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Críticas ordenadas por utilidad
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7,2
49.937
7
4 de octubre de 2021
4 de octubre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pongámonos en situación. Una película en la que, en escenarios de paisajes desérticos infinitos, una especie de guerrilla trata de expulsar a una potencia colonizadora que explota sus recursos y no les deja gobernarse por sí mismos. Pero la verdad es que no consiguen nada. Entonces, ¡oh, sorpresa! viene alguien de fuera, que nunca había estado en tal lugar, y enseña a estos fracasados, pero ingeniosos y voluntariosos salvajes a rebelarse correctamente y liberarse del yugo colonial.
¿Lawrence de Arabia? ¡Qué va! Hablamos de Dune.
Era muy esperada esta película de Denis Villeneuve, al igual que la secuela que hizo de Blade Runner, y parece claro que va a conseguir, por segunda vez, la proeza de convertir fracasos comerciales de la ciencia ficción (aunque no de crítica) en bombazos taquilleros. Es más, lo va a conseguir aplicando casi el mismo repertorio de recursos que parecen conformar su marca de la casa: música altísima (estuve a punto de abandonar el cine al principio), personaje protagonista frío y hierático, cuya motivación está en un recuerdo o en un sueño profético (dos caras de la misma moneda) y unos efectos especiales absolutamente impresionantes.
Lo mejor de la película es esto último. Es prodigioso lo que se puede hacer ya con ellos y la sensación de realidad que transmiten todas las escenas. Las actuaciones tampoco están mal y, sabiendo que esta película no es sino la primera parte, se mitiga la sensación de que la película acaba cuando todavía quedaba lo principal. Es más, considerando la duración de la cinta, nunca aburre y consigue que mantengas el interés. Es un mérito mayor de lo que parece porque, si te paras a analizar lo que has visto, te das cuenta de que no te han contado demasiado. Pero para el resto del análisis, habrá que destripar un poco la película.
¿Lawrence de Arabia? ¡Qué va! Hablamos de Dune.
Era muy esperada esta película de Denis Villeneuve, al igual que la secuela que hizo de Blade Runner, y parece claro que va a conseguir, por segunda vez, la proeza de convertir fracasos comerciales de la ciencia ficción (aunque no de crítica) en bombazos taquilleros. Es más, lo va a conseguir aplicando casi el mismo repertorio de recursos que parecen conformar su marca de la casa: música altísima (estuve a punto de abandonar el cine al principio), personaje protagonista frío y hierático, cuya motivación está en un recuerdo o en un sueño profético (dos caras de la misma moneda) y unos efectos especiales absolutamente impresionantes.
Lo mejor de la película es esto último. Es prodigioso lo que se puede hacer ya con ellos y la sensación de realidad que transmiten todas las escenas. Las actuaciones tampoco están mal y, sabiendo que esta película no es sino la primera parte, se mitiga la sensación de que la película acaba cuando todavía quedaba lo principal. Es más, considerando la duración de la cinta, nunca aburre y consigue que mantengas el interés. Es un mérito mayor de lo que parece porque, si te paras a analizar lo que has visto, te das cuenta de que no te han contado demasiado. Pero para el resto del análisis, habrá que destripar un poco la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En serio, he visto películas de Star Wars que te cuentan más trama en los títulos de inicio que en esta película. Lo que es peor, la historia, hasta ahora, no es nada original, sino que ya nos la sabemos de memoria porque, desde los mitos griegos hasta Juego de Tronos, forma parte del canon occidental. Los malos casi destruyen a los buenos, pero uno de ellos logra escapar, ponerse a salvo y consigue (en este caso conseguirá, en futuras entregas) vengarse de los malos. A esto le unimos los lugares comunes del viaje del héroe y el del Elegido y ya tenemos casi todo lo principal. En esta película apenas llegamos a la parte en la que escapa el héroe en formación, pero consigue rellenar la película de un modo entretenido, presentándonos, sin entrar en muchos detalles, el mundo de Arrakis, el universo en general y sus principales facciones.
Aunque la película toca los temas del colonialismo y de la ecología, no es en absoluto el tema principal y no se presentan de un modo demasiado insistente. Esto sin duda estaba en la obra del autor del libro, Frank Herbert, y Denis Villeneuve se limitó a ser fiel, por lo que los lleva a la pantalla.
