You must be a loged user to know your affinity with Dr_Lemon
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,1
19.690
3
19 de agosto de 2011
19 de agosto de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película fue francamente una decepción. Bastante grande.
Suelo disfrutrar de aquellos films yanquis que se animan a hablar sin filtros de las miserias escondidas detrás de brillante fachada del sueño americano y bla bla bla, desnudando las contradicciones, las fricciones y las acciones que realmente ocurren lejos de los flashes y las luces de los grandes estudios, y en especial, claro, cuando se trata de películas sobre la adolescencia, tal vez cuando más críticos y más arteros se han mostrado (pienso en Welcome to the Dollhouse, Kids, Gummo, Mean Creek, todas imprimen una mirada en la cual se entreve una narración comprometida, es decir, se sacaron la careta).
Pero esta no. La historia en sí no me gustó en absoluto. Si bien puede sonar algo convincente su mensaje sobre el anhelo de aceptación, la necesidad de tener amigos, de ocupar un rol “aceptable” en una comunidad tan arisca como lo es una escuela secundaria, lo que sea que transmiten sus personajes principales (si es que transmiten algo) es basura. El personaje principal (ya ni me acuerdo cómo se llama) comete una estupidez atrás de la otra y nunca aprende de sus errores ni aún cuando parecen arrastrarla por la pendiente y ella pretende permanecer naive, ignorante, y seguir con su rumbo cuesta abajo. No veo nada de honestidad en sus personajes, al menos en los que el film se centra, todo se maneja bajo la hipocresía, el negar lo que realmente ocurre, la aceptación de las miserias propias y ajenas. Esto nos lleva a una suma de situaciones entre desagradables, malogradas, poco inteligentes, o que no fueron ni un décimo de todo lo que podrían ser. Cada personaje se hunde en sus propias limitaciones y lo que hay es una construcción de inhibiciones y palabras reprimidas que en otros momentos, tampoco satisfactorios para mí, se dan rienda suelta todo de una vez, logrando que todo estalle, pero ni siquiera dejando cimientos para una mejor reelaboración.
En el final no nos queda ningún mensaje alentador, pero, ay, esto no es porque la vida es cruel y no ofrece oportunidades, porque las hay, sino porque tal vez son realmente unos idiotas y no se dan cuenta de que las tienen y siguen empecinados en seguir estrellándose contra el suelo. Nadie hace una lectura correctiva. Da la sensación de que nunca van a pensar en lo que hacen.
Uno de los ejercicios que más me gusta hacer cuando veo una película de adolescencia es cómo siguió la vida de cada uno cuando la historia termina. En este caso ni me interesó. Debe ser la convicción de que sería más de lo mismo.
Suelo disfrutrar de aquellos films yanquis que se animan a hablar sin filtros de las miserias escondidas detrás de brillante fachada del sueño americano y bla bla bla, desnudando las contradicciones, las fricciones y las acciones que realmente ocurren lejos de los flashes y las luces de los grandes estudios, y en especial, claro, cuando se trata de películas sobre la adolescencia, tal vez cuando más críticos y más arteros se han mostrado (pienso en Welcome to the Dollhouse, Kids, Gummo, Mean Creek, todas imprimen una mirada en la cual se entreve una narración comprometida, es decir, se sacaron la careta).
Pero esta no. La historia en sí no me gustó en absoluto. Si bien puede sonar algo convincente su mensaje sobre el anhelo de aceptación, la necesidad de tener amigos, de ocupar un rol “aceptable” en una comunidad tan arisca como lo es una escuela secundaria, lo que sea que transmiten sus personajes principales (si es que transmiten algo) es basura. El personaje principal (ya ni me acuerdo cómo se llama) comete una estupidez atrás de la otra y nunca aprende de sus errores ni aún cuando parecen arrastrarla por la pendiente y ella pretende permanecer naive, ignorante, y seguir con su rumbo cuesta abajo. No veo nada de honestidad en sus personajes, al menos en los que el film se centra, todo se maneja bajo la hipocresía, el negar lo que realmente ocurre, la aceptación de las miserias propias y ajenas. Esto nos lleva a una suma de situaciones entre desagradables, malogradas, poco inteligentes, o que no fueron ni un décimo de todo lo que podrían ser. Cada personaje se hunde en sus propias limitaciones y lo que hay es una construcción de inhibiciones y palabras reprimidas que en otros momentos, tampoco satisfactorios para mí, se dan rienda suelta todo de una vez, logrando que todo estalle, pero ni siquiera dejando cimientos para una mejor reelaboración.
En el final no nos queda ningún mensaje alentador, pero, ay, esto no es porque la vida es cruel y no ofrece oportunidades, porque las hay, sino porque tal vez son realmente unos idiotas y no se dan cuenta de que las tienen y siguen empecinados en seguir estrellándose contra el suelo. Nadie hace una lectura correctiva. Da la sensación de que nunca van a pensar en lo que hacen.
