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Críticas 207
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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6 de abril de 2015
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno vuelve la vista atrás para acordarse del cine de los años 80 a menudo le resulta difícil oprimir una sonrisa de sus labios, el torrente de recuerdos infantiles, generalmente traviesos e incluso maquiavélicos, produce una vívida sensación de felicidad… Si los recuerdos nos remiten a las películas de Dino de Laurentis o especialmente las de la Cannon, estos se tornan en lujurioso torrente de risotadas y momentos “underground” realmente añejos y emotivos.

Pero basta de tostón y vamos al grano, y este era oro molido, Chuck Norris (símbolo de la virilidad absoluta), jefe de los Delta Force amén de otros benéficos atributos se junta con un vetusto Lee Marvin (su última película) para darle una lección a un malvado moro bigotudo que secuestra un avión lleno de yankees y judíos, un tío con huevos qué duda cabe. Las consecuencias implícitas de tal exaltación, un tanto arrogante, del poderío yankee en tal argumentación para un filme de acción a nosotros en aquella época nos daban exactamente igual… Lo que queríamos era ver a Chuck pegar tiros con una UZI, (su manera de repartir las balas entre los enemigos es insuperable) dar coces como si fuese un asno, perdonar vidas a diestro y siniestro y ver por ejemplo como tres moros malignos saltaban por los aires debido a una granada que les caía a los pies y que tardaba en estallar eternos segundos, amén de parecer una bomba de 5 toneladas… Además salía nuestro entrañable amigo Steve James dando caña y pegando tiros como el que más, así como una amalgama de fantasmadas que solo hacían añadir aroma y sabor a semejante mejunje que acababa invariablemente con el malo dando de bruces en el suelo por una hostia de Chuck mientras sus miembros perdían vigor y lo abrazaba la oscura muerte.

Rodada en Israel, con un reparto lleno de viejas glorias de la industria en los 60-70, cuenta con una banda sonora mítica compuesta por ni más ni menos que Alan Silvestri y por supuesto toneladas y toneladas de diversión ceporra de la mano de los inolvidables Menahem Golam y Yoran Globus.
19 de julio de 2017
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos radicales malignos pero con motivos, que no son indeseables vamos, se ven empujados por las adversidades a cometer actos criminales y le plantan una "bombaca" al eterno Shinkansen japonés (tren bala para el que no lo sepa), tan símbolo del sol naciente como los Ninjas, Mazinger, el Honda NSX, Godzilla o la señorita Hitomy Tanaka... Toda autoridad tokiota que se precie se apunta al carro de las soluciones contrarreloj y las decisiones "difíciles" en un tour de force donde 1.500 pasajeros, si, ¡1.500! tienen las horas contadas.

La película mola mucho, es cool, friki, elegante, dura, y con las caras de un montón de japoneses estresados y temerosos de Baragon y Tokugawa pero con huevos suficientes como para que no les tiemble el pulso al enfrentar la anarquía de los radicales, radicales comandados con decisión y temor a partes iguales por el estupendo Ken Takakura, el legendario Clint Eastwood japonés que gastaba una mirada de los mil metros superior y que fue símbolo del cine "yakuza chino" de los lejanos 70, un tipo de los que molan, fumaba con estilo, montaba en moto con estilo y caminaba con estilo, ese estilo que sólo tienen los elegidos, le acompaña en el reparto Sonny Chiba, que sale poco, pero cuando sale mola y un funcionario de los trenes con un cronometro por el que irías al infierno a por helados. Ellos y otros tantos componen un corre que te pillo muy satisfactorio con un ritmo creciente y con clímax realmente conseguidos, aderezado con una banda sonora mezcla de peli porno y cinta de Chuck Norris que te hace desear tener una Honda CB 400 e ir por ahí adelante con una camisa hawaiana abierta hasta la mitad mirando mal a la peña.

Hipnóticos los planos en los que al menos 10 japoneses cogen el teléfono con diversas caras de preocupación para atender las llamadas de los radicales y recomendable por las peleas de los pasajeros del tren poseídos por la tensión del momento o esos seguimientos eternos e inestables del Shinkansen mientras deambula por el Japón de los 70 sin poder bajar de 80 por hora so pena de saltar por los aires.

Recomendable a pesar de su duración, por entretenida, cool, por el señor Takakura y porque mola y punto, precursora según parece de la Speed de Keanu Reeves y otras tantas pelis occidentales de acción, un buen plato de sushi que sabe a cine de verdad!!
12 de noviembre de 2007
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta puede o no puede ser otra cantidad de “facts” sobre Chuck Norris, pero antes de ello decir que yo tengo un vecino que es “calcao” a Chuck Norris y encima lleva un pick up y le tengo visto con un sombrero... tratad de imaginar ahora los escalofríos que me recorren el cuerpo cada vez que me cruzo con el.

Aparte de ajusticiar malvados de verdadera pena en una serie de verdadero culto con la sempiterna patada giratoria y su variante senil a media altura o su gancho-crochet-directo giratorio, se cuenta por diversos mentideros que en sus ratos libres “apatrullando” las congestas calles de “Texas neno”. Chuck tiene tiempo de correr en motoGP y ganarlo participando con un triciclo de “Feber” sin pedales... no se si es cierto pero lo que si es cierto es que este actor se ha ganado y forjado (mediante el miedo impuesto por su mera presencia) un status casi de leyenda y esta serie que es una mierda pero ya es un clásico le ha ayudado en su "postrer carrera" como actor, ahora suponen que seguirá como dios... o en su defecto como Marine Espacial, sembrando el cisma allende pase!!

