No es nada del otro mundo, pero entretiene lo suficiente como para no dejarla de ver. Parece que está de moda hacer thriller e intriga en los países nórdicos, aunque los resultados son irregulares, es curioso contemplar este tipo de cine no hecho por americanos. Es mucho más frío, lento y reposado. En Aurora Boreal nos presentan un caso turbio, feo, el de un predicador moderno y joven, con secretos inconfesables, tan inconfesables como los modos y costumbres del lugar. Con trasfondo de fanatismo religioso y una sociedad cerrada y rebosante de machismo, nos va llevando fría y lentamente a la resolución, torpe, de un caso duro y desagradable. Dirección sosa, interpretaciones corrientes, muy floja la protagonista, bonita fotografía de unos parajes helados, bellos y a veces deprimentes. Homenaje a Fargo, con una policía que no parece tal, embarazada como la genial Frances McDormand, aunque sin llegarle ni a la suela del zapato. Lo dicho, se puede ver pero a estos suecos les vendría bien tomar el sol de vez en cuando, y comerse unas papas bravas o incluso algo más picante, porque da la sensación de que funcionan en modo de hibernación...será el clima.

Película grande, director enorme, actor gigante. Maravilloso film, con un sensacional guión, sin una sola fisura, sin fallos, y creo, que su secreto es, simplemente, conseguir que lo que tenemos ante nuestros ojos podría ser real, perfectamente real, tanto, que puede que muchas de las situaciones, probablemente sucedan con cierta frecuencia. Un personaje malvado y voyeur, que te coge de la mano y te muestra como hacer daño (esperemos que no cree escuela). Y un gran Balagueró, que le ilumina el camino con una clase maestra de hacer cine de intriga, suspense y terror, que te estremece, que te inquieta. Lo hace todo perfecto, incluso el final es acongojante, sin golpes, casi sin sangre, pero es demoledora. Hay escenas realmente sobrecogedoras, por su autenticidad, no desvelaré cuales, pero lo que hace Tosar por las noches, lo que se ve y lo que se intuye, es escalofriante. Sin efectos especiales, sin violencia, sin agresividad, solo inteligencia, perversión, maldad. El no puede ser feliz, y coge el camino más cruel para consolarse. Como digo, película extraordinaria, impecable, que dejara poso (seguro que hay remake americano), que acaparara premios y reconocimientos, vamos, una joya. No se la pierdan, y disfruten con Tosar de su maldad, de su abuso, sólo en el cine claro, disfruten de cada secuencia, de cada noche...

Estupendo primer tercio de ésta entretenida película inspirada en el honor y el orgullo romano. Comienza con fuerza, con dramatismo, con un centurión que pretende lavar la honra de su padre, que ha perdido la mítica legión IX. Y para ello despliega un impresionante alarde de valor. Pero su misión, recuperar el Aguila, es una aventura ya muy alejada del "peplum", y se convierte en una aventura arriesgada y temeraria. La mayor verguenza de una legión romana era perder su estandarte, ya lo dice el protagonista "No es un trozo de metal, es Roma". Pero todo es descafeinado, tibio, lento. Los protagonistas no conectan, al menos conmigo, y la última parte de la película es bastante desafortunada. Pocas emociones para tratar el tema que trata, y, como digo, todo un poco sosete. Le doy un 5 por la espectacular media hora inicial, luego es una peli normalita de aventuras, con unos Pictos ( la tribu Foca) un poco "africanizados". El Imperio Romano merece más grandeza, aunque sea en el cine. Discreta, pero entretenida.

No sé si la película es buena o mala, no me importa mucho. Me quiero quedar con la impresionante e inolvidable creación de Natalie Portman. Ni siquiera el exceso de ballet que termina por cansar, nubla la prodigiosa interpretación de ésta maravillosa actriz. La película, oscura y turbadora, comienza mostrandonos una Nina (Portman), dominada por una madre fustrada y obsesionada con el triunfo de su hija, tímida, obediente, reprimida que sólo vive para el ballet. No tiene vida, no se relaciona, es esquiva y angelical, pura, es el Cisne Blanco. Pero da un giro, presionada se lanza por un tobogan de lujuria, alcohol, drogas. Interioriza lo que anhela hasta el límite, hasta transformarse en lo que quiere, es el Cisne Negro. Se deja llevar por el borde de un abismo que aterra y no tiene fondo, no quiere interpretar al Cisne, quiere serlo, y lo consigue hasta el extremo, hasta donde fue capaz de llevarla un director que la exprime para lograr la perfección, hasta que el sueño se transforme en pesadilla.Y en medio de la locura, del "delirium tremens" en el que nos embosca un Aronofsky lúcido y creativo, Natalie se deja la piel, o las plumas, y nos regala una obra de arte en forma de una de las mejores interpretaciones que nunca he visto. Gracias por emocionarnos, por regalarnos un cachito de tu vida, porque da la sensación de que lo que nos ofreces al final sea cierto. Eres fantástica y me hubiera gustado poder aplaudir tu ofrenda, te lo mereces.

Cine palomitero, entretenido, fresco, sin otra pretensión que la de entretener al espectador. Y lo consigue haciendo lo que sabe, asustar y dirigir convirtiendo a cualquier actor en un actor solvente. Buen montaje, buen guión y las ideas muy claras, además de una larga trayectoria en estas lides, son suficientes para tejer una historia mil veces hecha, y, casi siempre con resultados muy irregulares, pero no con éste mito viviente del cine de terror. Todo sale bien, impecable. Resumiendo: No es una obra maestra, pero es de esas películas que hacen del cine un espectáculo que te evade, aunque sea hora y media, de todo lo que sucede fuera de la sala. A ver si aprenden algunos a hacer cine de serie B como si fuera de serie A. Felicidades Sam.