que se pueden crear en animación tradicional; la sensibilidad que se esconde tras la historia y los trazos animados.
Lo peor: que este tipo de joyas no consigan la promoción apabullante de las cintas de animación hollywoodienses.
http://www.bollacos.com/la-cancion-del-mar-la-magia-de-la-sencillez/
Deja que te cuente la historia de Tomm Moore, un realizador que quería crear una película que encantara a grandes y pequeños, como El libro de la selva o Mi vecino Totoro; y que, al igual que el gran Hayao Miyazaki, rescata las leyendas de su tierra natal, convirtiéndolas en imágenes animadas tradicionales, un aparentemente sencillo 2D, pobladas por personajes del flocore irlandés.
Así, se entreteje la tierna historia de un padre y sus dos hijos; del pequeño Ben, que descubre que su hermana pequeña, Saoirse, puede ser una Selkie, una mitológica niña foca que puede liberar con su canción a los seres mágicos de un terrible encantamiento lanzado por la Bruja de los Búhos.
Un cuento sobre el amor, la familia, la identidad y, sobre todo, la magia. Todos estos ingredientes se encuentran entrelazados en esta preciosa historia, apta tanto para niños como adultos que, además, disfrutarán con la factura técnica de la animación. Aunque parezca creada con sencillos trazos que redondean las figuras, poseen la cantidad necesaria de detalles, sobre todo en los fondos, y que en algunos casos pueden simular hasta acuarelas.
Moore ha perfeccionado su propuesta en este segundo largometraje, tras la estupenda El secreto del libro de Kells, con una tierna historia mucho más sentimental que su primer filme, convirtiéndola prácticamente en uno de esos cuentos que se narran al borde de la cama para los más pequeños. Los adultos solo deben dejar entrar esa ilusión que nos hacía disfrutar cuando éramos niños, cuando pensábamos que las hadas podían ser reales y los bosques eran lugares encantados.
Una fantástica propuesta para disfrutar de nuevo de la animación tradicional y de una preciosa historia que hará las delicias del niño que todavía llevamos dentro.
Lo mejor: las maravillas que se pueden crear en animación tradicional; la sensibilidad que se esconde tras la historia y los trazos animados.
Lo peor: que este tipo de joyas no consigan la promoción apabullante de las cintas de animación hollywoodienses.
http://www.bollacos.com/la-cancion-del-mar-la-magia-de-la-sencillez/

6,8
12.177
7
3 de enero de 2013
3 de enero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las sesiones, que se estrena en España el 21 de diciembre, es una divertida comedia, basada en una historia real, concretamente en un reportaje periodístico publicado por el protagonista de la película.
Mark, de 38 años, contrajo la polio en su infancia, y, como consecuencia de esta enfermedad, sólo es capaz de mover la cabeza. Vive recluido en un pulmón de acero, del que sólo puede salir con una autonomía de 3 horas.
Con semejante historia, uno podría creer que la cinta, dirigida por Ben Lewin, es un drama en toda regla, que busca la compasión del espectador por las condiciones de vida de este hombre, invitando a la lágrima fácil.
Y, sin embargo, no es así. Como os decía, Las sesiones es una comedia fresca, sin sentimentalismos, que no intenta provocar gratuitamente el llanto en el espectador, lo cual es de agradecer.
Mark, el protagonista, es consciente de su situación, y se enfrenta a ella con sentido del humor. Así, la cinta destaca por unos divertidos diálogos, alejados del paternalismo que uno podría esperar.
La premisa es que Mark, periodista y poeta, debido a un encargo de trabajo sobre el sexo en personas con discapacidad, decide contactar con una terapeuta sexual, para iniciarse él mismo en las relaciones sexuales, mientras elige al nuevo cura de su iglesia como confidente de sus actividades.
Este tema, que podría ser considerado como tabú por muchos, es tratado con total naturalidad y, una vez más, con un gran sentido del humor.
