Ya todo está dicho en algunas críticas.

Yo sólo quiero contarles

April
algunos gestos, de esos que parecen contradecir a Kundera,
palabras sobre su alma desgarrada
el afortunado, es sólo eso,

Más que hacerle el amor,
bailar con April
ese es mi único deseo
bailar con April.

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Kate Winslet, demoledora.

La veo venir de negro
el zaguán de la urbe es el universo
una silueta que se acerca
su estilizado rostro
pero resulta que soy yo.

Le veo venir
quiere destrozar mis horas
las uñas rotas
los besos forzados
los giros de 360, uno, dos, tres, cuatro...
pero resulta que soy yo.

Le apuñalo
es mi sueño
es mi consuelo
es mi todo
la sangre caliente brota
le guardo en el armario
pero resulta que soy yo.

Es el mejor gesto
el cisne negro que danza fiero
que rompe el lago de cristal
crispado en su ceño fruncido
con carmesí en sus labios humanos
se traga los violines
las luces
los seres que visionan
enmudecidos.

El cisne negro
palidece
se abisma
cortando el aire
con su lésbico corpiño
fenece en la estridencia

pero resulta que soy yo.

Es necesario, un poco de silencio
el violín deja de sonar
suena mi alma
este dolor que nadie entiende
¿quién debo ser?
Quién si la sentencia ha sido proferida.

Mis lágrimas celebran,
la felicidad de aquí
es mi felicidad

Grito / Susurro
quizá el bosque
me haga parir hacia la nada
espejo
y el gesto que lo dice todo
danza
vacío
vacío
indiferencia
sólo
el pentagrama de mi desgarro

un poco de silencio.

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Me parece una muy buena historia, bien actuada y bien narrada. Anne y Debra muy convincenetes. El 10 es por el asombro que produce este vínculo entre jornada, comedia y tragedia y por un esfuerzo sustancial por el rescate de un sentido muy próximo a lo que deberíamos entender por amistad. Un trabajo inteligente.

La película permite viualizar en retrospectiva lo que su director posteriormente afinara. Claro es un muy buen inicio, como pocos. El hilo argumental no es complicado, no hay un efuerzo por complejizar la trama; surge naturalmente forjando una narrativa propia donde los personajes y sus historias particualres se unen casi sin que uno lo note. Igual da espacio a lo impredecible y permite que los actores se dejen explorar con primeros planos bien logrados. Yo creo que el asunto aquí no es el tema que se trata, sino el recurso utilizado para ponerlo en órbita. Que haya algo que huele a racismo es sólo el punto de vista de quien se puede ver contrastado con los diálogos. La musicalización interesante. Recomendable para quienes se permiten observar historias sin escaramusa por la ausencia de ciertos diálogos muy finos sobre la moral u otros temas.

El ritmo de las películas no sólo se mide en la amplitud de la historia o en la cantidad de detalles que puede contener, o en la velocidad con que cambian las escenas. El ritmo es un asunto de potencia, que la entiendo como la capacidad de mantener en quien ve el film, la posibilidad de fluidas comprensiones, casi asombrándose del plano, o del diálogo, la puesta en escena, el color, el gesto (...). De lo que he visto de Bergman esta es la película que menos logra decir cosas, la película menos potente. Se rescatan algunos diálogos, que casi siempre son monólogos sobre todo uno de Andreas (Max von Sydow) en el que logra exponer el problema de su cadencia, si se quiere, metafísica. También sentí que "pasión" no podría ser el título de esta película, justamente por su ausencia. Casi todo es una apología a la inexpresividad. En sintesis siento que "pasión" de Bergman no logró comunicarme algo. La vi, pero no diálogue con ella.