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España España · Madrid
Críticas de JBlas
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
10
16 de octubre de 2013
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Las grandes películas son aquellas que cuando se apagan las luces del cine y empieza la proyección te cogen con fuerza por la solapa de la chaqueta y ya no te sueltan hasta que las luces vuelven a encenderse. Consiguen que te olvides de todo lo externo a la película y que durante 100 minutos vivas una historia que no es la tuya. Y lo de menos es si lo consiguen haciéndote reír o llorar, provocándote tensión, terror o emoción, porque una gran película es tu vida durante 100 minutos y la vida no tiene género.
En GRAVITY tu vida es la de un privilegiado astronauta que observa muy de cerca a Sandra Bullock y George Clooney en su épica aventura en un espacio no muy lejano. Alfonso Cuarón, conocedor de que el espectador ya ha vivido en una sala de cine muchas otras épicas aventuras, decide tratarlo como la persona inteligente que probablemente sea -por elegir ver esta película- y cuenta la historia con los detalles justos y necesarios para transmitir lo que está ocurriendo sin edulcorantes, artificios o adornos. Los trabajos de realización, efectos visuales, montaje y diseño de sonido son sobrecogedores y sirven para transmitir un realismo que nunca antes habíamos visto en una película ambientada totalmente en gravedad cero. Pero realismo sin emoción no sirve de nada y conseguir llegar a ello, a la emoción, sin esos artificios es algo que está en poder de muy pocos directores actuales. Alfonso Cuarón demuestra, una vez más, que es uno de los portadores de ese súper poder y sabe convertir en realidad increíbles secuencias que otros directores no se atreven ni a soñar, porque muy probablemente jamás podrán realizarlas.
Esta es la mejor película que ha hecho Sandra Bullock, no creo necesario repasar su filmografía para ratificarme, y George Clooney vuelve a estar genial como casi siempre últimamente –aquí si he mirado su filmografía, por si acaso-.
El único detalle que, en mi opinión, separa a esta película de la denominación de Obra Maestra es una construcción narrativa quizás demasiado sencilla que no nos permite empatizar claramente con la historia personal de la doctora Ryan Stone (Bullock). Los supuestos y comentados errores científicos –errorcillos, diría yo- son absolutamente intrascendentes y perdonables. Entiendo que algún científico haya creído que se encontraba realmente en el espacio y por eso haya detectado errores, pero no, GRAVITY es una ficción y como tal solo debe ser fiel a sus propias leyes –físicas y narrativas-. En cualquier caso, desde mi ignorancia científica, yo nunca he estado tan cerca de estar en el espacio como viendo esta película.
JBlas
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3
27 de agosto de 2012
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He de reconocer que hasta hace solo cuatro o cinco días no sabía nada de la existencia de esta cinta y fue en el visionado casual de su tráiler cuando nació mi interés por ver esta película. En mi modus operandi habitual prefiero conocer y/o leer algo más sobre la peli que voy a ver, pero en este tráiler me presentaban una atractiva historia de ciencia ficción realista –últimamente mi género debilidad- protagonizada por una pareja de súper guapos y, todavía no entiendo por qué, solamente esto fue capaz de seducirme.
En estas líneas voy a intentar desentrañar el porqué de esta extraña seducción y ya de paso trataré de aprender algo en el proceso.
“In Time” habla de un tema universal como es la eterna juventud y presenta a unos seres humanos que no envejecen más allá de los 25 años –sorprende la secuencia inicial en la que Justin Timberlake saluda a su madre/pivonazo también de 25 años- el tiempo es considerado, literalmente, dinero y todas las personas llevan un cronómetro en su muñeca que marca exactamente el tiempo que les queda de vida; un desayuno cuesta 20 minutos, un billete de autobús 1 hora y tu sueldo son unos pocos días.
Tampoco en este mundo de ficción somos todos iguales y los ricos poseen mucho más tiempo que los pobres o dicho de otra manera, la inmortalidad es solo una cuestión de clase social. La dualidad tiempo/dinero y la metáfora con la época actual en la que vivimos son tan evidentes y claras que nadie puede resultar pedante al hablar de ellas. También resulta simpático el espíritu independiente con afán claramente revolucionario y anti sistema que está presente en la historia. Hasta aquí todo atractivo ¿no?, continuemos.
Apostaría porque Justin Timberlake va a mutar en breve en mega estrella exclusivamente cinematográfica y junto con Ashton Kutcher, van a representar el relevo natural y necesario de los Johnny Depp y Brad Pitt –que dice que se retira en tres años-. A pesar de que “In Time” no es precisamente una cumbre interpretativa del bueno de Justin, no se le puede responsabilizar únicamente a él de una construcción de personaje, en ocasiones, bastante increíble –presentan a un Will Salas (Justin Timberlake) que vive al día y no guarda nada para mañana y, aunque en el aspecto del dinero es creíble que una persona llegue al final del día sin un euro en el bolsillo, en el asunto del tiempo quizás sería más realista tener un poco de cuidado para llegar a ese final del día con algo de tiempo/vida-. Ya que he abierto la caja de los truenos no puedo evitar añadir que en esta fábula futurista la existencia de los teléfonos móviles hubieran evitado y arruinado el funcionamiento de toda la trama y que el hecho de que en un futuro, lejano o no, no existan teléfonos móviles o tecnología similar es algo, una vez más, increíble en una película que trata el realismo y la verosimilitud como uno de sus principales activos.