Además, los intérpretes están perfectos: John Hawkes (American Gangster), como el protagonista, con un trabajo especialmente destacable, por las características físicas que le impone el dar vida a un hombre con secuelas producidas por la polio, y por su contención, dando mayor verosimilitud a su personaje; William H. Macy (Fargo), como el cura que ejerce de improvisado confidente del protagonista; y Helen Hunt (Mejor… imposible), como la terapeuta sexual, interpretada también con una admirable naturalidad.
Lo mejor: tratar un tema tan delicado e inusual con naturalidad y mucho sentido del humor.
Lo peor: que la (falsa) apariencia de dramón lacrimógeno prevenga al público a decidirse por esta película.
http://www.bollacos.com/las-sesiones-sin-sentimentalismo
Mark, de 38 años, contrajo la polio en su infancia, y, como consecuencia de esta enfermedad, sólo es capaz de mover la cabeza. Vive recluido en un pulmón de acero, del que sólo puede salir con una autonomía de 3 horas.
Con semejante historia, uno podría creer que la cinta, dirigida por Ben Lewin, es un drama en toda regla, que busca la compasión del espectador por las condiciones de vida de este hombre, invitando a la lágrima fácil.
Y, sin embargo, no es así. Como os decía, Las sesiones es una comedia fresca, sin sentimentalismos, que no intenta provocar gratuitamente el llanto en el espectador, lo cual es de agradecer.
Mark, el protagonista, es consciente de su situación, y se enfrenta a ella con sentido del humor. Así, la cinta destaca por unos divertidos diálogos, alejados del paternalismo que uno podría esperar.
La premisa es que Mark, periodista y poeta, debido a un encargo de trabajo sobre el sexo en personas con discapacidad, decide contactar con una terapeuta sexual, para iniciarse él mismo en las relaciones sexuales, mientras elige al nuevo cura de su iglesia como confidente de sus actividades.
Este tema, que podría ser considerado como tabú por muchos, es tratado con total naturalidad y, una vez más, con un gran sentido del humor.
Además, los intérpretes están perfectos: John Hawkes (American Gangster), como el protagonista, con un trabajo especialmente destacable, por las características físicas que le impone el dar vida a un hombre con secuelas producidas por la polio, y por su contención, dando mayor verosimilitud a su personaje; William H. Macy (Fargo), como el cura que ejerce de improvisado confidente del protagonista; y Helen Hunt (Mejor… imposible), como la terapeuta sexual, interpretada también con una admirable naturalidad.
Lo mejor: tratar un tema tan delicado e inusual con naturalidad y mucho sentido del humor.
Lo peor: que la (falsa) apariencia de dramón lacrimógeno prevenga al público a decidirse por esta película.
http://www.bollacos.com/las-sesiones-sin-sentimentalismo

6,8
18.515
8
1 de noviembre de 2017
1 de noviembre de 2017
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historias pequeñas, o no. Una narración nacida de la parte más íntima de su creadora. Eso es lo que esta pequeña producción de Carla Simón nos regala: un también pequeño pedazo de su vida, sus recuerdos de una infancia complicada señalada por la desgracia, la mirada de una niña hacia un mundo que ya no entiende y el poder redentor de las lágrimas.
Quizás no parezca mucho como argumento para una película, pero así es la vida, la de verdad, la de cualquiera de nosotros. Un filme que debe su autenticidad no solo al excelente guion de Simón, sino a la desarmante naturalidad de las dos jóvenes intérpretes: una maravillosa Laia Artigas, como la Frida protagonista, y su joven compañera de juegos Paula Robles, como Anna.
Un papel complicado el de Laia Artigas, como la niña que acaba de perder a su único progenitor, su madre, y debe aprender a vivir con su nueva familia, en casa de su tío en un verano de 1993. Complicado porque Carla Simón huye sabiamente de los subrayados y de dejar todo mascadito como si el espectador fuera tonto, para seguir a esta niña que debe expresarlo todo simplemente con su mirada.
