James Cameron es un excelente comunicador, sólo con verle hablar en cualquier "Cómo se hizo" se da uno cuenta de su facilidad para convencer y de la claridad de sus ideas. Si a esto le añadimos un don especial para la técnica, una capacidad abrumadora para cuidar los detalles y un sentido artístico sobresaliente, no nos debería extrañar que este "Cyborg" con el que un día tuvo pesadillas, se convirtiera en un fenómeno cinematográfico de tanta categoría y reconocimiento a lo largo y ancho del planeta.

Yo siempre digo que "Terminator 2" es la secuela que mejor ha coronado, completado y ensalzado a su antecesora. Es un fenómeno raro, ya que se pueden contar con los dedos de una mano las segundas partes que son iguales o mejores que la original. La esencia y genialidad de esta película es que ahonda con maestría en el hilo argumental que tanto nos hizo pensar (la famosa paradoja temporal), además profundiza ingeniosamente en el drama de sus personajes y mejora considerablemente el aspecto visual, no solo en cuanto a efectos digitales sino a la originalidad a la hora de utilizar las técnicas de filmación más innovadoras. Igualmente, rellena los posibles huecos e incógnitas de la primera parte y plantea otras nuevas, respetando sin fisuras las premisas de su antecesora.

Tiene un guión inteligente, impecable, lleno de divertidísimos giros, situaciones de gran calidad dramática y acción espectacular. Todo presentado con elegancia y en la dosis precisa para que podamos disfrutar visualmente y a la vez tengamos tiempo para reflexionar sobre lo que estamos viendo.

Sí, es cierto que esta segunda cinta tiene un aire más comercial, pero se puede perdonar a cambio de tanta genialidad condensada en unos fugaces 135 minutos, que al final incluso saben a poco.

¿Qué más se puede decir que no se haya dicho ya? Tan sólo invitar a todos a verla, les guste o no la fantasía o la ciencia ficción, porque más allá del género, ésta es una verdadera lección de cinematografía que cualquier aficionado debería ver al menos una vez.

Esta de Stephen Herek de 1993, es una versión de "Los tres mosqueteros" que me gusta mucho por razones personales y por su tono ligero y su esencia tan despreocupada. No hay que esperar de ella una adaptación profunda sino una película sin pretensiones más allá de entretener y hacer que las palomitas sepan mejor de lo habitual.

Disney creó para esta peli un guión sencillo con personajes muy caricaturescos, y se buscó un fenomenal grupo de actores que tiene ese deje de "rebelde sin causa" que tanto marcó mi generación con películas como "Línea mortal", "Arma joven" o "Jóvenes ocultos". Esa misma generación de actores son hoy estrellas bien reconocidas por su talento y aportación al cine y la televisión de los últimos 25 años. Kiefer Sutherland, Charlie Sheen y Oliver Platt, junto a Rebecca de Mornay y Tim Curry hacen que la historia brille con esplendor al son del tema "All For Love" interpretado por por Bryan Adams, Rod Stewart y Sting. Un cóctel muy comercial, sí, pero a mi entender destiló una película de calidad respetable, con alma transparente, acción trepidante, con valores como la amistad, el amor y el honor, para toda la familia.

"Los Tres mosqueteros" en Dvd, es el primer título de mi videoteca que compré allá por el 95 y conservo con mucho amor en la estantería, en un ya decrépito estuche, listo para ser visionado una y otra vez...

Película sin prácticamente nada que destacar aparte de la presencia de Mel Gibson, que no consigue desde hace muchos años cuajar una buena faena.
Aunque la acción está bien y los actores están correctos, el argumento es de lo más visto y el guión no tiene ni una pizca de originalidad, ni una. Aburre a ratos y no acaba de ser lo seria que pretende. Sin la presencia de Gibson, esta película probablemente ni se hubiera estrenado en cine.
Preocupante situación la de el cine actual, donde parece que está dejando de existir la innovación y la originalidad...

Como estoy cansado de ir al cine a ver supuestas comedias que al final no son tal, u otras que son un mero conjunto de situaciones sórdidas o soeces que buscan únicamente escandalizar, pues a esta peli le doy un notable, por ser incluso más que lo que dice ser: una comedia romántica.

Y digo que es más que una comedia romántica porque también es fresca, simpática, colorista, agradable, con algún toque picantón (a lo mejor no apto para los más pequeños, pero todo en un tono ligero y desenfadado), localizaciones exóticas, personajes estrambóticos y situaciones hilarantes que consiguen hacer reír muchas veces y que, al ritmo de una música estupenda, te hacen salir de la sala contento, con una sonrisa en la cara.

Drew Barrymore está estupenda y entrañable, espontánea y natural, reaccionando a las socarronerías y barbaridades de su compañero Adam Sandler, da gusto ver lo bien que conjugan en pantalla. Con respecto a Sandler, pues igual que siempre, en su tono monocromático habitual, haciendo su papel de "tí, de mí y del de más allá", que si te gusta (a mí sí) te hará pasar un buen rato.

Tiene todos los ingredientes para hacerte sentir, que a mi entender es una de las funciones más importantes del cine.
Corre al tu sala, compra palomitas y Coca Cola ¡y a disfrutar!.

Súper ligerísima comedia romántica y de acción que te envuelve con el glamour de sus protagonistas y el esplendor de los lugares que visita. Imágenes cálidas y agradables, gente guapa y acción despreocupada te harán pasar un agradable rato sin quebraderos de cabeza, en el que podrás olvidar la cotidianidad asomandote a mundos mejores.

Brosnan y Thompson son un regalillo para la vista y un refresco para el alma muy recomendable para ver en familia.