Uno de los ejercicios que más me gusta hacer cuando veo una película de adolescencia es cómo siguió la vida de cada uno cuando la historia termina. En este caso ni me interesó. Debe ser la convicción de que sería más de lo mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ah, y truco bajísimo para llamar la atención el de poner dos minas besándose. Bajísimo...

8,2
81.460
7
28 de septiembre de 2009
28 de septiembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por los años 70, cuando el flower power estaba dejando atrás los últimos resquicios de poder que otrora había conseguido sobre las generaciones jóvenes, en Gran Bretaña se desencadenaba una cruenta guerra que lejos, muy lejos se encontraba de los conflictos al sudeste asiático.
Era una guerra sobre la identidad, una guerra sobre el sentimiento nacionalista o la idea, el objetivo de un grupo de irlandeses armados, de sobreponerse al colonialismo inglés y partir de cero alejados del llamado "Reino Unido".
Ese es nuestro punto de partida en este drama dirigido por Jim Sheridan y estelarizado por (de pie por favor) Daniel Day Lewis, uno de los mejores actores británicos surgidos en la última generación que viene a justificar cada una de sus credenciales con una interpretación llena de fuerza y talento, sin lugar a dudas el ancho de espadas de la cinta.
La película se mueve entre planos dibujados debajo del neblinoso cielo británico: comenzamos en Belfast, viendo tanques de guerra y francotiradores apostados en la terraza como algo rutinario; seguimos en Londres, donde Conlon y su amigo tratan sin éxito de dárselas de okupas, terminando en una plaza que acabaría volviéndoseles una ubicación crucial.
Al momento de entrar a la cárcel es cuando Day Lewis comienza a pegar con más fuerza dentro del rol; nosotros vemos su desesperación, su furia, su tibio asomo a la resignación, a bajar los brazos. Vemos la aparición de Emma Thompson entre los barrotes como el hálito de oxígeno que necesitaba un ambiente por demás caldeado.
El drama se maneja en buena intensidad, aunque también hace aguas cuando se habla de la tensión que requieren los minutos decisivos (ya que si bien dejan expectante al espectador no terminan de atraparlo) y por momentos parece mantenerse únicamente por los excelentes desempeños de los actores seleccionados (Mención también para Postlethwaite, pintando un sorprendente desenvolvimiento en la piel de Giussepe). Se nota en esos casos los emparches que Sheridan le deja a su obra, que pese a sus defectos se las arregla para avanzar con cierta firmeza hasta el final. Gerry Conlon fue víctima del peor error de la justicia británica en su historia: nosotros somos invitados a conocer la historia de Conlon con esta singular y trágica obra.
Era una guerra sobre la identidad, una guerra sobre el sentimiento nacionalista o la idea, el objetivo de un grupo de irlandeses armados, de sobreponerse al colonialismo inglés y partir de cero alejados del llamado "Reino Unido".
Ese es nuestro punto de partida en este drama dirigido por Jim Sheridan y estelarizado por (de pie por favor) Daniel Day Lewis, uno de los mejores actores británicos surgidos en la última generación que viene a justificar cada una de sus credenciales con una interpretación llena de fuerza y talento, sin lugar a dudas el ancho de espadas de la cinta.
La película se mueve entre planos dibujados debajo del neblinoso cielo británico: comenzamos en Belfast, viendo tanques de guerra y francotiradores apostados en la terraza como algo rutinario; seguimos en Londres, donde Conlon y su amigo tratan sin éxito de dárselas de okupas, terminando en una plaza que acabaría volviéndoseles una ubicación crucial.
Al momento de entrar a la cárcel es cuando Day Lewis comienza a pegar con más fuerza dentro del rol; nosotros vemos su desesperación, su furia, su tibio asomo a la resignación, a bajar los brazos. Vemos la aparición de Emma Thompson entre los barrotes como el hálito de oxígeno que necesitaba un ambiente por demás caldeado.
El drama se maneja en buena intensidad, aunque también hace aguas cuando se habla de la tensión que requieren los minutos decisivos (ya que si bien dejan expectante al espectador no terminan de atraparlo) y por momentos parece mantenerse únicamente por los excelentes desempeños de los actores seleccionados (Mención también para Postlethwaite, pintando un sorprendente desenvolvimiento en la piel de Giussepe). Se nota en esos casos los emparches que Sheridan le deja a su obra, que pese a sus defectos se las arregla para avanzar con cierta firmeza hasta el final. Gerry Conlon fue víctima del peor error de la justicia británica en su historia: nosotros somos invitados a conocer la historia de Conlon con esta singular y trágica obra.
