Bellísima película.
El inicio ya resulta encantador. Con ese vendedor de triunfadores sumido en el fracaso, con ese suicida que debe recuperarse junto a un nihilista adolescente, un "patito feo" soñando ganar un concurso de belleza, un abuelo desatado y una madre intentando dar cordura a todo ello.

La película comienza presentando a unos ciudadanos "distintos" pero que, sin embargo, no pueden evitar estar encadenados a la normalidad que la sociedad les exige, ya que o sufren por ello (el hermano, el hijo) o bien desean salir de esa situación (el padre, la hija). La película, tal y como la interpreté, es la evolución de esas cadenas relucientes al principio y un óxido que poco a poco las va corroyendo, a la vez que libera a los personajes, concluyendo todo ello en un pirotécnico final.

El guión podría tener mayor calado, pero tampoco se queda corto.
La dirección es fenomenal. Una majestuosa fotografía. Unos atractivos colores. Y una música que, a mi gusto, encaja a la perfección.

Quizás no sea una obra maestra, pero sólo por la sensación que deja y las carcajadas que produce merece un 10.