Y es que Chuck es mucho Chuck Norris!!
25 de noviembre de 2016
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El aburrimiento es un estado letárgico que dispara nuestras actitudes físico-cognitivas a un nivel de ensimismamiento catatónico que nos vuelve torpes, hay diversas maneras de llegar a él, desde el apartado físico es sencillo, la carencia de expectativas motrices es uno de los principales motivos del aburrimiento masivo del sistema motriz... Desde el punto de vista emocional puede ser el visionado de una película que bien podría ser La Llegada, y digo La Llegada como pude haber dicho otra cualquiera, como... como... como... Desafío Total, bueno ésta no, una película de ciencia ficción que te revuelve el planteamiento sobre el ahora, el como y la consciencia individual y ademas tiene tiros y la protagoniza Arnold Schwarzenegger no puede ser una maravilla del aburrimiento.

Comparar La Llegada con Desafío Total puede resultar muy pedante por mi parte, pero no lo veo tan desatinado, pues la película de Verhoeven consiguió algo que pocas obras consiguen o han conseguido, mantenerte expectante y aplaudiendo como un mono sin llamarte idiota en el proceso (o sea, entretenerte de manera emocional y también intelectual). ¡Y oiga! el filme de Villeneuve comienza poderoso, vigorosamente orquestado y con una fotografía brutal que hace que muevas el culo de alegría en tu butaca como si fueses a poner un huevo, el futuro inmediato de la función se antoja apoteósico, esperanzador, merecedor de la entrada, sin embargo, y desconozco el motivo (todos los mimbres están puestos de la manera correcta) la película llegado un punto se torna áspera y tediosa, una desinflada como hacia tiempo que no veía. Yo, presa de mi estado emocional más bizarro y serie B podría esperar una amalgama de sacudidas y efectos especiales destructivos, pero comprendo que la función vaya por otros derroteros, los de lo intelectual y la ciencia ficción "per se" como algo educativo y no meramente divertido, aunque en mi opinión no lo consigue. Y aquí pongo otro referente del cine Sci-Fi para "listos", Interstellar, la película de Nolan si sabe ser activa cuando toca y suelta un compendio sobre la física relativista y el tiempo como concepto físico que mete pánico... Lo gestiona mejor diría yo. Pero volvamos a la Llegada que es de lo que estamos hablando, la Llegada y su descalabro final del que no diré nada pues sería un spoiler de campeonato y no es mi intención, si comentaré el efecto que provocó en mi, el del soberano aburrimiento e indiferencia absoluta a sí a los heptápodos los mandaban a buscar dimensiones paralelas a base de "misilazos" o nos seguían soltando un compendio de conocimiento físico-temporal a través de la escritura. Es una película por la que uno puede sentir un gran respeto, por las destacadas actuaciones de su comprometido elenco (Renner, Whitaker y Adams mucho más que correctos), su fotografía y su atmósfera cojonuda en algunos pases, pero es aburrida y eso para mi es la mayor sentencia para una película, que termine sin conseguir meterme en su honda o que no me haga simpatizar con su causa y desee estar participando de su movida... Como me pasó hace muchos años con Depredador por ejemplo, yo quería ser uno de los hombres de Dutch y ahora me da igual lo que pintarrajeen los calamares esos en una pantalla, ea!!
30 de marzo de 2010
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entra en escena Steven Seagal, que se hace pasar por un tal Glass, ¡vaya amigo, dónde quedaron los Ryback, Taggart o Toscani! y uno espera que en el transcurso de no más de diez minutos le parta la cara a algún tuercebotas, pero no sucede. Al contrario, el tipo, abotargado por la edad y seguramente los cubatas, se dedica a dispensar al personal algunas lágrimas de su filosofía Hegeliana, filosofía que sufre un Tom Sizemore resacoso tan perdido como él o más.

Después de incontables secuencias de vívido lirismo de la mano del impagable artesano Albert Pyum en las que uno desea ver a Steven haciendo aquello para lo que fue creado, el tipo se arrodilla en una escombrera de mala muerte, que pretendía ser céntrico "bulevar" de San Francisco y recoge una flor, a ritmo de paupérrima música pseudo ética y épica... No Steven aléjate de los puentes por favor!!

Bueno esto mejora, o no. Se pone su gabardina de cuero negro, la de dar hostias -la cual se ve imposible de disimular la inflada talega del amigo- y podemos relamernos para ver, sentir y paladear sus inconfundibles bofetones, pero resulta que Steven prefiere sentarse delante de un PC a decir que Internet es maravilloso y poder pasar así por un buen friki más. El negocio sigue cayendo imparable por el averno de lo escatológico y cutre, donde nos encontramos a un Dennis Hopper en picado con una actuación digna de 430000000000000000000 trillones de premios diferentes... Estén atentos señores de Cannes!!

La traca final es incluso emotiva y evocadora, danzando entre sombras Mr.Seagal luce su arte ninja durante... exacto, diez segundos -la edad es lo que tiene- en una confusión de imágenes y negrura digna de arte post traumático. Y con esto solo quiero transmitir que todo lo anterior podría y debería resumirse en un "Menuda mierda más grande". Pero es que Steven también quiso sus puentes de Maddison, ahí como los grandes y solo por ello se merece esta inteligente critica, ahí como los grandes!!
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