Lo malo es que Hollywood no parece querer salir de los lugares comunes y eso dificulta dotar a la película de una sensación estética diferenciadora. Así, retrata a los habitantes de Arrakis del único modo que Hollywood sabe mostrar a personas que viven en el desierto: como muyahidines, tanto en vestimenta, costumbres y hasta en idioma, desprendiendo todo una ambientación árabe. Lo que es peor, al introducir el tema místico y de personaje Elegido, se introducen escenas casi bíblicas (la mujer cubierta con telas de arpillera, música mística con una voz femenina cantando la típica melodía de estilo bereber). Esto hizo que en algunos momentos no sabía si estaba viendo una película que sucedía en el futuro, en la segunda guerra de Irak, en la época de las Cruzadas o se trataba de una película religiosa de las que emiten en Semana Santa. Esa confusión podría ser una metáfora de que las cosas no cambian con los milenios, pero si lo que haces es confundir al espectador, es una metáfora mal hecha.
A pesar de lo anterior, la película está bien hecha y cabe esperar que la historia sea un poco más original en próximas entregas.
P.D. No pude evitar reírme cuando vi que el velo que medio ocultaba el rostro de la Bene Gesserit era una red de bolsa de naranjas pintada de negro.
Aunque la película toca los temas del colonialismo y de la ecología, no es en absoluto el tema principal y no se presentan de un modo demasiado insistente. Esto sin duda estaba en la obra del autor del libro, Frank Herbert, y Denis Villeneuve se limitó a ser fiel, por lo que los lleva a la pantalla.
Lo malo es que Hollywood no parece querer salir de los lugares comunes y eso dificulta dotar a la película de una sensación estética diferenciadora. Así, retrata a los habitantes de Arrakis del único modo que Hollywood sabe mostrar a personas que viven en el desierto: como muyahidines, tanto en vestimenta, costumbres y hasta en idioma, desprendiendo todo una ambientación árabe. Lo que es peor, al introducir el tema místico y de personaje Elegido, se introducen escenas casi bíblicas (la mujer cubierta con telas de arpillera, música mística con una voz femenina cantando la típica melodía de estilo bereber). Esto hizo que en algunos momentos no sabía si estaba viendo una película que sucedía en el futuro, en la segunda guerra de Irak, en la época de las Cruzadas o se trataba de una película religiosa de las que emiten en Semana Santa. Esa confusión podría ser una metáfora de que las cosas no cambian con los milenios, pero si lo que haces es confundir al espectador, es una metáfora mal hecha.
A pesar de lo anterior, la película está bien hecha y cabe esperar que la historia sea un poco más original en próximas entregas.
P.D. No pude evitar reírme cuando vi que el velo que medio ocultaba el rostro de la Bene Gesserit era una red de bolsa de naranjas pintada de negro.
MiniserieDocumental

7,2
7.652
Documental
9
4 de febrero de 2020
4 de febrero de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora no se da cultura clásica en la escuela pero, en otros tiempos se contaban historias que, con el paso de los años, te dabas cuenta de que eran píldoras de sabiduría y conocimiento de la naturaleza humana. Una de ellas es la de Eróstrato, un pastor de la Antigüedad, tan ansioso de lograr una fama inmortal que quemó el templo de Artemisa en Efeso para lograrlo. Cuando lo juzgaron, lo sentenciaron a muerte y a que su nombre fuera borrado de todos los registros pero, como muchas damnatio memoriae, fue inútil y todavía tenemos por aquí su nombre.
Este documental no deja de ser el traslado del deseo de Eróstrato al siglo XXI, el siglo donde el ansia de llegar a la fama es más acuciante que nunca. Pero también es el siglo de Internet, de las cámaras en cada rincón, de mil dispositivos que registran nuestra actividad todo el tiempo... ¡y qué bien que refleja todo esto el documental!
La tecnología suele ser neutral y esto se ve muy claro en esta miniserie. Internet y todos los adelantos tecnológicos utilizados a la vez para exprimir al máximo las posibilidades de los peores instintos humanos, pero también los mejores, sin olvidarnos de una miriada de matices grises, también apuntados de vez en cuando a lo largo del documental.
El primer capítulo es oro puro, te lleva de sorpresa en sorpresa y te deja atónito. El segundo es diferente, necesariamente diferente, porque, aunque al alejarse de los protagonistas del primero se convierte en algo más convencional y pausado, los hechos que ahí se narran se merecen un tratamiento más respetuoso. El tercero parece el más prescindible, pues es una investigación policial casi rutinaria de las veces que la hemos visto en series; eso sí, está muy bien narrada... e ilustrada. Sin embargo, oh, te reserva un giro final, un giro que te pone los pelos de punta en los últimos minutos.
La cuestión es que, especialmente el primer capítulo, lo que vemos en esta documental es un reflejo impresionante de lo que es Internet en la actualidad y, por lo tanto, de lo que es nuestra sociedad del siglo XXI. Me decía esto mientras lo veía, lo que, cuando el documental llegó a su fin, me dejó sin defensas (y pongo el porqué en zona destripe).