Bien, voy encontrando razones de mi decepción, continuemos.
Amanda Seyfried corre estupendamente con tacones, sus mini faldas son muy sexys y empuña con gracia una pistola mientras nos mira con unos ojos entre aniñados y salvajes, pero cuando sus diálogos no son especialmente ocurrentes y su rol de compañera/florero del chico protagonista es tan marcado, resulta complicado diferenciarse o mostrar algo de personalidad que nos haga creer en esta actriz.
Todos sabemos, o deberíamos saber, que las secuencias de acción de las películas son mentira y en ocasiones sobre guión no acaban de tener consistencia, pero gracias al talento creativo y trabajo de grandes realizadores podemos llegar a creernos lo más increíble y disfrutar rotundamente de esas mentiras. En este grupo de grandes arquitectos de secuencias de acción entran nombres que van desde Spielberg o Cameron hasta Michael Bay o Michael Mann, pero yo nunca incluiría en este grupo el nombre de Andrew Niccol, entendiendo que todos ellos cuentan con los suficientes medios técnicos y económicos para convertir en realidad la secuencia de acción que tienen en su cabeza -no se me ocurre forma más civilizada de expresar mi decepción con las secuencias de acción de esta película-.
“In Time” podría erigirse en icono revolucionario de los indignados a la manera de “V de Vendetta” (James McTeigue, 2.006), pero en mi opinión se queda en un bienintencionado intento que probablemente no trascenderá.
Llegados a este punto, mi conclusión personal sería que resulta mucho más fácil hacer un buen tráiler que una buena película y por ello los trailers no son de fiar. Ya, para llegar a esta conclusión tan obvia quizás no hacía falta tanta palabrería, pero al menos yo no hice un tráiler para contarte que la conclusión iba a ser la hostia.
JBlas
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9
27 de agosto de 2012
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En el año 2.009, cuando todos nos maravillamos por la revolución 3D metódicamente planeada por el todopoderoso James Cameron y sus avatares, el director francés Michel Hazanavicius trataba de sacar adelante un romántico y anacrónico proyecto que consistía en la elaboración de una pequeña película muda y en blanco y negro, homenaje directo al nacimiento del cine y su posterior transformación en fenómeno social y artístico.
Puedo imaginar las carcajadas y palabras malsonantes que el bueno de Michel debió escuchar en toda clase de despachos y reuniones antes de cruzarse en su camino con Thomas Langmann, un verdadero visionario que se convirtió en el productor de una película cuyo actual éxito era absolutamente imprevisible.
Más allá de la admiración personal que puedo sentir por la enorme valentía de estas personas que fueron capaces de crear y levantar un proyecto contra toda moda o tendencia, es vital destacar la calidad final de ese producto. Es decir, mientras la investigación tecnológica nos lleva hacia algo que probablemente en un futuro no muy lejano será un cine holográfico, creo que es importante reincidir en el mérito conceptual de crear una gran película muda y en blanco y negro, pero sobre todo es vital destacar el excelente resultado final. A pesar de todas esas magníficas intenciones iniciales, evidentemente nadie hubiera hablado de esta película de no ser tan inequívocamente buena.
“The Artist” presenta personajes antiguos, con una visión del amor y de la vida limpia y pura, algo muy difícil de encontrar en personajes del cine actual, quizás como reflejo de personas de la sociedad actual. La prodigiosa interpretación de su pareja protagonista -Jean Dujardin y Bérénice Bejo- nos aleja de prejuicios hacia esos anticuados arquetipos y éste es quizás el primer gran logro de la película -qué diferente hubiera sido todo si la primera vez que se cruzan los dos personajes a la salida del cine, en vez de despertar nuestra sonrisa y nuestra simpatía, hubieran hecho aparecer las primeras dudas-. No es nada fácil de encontrar en el trabajo de unos actores esa capacidad de transmitir la historia sin el uso de las palabras y casi exclusivamente con una sonrisa o con una mirada. La evolución de toda la película está en la sonrisa de Jean Dujardin/George Valentin y en la mirada de Bérénci Bejo/Peppy Miller. Cuando algo así, en apariencia tan sencillo pero en realidad tan terriblemente complicado se consigue, es porque detrás de todo esto hay un trabajo realizado con muchísimo esmero. No quiero dejar de invertir al menos una línea en la también excelente presencia de Jhon Goodman y James Cromwell, o cómo acertar de pleno con el casting, trabajo de Heidi Levitt.
