La sombra de Tarantino y su humor absurdo recorre toda la película, eso sí, aquí no te tienes que poner el chubasquero para evitar verte marchado de sangre. Una historia en la que uno coge simpatía por los estafadores y por el alcalde cercano al pueblo con su look a lo Johnny Cash y no por los del FBI, con un ricitos más preocupado por su ego que por hacer justicia. El final le falla algo en mi opinión y la mafia en general coge menos protagonismo del esperado.

Spaguetti western muy flojito, tanto en el guión, como con unos actores secundarios que le quitan seriedad, sin aportarle humor inteligente. Escenas de acción con saltos imposibles dignas de una peli de acción de lo más exagerada y con el argumento típico de este tipo de películas de la venganza y el dinero.
El aprobado se lo lleva gracias a la presencia de la estrella del género Lee Van Cleef, que con un equipo de tuercebotas logra la "permanencia en la categoría". Pedirle "la clasificación para Champions" con lo que hay e incluso sería demasiado.

Documental antisemita y propagandístico nazi en el que se acusa a los judíos de todo, tanto de una cosa como de la contraria, lo mismo viven en casuchas y mansiones que no salen del guetto y están en todas partes o son usureros capitalistas y marxistas, todo a la vez. Entiendo a los que han votado esto con buena nota por el hecho del carácter histórico que tiene esta panfletada. Y realmente es interesante de ver, para conocer el pasado, pero en cuanto a valor artístico, lo cierto es que puede llegar a cansar esa falta de diálogos y abundancia de voz en off y un cierto desorden y mezclas de varios temas a la hora de poder soltar todo el odio en tan poco tiempo. Además una obra pierde mucho si la finalidad de esta es la transmisión de una idea y esta es abominable.

Casi dos horas de película dan para que sea rica en detalles, en diálogos, en explayarse en la historia, aunque sea de sobras conocida. Pero no, consiste en coger a un tío y pegarle una paliza hasta reventar, en recrearse en la sangre, en el más puro sadismo. Y así casi toda la película.

Es lo que pasa cuando el director, además de gustarle el cine violento, es un fanático religioso.

Serie ambientada a finales del siglo XI que mezcla ficción con hecho reales dotados de poca rigurosidad histórica. La historia comienza con una invasión sarracena en un poblado, golpeando duramente a una familia, perdiendo tres hermanos a su madre y siendo uno de ellos secuestrado por ellos (y convertido luego al Islam). El hermano mayor y protagonista de la serie ya de adulto y estando casado y siendo jefe de la guardia en Compostela, vive torturado por su ausencia hasta que lo rescata y el otro trabaja en la obra de la catedral, al principio como un currito más y con la ayuda de un monje misterioso que solo ve él, como maestro de obra. Pero nada es lo que parece y el otrora desaparecido Pedro tiene como misión abrir las puertas de la ciudad a sus hermanos musulmanes para facilitarles la invasión. Se mezclan las tramas personales con intrigas palaciegas y hechos históricos con bastante ficción, en una serie que debido a lo prolongado de su trama en el tiempo y a que resulta bastante entretenida, podría haber durado más que ocho capítulos.