Este documental no deja de ser el traslado del deseo de Eróstrato al siglo XXI, el siglo donde el ansia de llegar a la fama es más acuciante que nunca. Pero también es el siglo de Internet, de las cámaras en cada rincón, de mil dispositivos que registran nuestra actividad todo el tiempo... ¡y qué bien que refleja todo esto el documental!
La tecnología suele ser neutral y esto se ve muy claro en esta miniserie. Internet y todos los adelantos tecnológicos utilizados a la vez para exprimir al máximo las posibilidades de los peores instintos humanos, pero también los mejores, sin olvidarnos de una miriada de matices grises, también apuntados de vez en cuando a lo largo del documental.
El primer capítulo es oro puro, te lleva de sorpresa en sorpresa y te deja atónito. El segundo es diferente, necesariamente diferente, porque, aunque al alejarse de los protagonistas del primero se convierte en algo más convencional y pausado, los hechos que ahí se narran se merecen un tratamiento más respetuoso. El tercero parece el más prescindible, pues es una investigación policial casi rutinaria de las veces que la hemos visto en series; eso sí, está muy bien narrada... e ilustrada. Sin embargo, oh, te reserva un giro final, un giro que te pone los pelos de punta en los últimos minutos.
La cuestión es que, especialmente el primer capítulo, lo que vemos en esta documental es un reflejo impresionante de lo que es Internet en la actualidad y, por lo tanto, de lo que es nuestra sociedad del siglo XXI. Me decía esto mientras lo veía, lo que, cuando el documental llegó a su fin, me dejó sin defensas (y pongo el porqué en zona destripe).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esa frase: "Si no te gusta tu reflejo, no te mires en el espejo", tiene varias lecturas a lo largo del documental, pero la última, que es valiente en señalar, es que hagas algo aparte de mirarte en el espejo, si no te gusta lo que ves. Y tenemos una sociedad con personas obsesionadas con mirarse a sí mismas, de verse reflejadas en redes sociales y perfiles online, pues mostrarse a los demás es otra forma de mostrarse a uno mismo, de tratar de conseguir una imagen para uno mismo. Pero te han mostrado lo que es una sociedad así, el tipo de personas que produce. ¿No te gusta? Haz algo. Deja de mirarte en el espejo.
4
20 de febrero de 2024
20 de febrero de 2024
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de una primera temporada mítica, una segunda algo fallida por ambiciosa y una tercera mediocre, la cuarta temporada de True Detective sólo puede calificarse como defectuosa.
El comienzo no fue malo. El misterio enganchaba e intrigaba y la ambientación era interesante. Es cierto que ya se adivinaba que los personajes eran poco profundos y fotocopias de otros muchas veces vistos en los últimos tiempos, creados para satisfacer más deseos de determinados grupos de la audiencia que para encajar o ser relevantes en la historia en la que se encontraban. Sin embargo, el caso tenía elementos prometedores y me agarré a eso.
Desgraciadamente, en el resto de capítulos, la acción y la investigación se resumían en un par de escenas justo al principio y al final y el resto era puro relleno. Personajes moviéndose de aquí para allá, repitiendo situaciones con variaciones mínimas, un par de charlas que trataban de emular las de los protagonistas de temporadas anteriores pero sin ninguna enjundia y tramas secundarias, llevadas de pena, sin desarrollo ni relevancia para la conclusión.
En serio, una película de 90 minutos podría haber contado de sobra toda la historia que se narra en esta temporada, con tramas secundarias incluidas. Y no se habría perdido nada. Eso sí, habría sido necesaria una buena dirección y un guión a la altura. Estoy cansado de que las plataformas crean que nos sobra el tiempo e hinchen sus contenidos de modo tan artificial. No me refiero a que todo tenga que ser acción. Las conversaciones metafísicas de la primera temporada no son precisamente un tiroteo entre bandas con explosiones, pero cumplían su función en la historia. Creaban ambiente, daban profundidad a los personajes. Las charlas de esta temporada son superficiales y falsamente profundas, pues están llenas de lugares comunes y no construyen personajes con matices. Y el trabajo detectivesco es risible, intermitente y repleto de conveniencias de guión. Me aburrí como una ostra la mayor parte del tiempo de los últimos tres capítulos.
Las interpretaciones no son nada del otro mundo y si bien hay alguna escena bien diseñada y con ínfulas artísticas, en otras ocasiones parece de aficionados y los efectos especiales son muy mejorables.
Al final, la resolución del caso deja con un sabor de boca bastante amargo, porque tampoco se ve ahí que tratemos con verdaderos detectives como sí sucedía en todas las temporadas anteriores.
No es un completo desastre porque mal que bien, hay una resolución, si bien poco creíble como mencionaré en la zona destripe. Eso, unas interpretaciones aceptables y un par de imágenes bonitas justifican un 4, pero no un aprobado,salvo si el objetivo hubiera sido hacerme dormir.
