Pelicula a caballo entre la ciencia ficción y el terror, y que ahonda en cuestiones relacionadas con la filosofía, la psicología, la biología y la genética. Protagonistas femeninas en un 99% y una dirección notable que aunque abusa (un pelín) del flashback, no dificulta el seguimiento de la historia, sino que sirve para conocer algunos estados psicológicos de los protagonistas. Muy buena peli,

A pesar de la excelente actuación de Mario Casas, quien no merece el Goya por esta actuación sino por casi todas las anteriores, la película es un fiasco. Nada que no se haya visto antes pero, en este caso, con un guión infumable por lo increíble, personajes excesivamente radicalizados en su caracterización, lento en su desarrollo y dramatismo rebuscado que no llega a emocionar. Lo dicho, un mal día lo tiene cualquiera.

Lamento discrepar con todos aquellos que ensalzan esta película. Si la original tenía interés por su analogía con la lucha contra el cambio climático y la comunión con la naturaleza, en esta secuela se decantan por el lado marine, y una guerra sin cuartel cuyo único móvil es la venganza. Quedan muchas incógnitas por resolver que seguro que darán para un Avatar 3. Conmigo que no cuenten. Me quedo con la primera.

La producción de Luc Besson y la actuación de Mollá y la protagonista de Avatar metida en la piel de una asesina vengativa, eran un reclamo interesante para esta película. A la postre, la película resulta entretenida pero olvidable a los pocos segundos, y uno se marcha del cine con la sensación de que es una nueva versión de Nikita: la niña criada para ser asesina. En comparación, dado lo similar de la temática, en los últimos meses se estrenó Hanna que particularmente me aportó una sensación bastante más agradable. En fin, película para ver y olvidar, con el deseo que los actores y actrices implicados tengan mejores oportunidades de mostrar su potencial.

Aunque me planteaba no ver la secuela, finalmente he sucumbido y me ha sorprendido gratamente. Supongo que ya había leído las peores críticas y estaba tan preparado para una película insulsa, que su visionado no me ha parecido tan malo como preveía.

Ridley Scott nos vuelve a traer el Coliseo romano como epicentro de la acción, en la que el protagonista, Lucio Vero, correctamente interpretado por Paul Mescal se enfrenta a todo tipo de enemigos para deleite de aquellos espectadores ávidos de espectáculo y sangre. En el reparto, un excelente Pedro Pascal y un Denzel Washington haciendo de Denzel Washington.

Gladiator 2 es una película que no tendrá eco en la eternidad, pero es un buen entretenimiento tan falto de rigor histórico como su precuela pero, al fin y al cabo, lo que la gente quiere es que el show continúe, y lo hace.