La primera temporada resulta bastante entretenida y a un buen nivel en todos los aspectos. Argumento sólido y personajes creíbles y bien elegidos. En cambio, la segunda temporada no aporta demasiado nuevo y los personajes se van desvaneciendo y todo se hace plano, sin rumbo en determinados momentos. Se puede ver, porque siempre es necesario saber cómo sigue una historia que comienza con tan buen tino, pero desmerece a la primera parte sin duda alguna.

Mala mala malísima.
Recuerdo que la alquilé pensando en pasar un buen rato.
Genial, de goya, el momento inicial de la persecución del coche. Fíjense en el casco que lleva el conductor. O qué me dicen de la maravillosa recreación del simio.
Totalmente genial de principio a fin. Si siguen así se cargarán el género.

Una serie correcta, que se deja ver, pero que no tiene mordiente. Interpretación adecuada de la protagonista. Una serie para ver si ya hemos degustado otras de mayor calidad y no tenemos nada mejor que hacer. Téa Leoni consigue, al menos, salvar un producto que no compromete y que por tanto tampoco exige en demasía. Esperaba sin duda algo mucho mejor. Se podría haber ahondado más en diferentes conflictos existentes o similares y se podría haber jugado más con la crítica o al menos haber descrito con mayor realidad el día a día del trabajo de una secretaria de estado. En fin.

El problema de esta cinta es vario. Por una parte su corto presupuesto, que lo sitúa en el mundo de las producciones televisivas de sobremesa. Por otra parte, su estructura francamente previsible y su final más que manido. Vista en el año 2000 quizás podría llegar a sorprender, por algún giro importante de la trama; vista hoy y tras cientos de películas de igual argumento e idéntico golpe final pierde totalmente su gracia.
Correctas interpretaciones. Quizás un personaje que nada aporta al devenir de la historia (el amigo impedido) y poco más que comentar.
Hay muchas otras obras de esta temática que aportan más al espectador. No es necesario perder el tiempo con ella.

En general todo se reduce a : No tenemos dinero y cuánto nos queremos. Nos desahucian, ¿de dónde sacar lo que necesitamos y encima buscando a un bebé? Qué suerte, nuestro inquilino del sótano con cara de depravado y al que no veíamos desde hace tiempo está muerto y ha dejado un dinero escondido en la casa. ¿Nos lo quedamos? De acuerdo. Pues a verlas venir y a intentar salir del entuerto.
Una película corriente, de argumento ya visto y que poco aporta al cine en general. Una actuación simplona y correctita de los protagonistas. La necesidad de enseñar el trasero de la ya en declive Kate Hudson (aunque a decir verdad tampoco es que haya logrado mucho más), el poco interesante trabajo del aquí un tanto aburrido James Franco y un Tom Wilkinson del que sigo pensando que desperdicia lo que tiene como actor, como buen actor.
Para un domingo cualquiera de los que yo prefiero estar en una cafetería charlando con alguien.