Así, todo se muestra desde el punto de vista de la pequeña y lo hace sin juzgar su comportamiento. ¡Qué difícil ha debido ser para Carla Simón ser tan objetiva con sus propios recuerdos! Por eso, esta Verano 1993 resulta, tengo que decirlo otra vez, tan real, tan auténtica, tan dolorosa y al mismo tiempo tan esperanzadora. Una pequeña joya que nos ofrece una ventana por la que ver la vida pasar. No es fácil contar cómo un niño debe enfrentarse no solo a la muerte de sus padres, sino también al estigma social (ambos padres murieron de sida, en un tiempo en que poco se sabía de la enfermedad), pero Simón lo ha conseguido con una puesta en escena franca y sencilla, y sin olvidarse también de mostrar las dificultades de los adultos, esa joven pareja (interpretada por Bruna Cusí y David Verdaguer) que debe hacerse cargo de la responsabilidad de adoptar a un nuevo miembro en su familia.
Una más que recomendable y merecida candidata a representar a España en los próximos Oscar y que, de momento, se sitúa como la mejor producción nacional de lo que llevamos de año, con razón alabada por la crítica y en su paso por distintos festivales.
Siendo éste el primer largometraje de Carla Simón, estamos impacientes por ver qué más nos puede ofrecer, espero, en un futuro cercano.
Lo mejor: la pasmosa naturalidad de Laia Artigas; la escena final es simplemente perfecta.
Lo peor: que algunos medios hayan intentado politizar la (acertada) selección de Verano 1993 por nuestra academia de cine. Sí, es una película catalana y rodada en catalán, pero dejemos la demagogia de lado, por favor.
http://www.bollacos.com/verano-1993-ver-la-vida-pasar/
Quizás no parezca mucho como argumento para una película, pero así es la vida, la de verdad, la de cualquiera de nosotros. Un filme que debe su autenticidad no solo al excelente guion de Simón, sino a la desarmante naturalidad de las dos jóvenes intérpretes: una maravillosa Laia Artigas, como la Frida protagonista, y su joven compañera de juegos Paula Robles, como Anna.
Un papel complicado el de Laia Artigas, como la niña que acaba de perder a su único progenitor, su madre, y debe aprender a vivir con su nueva familia, en casa de su tío en un verano de 1993. Complicado porque Carla Simón huye sabiamente de los subrayados y de dejar todo mascadito como si el espectador fuera tonto, para seguir a esta niña que debe expresarlo todo simplemente con su mirada.
Así, todo se muestra desde el punto de vista de la pequeña y lo hace sin juzgar su comportamiento. ¡Qué difícil ha debido ser para Carla Simón ser tan objetiva con sus propios recuerdos! Por eso, esta Verano 1993 resulta, tengo que decirlo otra vez, tan real, tan auténtica, tan dolorosa y al mismo tiempo tan esperanzadora. Una pequeña joya que nos ofrece una ventana por la que ver la vida pasar. No es fácil contar cómo un niño debe enfrentarse no solo a la muerte de sus padres, sino también al estigma social (ambos padres murieron de sida, en un tiempo en que poco se sabía de la enfermedad), pero Simón lo ha conseguido con una puesta en escena franca y sencilla, y sin olvidarse también de mostrar las dificultades de los adultos, esa joven pareja (interpretada por Bruna Cusí y David Verdaguer) que debe hacerse cargo de la responsabilidad de adoptar a un nuevo miembro en su familia.
Una más que recomendable y merecida candidata a representar a España en los próximos Oscar y que, de momento, se sitúa como la mejor producción nacional de lo que llevamos de año, con razón alabada por la crítica y en su paso por distintos festivales.
Siendo éste el primer largometraje de Carla Simón, estamos impacientes por ver qué más nos puede ofrecer, espero, en un futuro cercano.
Lo mejor: la pasmosa naturalidad de Laia Artigas; la escena final es simplemente perfecta.
Lo peor: que algunos medios hayan intentado politizar la (acertada) selección de Verano 1993 por nuestra academia de cine. Sí, es una película catalana y rodada en catalán, pero dejemos la demagogia de lado, por favor.
http://www.bollacos.com/verano-1993-ver-la-vida-pasar/
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