10 de octubre de 2008
10 de octubre de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una buena sensación la que uno experimenta cuando se reencuentra con un viejo amor, es cierto. Solo que a veces puede cambiar la impresión.
Cierto es que cuando vi por primera vez esta película yo estaba tirado en la cama, postrado tras una larga operación que me dejó bastante dolorido y buscando algo decente para ver, y sin más remedio me dejé llevar y terminé enamorándome de esta película y por supuesto de la hermosa Maud Forget.
Pero bueno, también es cierto que yo era bastante más joven en ese entonces y pasó un largo tiempo hasta que pude darle una ansiada segunda mirada. El resultado fue que, en efecto, me saqué las ganas de volverla a ver, y también un poco más que eso, pero sentí que no era lo mismo en cuanto a lo que sentía ni a lo que pensaba realmente de la cinta como obra de arte.
En fin, es buena, bastante decente y es obvio que calla a muchos que en sus "primeras impresiones" confundieron MF con una comedia adolescente, ya que esta va evolucionando con rapidez hasta volverse todo un drama con buenos matices, pero también es cierto que ya no me parece tan fantástica como lo era antes, y que sin alcanzar la mediocridad pierde superlatividad. Igual así, recomendable.
Cierto es que cuando vi por primera vez esta película yo estaba tirado en la cama, postrado tras una larga operación que me dejó bastante dolorido y buscando algo decente para ver, y sin más remedio me dejé llevar y terminé enamorándome de esta película y por supuesto de la hermosa Maud Forget.
Pero bueno, también es cierto que yo era bastante más joven en ese entonces y pasó un largo tiempo hasta que pude darle una ansiada segunda mirada. El resultado fue que, en efecto, me saqué las ganas de volverla a ver, y también un poco más que eso, pero sentí que no era lo mismo en cuanto a lo que sentía ni a lo que pensaba realmente de la cinta como obra de arte.
En fin, es buena, bastante decente y es obvio que calla a muchos que en sus "primeras impresiones" confundieron MF con una comedia adolescente, ya que esta va evolucionando con rapidez hasta volverse todo un drama con buenos matices, pero también es cierto que ya no me parece tan fantástica como lo era antes, y que sin alcanzar la mediocridad pierde superlatividad. Igual así, recomendable.

6,7
28.140
7
22 de agosto de 2011
22 de agosto de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es pornografía. No es sensacionalismo. No es la provocación por la provocación misma. No es un golpe bajo. No es un intento solapado de tirarte abajo mal camuflado.
Es un compromiso. Un compromiso con las propias convicciones y los propios principios. Es una demostración magistral de decisión, de atrevimiento, de saber lo que se quiere hacer. En ningún momento el film tambalea o se tira para atrás, salvo para narrar, claro está. En ningún momento vemos algo que podría haber sido más o que se ocultó o que se dejó pasar. El film va a por todo.
¿Vamos a mostrar violencia? Muy bien. Pero mostremos violencia. No la careteemos moviendo la cámara de lugar cuando la acción desagradable se hace presente. No mostremos sombras cuando quienes actúan son, siempre son, las personas. No oscurezcamos la luz más que para darle tono a la crudeza que está por aparecer, sin tapujos. No nos quedemos a medio camino.
Creo que la prueba de que este film es mucho más que buscar conmover al espectador es que deciden mostrar las dos infames escenas desde el comienzo, dejando al menos cuarenta minutos más para desarrollar, justificar, construir. Causa y efecto. Algo que rodea, y algo que se desencadena en el centro. Algo que transcurre por algo que transcurrió por algo que transcurrió. Y al final, más esencia, la película no se queda nunca en un momento en particular.
No todos pueden digerirlo, es cierto. Puede resultar demasiado terrible. Pero bajo ningún concepto esto se queda en una trompada, un atentado a la sensibilidad del espectador. Es mucho más que eso. Mucho más que dos escenas. Solo que esas dos escenas cuentan con uno de los más altos niveles de compromiso que alguien se haya animado a mostrar frente a la cámara.
Es un compromiso. Un compromiso con las propias convicciones y los propios principios. Es una demostración magistral de decisión, de atrevimiento, de saber lo que se quiere hacer. En ningún momento el film tambalea o se tira para atrás, salvo para narrar, claro está. En ningún momento vemos algo que podría haber sido más o que se ocultó o que se dejó pasar. El film va a por todo.
¿Vamos a mostrar violencia? Muy bien. Pero mostremos violencia. No la careteemos moviendo la cámara de lugar cuando la acción desagradable se hace presente. No mostremos sombras cuando quienes actúan son, siempre son, las personas. No oscurezcamos la luz más que para darle tono a la crudeza que está por aparecer, sin tapujos. No nos quedemos a medio camino.