Hablar de “The Artist” es también hablar de lenguaje cinematográfico o de cómo contar una historia sin decir una palabra y creo que es importante diferenciar lo que es una película visualmente impactante de lo que es “The Artist”. En una película visualmente impactante podemos encontrar estremecedores y nuevos efectos especiales nunca vistos, o planos secuencias que nos llevan a lugares o situaciones en las que pensábamos que nunca nos encontraríamos, también decorados extraordinarios o montajes con ritmos cardiacos que nos dejan aplastados en la butaca del cine, pero eso no es “The Artist” y ¡ojo! no estoy rompiendo una lanza a favor del lenguaje cinematográfico antiguo en contra de lo simplemente visual y/o espectacular, en absoluto, soy fan de la belleza por la belleza y de lo divertido por lo divertido sin más trascendencia, sólo que insisto, “The Artist” es otra cosa.
Pondré algún ejemplo para explicarme mejor describiendo un par de secuencias pero, avisados quedáis, si no habéis visto la película quizás os cuente algo más de lo que querrías saber antes de verla; ahí va la primera, George Valentin y Peppy Miller se encuentran en una escalera en un momento muy diferente al que se encontraron por primera vez, ahora él está en pleno descenso de su carrera y ella en pleno ascenso, algo que sin palabras nos ayudan a entender un poco mejor con su situación física y posición de cámara en la escalera, en efecto ella asciende la escalera en plano contrapicado y él la desciende en plano picado -símbolo sencillo y eficaz-. La otra; George, orgulloso y vanidoso, decide estrenar su película muda en pleno nacimiento y éxito del sonoro, en un cine casi vacío unos pocos espectadores observan como el personaje interpretado por George en la pantalla de cine se hunde poco a poco en unas arenas movedizas, situación psicológicamente idéntica a la que vive George en su vida real -otro símbolo sencillo y muy eficaz-. La secuencia onírica en la que George sueña con un mundo en el que todo tiene su propia “voz” excepto él mismo es también estupenda y, además está el humor, ¡qué bien metido está el humor en las situaciones más dramáticas!, pero esas no os las contaré porqué ya es desvelar demasiado.
Reconozco que quizás no sea sencilla la digestión de un producto sin palabras y sin color para un espectador “palomitero” y que quizás no encuentre en esta cinta el divertimento necesario, pero seguro que en la cartelera hay otras opciones que se adaptan más a esas exigencias. El problema, en mi opinión, surge cuando la cartelera se encuentra totalmente ocupada por ese tipo de cine “palomitero” -desde el más profundo respeto, en serio- y no da opción ni espacio a películas como “The Artist”, que es un tipo de película/joya que merece la pena admirarse y que se sitúa en los puestos más altos de mi ranking personal sobre lo mejor de este año.
JBlas
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7
4 de octubre de 2012
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este momento Channing Tatum debe estar realmente feliz de que la historia de “Magic Mike”, su historia, cayese en las sabias manos de Steven Soderbergh y no en las de cualquier otro desalmado que podría haber convertido el relato de su vida en un bodrio insoportable tipo “Showgirls” (Paul Verhoeven, 1995).
Soderbergh nos muestra de nuevo en esta película una de sus principales virtudes, consistente en saber insuflar de cierto aroma cool a situaciones y contextos que en principio parecen estar alejados de esas coordenadas. Es admirable que sea capaz de conseguirlo sin apabullarnos con excesivos trucajes de montaje o de guión y nos muestre un estilo más o menos sobrio y elegante –no me he vuelto loco, los striptease de “Magic Mike” son todo menos sobrios- basado, como ya suele ser marca de la casa, en unas excelentes elecciones de casting que nos ofrecen unas muy creíbles interpretaciones. Podría llegar a apostar mi mano derecha por que Matthew McConaughey logrará con esta alucinante composición su primera nominación al Oscar, pero no lo haré porque valoro un montón mi mano y los tipos de la Academia de Hollywood no me parecen gente de fiar.
Como todo cineasta comprometido que se precie, Soderbergh no deja pasar esta ocasión y añade una pequeña reflexión sobre la situación actual de crisis internacional, en forma de cómica y excelente secuencia protagonizada por el stripper Tatum y la banquera Betsy Brandt. Lamentablemente en Youtube no he podido encontrar esta secuencia integra, eso si, lo que si se puede encontrar con facilidad son escenas con todo tipo de bailes eróticos, torsos desnudos, músculos cuyos nombres desconozco, otros cuyo nombre si conozco pero que no sé si son exactamente músculos… en fin… yo os dejo aquí el tráiler de esta recomendable película –que es mejor de lo que parece- y si lo que queréis es ver macizos con poca ropa, eso ya os lo buscáis vosotros/as.
http://www.youtube.com/watch?v=PId_j6trxs8

Ah! Y la dirección de mi blog con muchas críticas más:
http://flashblas.blogspot.com.es/
JBlas
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