Una pena no poder decir: ¡fantástica película! La idea me parecía estupenda, el tema prometía, pero... una vez más, sobreactuación y trazo grueso. Los diálogos, que podrían haber resultado muy interesantes, me han parecido artificiales, demasiado subrayados, poco sutiles. Como si el espectador no fuera a entender lo sugerido, dicho entre líneas o solo insinuado. Porque los diálogos de la vida normal están llenos de eso, de elipsis y puntos suspensivos.

La verdad es que no entiendo las críticas que muchos hacen a la actriz que encarna el papel protagonista, Marta Etura. A mí me ha parecido bastante buena, y creo que la elección ha sido muy certera. Apenas en algún momento detecto un defecto muy generalizado en el cine español, que es la sobreactuación.
Me ha gustado mucho también la fotografía, que genera una atmósfera muy apropiada.
Veo fallos en el guión: unas veces me faltan elementos, tengo la impresión de que algunas cosas no se explican del todo; en otros casos sucede lo contrario, se apuntan de modo superficial temas que en la novela tienen más desarrollo, sobrecargando innecesariamente la trama. Quizás habría sido mejor eliminarlos.
Estoy esperando el resto de la trilogía. Las novelas me gustaron mucho.

La guapa estudiante-aspirante a escritora admira rendidamente al escritor consagrado y se convierte en su secretaria primero y en su mujer después. Mientras él, vago, mujeriego y vividor pierde el tiempo, ella escribe su primera novela, que alcanza el éxito. Comedia de enredo, con momentos geniales, pero algo desigual.

Me maravillan estas películas en las que parece no pasar nada y pasa todo: pasa la vida entera, todo el universo, ante nuestros ojos. Con personajes anodinos, con sus virtudes y sus limitaciones, con sus amores, sus miedos, sus envidias y su solidaridad. Personajes sobre todo humanos, muy humanos, capaces de esa gran hazaña cotidiana que es a veces sobrevivir y ser incluso un poquito felices.

¡Tenía tantas ganas de ver esta película que tan buenas críticas había recibido...!
Y es verdad que visualmente me ha entusiasmado. Me arrebatan esos colores tan nítidos que por momentos me recuerdan a mi adorado Hopper. Es apabullante ver cómo selecciona el vestuario, los paisajes y los objetos que encuadra. ¡Maravillosos la decoración y el mobiliario! ¡Y qué cuadros! ¡Los quiero para mi casa!
No es poco, es cierto. Ya solo con una sucesión de imágenes basta para disfrutarla.
Pero en cuanto los actores entran en acción, algo se me paraliza dentro. Con la excepción de algún momento del Salvador niño y una cierta mala conciencia que atraviesa el subsuelo de toda la cinta, el resto no me ha conmovido. El trabajo de los actores me parece impostado y ese ego que centra y domina todo me resulta algo irritante.