Creo que la prueba de que este film es mucho más que buscar conmover al espectador es que deciden mostrar las dos infames escenas desde el comienzo, dejando al menos cuarenta minutos más para desarrollar, justificar, construir. Causa y efecto. Algo que rodea, y algo que se desencadena en el centro. Algo que transcurre por algo que transcurrió por algo que transcurrió. Y al final, más esencia, la película no se queda nunca en un momento en particular.
No todos pueden digerirlo, es cierto. Puede resultar demasiado terrible. Pero bajo ningún concepto esto se queda en una trompada, un atentado a la sensibilidad del espectador. Es mucho más que eso. Mucho más que dos escenas. Solo que esas dos escenas cuentan con uno de los más altos niveles de compromiso que alguien se haya animado a mostrar frente a la cámara.
25 de julio de 2009
25 de julio de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se deja entrever desde el vamos que el director tiene hambre de innovación. No solo por la utilización de un blanco y negro claro y potente, que ayuda al espectador a comprender un poco más la mente del problemático David, sino también por esas salidas de aire que hay a lo largo de la película. Durante minutos, vemos como carnean a un cerdo y lo preparan para asar, vemos el ligero movimiento de las ramas al compás del viento y asistimos sigilosamente a la vida de la granja, ya sea con los conejos o con los gallos. Estas pausas -sumadas a otras que vendrán más adelante y que serán mucho más simbólicas y bizarras- terminan de cerrar una idea bastante bien formada.
Me da la sensación de que el director hizo la película como un artesano: cada escena labrada con paciencia y exactitud, sin nada suelto y con bastante frialdad.
Tal vez, será, lo que le encuentro de malo a esta película es el exceso de pausas. Se nota que es precisamente lo que el director quería, pero no precisamente juega a favor de la obra. Si bien unas hasta son entretenidas (como el truco del perro con el sombrero) otras solo empastan la narración y hasta se vuelven difíciles de digerir.
Los amigos de los tíos son un buen ornamento: ese conjunto de viejos apasionados por el alcohol decoran con algo de gracia un film que no busca precisamente hacer sentir cómodo al espectador. Pero los viejos, algunos hasta por los cuarenta lejanos, solo se ríen, hacen chistes, se dejan llevar por una tarde calurosa.
David no termina de ser el eje esencial de la narración, y cuando le toca serlo a veces sale bien y otras no tanto. Es el adolescente arrogante y agresivo que se vino a ver. Pero se nota que de fondo esconde otra historia, otros deseos, otros miedos. Y su reacción del final nos cuenta, en solo unos segundos, algo de lo mucho que este chico se trae de arrastre. No hay mucha tensión en el filme, y aunque esa acción es la más significativa de la película tampoco se la enfoca con mucha intensidad. David recurre a donde puede, busca ayuda, la pide a gritos. Pero gritando en silencio. El nunca ablanda su mirada.
Al final del día, se puede decir que aunque está bien lograda es igual así una película discreta. Hay que darle un poco de más de chances a este director, para ver con que sorprende a futuro, ya que recurriendo al ansia de innovar le salió más o menos bien y dejó una modesta, tibia, buena impresión.
Me da la sensación de que el director hizo la película como un artesano: cada escena labrada con paciencia y exactitud, sin nada suelto y con bastante frialdad.
Tal vez, será, lo que le encuentro de malo a esta película es el exceso de pausas. Se nota que es precisamente lo que el director quería, pero no precisamente juega a favor de la obra. Si bien unas hasta son entretenidas (como el truco del perro con el sombrero) otras solo empastan la narración y hasta se vuelven difíciles de digerir.
Los amigos de los tíos son un buen ornamento: ese conjunto de viejos apasionados por el alcohol decoran con algo de gracia un film que no busca precisamente hacer sentir cómodo al espectador. Pero los viejos, algunos hasta por los cuarenta lejanos, solo se ríen, hacen chistes, se dejan llevar por una tarde calurosa.
David no termina de ser el eje esencial de la narración, y cuando le toca serlo a veces sale bien y otras no tanto. Es el adolescente arrogante y agresivo que se vino a ver. Pero se nota que de fondo esconde otra historia, otros deseos, otros miedos. Y su reacción del final nos cuenta, en solo unos segundos, algo de lo mucho que este chico se trae de arrastre. No hay mucha tensión en el filme, y aunque esa acción es la más significativa de la película tampoco se la enfoca con mucha intensidad. David recurre a donde puede, busca ayuda, la pide a gritos. Pero gritando en silencio. El nunca ablanda su mirada.
Al final del día, se puede decir que aunque está bien lograda es igual así una película discreta. Hay que darle un poco de más de chances a este director, para ver con que sorprende a futuro, ya que recurriendo al ansia de innovar le salió más o menos bien y dejó una modesta, tibia, buena impresión.
Más sobre Dr_Lemon
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here