El comienzo no fue malo. El misterio enganchaba e intrigaba y la ambientación era interesante. Es cierto que ya se adivinaba que los personajes eran poco profundos y fotocopias de otros muchas veces vistos en los últimos tiempos, creados para satisfacer más deseos de determinados grupos de la audiencia que para encajar o ser relevantes en la historia en la que se encontraban. Sin embargo, el caso tenía elementos prometedores y me agarré a eso.
Desgraciadamente, en el resto de capítulos, la acción y la investigación se resumían en un par de escenas justo al principio y al final y el resto era puro relleno. Personajes moviéndose de aquí para allá, repitiendo situaciones con variaciones mínimas, un par de charlas que trataban de emular las de los protagonistas de temporadas anteriores pero sin ninguna enjundia y tramas secundarias, llevadas de pena, sin desarrollo ni relevancia para la conclusión.
En serio, una película de 90 minutos podría haber contado de sobra toda la historia que se narra en esta temporada, con tramas secundarias incluidas. Y no se habría perdido nada. Eso sí, habría sido necesaria una buena dirección y un guión a la altura. Estoy cansado de que las plataformas crean que nos sobra el tiempo e hinchen sus contenidos de modo tan artificial. No me refiero a que todo tenga que ser acción. Las conversaciones metafísicas de la primera temporada no son precisamente un tiroteo entre bandas con explosiones, pero cumplían su función en la historia. Creaban ambiente, daban profundidad a los personajes. Las charlas de esta temporada son superficiales y falsamente profundas, pues están llenas de lugares comunes y no construyen personajes con matices. Y el trabajo detectivesco es risible, intermitente y repleto de conveniencias de guión. Me aburrí como una ostra la mayor parte del tiempo de los últimos tres capítulos.
Las interpretaciones no son nada del otro mundo y si bien hay alguna escena bien diseñada y con ínfulas artísticas, en otras ocasiones parece de aficionados y los efectos especiales son muy mejorables.
Al final, la resolución del caso deja con un sabor de boca bastante amargo, porque tampoco se ve ahí que tratemos con verdaderos detectives como sí sucedía en todas las temporadas anteriores.
No es un completo desastre porque mal que bien, hay una resolución, si bien poco creíble como mencionaré en la zona destripe. Eso, unas interpretaciones aceptables y un par de imágenes bonitas justifican un 4, pero no un aprobado,salvo si el objetivo hubiera sido hacerme dormir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las circunstancias del crimen que desata todo el caso son inverosímiles, las de cómo la limpiadora averiguó la verdad son más inverosímiles todavía y las de la muerte de los investigadores me hicieron reír de incredulidad. ¿No quedan huellas del paso de tantas mujeres por la base científica, con sus camiones, sus pisadas y rodadas? ¿Ningún científico pudo dejar una pista de lo que les habían hecho?
¿En serio nos tenemos que creer que el único modo que tenían los científicos para extraer el microorganismo era contaminar el territorio? ¿que esa era su mejor opción? Claro, no hay otro modo de perforar el permafrost, ni los microorganismos se ven afectados por el calentamiento o por la contaminación. Y todo eso lo saben los científicos.
Excusar todos los agujeros de trama, flecos y comportamientos absurdos (desde los renos del primer capítulo hasta el científico superviviente, pasando por las visiones y otros elementos paranormales) en la locura, un ente misterioso y/o en los efectos secundarios de la contaminación, es un recurso perezoso y facilón. Casi hubiera preferido un deus ex machina de toda la vida.
Un verdadero detective no confunde venganza con justicia, retirándose como si no hubiera pasado nada... De hecho, todo indica que la investigación se detendrá y el microorganismo que parecía que podría ser beneficioso para curar muchas enfermedades se quedará en el permafrost cuando estaba ya a punto de estar disponible. Gran trabajo, detectives.
¿En serio nos tenemos que creer que el único modo que tenían los científicos para extraer el microorganismo era contaminar el territorio? ¿que esa era su mejor opción? Claro, no hay otro modo de perforar el permafrost, ni los microorganismos se ven afectados por el calentamiento o por la contaminación. Y todo eso lo saben los científicos.
Excusar todos los agujeros de trama, flecos y comportamientos absurdos (desde los renos del primer capítulo hasta el científico superviviente, pasando por las visiones y otros elementos paranormales) en la locura, un ente misterioso y/o en los efectos secundarios de la contaminación, es un recurso perezoso y facilón. Casi hubiera preferido un deus ex machina de toda la vida.
Un verdadero detective no confunde venganza con justicia, retirándose como si no hubiera pasado nada... De hecho, todo indica que la investigación se detendrá y el microorganismo que parecía que podría ser beneficioso para curar muchas enfermedades se quedará en el permafrost cuando estaba ya a punto de estar disponible. Gran trabajo, detectives.
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