Con un arranque espectacular en forma de diálogos brillantes, Juno tiende a coquetear con lo que puede ser una Tv movie de andar por casa. Sólo la vuelta final hacia Juno y sus problemas, hacia su universo rico en palabras que no insultan y que no dejan indiferente, pero que tampoco traspasan hacia otros mundos, porque su historia es suya y en ningún caso puede ser nuestra. Porque su amor sólo lo comparte con Bleecker. ¿Por qué? Sólo Juno lo sabe. Aunque Ellen Page lo llena todo.

Antes de que el diablo sepa que has muerto es una buena película, incluso moderna en su desarrollo y su narración, pero eso no le resta interés. Lo que sí le resta interés son las, en mi opinión, lagunas en el guión que hacen que cosas que pasan en las películas tengan muy difícil explicación. Ethan Hawke es una especie de Tom Cruise más alto y con más arrugas, y lleva repitiendo los tics desde su primera película hasta esta. Sí, la he visto en versión doblada y eso seguro que le quita pasión a la cosa, sobre todo, el doblaje de Marisa Tomei, chica con un cuerpo espléndido y mejor sonrisa. De todas maneras, la casualidad del dealer de diamantes que es a la vez el "guionista" de la película (ya me entenderá el que la haya visto) destroza una película que, como ya dije, no está mal. Digamos que demasiado pasado para contar una historia en presente. Mejor una serie.

Supongo que la mejor crítica que se le puede hacer a una película es que por ella no pasan los años. O que ella ha sido y es la película donde se miran las demás para saber si las demás pueden estar a la altura. O decir que esta peli es buena pero no tanto como... Pues todo esto se puede decir de Uno de los nuestros. Con una dirección endiablada y un montaje perfecto, Uno de los nuestros no deja de sorprender por mucho que uno la mire, por mucho que uno se deleite ante tamaña obra de ingeniería técnica y humana. Muchas veces pienso en la escena del helicóptero y me imagino que tipo de droga buena se metió el bueno de Scorsese para hacerla. Perfecta.

Hay una casualidad en esta película que destruye lo que tiene de intento de ser una digna propuesta para el cine más bien realista en el que se intenta basar. Y es que estamos ante una película muy buenas intenciones pero que se pierde, no tanto en la estructura, quizá un poco despistada, como en el guión errático. Al final se convierte en una especie de Erin Brokovich con Clooney en el papel de la novia de América. Lo que da más rabia es que una buena idea acabe machacada por un guión fallido y con un Clayton que es Clooney, demasiado Clooney. Swinton, muy bien. Pero ahí aparece otra vez el guionista para mecer la cuna, esa cuna que debe ser sólo cine y no hagiografía de un ser como George.

Scorsese practica aquí de nuevo su particular esfuerzo de retratar los dos lados de la historia. Pero en su ambición de equilibrista en el alambre, no termina de observar lo que la historia le da que no es ni más ni menos lo que hace que una peli sea una obra maestra o no. Y esta no es Uno de los nuestros, pero ni de lejos. A la película le falta quizá esa mala leche que rezumaba por todos lados los alrededores de Liotta, o sea, Pesci y compañía en Godfellas. La estructura estaba clara pero el desenlace, esto es, el edifico que luego pudimos contemplar en las pantallas de cine o en nuestro home cinema distaba bastante del primer proyecto.